sistema social, pero a su vez, no puede estudiarse aisladamente, no solo porque está determinada por lo social, concibiéndolo como algo distinto de la cultura que le viene desde fuera, sino porque está inserta en todo hecho socioeconómico. • No se puede estudiar la producción de un fenómeno cultural emergente en forma aislada y exclusiva sin tener presente las prácticas y los componentes simbólicos de todos los grupos sociales que se encuentran en relación interactiva. • El contacto o choque cultural entre clases sociales siempre ha existido, en la medida que la clase dominante busca penetrar culturalmente las clases populares subalternas a fin de perpetuar su dominio y asimilarlas a su nivel social, mientras que al mismo tiempo los sectores dominados buscan formas de resistencia a esa colonización, a la vez que luchan por liberarse. las manifestaciones que se producen en el ámbito de la cultura y el arte popular cuando intervienen distintos grupos sociales que combinan sus prácticas, no son idénticas demostraciones para cada uno de esos grupos, lo que vislumbra que existen realmente sectores sociales con capitales culturales diversos para apropiarse de algo con sentidos considerablemente diferentes. • La cultura popular durante este momento pasa a ser el lugar donde el conjunto de prácticas diversas de los diferentes grupos o grupos subalternos se reconocen como expresiones afiliadas que producen manifestaciones artísticas particularmente propias. Y a su vez, podrán ser propias de un grupo social no sólo las formas culturales generadas dentro del mismo, sino aquellas que, provenientes de otros sectores • El desarrollo de la cultura popular en los sectores subalternos de nuestras sociedades no puede producir ningún desarrollo sin la confrontación crítica con otras manifestaciones o prácticas culturales concretas. Esta confrontación no obedece a una necesidad de elevación hacia los cánones de la globalización o a un reconocimiento social en base a feroces luchas por imponerse, sino que permite darles plena conciencia de su identidad y estimular un proceso de creación y recreación constantes. • Durante el período de crisis que fustigó las estructuras socioculturales entre los años 2000 y 2001, la cultura sujeta al bloque del poder dominante no puede constituirse e imponerse efectivamente debido a la crisis en la que se hallan sus aparatos ideológicos; debido a las fuertes contradicciones internas de las clases dominantes; y fundamentalmente, debido a la emergencia de nuevos procesos políticos. • La cultura nacional queda reducida a la triste condición de proyecto ideológico de las clases dominantes, y opuesto, por su mismo carácter oficial, y por más que se apropie de algunos de sus elementos para confundir, a las expresiones nacionales. • La cultura popular no sólo es el elemento simbólico esencial para el desarrollo de los movimientos nacionales, sino que además, la cultura popular permite los mecanismos de descolonización necesarios para desconectarse de los procesos ideológicos globales