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DISPENSACIÓN DE LA PROMESA

TIEMPO: Empieza con el


llamamiento que Dios le hace a
Abrahán y culmina con la salida
o éxodo de Israel de la nación
egipcia (430 años).
TRASFONDO HISTÓRICO: Después
de la confusión de las lenguas en la
torre de Babel y la consiguiente
dispersión, Dios hace un pacto con
Abrahán y al ver la fidelidad de
éste, le hace maravillosas
promesas, tanto para él, como para
sus descendientes de acuerdo a la
condición de fidelidad, según
veremos en el estudio de esta
dispensación.
Muchas de esas promesas se han cumplido, otras no, por
incumplirse la condición mencionada, lo que les hizo caer en
esclavitud en la tierra de Egipto.

Dios, por su voluntad permisiva, dejó que Israel fuera sujeto a


esclavitud por parte de los egipcios, debido a su rebeldía, ya
que la promesa era hacerlos una gran nación. Gén. 46.3: Dijo:
Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto,
porque allí yo haré de ti una gran nación.

Si en vez de rebelarse hubieran conservado la fe de Abrahán se


hubieran quedado en Canaán, por tal razón descendieron a
Egipto, en donde como ya vimos fueron objeto de esclavitud.
PACTO ABRAHÁMICO

Gén. 12.1-4: 1Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de


tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los
que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias
de la tierra. 4Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y
era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.

Gén. 13.14-17: 14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó
de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el
norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15Porque toda la tierra que
ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16Y haré tu
descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el
polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17Levántate,
ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.
Gén. 15.1-7: 1Después de estas cosas vino la palabra de
Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo
soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
2Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás,
siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa
es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira
que no me has dado prole, y he aquí que será mi
heredero un esclavo nacido en mi casa. 4Luego vino a él
palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un
hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le
dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las
puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y
creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Gén. 15.18-21: 18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram,
diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto
hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los
cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas,
21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Leer: Gén. 17. 1-8:

1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le


apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda
delante de mí y sé perfecto. 2 Y pondré mi pacto entre mí y ti, y
te multiplicaré en gran manera. 3 Entonces Abram se postró sobre
su rostro, y Dios habló con él, diciendo: 4 He aquí mi pacto es
contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.
5Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre
Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de
gentes. 6Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y
reyes saldrán de ti. 7Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios
de ellos.

En el pacto con Abraham, renovado con Isaac y Jacob,


tenemos la expresión clásica del pacto divino, Gén 3.16–18: 16
A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus
preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu
marido, y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto
obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé
diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos
te producirá, y comerás plantas del campo.
Y se transmitió por dos tradiciones, Gén 15. 17: Y sucedió que
puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una
antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.

LAS BENDICIONES PROMETIDAS INCLUYEN:

1. Una descendencia santa y numerosa;

2. La posesión de la tierra de Canaán; y

3. La reconciliación con Dios.

La tercera promesa se expresa en Gén 17.7: Yo seré tu Dios y


el de tu descendencia después de ti, y muestra que, como en los
casos de Adán y Noé, el pacto divino no se limita a la
relación entre Dios y el individuo que originalmente recibe
las promesas. Sin embargo, la exclusión de Ismael,
Gén 17.18–21: 18Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante
de ti. 19Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz
un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él
como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 20Y
en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré,
y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce
príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. 21Mas yo
estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este
tiempo el año que viene.

Y Esaú, Ro. 9.6–13: 6No que la palabra de Dios haya fallado;


porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7ni por
ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te
será llamada descendencia. 8Esto es: No los que son hijos según la
carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la
promesa son contados como descendientes. 9Porque la palabra de
la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo.
10 Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de
Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho
aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la
elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12
se le dijo: El mayor servirá al menor. 13 Como está escrito: A Jacob
amé, mas a Esaú aborrecí. Muestra que aun en el Antiguo
Testamento la descendencia física no garantiza el cumplimiento
automático de todas las bendiciones prometidas en el pacto. Las
promesas se cumplen para «los hijos de los hijos», pero con la
condición de que posean una actitud de fe hacia Dios y estén
calificados como «los que guardan su pacto, y los que se acuerdan
de sus mandamientos para ponerlos por obra» Gén 17.9: Dijo de
nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu
descendencia después de ti por sus generaciones.
Sal 103.17, 18: 17Mas la misericordia de Jehová es desde la
eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia
sobre los hijos de los hijos; 18Sobre los que guardan su pacto, Y los
que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.

Ro 4.13: Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su


descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino
por la justicia de la fe.

Génesis 17 acentúa el hecho de que el pacto con Abraham es


eterno: 17:9, 13, 19: 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a
ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus
generaciones. 13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el
comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por
pacto perpetuo. 19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te
dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi
pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después
de él.
Gál 3.16–18: 16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas,
y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de
muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17
Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con
Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo
abroga, para invalidar la promesa. 18 Porque si la herencia es por la
ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham
mediante la promesa.

Heb 13.20: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro


Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del
pacto eterno.

Y establece la circuncisión como señal del mismo. Aunque en


el pacto con Abraham resalta el requisito de la fe, permanece
vigente la necesidad de la obediencia como expresión
ineludible de una fe sincera: Gn 12.4: Y se fue Abram, como
Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y
cinco años cuando salió de Harán.
Gén. 17.1: Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le
apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante
de mí y sé perfecto.

Gén. 18.19: Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa


después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y
juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado
acerca de él.

Heb 11.8: Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el


Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un
nuevo pacto.

Aunque el pacto con Abraham es particular y limitado, el


contexto muestra que (cf. Adán y Noé) Dios tenía propuesta
una bendición universal, Gén 12.3: Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en
ti todas las familias de la tierra.
Hech 3.25: Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que
Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente
serán benditas todas las familias de la tierra.

Este pacto con Abrahán no culminó con esta disposición, por


continuar en vigencia hasta el rapto glorioso de la iglesia.
Gál. 3.7: Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de
Abraham.

BASES

Hacer de Israel una nación grande.

Gén. 12.2: Y haré de ti una nación grande…

a). Serán como el polvo de la tierra.


Gén. 13.16: haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si
alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu
descendencia será contada.
b. Como las estrella del cielo.

Gén. 15.5: Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta
las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

El Señor le promete que en el futuro todo hombre que acepte


a Cristo pasará a integrar el futuro Israel espiritual.

Ro. 4.16,17: 16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin
de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no
solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la
fe de
Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17 (como está escrito:
Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien
creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son,
como si fuesen.
2). Te bendeciré:

a). Materialmente:

Gén. 13.14, 15, 17: 14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se
apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde
estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque
toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para
siempre. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su
ancho; porque a ti la daré.

Gén. 15.18: En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo:
A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río
grande, el río Eufrates.

Gén. 24.34,35: 34Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham. 35Y


Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le
ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y
asnos.
b). Espiritualmente.

Gén. 15.6: Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

Jn. 8.56: Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi


día; y lo vio, y se gozó.

3).Engrandeceré tu nombre.

Gén. 12.2: Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y


engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

4). Serás bendición.

Gál. 3.13-14: 13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho


por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es
colgado en un madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de
Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos
la promesa del Espíritu.
5). Bendición para los que bendigan a Israel y maldición para
quienes lo maldigan.

Gén. 12.3: Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te


maldijeren maldeciré…

La promesa anterior se a cumplido a través de toda la historia


de Israel. Las naciones que han tenido buenas relaciones con
este país han prosperado, sin embargo, las que lo han tratado
mal, han sufrido las consecuencias.

6). Por Israel serán benditas las naciones de la tierra.

Gén. 12.3: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Esta hermosa promesa se ha cumplido a lo largo de la historia,


es decir, desde Abrahán hasta nuestro Señor Jesucristo.
7). La tierra de Palestina fue dada a Abraham y sus
descendientes.
Gén. 15.18-21: 18 habiendo de ser Abraham una nación grande y
fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la
tierra? 19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después
de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio,
para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca
de él. 20 Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra
Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se
ha agravado en extremo, 21 descenderé ahora, y veré si han
consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no,
lo sabré.
La señal del pacto fue la circuncisión:

Gén. 17.9,14: 9Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti,


guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus
generaciones. 14Y el varón incircunciso, el que no hubiere
circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de
su pueblo; ha violado mi pacto.
ESTADO DEL HOMBRE

Tener y ser bendición:

Gén. 12.1-3: 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de


tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y
haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los
que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias
de la tierra.

Gén. 13.14-17: 14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó


de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el
norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra
que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. 16 Y haré tu
descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar
el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17
Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti
la daré
Gén. 15.5: 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y
cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu
descendencia.

RESPONSABILIDAD
Por haber obedecido a los preceptos del Señor, Abrahán fue
bendecido y sirvió de bendición:

Gén. 26.2-5: 2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a


Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3 Habita como forastero en
esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu
descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento
que hice a Abraham tu padre. 4 Multiplicaré tu descendencia como
las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y
todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5 por
cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis
mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
FRACASO DEL HOMBRE

Los hermanos de José por haberle vendido tuvieron que


dejar la tierra de provisión para buscarla en otro sitio:

Gén. 47.1: Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis
hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han
venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén.

EL JUICIO
Por su desobediencia los israelitas fueron sometidos a
esclavitud por los egipcios:

Leer: Éx. 1.8-14


TIPOS

•Melquisedec, sacerdote, tipo de Cristo.

Gén. 14.18: Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del


Dios Altísimo, sacó pan y vino.

Heb. 7.1: Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios
Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los
reyes, y le bendijo.

•Isaac, el hijo de la promesa quien fue obediente hasta la


muerte.

Leer: Gén. 22:1-24


•Rebeca: Tipo de la iglesia de Cristo.

Leer: Gén. 24:1-67


1 Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había
bendecido a Abraham en todo. 2 Y dijo braham a un criado suyo, el
más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que
tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, 3 y te juramentaré
por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás
para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo
habito; 4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer
para mi hijo Isaac. 5 El criado le respondió: Quizá la mujer no
querrá venir en pos de mí a esta tierra. ¿Volveré, pues, tu hijo a la
tierra de donde saliste? 6 Y Abraham le dijo: Guárdate que no
vuelvas a mi hijo allá. 7 Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de
la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y me habló y me
juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra; él enviará su
ángel delante de ti, y tú traerás de allá mujer para mi hijo…
•José vendido por sus hermanos, se casa con una gentil,
tipo de Cristo.

Gén. 24.50: Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer
año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera
sacerdote de On. 51Y llamó José el nombre del primogénito,
Manasés.

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