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COLOMBIA

DECIDIÓ POR
LA PAZ
El pasado 15 de Junio los
colombianos votamos y
decidimos un programa de
gobierno para los próximos
cuatro años alrededor de la
PAZ, por primera vez nuestro
pueblo en uso de la soberanía
escogió y le entregó al
gobierno un mandato, un
Si bien es cierto que la firma de las
negociaciones de la paz es de exclusivo manejo
del gobierno nacional, así como las decisiones
de gran trascendencia como lo pertinente a la
justicia transicional, la aplicación de la Ley de
víctimas, justicia y reparación, la rehabilitación
institucional, la cooperación internacional y la
asistencia humanitaria, que son entre otras las
acciones del estado, también es cierto que si
anhelamos una paz responsable y duradera,
para que la pesadilla de la guerra solo quede en
la historia y no volverla a repetir, entonces la
PAZ es un propósito de todos.
Afirmamos que el logro de éste
propósito no depende
exclusivamente del gobierno; por
un lado compromete a la guerrilla,
ya que la voluntad popular
también trasciende a ellos y lo
lógico debe ser que dichos grupos
permitan la fluidez rápida y
responsable de las negociaciones;
Por otro lado, debemos entender que el silencio
de los fusiles solo es el comienzo de un proceso
que nos permitirá a todos construir la paz, por
lo tanto el compromiso y vinculación activa es
tanto del gobierno nacional, como de los
gobiernos territoriales actuales y sobre todo de
aquellos que se elegirán en el 2015, igualmente
de los Partidos Políticos comprometidos
programáticamente con la paz; así mismo de la
sociedad civil en general; todos debemos estar
pensando en el universo de la paz, pero prestos
de forma decidida a actuar localmente, a actuar
en nuestro territorio.
Entendemos que el fin de la confrontación armada
en Colombia, no implica el logro de la paz, si las
fuentes del conflicto permanecen intactas, la
terminación del mismo supone el comienzo de una
nueva etapa, y si no se actúa de forma inmediata
sobre esas fuentes, nos vamos a encontrar con
repercusiones tan o más violenta que la anterior ya
que es posible que las desesperanzas y las
desconfianza que nos dejó el conflicto interno, se
vuelven causa de nuevas problemáticas sociales, las
cuales no tenemos certeza que se resuelvan por la
vía política o la vía de la democracia, es la razón y el
principal argumento por la que el tema del
POSCONFLICTO propuesto por el mismo gobierno
nacional debe tomarse en serio y actuar desde hoy
mismo.
Consolidar la paz en Colombia es
un proceso que solo se logra en el
posconflicto, éste no es la
ausencia del conflicto, solo que la
presencia de él es fuente de
superación o de desarrollo; no
debemos abandonar la
confrontación de las ideas,
tampoco las sanas competiciones
de los programas y las políticas
que se colocaran al frente del
pero lo que en sí debemos trabajar
y actuar es en una gran alianza
estratégica, ¿quiénes?, todos los
grupos, partidos y sectores que a
pesar de nuestra diversidad
ideológica y política estamos de
acuerdo con un propósito
fundamental que es la paz, la
convivencia y el buen vivir de
nuestras familias y vecinos.
En éste sentido nos gustaría ver que en beneficio de
nuestros pueblos y de la felicidad de nuestras
gentes, en las próximas elecciones territoriales a
realizarse en el mes de octubre de 2015 todos los
partidos de la unidad nacional que ganaron la
presidencia con el programa de la paz, los que se
sumen a tal propósito nacional, la izquierda
democrática y la sociedad civil en su conjunto, de
forma decidida abandonen el sectarismo, el egoísmo
o posiciones triunfalistas excluyentes y decidan
concertar o consensuar candidatos únicos con
programas reales que resuelvan los verdaderos
problemas de nuestra sociedad y a la vez
prevengan los efectos de las principales causas del
conflicto.
Muchas pueden y deben ser las
pretensiones programáticas,
pero consideramos dos de suma
urgencia:

La primera tiene que ver con


reconstrucción del tejido social de una
comunidad apática desesperanzada y
dividida por las insatisfacciones con el
Estado y por los aconteceres de los
procesos y métodos políticos.
Esta tarea pasa por el reconocimiento y
el fortalecimiento de las organizaciones
sociales, lograr que éstas acepten la
negociación de paz, apoyen dicho
proceso, promueva y desarrolle las
tareas de la convivencia y la aceptación
del otro, son en verdad tareas
dantescas, pero esenciales para nuestro
futuro. Testificamos en este contexto
que sin una sociedad civil convencida y
comprometida, el proceso del
posconflicto es un fracaso.
La segunda gran tarea es buscar
el restablecimiento de una
identidad territorial, única
condición para avanzar por los
senderos del progreso y bienestar
social, sabemos que los impactos
producidos por los fenómenos
propios del conflicto, tales como
los desplazamientos, bloqueos y
muchos otros han perturbado y
atentado con el desarrollo de los
Al considerar que el territorio fue
también víctima del conflicto debemos
entender que debemos actuar sobre él
hasta lograr la identidad sobre
propósitos comunes entre todos sus
pobladores, propiciar y facilitar la
participación en todos los espacios y
mecanismos que nos garantiza la
constitución y la ley, es permitir que
los habitantes de nuestros territorios
sean los autores de su propio futuro,
lo anterior implica que el Estado
invierta en las soluciones de
necesidades desde siempre
insatisfechas, que los territorios
vuelvan a sentir la presencia del
Estado de Bienestar desplazado por el
interés del mercado. Así actuando
construiremos un territorio autónomo,
descentralizado, que piensa y planifica
su futuro, que construyendo región
pueda garantizar otro tipo de
desarrollo, el cual se desequilibró
hojadeparraconpescomunal@h
totalmente con el conflicto
otmail.com armado y la

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