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PATRIMONIO DE LA NACIÓN

Y EL ESTADO
La Nación es un conjunto de personas ligadas por un vínculo, como lo
pueden ser el lenguaje, la cultura, las tradiciones o las costumbres. El
Estado es un conjunto de cuatro elementos, a saber: población, territorio,
gobierno y orden jurídico. Nación es un concepto sociológico, en tanto que
el Estado es un concepto jurídico.

Ahora bien, debemos aclarar que la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, así como algunos otros textos legales utilizan
incorrectamente como sinónimos los términos “Estado” y “Nación”. En estos
supuestos, debemos entender que se trata del Estado Mexicano.

De conformidad con la fracción I del artículo 25 del Código Civil Federal, el


Estado Mexicano es una persona moral. Como tal tiene atributos, uno de los
cuales es el patrimonio. El patrimonio es un conjunto de bienes, derechos y
obligaciones de una persona que, apreciables en dinero, constituyen una
universalidad jurídica.
Para Gabino Fraga el conjunto de bienes materiales que de modo
directo o indirecto sirve al Estado para realizar sus atribuciones
constituye el dominio o patrimonio del propio Estado.

La crítica a la definición de Gabino Fraga es que el patrimonio como


atributo de la personalidad, no se compone únicamente de bienes
materiales, sino también de derechos y obligaciones que,
apreciables en dinero, constituyen una universalidad jurídica.

Por tanto, la primera conclusión es que únicamente podemos hablar


de “patrimonio del Estado”, como atributo de su personalidad
jurídica y no, del patrimonio de la Nación. La segunda conclusión es
que el patrimonio del Estado Mexicano es el conjunto de bienes,
derechos y obligaciones que, apreciables en dinero, constituyen
una universalidad jurídica.
ELEMENTOS Y CARACTERÍSTICAS.

El patrimonio del Estado Mexicano está conformado por tres elementos, a saber:
bienes, derechos y obligaciones.

Para Ernesto Gutiérrez y González, los caracteres esenciales (características para


nuestros efectos) que debe tener una cosa para que se le pueda considerar en un
momento dado, como “bien o cosa propiedad del Estado”, son:

a) Puede ser un bien o cosa mueble o inmueble, corporal o incorporal;


b) Debe ser normalmente insustituible;
c) Debe pertenecer a una persona ficticia moral gobernante, ya sea el Estado, una
entidad federativa o un municipio;
d) Esa cosa o bien debe ser necesario para la función exclusiva de esa persona
moral gobernante, y
e) Que la persona moral gobernante aplique la cosa o bien al desempeño de sus
funciones.
Los bienes, derechos y obligaciones que conforman el patrimonio
del Estado Mexicano, tienen como única característica el que
sean considerados como tales por disposición de ley. Esto es,
siguiendo el Principio de Legalidad única y exclusivamente
aquello que la ley establezca como patrimonio del Estado, lo será.
SU RÉGIMEN CONSTITUCIONAL, LEGAL Y REGLAMENTARIO.

El primer fundamento legal del patrimonio del Estado Mexicano es el artículo


27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual en su
párrafo primero establece lo siguiente:

“Artículo 27.- La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los


límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual
ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares,
constituyendo la propiedad privada.”

En otras palabras, el Estado Mexicano es titular del derecho real de propiedad


sobre las tierras y aguas comprendidas dentro de lo que el artículo 42
Constitucional, precisa como territorio nacional. Esto es lo que la Doctrina ha
dado en llamar la “propiedad originaria”. El propio Estado tiene además el
derecho de constituir la “propiedad derivada”, que será aquélla cuyos titulares
sean los particulares.
Ahora bien, de conformidad con el párrafo cuarto del citado artículo 27 Constitucional,
son también propiedad del Estado Mexicano los siguientes bienes:

a) Recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las


islas;
b) Minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan
depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como
los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria;
c) Yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas
directamente por las aguas marinas;
d) Productos derivados de la descomposición de la rocas, cuando su explotación
necesite trabajos subterráneos;
e) Yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas
como fertilizantes;
f) Combustibles minerales sólidos;
g) Petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, y
h) Espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el
Derecho Internacional.
Con fundamento en lo dispuesto por el párrafo quinto del artículo 27 Constitucional, son también
propiedad del Estado Mexicano los siguientes bienes:

a) Aguas de los mares territoriales en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional;
b) Aguas marinas interiores;
c) Aguas de las lagunas y esteros que se comuniquen permanente o intermitentemente con el
mar;
d) Aguas de los lagos interiores de formación natural que estén ligados directamente a corrientes
constantes;
e) Aguas de los ríos y sus afluentes directos o indirectos;
f) Aguas de las corrientes constantes o intermitentes y sus afluentes directos o indirectos,
cuando el cauce de aquéllas en toda su extensión o en parte de ellas, sirva de límite al territorio
nacional o a dos entidades federativas, o cuando pase de una entidad federativa a otra o cruce la
línea divisoria de la República;
g) Aguas de los lagos, lagunas o esteros cuyos vasos, zonas o riberas, estén cruzadas por
líneas divisorias de dos o más entidades o entre la República y un país vecino, o cuando el límite
de las riberas sirva de lindero entre dos entidades federativas o a la República con un país vecino;
h) Aguas de los manantiales que broten en las playas, zonas marítimas, cauces, vasos o riberas
de los lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional, y las que se extraigan de las minas, y
i) Los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores en la extensión que fija la ley.
Es también propiedad del Estado Mexicano la zona económica exclusiva a que se
refiere el párrafo octavo del artículo 27 Constitucional. Según dicho precepto, el
Estado Mexicano ejerce en una zona situada fuera del mar territorial y adyacente a
éste, los derechos de soberanía y las jurisdicciones que determinen las leyes del
Congreso. La zona económica exclusiva se extenderá a doscientas millas náuticas,
medidas a partir de la línea de base desde la cual se mide el mar territorial. El texto
constitucional señala además que en aquellos casos en que dicha extensión produzca
superposición con las zonas económicas exclusivas de otros Estados, la delimitación
de las respectivas zonas se hará en la medida en que resulte necesario, mediante
acuerdo con estos Estados.

Son también propiedad del Estado Mexicano la plataforma continental y los zócalos
submarinos de las islas, cayos y arrecifes, en los términos previstos por la fracción IV
del artículo 42 Constitucional.

Por último, los fuertes, cuarteles, almacenes de depósito y demás bienes inmuebles
destinados por el Gobierno de la Unión al servicio público o al uso común, son
también propiedad del Estado Mexicano, en los términos del artículo 132
Constitucional.
En otro orden de ideas, diversas leyes secundarias regulan
los elementos del patrimonio del Estado Mexicano, por
ejemplo:

a) Ley General de Bienes Nacionales, publicada en el


Diario Oficial de la Federación el 20 de mayo de 2004.
b) Ley de Aguas Nacionales, publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 1º de diciembre de 1992.
c) Ley Federal del Mar, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 8 de enero de 1986.
d) Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el
Ramo del Petróleo, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 29 de noviembre de 1958.
Desde el punto de vista reglamentario, pueden citarse lo siguientes
ordenamientos:

a) Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales, publicado en el


Diario Oficial de la Federación el 12 de enero de 1994.
b) Reglamento de la Ley Reglamentaria del Artículo 27
Constitucional en el Ramo del Petróleo, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 22 de septiembre de 2009.
c) Reglamento del Registro Público de la Propiedad Federal,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 4 de octubre de
1999.
d) Reglamento para el Uso y Aprovechamiento del Mar Territorial,
Vías Navegables, Playas, Zona Federal Marítimo Terrestre y
Terrenos Ganados al Mar, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 21 de agosto de 1991.
CLASIFICACIONES.

La vigente Ley General de Bienes Nacionales fue publicada en


el Diario Oficial de la Federación el 20 de mayo de 2004, y de
conformidad con su artículo primero transitorio entró en vigor al
día siguiente de dicha publicación. Ahora bien, en términos del
artículo segundo transitorio de la Ley que nos ocupa, ésta
abrogó a la Ley General de Bienes Nacionales que fue publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 8 de enero de 1982.

Según la Ley General de Bienes Nacionales de 1982, el


patrimonio nacional se componía de bienes de dominio público
de la Federación y bienes de dominio privado de la Federación.
Por su parte, el artículo 3º de la vigente Ley General de Bienes
Nacionales, los clasifica en:

a) Los señalados en los artículos 27, párrafos cuarto, quinto y


octavo; 42, fracción IV, y 132 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
b) Bienes de uso común a que se refiere el artículo 7 de la propia
Ley.
c) Bienes muebles e inmuebles de la Federación.
d) Bienes muebles e inmuebles propiedad de las entidades.
e) Bienes muebles e inmuebles propiedad de las instituciones de
carácter federal con personalidad jurídica y patrimonio propios a las
que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos les
otorga autonomía, y
f) Los demás bienes considerados por otras leyes como nacionales.
El comentario entorno a este artículo 3º, es que no se trata de una simple
clasificación de los bienes que conforman el patrimonio del Estado
Mexicano, sino de una enumeración de los mismos, que en principio podría
calificarse de taxativa o limitativa. Sin embargo, por lo dispuesto en su
última fracción, la enumeración de los bienes nacionales previstos en dicho
artículo 3º, es enunciativa.

Ahora bien, según lo dispuesto por el párrafo primero del artículo 4º de la


Ley en cita, los bienes nacionales pueden estar sujetos a dos tipos de
regímenes jurídicos, a saber: régimen de dominio público o regulación
específica señalada en las leyes respectivas. La importancia de distinguir
entre ambos regímenes es por la ley aplicable. Dicho de otra forma, la Ley
General de Bienes Nacionales se aplicará a todos los bienes nacionales,
excepto a los bienes regulados por leyes específicas. Respecto a estos
últimos, se aplicará la Ley en cita en lo no previsto por dichos
ordenamientos y sólo en aquello que no se oponga a éstos.
BIENES DEL DOMINIO PÚBLICO Y PRIVADO DEL ESTADO.
BIENES DEL DOMINIO DIRECTO.

Como se expuso, a la luz de la Ley General de Bienes Nacionales de 1982


se entiende ésta clasificación que divide a los bienes nacionales en bienes
de dominio público y bienes de dominio privado. Por su parte, la vigente Ley
de 2004, se aparta de esta clasificación, por lo siguiente:

a) El artículo 3º de la Ley de 2004, contiene una primera clasificación de


los bienes nacionales.
b) El artículo 4º de la Ley de 2004, proporciona una segunda clasificación
desde el punto de vista del régimen jurídico a que estén sujetos los bienes
nacionales, a saber: bienes sujetos al régimen de dominio público y bienes
sujetos a la regulación específica que señalen las leyes respectivas.
c) En la Ley de 2004, desparece el concepto de “bienes de dominio
privado de la Federación”.
Ahora bien, por lo que respecta a los bienes del dominio directo, debemos atender a lo
dispuesto por el párrafo cuarto del artículo 27 Constitucional, según el cual
corresponde al Estado Mexicano el dominio directo sobre los siguientes bienes:

a) Recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las


islas;
b) Minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan
depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como
los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria;
c) Yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas
directamente por las aguas marinas;
d) Productos derivados de la descomposición de la rocas, cuando su explotación
necesite trabajos subterráneos,
e) Yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas
como fertilizantes;
f) Combustibles minerales sólidos;
g) Petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, y
h) Espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el
Derecho Internacional.
DOMINIO PÚBLICO Y SUS TITULARES.

De conformidad con el párrafo primero del artículo 4º de la Ley de 2004, los


bienes nacionales pueden estar sujetos al régimen de dominio público.
Ahora bien, están sujetos al régimen de dominio público de la Federación,
los bienes señalados en el artículo 6º de la propia Ley, según el cual:

“ARTÍCULO 6.- Están sujetos al régimen de dominio público de la


Federación:

I.- Los bienes señalados en los artículos 27, párrafos cuarto, quinto y
octavo; 42, fracción IV, y 132 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos;

II.- Los bienes de uso común a que se refiere el artículo 7 de esta Ley;
III.- Las plataformas insulares en los términos de la Ley Federal del Mar y, en su
caso, de los tratados y acuerdos internacionales de los que México sea parte;

IV.- El lecho y el subsuelo del mar territorial y de las aguas marinas interiores;

V.- Los inmuebles nacionalizados a que se refiere el Artículo Decimoséptimo


Transitorio de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;

VI.- Los inmuebles federales que estén destinados de hecho o mediante un


ordenamiento jurídico a un servicio público y los inmuebles equiparados a éstos
conforme a esta Ley;

VII.- Los terrenos baldíos, nacionales y los demás bienes inmuebles declarados
por la ley inalienables e imprescriptibles;

VIII.- Los inmuebles federales considerados como monumentos arqueológicos,


históricos o artísticos conforme a la ley de la materia o la declaratoria
correspondiente;
IX.- Los terrenos ganados natural o artificialmente al mar, ríos, corrientes, lagos,
lagunas o esteros de propiedad nacional;

X.- Los inmuebles federales que constituyan reservas territoriales,


independientemente de la forma de su adquisición;

XI.- Los inmuebles que formen parte del patrimonio de los organismos
descentralizados de carácter federal;

XII.- Los bienes que hayan formado parte del patrimonio de las entidades que se
extingan, disuelvan o liquiden, en la proporción que corresponda a la Federación;

XIII.- Las servidumbres, cuando el predio dominante sea alguno de los anteriores;

XIV.- Las pinturas murales, las esculturas y cualquier obra artística incorporada o
adherida permanentemente a los inmuebles sujetos al régimen de dominio público
de la Federación;
XV.- Los bienes muebles de la Federación considerados como monumentos históricos o
artísticos conforme a la ley de la materia o la declaratoria correspondiente;

XVI.- Los bienes muebles determinados por ley o decreto como monumentos
arqueológicos;

XVII.- Los bienes muebles de la Federación al servicio de las dependencias, la


Procuraduría General de la República y las unidades administrativas de la Presidencia de la
República, así como de los órganos de los Poderes Legislativo y Judicial de la Federación;

XVIII.- Los muebles de la Federación que por su naturaleza no sean normalmente


sustituibles, como los documentos y expedientes de las oficinas, los manuscritos,
incunables, ediciones, libros, documentos, publicaciones periódicas, mapas, planos, folletos
y grabados importantes o raros, así como las colecciones de estos bienes; las piezas
etnológicas y paleontológicas; los especímenes tipo de la flora y de la fauna; las
colecciones científicas o técnicas, de armas, numismáticas y filatélicas; los archivos, las
fono grabaciones, películas, archivos fotográficos, magnéticos o informáticos, cintas
magnetofónicas y cualquier otro objeto que contenga imágenes y sonido, y las piezas
artísticas o históricas de los museos;
XIX.- Los meteoritos o aerolitos y todos los objetos minerales, metálicos
pétreos o de naturaleza mixta procedentes del espacio exterior caídos y
recuperados en el territorio mexicano en términos del reglamento respectivo;

XX.- Cualesquiera otros bienes muebles e inmuebles que por cualquier vía
pasen a formar parte del patrimonio de la Federación, con excepción de los
que estén sujetos a la regulación específica de las leyes aplicables, y

XXI.- Los demás bienes considerados del dominio público o como inalienables
e imprescriptibles por otras leyes especiales que regulen bienes nacionales.”

En términos del artículo 9º de la Ley de 2004, los bienes sujetos al régimen de


dominio público de la Federación estarán exclusivamente bajo la jurisdicción de
los Poderes Federales, excepto aquellos inmuebles que la Federación haya
adquirido con posterioridad al 1º de mayo de 1917 y que se ubiquen en el
territorio de algún Estado, en cuyo caso se requerirá del consentimiento de la
legislatura local respectiva.
En este mismo orden de ideas, sólo los tribunales federales serán
competentes para conocer de los juicios civiles, mercantiles,
penales o administrativos, así como de los procedimientos judiciales
no contenciosos que se relacionen con los bienes sujetos al
régimen de dominio público de la Federación, incluso cuando las
controversias versen sobre derechos de uso sobre los mismos.

En cuanto a las características de los bienes sujetos al régimen de


dominio público de la Federación, según lo dispuesto por el artículo
13 de la Ley de 2004, éstos son: inalienables, imprescriptibles e
inembargables y no estarán sujetos a la acción reivindicatoria o de
posesión definitiva o provisional, o alguna otra por parte de
terceros.
Es importante destacar que las concesiones, permisos y
autorizaciones sobre bienes sujetos al régimen de dominio público
de la Federación no crean derechos reales, sino que simplemente
otorgan frente a la administración y sin perjuicio de terceros, el
derecho a realizar los usos, aprovechamientos o explotaciones, de
acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes y el
título de la concesión, permiso o la autorización correspondiente.

Por último, cabe mencionar que el titular de los bienes nacionales


sujetos al régimen de dominio público es el Estado Mexicano, toda
vez que la Federación carece de personalidad jurídica y por tanto,
no podría ser titular de derechos u obligaciones.
CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES DEL DOMINIO PÚBLICO.

La Ley de 1982 establecía en su artículo 1º que el patrimonio nacional se compone de


bienes de dominio público de la Federación y bienes de dominio privado de la
Federación.

Ahora bien, según lo dispuesto por el artículo 2º de dicha Ley de 1982, eran
considerados como bienes de dominio público, entre otros: los de uso común; los
señalados en los artículos 27, párrafos cuarto, quinto y octavo y 42, fracción IV, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; el lecho y el subsuelo del mar
territorial y de las aguas marinas interiores, y los inmuebles destinados por la
Federación a un servicio público, los propios que de hecho utilice para dicho fin y los
equiparados a éstos, conforme a la ley.

No obstante lo anterior, debemos tener presente que en la Ley de 2004 los bienes
nacionales sujetos al régimen de dominio público de la Federación son los previstos en
el artículo 6º de la propia Ley, precepto que, al igual que el anterior, propiamente no
establece una clasificación de los mismos, sino una enumeración de ellos.
BIENES DESTINADOS A SERVICIO PÚBLICO.

Según lo dispuesto por la fracción V del artículo 2º de la Ley de 1982, formaban parte de
los bienes de dominio público, los inmuebles destinados por la Federación a un servicio
público, los propios que de hecho utilice para dicho fin y los equiparados a éstos, conforme
a la ley.

El artículo 34 de la Ley de 1982, enumeraba los bienes destinados a un servicio público,


entre los que se mencionaban, los siguientes: los inmuebles utilizados por los Poderes
Legislativo y Judicial de la Federación, así como por el Poder Ejecutivo y sus
dependencias; los inmuebles destinados al servicio de los Poderes Legislativo y Judicial;
los inmuebles destinados a las dependencias y entidades de la Administración Pública
Federal, y los predios rústicos directamente utilizados en los servicios de la Federación.

Ahora bien, cabe mencionar que a la luz de la Ley de 1982, los bienes “equiparados” a los
destinados a un servicio público eran los templos y sus anexidades, cuando estuvieran
legalmente abiertos al culto público y los afectos, mediante convenio publicado en el Diario
Oficial de la Federación, a actividades de organizaciones internacionales de que México
fuere miembro.
Por su parte, la Ley de 2004 se refiere en primer término a estos “bienes destinados a
servicio público”, en las fracciones III, IV y V del artículo 3º, al declarar como bienes
nacionales, los siguientes: muebles e inmuebles de la Federación; muebles e
inmuebles propiedad de las entidades, y los bienes muebles e inmuebles propiedad de
las instituciones de carácter federal con personalidad jurídica y patrimonio propios a
los que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos les otorga
autonomía.

En segundo lugar, la Ley de 2004 se refiere a los “bienes destinados a servicio


público”, en las fracciones VI, XI, XVII y XVIII del artículo 6º, al declarar sujetos al
régimen de dominio público de la Federación a los siguientes: los inmuebles federales
que estén destinados de hecho o mediante un ordenamiento jurídico a un servicio
público y los inmuebles equiparados a éstos conforme a la propia ley; los inmuebles
que formen parte del patrimonio de los organismos descentralizados de carácter
federal; los bienes muebles de la Federación al servicio de las dependencias, la
Procuraduría General de la República y las unidades administrativas de la Presidencia
de la República, así como de los órganos de los Poderes Legislativo y Judicial de la
Federación, y los muebles previstos en la referida fracción XVIII.
BIENES DE USO COMÚN.

De conformidad con la fracción I del artículo 2º de la Ley de 1982, son bienes


de dominio público los de uso común. Por su parte, la fracción II del artículo 3º
de la Ley de 2004, declara a los bienes de uso común como nacionales y la
fracción II del artículo 6º, los sujeta al régimen de dominio público de la
Federación.

En cuanto a la enumeración de los bienes de uso común, a ello se refieren los


artículos 29 de la Ley de 1982 y 7º de la Ley de 2004, estableciendo este
último, lo siguiente:

“ARTÍCULO 7.- Son bienes de uso común:

I.- El espacio aéreo situado sobre el territorio nacional, con la extensión y


modalidades que establezca el derecho internacional;
II.- Las aguas marinas interiores, conforme a la Ley Federal del Mar;

III.- El mar territorial en la anchura que fije la Ley Federal del Mar;

IV.- Las playas marítimas, entendiéndose por tales las partes de


tierra que por virtud de la marea cubre y descubre el agua, desde
los límites de mayor reflujo hasta los límites de mayor flujo anuales;

V.- La zona federal marítimo terrestre;

VI.- Los puertos, bahías, radas y ensenadas;

VII.- Los diques, muelles, escolleras, malecones y demás obras de


los puertos, cuando sean de uso público;
VIII.- Los cauces de las corrientes y los vasos de los lagos, lagunas y esteros de
propiedad nacional;

IX.- Las riberas y zonas federales de las corrientes;

X.- Las presas, diques y sus vasos, canales, bordos y zanjas, construidos para
la irrigación, navegación y otros usos de utilidad pública, con sus zonas de
protección y derechos de vía, o riberas en la extensión que, en cada caso, fije la
dependencia competente en la materia, de acuerdo con las disposiciones
legales aplicables;

XI.- Los caminos, carreteras, puentes y vías férreas que constituyen vías
generales de comunicación, con sus servicios auxiliares y demás partes
integrantes establecidas en la ley federal de la materia;

XII.- Los inmuebles considerados como monumentos arqueológicos conforme a


la ley de la materia;
XIII.- Las plazas, paseos y parques públicos cuya construcción o
conservación esté a cargo del Gobierno Federal y las
construcciones levantadas por el Gobierno Federal en lugares
públicos para ornato o comodidad de quienes los visiten, y

XIV.- Los demás bienes considerados de uso común por otras leyes
que regulen bienes nacionales.”

La regla general es que todos los habitantes de la República


pueden usar los bienes de uso común, sin más restricciones que las
establecidas por las leyes y reglamentos. Lo anterior, según lo
dispuesto por los artículos 30 de la Ley de 1982 y 8º de la Ley de
2004.
Ahora bien, en tratándose de aprovechamientos especiales
sobre los bienes de uso común, el párrafo segundo del
citado artículo 30 de la Ley de 1982, establecía que se
requería de concesión o permiso. Por su parte, el párrafo
segundo del referido artículo 8º de la Ley de 2004, agrega
la figura de la autorización.

Gabino Fraga considera que los bienes de uso común


pueden clasificarse desde dos puntos de vista diferentes: i)
por la naturaleza de los propios bienes, y ii) por la forma de
su incorporación al dominio público.
Conforme al primer criterio, el autor en cita sostiene que los bienes de
uso común se pueden agrupar en las siguientes categorías:

a) Dominio público aéreo, esto es, el espacio aéreo situado


sobre el territorio y mares territoriales. Sin embargo, por Decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de enero de 1960,
se reforma el párrafo cuarto del artículo 27 Constitucional, para
establecer el dominio directo del Estado Mexicano sobre el espacio
situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije
el derecho internacional. Por tanto, el espacio aéreo es un bien de
dominio directo y no de uso común.

b) Dominio público marítimo, estos son, las aguas marina


interiores, el mar territorial, las playas marítimas, la zona federal
marítimo terrestre.
c) Dominio público terrestre, estos son, los caminos,
carreteras, puentes y vías férreas que constituyan vías
generales de comunicación, con sus servicios auxiliares,
las plazas, paseos y parques públicos.

Por último, Gabino Fraga considera que desde el punto de


vista de la forma de incorporación de los bienes al dominio
público, se pueden clasificar en dos categorías: los que
constituyen el dominio natural y los que constituyen el
dominio artificial. Los primeros, son aquellos que por su
naturaleza misma quedan incorporados al dominio público,
mientras que los segundos son los que se incorporan por
una disposición expresa de la ley.
DOMINIO PRIVADO.

La Ley de 1982 consideraba a los bienes de dominio privado


de la Federación como componentes del patrimonio nacional.
Ahora bien, el artículo 3º de la propia Ley enumeraba a esta
clase de bienes.

El ordenamiento en cita establecía que los bienes de dominio


privado pasaban a formar parte del dominio público cuando
fuesen destinados al uso común, o un servicio público o a
alguna de las actividades que se equiparan a los servicios
públicos, o de hecho se utilicen en esos fines.
Ahora bien, como se expuso, la Ley de 2004 cambia el
criterio y desaparece el concepto de bienes de dominio
privado, para establecer que los bienes nacionales podrán
estar sujetos a dos regímenes jurídicos, a saber: el
régimen de dominio público o la regulación específica que
señalen las leyes respectivas.

Por lo anterior, podemos concluir que los bienes de


dominio privado a que se refería la Ley de 1982 quedan
ahora comprendidos en este nuevo concepto de la Ley de
2004, es decir, de regulación específica que señalen las
leyes respectivas.
BIENES DEL DOMINIO PRIVADO DEL ESTADO.

Como se apuntó, el artículo 3º de la Ley de 1982 enumeraba los bienes


de dominio privado de la Federación, en los siguientes términos:

“ARTICULO 3o.- Son bienes de dominio privado:

I.- Las tierras y aguas de propiedad nacional no comprendidas en el


artículo 2o. de esta ley que sean susceptibles de enajenación a los
particulares;

II.- Los nacionalizados conforme a la fracción II del artículo 27


constitucional, que no se hubieren construido o destinado a la
administración, propaganda o enseñanza de un culto religioso;
III.- Los bienes ubicados dentro del Distrito Federal, declarados vacantes conforme a la
legislación común;

IV.- Los que hayan formado parte del patrimonio de las entidades de la Administración
Pública Paraestatal, que se extingan o liquiden, en la proporción que corresponda a la
Federación;

V.- Los bienes muebles de propiedad federal al servicio de las dependencias de los
Poderes de la Unión, no comprendidos en la fracción XI del artículo anterior;

VI.- Los demás inmuebles y muebles que por cualquier título jurídico adquiera la
Federación;

VII.- Los bienes muebles e inmuebles que la Federación adquiera en el extranjero.

VIII.- Los bienes inmuebles que adquiera la Federación o que ingresen por vías de
derecho público y tengan por objeto la constitución de reservas territoriales, el
desarrollo urbano y habitacional o la regularización de la tenencia de la tierra.
También se considerarán bienes inmuebles del dominio privado de
la Federación, aquellos que ya formen parte de su patrimonio y que
por su naturaleza sean susceptibles para ser destinados a la
solución de los problemas de la habitación popular, previa
declaración expresa que en cada caso haga la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Ecología.”

Hoy en día, a la luz de la Ley de 2004 al desaparecer el concepto


“bienes de dominio privado”, naturalmente no encontramos una
enumeración de los mismos en el cuerpo de la ley, sino por el
contrario su circunscripción a la nueva idea de “regulación
específica que señalen las leyes respectivas”.
RÉGIMEN DE LOS BIENES MUEBLES DE DOMINIO PRIVADO.

El artículo 3º de la Ley de 1982, al enumerar a los bienes de


dominio privado, consideraba dentro de ellos en sus fracciones V,
VI y VII, a los siguientes bienes muebles:

a) Los bienes muebles de propiedad federal al servicio de las


dependencias de los Poderes de la Unión, no comprendidos en la
fracción XI del artículo anterior;
b) Los demás inmuebles y muebles que por cualquier título
jurídico adquiera la Federación, y
c) Los bienes muebles e inmuebles que la Federación adquiera
en el extranjero.
Ahora bien, la Ley de 1982 destinaba su Capítulo VI a la regulación del régimen
jurídico de los bienes muebles de dominio privado, pudiendo destacar de dichas
disposiciones, lo siguiente:

a) La entonces Secretaría de Programación y Presupuesto era la encargada


de expedir las normas para la clasificación de dichos bienes, para la
organización de los sistemas de inventarios y estimación de su depreciación y
el procedimiento que debía seguirse en lo relativo a la afectación y destino final
de los mismos.
b) La entonces Secretaría de la Contraloría General de la Federación era la
encargada de practicar visitas de inspección.
c) Las adquisiciones y arrendamientos de los bienes muebles de dominio
privado se sujetaban a las leyes aplicables en la materia.
d) Los bienes muebles de dominio privado son inembargables. Los
particulares podían adquirirlos por prescripción sujetándose a la legislación civil.
Asimismo, podían ser objeto de donación.
TITULARIDAD DE LOS BIENES DE DOMINIO PRIVADO.

De conformidad con la Ley de 1982, los bienes de dominio privado


de la Federación pertenecen al Estado Mexicano. A la luz de la
propia Ley, debemos distinguir entre bienes inmuebles y muebles.

Los bienes inmuebles de dominio privado de la Federación son


inembargables e imprescriptibles, según el artículo 60 de la Ley en
cita. Los bienes muebles de dominio privado de la Federación son
inembargables, pero los particulares podían adquirirlos por
prescripción, sujetándose a la legislación civil, con la salvedad de
los plazos, pues éstos se duplican; lo anterior, según lo dispuesto
por el artículo 80 de la Ley que nos ocupa.
FORMAS DE ADQUIRIR BIENES POR PARTE
DEL ESTADO.

El Estado Mexicano puede adquirir bienes a través


de ocho figuras jurídicas, a saber: expropiación,
decomiso, nacionalización o estatización,
requisición, esquilmos, confiscación, donaciones y
herencia.

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