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pneumatología

Catequesis sobre el espíritu


Santo
“el espíritu Santo en nuestra
vida”
JAIRO IGNACIO BETANCUR MOLINA

DOCENTE,

Manuel Antonio Tenjo Cogollo

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA
CLARETIANA
Antes de iniciar …
Recomendaciones y preparación para el catequista o animador, quien dirige la
catequesis

Catequesis para jóvenes de 12 a 15 años, máximo 15 participantes


Materiales necesarios:
•Biblia
•Sonido (Grabadora, o bafle)
•Video beam
•Una vela para cada participante
•Descargar o tener a la mano la canción “alza tu vela” se puede
descargar o ver el video en: https://www.youtube.com/watch?
v=o7BxtDeI6fg
•Texto guía para la reflexión.
•Copia de la oración al Espíritu Santo (anexos)
•Duración aproximadamente de 60 minutos
Desarrollo de la
catequesis …
Para iniciar la catequesis se le pide a los jóvenes que se organicen en un círculo, en el cual, en el medio
esta una biblia abierta con una luz encendida al lado.
Luego de estar organizados y en silencio el animador les da la bienvenida y los invita a mirar fijamente los
símbolos que están en medio de ellos, permitiéndoles en unos minutos observar con detenimiento la
palabra de Dios y la luz que está encendida
A continuación el animador los invita a orar juntos con la oración del espíritu santo. Luego se invitara a
cada participante a expresar una acción de gracias a Dios por su vida; terminada la oración se continúa
con la catequesis. (Aproximadamente de 10 a 15 minutos)

Luego de la oración, se realizara una pequeña dinámica. Al terminar se proyectara el video de la


canción, “alza tu vela” El animador leerá la cita bíblica Hechos 2, 1-13 , luego el animador guiara la
reflexión con el apoyo de algunas diapositivas, guiando a los jóvenes a descubrir dónde está el Espíritu
Santo en el día a día de nuestra realidad y como debemos responder gratuitamente a Él. Se terminara
proyectando de nuevo el video “alza tu vela” (aproximadamente 35 – 45 minutos)
Oración.…
Dinámica.…

Vamos a dividir el grupo en 2, a un grupo lo llamaremos equipo A y el otro


Equipo B.
Cada participante del equipo A estará al frente de un participante del equipo B
Se le asignara a cada participante del equipo A una tarea o una palabra la cual
por medio de mímica debe hacerla entender al participante del equipo B
Al terminar los integrantes del equipo A luego lo hace el equipo B, al terminar
cada uno se va sentando en su respectivo puesto.

Objetivo: descubrir que podemos comunicar


palabras o acciones por Medio de la mímica o señas,
Que los símbolos y las acciones son cotidianas en
Nuestra vida, que la fuerza del Espíritu Santo, como a los
Apóstoles nos hacen actuar de una u otra forma para el bien
De la Iglesia y de nuestros semejantes.
Video “alza tu vela”.…
Cita bíblica.…
Reflexión.…

Toda nuestra salvación procede Misión de Jesús


de las dos misiones reveladas en
el NT, la misión del Verbo es decir
la misión de Jesús y la del Espíritu
Santo. Anuncio del Reino
de los Cielos– ser
Hijos De Dios
Misión del Espíritu Santo Galatas. 4,4

Fuerza en la
acción del reino de
los cielos en cada
hombre y en cada
acontecer de
nuestra realidad
La revelación del Espíritu Santo en nosotros,
se desarrolla en evolución muy lenta,
permanece radicalmente incompleta y todavía
hoy estamos al comienzo de sus
manifestaciones imprevistas.

 Los actos y las acciones del Espíritu no se


repiten, señalan tendencias o constantes, pero
la novedad del Espíritu somete a revisión
nuestras vidas en las acciones que a diario
hacemos por su fuerza, y mas a un dentro de
nuestra Iglesia.
En la primera etapa del Reino, el Espíritu fue
enviado a María (Lc 1,35) para preparar la venida
del Verbo y para consagrar la acción de Jesús (Lc
3,22; 4,1 ). Después de la Resurrección, fue el
Verbo quien envió el Espíritu a los hombres.

Desde la Encarnación hasta la muerte, Jesús


obedeció fielmente al Espíritu, en
cumplimiento de la voluntad del Padre y de
las profecías de la Biblia. Nada existió en
Jesús que no fuera traducción humana del
Espíritu que habitaba en El. Después de la
Resurrección, al contrario, el Espíritu se
subordinó a Cristo (Jn 16,13s).
Cristo y el Espíritu edifican conjuntamente
la obra de Dios. La carta a los Efesios es el
testimonio de esta colaboración. El sello del
Espíritu expresa la pertenencia a Cristo (Ef
1,13) y el Espíritu reúne a los miembros
para formar el cuerpo de Cristo (1Co 12,13).
Se intentó que todos los jóvenes
La dinámica consiguieran su objetivo, eso mismo les
pasó a los apóstoles, que a pesar de
hablar diferentes lenguas, y de ser cada
uno de una manera, al final conseguían
hacerse entender porque el espíritu les
ayudaba.

El Espíritu es el mismo en todos y tiene que empujar hacia la misma meta. Pero
como cada uno está en un “sitio” diferente, y a veces muy variado, el camino que
nos obliga a recorrer será siempre distinto. Por tanto, no son los caminos los que
distinguen a los que se dejan mover por el Espíritu, sino el destino hacia el que se
dirigen. La profesora de universidad, el obispo, el médico, el fontanero, la periodista,
el fraile, la directora del banco… todos tienen que tener el mismo objetivo imperioso
si están movidos por el mismo Espíritu. Su tarea es completamente diferente, pero el
destino es el mismo: Una mayor humanidad, que es la manifestación de la presencia
del Espíritu
La preocupación por los demás, que es la
mejor muestra de que nos estamos
dejando llevar por Él; en cualquier persona
que manifieste amor, ahí está el Espíritu.
El Espíritu es la relación del Padre y del
Hijo; es el Amor eterno entre el Padre que
ama y el Hijo que es amado. El Espíritu es
el que nos desvela el misterio de que el
amor divino no es dominio celoso del
Padre y tampoco monopolio interesado del
Hijo; porque el amor verdadero es siempre
apertura, don, comunicación que
desborda. Por este motivo, el amor de Dios
no se queda en sí mismo, sino que se
comunica y se extiende a toda la
humanidad.
El Espíritu tiene siempre un carácter
anónimo, impersonal, difuso, algo que
se nos diluye y que no podemos
concretar. El Espíritu está siempre
rodeado de misterio y de silencio. Es
una dimensión oscura de Dios, que
permanece siempre oculta, impalpable,
kenótica, es decir, como vacía de
contenido

el Espíritu en la Escritura se nos revela


a través de unos símbolos que son
fluidos e impersonales, aunque
sumamente dinámicos. El Espíritu
aparece más como
verbo que como sustantivo; es ante
todo acción, dinamismo.
El Viento

el viento significa el poder y la fuerza


vital de Dios, su acción creadora y
vivificadora en el mundo y en la
historia, invisible pero real, Sin él, sólo
hay muerte y caos. El Espíritu es viento
de libertad y fuente de vida
El Fuego

el fuego simboliza la luz, la fuerza y la


energía del Espíritu; su calor que caldea
y hace arder el corazón frío; su
capacidad de comunicación humana; el
principio de comunión que, como el
fuego, reúne junto al hogar; su
expansión interna por el dinamismo del
amor.
El Agua
significa que Dios quiere ofrecer
una vida nueva a nuestros
corazones de piedra, transformar
el mundo reseco y estéril en tierra
viva. Es un agua que quita la sed.
Es la vida del Espíritu que recibe
en las aguas del bautismo el que
entra en la Iglesia.
Unción de Aceite
la unción del aceite significa la fuerza del
Espíritu que consagra para la misión,
una misión que tiene que ver con la
práctica del derecho y la justicia con los
pobres y los oprimidos. Los cristianos
hemos recibido esta unción del Espíritu
en el sacramento de la confirmación, que
nos da fuerza para proseguir la función
mesiánica de Jesús en nuestro mundo:
hacer el bien y practicar el derecho y la
justicia con los pobres
La Paloma
El simbolismo de la paloma, que la
iconografía cristiana utilizará con profusión
para referirlo al Espíritu, significa una serie
de rasgos del Espíritu: la blancura y
pureza, la ternura, la sencillez (Mt 10,16),
la paz, que debían ser características
propias del Pueblo de Dios y deben serlo,
en concreto, de la Iglesia, Nuevo Pueblo
de Dios.
El Espíritu nos ha sido concedido en una pluralidad de dones: desde la
propia existencia hasta las riquezas personales de cada uno, todo es obra
del Espíritu. No tenemos que esperar la acción del Espíritu, porque el
Espíritu ya está actuando. No hay que esperar acontecimientos
maravillosos, grandiosos prodigios, prestidigitaciones o espectaculares
pruebas. El Espíritu ya ha venido, ya actúa, ya vive en nosotros. Actúa, está,
vivifica y mueve las cosas, es el alma de los pequeños gestos que nos
unen, es la fuerza que en nosotros nos impulsa a vivir como hermanos.
Tenemos que aprender a ser dóciles al Espíritu: aquietar nuestra mente
embarullada de ideas, sosegar nuestro deseo insaciable. Si oramos, si
contemplamos y damos ocasión a la experiencia del Espíritu, nuestro
activismo se convertirá en acción
Una comunidad animada por el Espíritu es
una comunidad abierta hacia el mundo,
que es capaz de ver más allá de sus
muros y compadecerse de la situación
penosa por la que pasan las personas
alrededor. Una comunidad animada por el
Espíritu ve las cosas con los ojos de las
víctimas, con la mirada de los últimos, de
los desahuciados de la  sociedad y los
favoritos de Dios. Es, por eso, una
comunidad que ha salido del letargo y de
la ceguera. Una comunidad animada por el
Espíritu es una comunidad capaz de
vencer el narcisismo, capaz de resistir la
tentación del gueto. La experiencia del
Espíritu no es una experiencia al margen
del mundo ni de lo cotidiano.
Video “alza tu vela”.…
Bibliografía de apoyo

la canción “alza tu vela” se puede descargar o ver el video en:


https://www.youtube.com/watch?v=o7BxtDeI6fg

: Víctor-Codina: Fundamentos de una pneumatología.

José-Comblin: La misión del Espíritu Santo

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