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Hebreros 11:1 La

fe es la
confianza de que
esta sucediendo
lo que espero;
es lo que me da
la certeza de las
cosas que no
puedo ver.
Romanos
10:17 La fe
viene a mí
por oír, y
oír, la Buena
Noticia acerca
del ungido
Jesús.
La fe me
garantiza que
ahora es mío lo
que anhelaba
tener. Es
convicción. Me
da seguridad. La
fe dice la
Palabra de Dios.
Fe no es esperanza. La
fe no espera recibir.
Esperar no hace nada, el
creer si. La fe cree y
recibe en el presente.
Cuando quiero recibir el
Espíritu Santo, sanidad,
resolver un problema
financiero, o cualquier
respuesta a una oración,
debo hacerlo con fe, la
fe dice que recibo ahora
mismo, que ya lo tengo.
Marcos 11:24 yo puedo
orar por cualquier cosa
y si creo que ya la he
recibido, será mía. No
es esperando, sino
creyendo. La esperanza
esta en tiempo futuro,
mira adelante. No
busco que mis
necesidades sean
suplidas en el futuro,
sino ahora mismo,
mayormente si sufro
mucho.
Efesios 2:8 Dios me salvó
por su gracia cuando creí.
Yo no tengo ningún mérito
en eso; es un regalo de
Dios. Romanos 10:13 todo
el que invoque el nombre
del SEÑOR será salvo.
Romanos 10:9-10 Soy salvo
por confesar con mi boca
que Jesús es el Señor y
creer en mi corazón que
Dios le levanto de los
muertos. Pues por creer en
mi corazón soy declarado
justo a los ojos de Dios y
por confesarlo con mi boca
soy salvo.
1 Pedro 2:24 “…
Por sus heridas, yo
fui sanad@.” Esta
no es una promesa.
Es una declaración
de algo que ya ha
sucedido. No
espero ni busco
sanidad, yo creo y
recibo mi sanidad
ahora mismo.
SEÑOR Jesús,
con mis manos
levantadas, te
doy gracias porque
estoy sanad@, me
alegro tanto por
lo que hiciste. En
tu nombre hago
lo que no podía
hacer.
Las cosas no
suceden por orar y
ESPERAR. No es
culpa de Dios, Dios
nunca falla. No es
culpa de Jesús,
Jesús nunca falla.
Dios no cambia. Él
sano, sana y sanara.
Él proveyó, provee y
proveerá. Él libero,
libera y liberara.
Si oro acerca de algo,
o pido algo y no lo
recibo, hago un
cambio, porque algo
tendrá que ser
alterado antes de
verlo contestado. Sé
que el cambio no lo
tiene que hacer Dios,
porque en Él no lo
hay; entonces el
cambio tengo que
hacerlo yo.
Uso mi esperanza para
esperar: el regreso del
SEÑOR Jesús el Ungido,
la resurrección de los
santos que murieron, el
arrebatamiento de los
que estemos vivos, el
volver a ver a mis seres
amados y amigos. Estas
son bendiciones futuras,
pero, hay bendiciones
presentes, las cuales
necesito recibir hoy,
para ellas uso mi fe.
Cuando hago lo
que dice la
Palabra de Dios,
o hago lo que el
Espíritu Santo
dice a mi
corazón, entonces
los resultados
vienen. Eso es la
fe.
El poder del Espíritu
Santo para sanar, NO
va a apoderarse de
mi, NI obligarme a
hacer algo fuera de
mi voluntad, sin mi
cooperación. Los
espíritus malos obligan
y empujan; el Espíritu
Santo persuade y
sugiere, y queda en
mi el responder y
obedecer.
La fe dice: “Es mío.
¡Lo tengo ahora!” La
esperanza dice: “Lo
tendré algún día”.
Creo que recibo mi
salud ahora aunque
continúe viendo y
sintiendo los síntomas.
No puedo verme sano
primero y entonces
creerlo, eso no seria
fe. ¡SEÑOR gracias
porque soy san@!
Toda duda y desaliento
es del enemigo. Cuando
creemos y confesamos la
Palabra, él nos hará
sentir como mentirosos:
“dijiste que estas san@
y no lo estas”. La
verdad es que NO estoy
diciendo que me siento
san@, NO estoy diciendo
que me veo san@,
ESTOY diciendo que SOY
SAN@ porque me lo
compraron en la cruz y
lo recibí en oración.
Una vez creo que recibo
lo que pido en oración,
en mi corazón, el
Espíritu Santo me
sugerirá dar pasos en fe,
con el fin de apropiarme,
a pesar de que aun no
veo ni siento lo que
estoy creyendo. Al mismo
tiempo, en mi mente hay
que poner oídos sordos a
la duda y al desaliento
que el enemigo trata de
sembrar para que yo no
reciba de Dios.
Gracias a Dios, por las
heridas de Jesús estoy
sanad@. Quiero
declarar en la presencia
del Dios Todopoderoso,
y del Señor Jesús
Ungido, y de los
ángeles del cielo, en la
presencia del diablo y
de los espíritus
inmundos que la
Palabra de Dios es
verdad, y yo creo que
estoy san@. Lo creo.
Cuando el Diablo me
habla, lo hace con
duda y falta de fe.
Cuando Dios me habla,
lo hace de acuerdo a
Su Palabra. Cuando el
diablo persista me
puedo reír de él. Así
no tenga ganas de
hacerlo, puedo
obligarme a reír, la
Biblia dice que él esta
vencido.
Apocalipsis 12:10, 11
Como hijos de Dios,
tenemos un acusador,
el cual nos acusa
delante de nuestro
Dios de día y de
noche, pero podemos
vencerlo por medio
de la sangre del
Cordero y por
nuestra confesión de
la Palabra de Dios.
FORMULA DE LA FE
1) Tener Palabra de
Dios acerca de mi
necesidad. 2) Creer,
imaginar y murmurar la
Palabra de Dios. 3) No
valorar las circunstancias
contrarias. 4) Dar gloria
a Dios. Estos son los
cuatro pasos seguros de
mi liberación, de mi
sanidad, de mi provisión,
o de lo que busque.
No comprendo al
Espíritu Santo, ni a
Jesús, ni a Dios
Padre a través de lo
que siento. Puedo
comprenderlos solo
por lo que la Palabra
dice de ellos. Ellos
son todo lo que la
Palabra dice que son.
Los conozco a través
de la Palabra.
No trato de conocer
a Dios a través de lo
que siento. No creo
que Dios escucha mi
oración porque me
sienta bien. Mi fe no
se basa en lo que
siento, se basa en la
Palabra de Dios. La
Palabra dice que Él
me oye, entonces Él
me oye. Porque Él lo
dijo y Él no miente.
Para ver
manifestaciones de
Dios, tengo que
usar la fe de la
Biblia, y si mi fe
esta basada en la
Palabra de Dios,
entonces creo la
Palabra sin esperar
pruebas que
satisfagan mis
sentidos físicos.
Soy bendit@ por
poner mi fe en
Dios. Gálatas 3:29
Ahora que
pertenezco al
Ungido, soy hij@ de
Abraham. Soy su
hereder@, y la
promesa de
bendición de Dios a
Abraham me
pertenece.
La esperanza dice:
“Estoy orando y
esperando. Lo
tendré algún día”.
Pero no recibe.
La fe dice: “Estoy
orando y creyendo.
Lo tengo ahora”.
Así recibo de Dios.

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