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COMETECIAS DE LA

EMPLABILIDAD
DESARROLLO DE TAREA

ALUMNOS: EDUARDO ADASME


YERKO BRAVO
CRISTIAN DIAZ
PROFESOR : LUIS SILVA FRANSISCO PARRA
Cuando pensamos en la
globalización regularmente la
asociamos con conceptos como
uniformidad y homogeneidad. Y
parcialmente es cierto, con la
globalización se ha ingresado a un
tiempo mundial que confronta a
todas las sociedades a resolver
problemas análogos. Por doquier
se habla de crisis del Estado, de
liberalización económica, de
economía de mercado.

Sin embargo, que el tiempo mundial nos ponga frente a problemas análogos, no
significa que sea idéntica la manera como se asume la globalización por parte de
las distintas sociedades políticas, ni que los efectos de esta compenetración con
circuitos globales provoque resultados similares. La globalización constituye más
bien un proceso contradictorio ya que globaliza y localiza, integra y
fragmenta, homogeniza y diferencia.
Hay quienes plantean que el proceso de
la globalización surge luego de la caída
de la URSS, a fines de los ’80, y la
conversión de China a una economía de
mercado, puesto que desde entonces se
habría hecho efectiva la liberalización de
aquellos mercados dominados por el
sistema comunista, para pasar a uno
abiertamente capitalista. Pero también
hay quienes aseguran que, si bien el
proceso de globalización tuvo emergencia
durante esta época, su gestación es tan
antigua como el mismo nacimiento de las
civilizaciones.

Pese a todo, ambas posiciones coinciden en que al menos un factor ha sido


fundamental para la explosión globalizadora: el alto desarrollo tecnológico que permitió
la masificación de la información por medios como la televisión e Internet.
Sin detenernos en la discusión sobre el origen
o nacimiento histórico de la globalización, no
cabe duda de que ella es un proceso actual,
de nuestros tiempos, y frente a su
valorización política, económica, social y
cultural hay posiciones controvertidas. Por
ejemplo aquellas ideas dominantes que
demonizan a la globalización y la culpan de
ser la gran causa de todos los males de la
realidad por la que atraviesa la sociedad
contemporánea. Y otras, por supuesto, que
hacen su apología enfatizando sus grandes
ventajas. Ambas posiciones no hacen más
que confundir el campo de explicación de un
proceso en sí mismo muy complejo.

Pasemos a revisar algunos de los sentidos


que se han atribuido a la noción de
globalización:
En su primer sentido, la
globalización es entendida por
muchos como sinónimo de la
internacionalización de las
economías nacionales. Otro nombre
para designar una mayor integración
de los mercados entre los países y
que se opone al de la autarquía
económica (independencia
económica de un Estado).

En consecuencia, cuanto mayor sea el grado de integración, mayor es la


interdependencia entre los países que participan del comercio y de los
mercados financieros internacionales. A medida que crece la importancia
del comercio y de los flujos de capital, es posible ir a un sistema
globalizado de flujos de capital al cual tienden a amoldarse los Estados
nacionales.
En un segundo sentido, la
noción de globalización es
entendida como sinónimo de un
proceso de reformas volcadas a
la liberalización comercial y
financiera de las economías
nacionales. Se trata de remover
las barreras proteccionistas
impuestas por los gobiernos
nacionales y dar paso al libre
movimiento de bienes, servicios
y de capitales entre los países
para crear una economía abierta
y sin fronteras.
Un tercer sentido del concepto de
globalización, lo refiere como
sinónimo de un proceso de
homogeneización o de
empadronamiento, especialmente
de actitudes y patrones de
comportamientos, con una
progresiva erosión de la
exclusividad y singularidad de los
patrones culturales nacionales.

Bajo este criterio, el término “global” es entendido como equivalente a


“mundial” y “globalización” como un proceso de difusión de productos,
pensamientos, formas de vida y experiencias a todos los rincones y
culturas del orbe, consiguiendo uniformizar necesidades, gustos y
saberes.
Similar al criterio anterior, el cuarto
sentido de globalización la plantea
como sinónimo de modernización (o
como occidentalización, a veces
confundida con americanización). La
globalización viene a confundirse con
cambios profundos de las culturas
locales, a través de la cuales son
difundidas a todo el mundo las
estructuras sociales de la modernidad,
vale decir, del capitalismo, racionalismo,
industrialización y burocracia. Tal
proceso tendría como resultado la
paulatina desaparición de las culturas
preexistentes y la autodeterminación
local.
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Finalmente, un quinto sentido
de la noción de globalización
incorpora el concepto de
supranacionalidad y otro de
supraterritorialidad en las
relaciones entre los Estados
nacionales. En este sentido, la
globalización implicaría una
reconfiguración de la
geografía, de forma que el
espacio social no depende
más, de modo integral, del
espacio, las distancias o
fronteras territoriales.
A las definiciones anteriores,
habría que agregar que, si bien el
capital (el mercado) es el primer
componente de la globalización, el
segundo elemento está constituido
por las plataformas digitalizadas y
sus modelos informacionales y
aplicaciones como las páginas
web, los blogs, etc., pero cuyo
modelo emblemático son los
complejos sistemas financieros
informáticos.
Esta plataforma globalizada de la sociedad de la informática (o sociedad
informacional, como la denomina Manuel Castells) es al mismo tiempo la que
nos permite participar en una opinión pública en red, en una sociedad del
conocimiento, cuya única barrera aún son los idiomas. La sociedad de la
información es una dimensión de la globalización formada por actores locales,
a la que estamos invitados a participar activamente.
Fendt, Roberto: “Cinco observaciones políticamente incorrectas sobre la
globalización”. Las cinco definiciones las cita Fendt del texto de Jan Aart
Scholte, Globalization. A critical introduction, London, Palgrave. 2000.
Paper publicado en "Políticas sociales Internacionales" editado por la
Fundación Konrad Adenauer, Brasil. El libro aspira a contribuir al debate en
torno a las consecuencias sociales de la globalización, en especial en
América Latina. Editado en portugués.

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