con los purés. ... Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir. Es natural que los padres deseen la felicidad y el éxito a sus hijos. También es natural que dediquemos nuestros pensamientos a tratar de descubrir qué enseñanzas transmitirles, qué recomendaciones hacerles y qué hacer para que ellos disfruten de su vida. Los hijos siempre nos presentan nuevos escenarios y mientras más crecen, más amplio se hace el abanico de los temas involucrados. Muchas veces nos sentimos poco preparados para tanta tarea.
No podemos desconocer que la responsabilidad de criar a nuestros
hijos nos puede desvelar, pero también es verdad que tanto ellos, como nosotros, no nos encontramos en esta vida por casualidad. Los hijos elijen a sus padres para experimentar ciertas circunstancias como aprendizaje de sus almas y los padres se convierten en colaboradores para ese aprendizaje. Se produce una sinergia que está orientada a superar ciertas limitaciones arrastradas por el clan familiar. Estas limitaciones no son problemas que se han interpuesto para evitar la felicidad de ambas partes, más bien, son peldaños que antes no fueron superados y que se presentan nuevamente para que esta vez sí puedan ser superados. Ser padre significa dar ejemplo, comprensión y cariño a nuestros hijos. Nos hace responsable de ayudarle a convertirse en una persona Autónoma. Aproveche todos los momentos apropiados para abrazarlo y decirle cuánto lo quiere. Trate de solucionar y negociar los conflictos con su hijo buscando juntos una arreglo aceptable para ambos. Ayude a su niño a reconocer sus capacidades y sus dificultades, para que pueda trabajar con ellas y esforzarse por superarlas. Nunca hable del estudio, del colegio o de los profesores en forma negativa. Le está perjudicando. La misión de los padres es ofrecer una buena crianza a los hijos. Las claves de la buena crianza son amar, cuidar, comprender, incentivar y orientar. Criar no es sólo alimentar y vestir bien, como educar no es sólo combatir el mal, señalar y censurar los errores; criar y educar a los hijos es sobre todo incentivar el bien, impartiendo buen ejemplo y valorando su buen obrar. El amor que los hijos reciben de los padres y la confianza que éstos depositan en ellos será para los hijos el mejor amparo de vida.