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Gobierno y control: el último

Lugones y sus intervenciones


sobre el lenguaje (1927-1938)
Diego Bentivegna (CONICET – UBA –UNTREF)
Lugones en La Nación (1927-1937) sobre
lengua y lenguaje
• “La lengua que hablamos” (28 de agosto de 1927), “El lenguaje cursi” (27
de noviembre de 1929), “El lenguaje pobre” (22 de diciembre de 1929), “El
lenguaje torpe” (29 de diciembre de 1929), “El idioma vivo” (22 de marzo
de 1931), “La lengua que hablamos” (22 de septiembre de 1935),
“Máquinas de escribir” (24 de noviembre de 1935), “El castellano de
América” (26 de julio de 1936), “La defensa del idioma” (21 de marzo de
1937) y “Honor de artista” (25 de julio de 1937).
Lugones, “La “Síguese claramente de aquí que el idioma es
una obra de arte, lo cual equivale a decir de alta
lengua que cultura; y ejecutada por individuos cultos, ya
que, como nadie ignora, el temperamento
hablamos”, L. artístico no basta por sí solo para efectuar
aquella creación. La cualidad natal requiere
N., 28 agosto cultivo adecuado para no malograrse.”
1927.
“Al adoptar así la misión de comunicar ideas y
emociones, el escritor contrae consigo mismo la
obligación de que sean nobles y hermosos, y con
sus semejantes, la de expresarlas bien, no según se
Lugones, “La le antoje, sino como mejor pueda. Porque de otro
modo resultará un mal hombre y un falsario.
lengua que Entendida así su función, el artista viene a ser
hablamos” dentro de sus posibles, el ejecutor en belleza de
los mandamientos de Dios. O si se quiere, pues en
lo mismo redunda, de la norma de proporción que
moralmente es equidad, intelectualmente verdad y
estéticamente armonía”.
“…supuso la capacidad espontánea del pueblo
para formar el idioma hasta engendrarlo de otro
modificado por instinto, conforme habría pasado
Lugones, “La con los cinco romances procedentes del latín,
lengua que según conocida tesis de la filología liberal. El
salvaje primitivo, y mejor aun –o peor, el
hablamos”, hombre mono de la fantasía darwiniana, creador
instintivo del lenguaje, debía lógicamente
ibid. continuar en el ejercicio de esta función, y nada
había más sencillo al parecer.”
“Obra de arte, requiere mano de artista que, para el caso, es de poeta;
y he aquí que, a despecho de la superficialidad demagógica que lo
pretende, el idioma no es creación del pueblo. Afirmar esto último
equivale a incurrir en una paradoja idéntica a la capacidad
gubernativa que le atribuyen los partidarios del sufragio universal,
precisamente porque según el concepto griego de acordada de
“Honor de apropiada recordación, el gobierno es una obra de arte. La nulidad
del pueblo en la formación del idioma es tan completa, que hasta los

artista”, en L. barbarismos y los solecismos de su procedencia, sólo se incorporan


definitivamente a aquél cuando los aceptan los escritores, cualquiera
sea el motivo de esta adopción; de lo contrario, duran poco, según lo
N., 25 de julio puede uno comprobar apelando a sus recuerdos, y nunca representan
más que transgresiones aisladas. En este punto, también, el escritor
es un servidor, no un agente servil del pueblo. Procura darle el mejor
de 1937. instrumento de expresión que sea posible, mas sin cometer, por lo
mismo, el contrasentido de pedirle lo que no tiene, y, al contario,
necesitan que le den. Lo que el pueblo haría, si tuviese la facultad en
cuestión, sería acabar con los idiomas, fragmentándolos en
dialectos.”
“El lenguaje pobre es, pues, el de la expresión
Lugones, “El impropia y rígida: definición que cuadra
perfectamente, como se ve, a los que por
lenguaje involuntaria ironía ha dado en llamarse la
“nueva sensibilidad” o “vanguardismo” (sic)
pobre”, en L. literario. Coetáneo y no pocas veces feligrés del
maximalismo, su odio a la riqueza individual lo
N., 22 de ha llevado igualmente a la miseria colectiva.
Cada época tiene la literatura que merece. A la
diciembre de democracia extrema, tenía que corresponder la
literatura extremista de la referencia”.
1929.
Lugones, “La lengua que hablamos”, L. N., 28 de
agosto de 1927.

• “Porque éste, como todos los organismos, posee naturalmente una


fuerza expulsora de los cuerpos extraños que alteran o estorban su
función normal, y así se defiende […] ningún idioma se constituye o
enriquece por transfiguración en boca de zafio, ni menos de celestina
o de ladrón como el dialecto del tango”
“Acotaciones lexicográficas”, en L. N., 18 de
octubre de 1925.
• “Todo organismo es un equilibrio en recomposición constante, pero que
subsiste, mientras logra conservar la armonía de sus elementos; su tarea
vital consiste en estar incorporándolos y eliminándolos, mediante el uso
que apareja mutación; y por ello, todo elemento desconforme con su
índole ha de serle perjudicial o caduco. Mientras permanezca en él
romperá su armonía, constituyendo una deformación antiestética o
monstruosa. El organismo funcionará mal, entonces, llenando del propio
modo su objeto, que, en el caso del idioma, es la expresión clara y precisa.
En esto, que no en la vana complacencia purista, estriba la ventaja de
expresarse con propiedad. La eficacia de la expresión comporta un éxito en
la vida civilizada. Civilización es comunicación; y ningún elemento de
comunicar como el idioma”.
“Nuestro castellano es tan bueno como el de España, y los
mejores gramáticos modernos de la lengua han sido
Lugones, americanos. Todo nuestro continente, es decir la mayoría
de la gente del habla, conserva la pronunciación del siglo

“Diccionario XVI, que no tiene por qué cambiar, puesto que la española
de nuestros días no llena ninguna necesidad ni obedece a
ninguna razón científica. Las tentativas escolares al
etimológico respecto son puramente pedantescas y serviles. Todas
fracasaron, además, y seguirán fracasando, es decir,
del castellano añadiendo otra perturbación a las muchas de nuestra
enseñanza. Esa peculiaridad, así como el empleo de voces
usual”, en El ahora desusadas o anticuadas en la Península, hacen de
nuestro castellano un idioma nacional cuya defensa es, por
monitor, 1931. lo tanto, patriótica. Por supuesto, mientras sea racional y
justa” (Lugones [1931] 1944: 18).

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