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Este documento discute las fronteras que limitan nuestra identidad y propuesta que debemos trascender estas fronteras para descubrir un sentido más amplio de nosotros mismos. Explora las fronteras del cuerpo, valores, familiaridad, expresión y exposición, argumentando que al expandir estas fronteras ganamos flexibilidad y alternativas para vivir nuestras vidas.
Este documento discute las fronteras que limitan nuestra identidad y propuesta que debemos trascender estas fronteras para descubrir un sentido más amplio de nosotros mismos. Explora las fronteras del cuerpo, valores, familiaridad, expresión y exposición, argumentando que al expandir estas fronteras ganamos flexibilidad y alternativas para vivir nuestras vidas.
Este documento discute las fronteras que limitan nuestra identidad y propuesta que debemos trascender estas fronteras para descubrir un sentido más amplio de nosotros mismos. Explora las fronteras del cuerpo, valores, familiaridad, expresión y exposición, argumentando que al expandir estas fronteras ganamos flexibilidad y alternativas para vivir nuestras vidas.
Descubrir nuestra identidad, al trascender antiguas fronteras se avanza hacía un sentido más ensanchado de uno mismo, más auténtico. Fronteras del cuerpo: las personas suelen proceder con un extraño favoritismo en lo que respecta a su cuerpo. La gente restringe o bloquea la percepción de determinadas partes o funciones, sustrayéndolas al sentido que tiene de sí misma.
Fronteras de los valores:
• En ocasiones, nuestra frontera de valores pareciera estar rígidamente establecida. Podemos empecinarnos en eludir situaciones porque la rígida adhesión a nuestro sistema de valores nos impide efectuar las discriminaciones necesarias para obtener lo que necesitamos.
• El problema surge en la medida que esta situación nos limita
• Por tanto debemos aprender a ampliar nuestras fronteras de valores, de modo
que abarquen otros valores, que una vez incluidos dentro de estas fronteras, nos conduzcan a la resolución creativa de los valores que por ahora parecen incompatibles.
• La expansión de nuestro sistema de valores nos proporciona nuevo apoyo para la
acción y nos ofrece algunas alternativas a nuestra existencia estereotipada. Esto no quiere decir que aprobemos dicho “sistema” sino que hemos aprendido a extraer de él lo que necesitamos para vivir nuestras vidas de una manera más flexible. Fronteras de la familiaridad: • En oportunidades la fuerza de la costumbre es en tal medida imperiosa que no podemos reunir la energía suficiente para romper el molde. • A veces no podemos saber de nuestra propia resistencia, pero la gravitación de lo habitual nos atrae a su órbita. • No es solamente la muerte , sino el cambio mismo, lo que nos inspira terror a algunos y hace que prefieran reducirse a funcionar en ambientes que los limitan, pero que les son familiares. • “Yo soy lo que soy” se petrifica en “Yo soy lo que siempre he sido y lo que siempre seré” • Muchas veces el bienestar futuro viaja de incógnito, y sus beneficios no se advierten hasta que, luego de largas zozobras, puede uno decirse al fin que su divorcio, abandono del puesto o incluso ataque al corazón, fue lo mejor que pudo haberle ocurrido. • Donde el terror dibuja una brecha catastrófica, es difícil percibir la posibilidad de un vacío fértil, metáfora existencial con la que se presenta la renuncia a los familiares apoyos del presente y la confianza en el impulso de la vida para crear nuevas oportunidades y panoramas. Fronteras expresivas: • Los tabúes contra el comportamiento expresivo empiezan temprano: no toques, no te muevas, no llores, no te masturbes… • Lo que comenzó en la infancia continua mientras crecemos, sólo que más sutilmente. Nos hacemos más inclusivos, y hasta encontramos situaciones nuevas a las que podemos aplicar las prohibiciones originarias. • Empujar más allá las fronteras que fijamos para nosotros mismos causa temor, nos hace sentir amenazada nuestra identidad, lo que en cierto sentido es exacto, ya que inevitablemente perdemos lo que tuvimos en otro tiempo. • Necesitamos descubrir nuestra identidad en evolución. El yo no es una estructura: es un proceso. En el acto de desmantelar antiguas fronteras expresivas se puede avanzar hacía un sentido más ensanchado de uno mismo. Fronteras de la exposición: • Esta frontera comparte con todas las anteriores una base en común, pero aquí se trata de una renuncia especifica a ser observado o reconocido. • Una persona puede saber lo que valora, y quizás no tenga inconveniente en sostenerlo. Puede manifestarlo y actuar en consecuencia, e insistir sin embargo en hacer todo esto en forma anónima o privada. • Se opone a llamar la atención más allá de los limites que el mismo determina. Exponerse siempre es peligroso. • Cuando una persona consigue al fin aceptarse a sí misma en sus diversas manifestaciones, su preocupación de exponerse ante los demás disminuye. • Los semantólogos describen 4 tipos de exposición: bloqueada, inhibida, exhibicionista y espontánea. • Bloqueo: el sujeto ni siquiera sabe qué quiere expresar. • Inhibición: aquí si se sabe qué se quiere expresar, pero no se expresa. • Exhibicionismo: expresa lo que quiere, aunque no ha integrado ni asimilado del todo la expresión en su sistema. Aquí la expresión puede pecar de torpe e inauténtica. A pesar de todo, esta etapa es necesaria e inevitable. • Espontánea: expresa lo que quiere comprometiéndose plenamente en la expresión que es compatible con sus deseos y está asimilada a ellos. • Entre la exageración y torpeza de la fase exhibicionista y la gracia convincente de la fase espontánea tiene que haber una diferencia esencial. • Cierta disposición a aceptar los momentos inauténticos y torpes es indispensable para el crecimiento.