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PARA TENER DON DE MANDO

Gral. Mark Clark


Pese al viejo dicho de que el dirigente nace, no se hace, el
arte de dirigir se puede enseñar y se puede dominar.
¿Cuáles son las cualidades que debemos fomentar?
Enseguida se anotan algunas.
Confianza: Si el que manda no tiene confianza en sí
mismo, tampoco confiarán en él los demás. Pero la
confianza tiene que adquirirse. En cada etapa debe haber
una concentración constante de seguridad, una
convicción de competencia basada en el adiestramiento y
una gran acumulación de experiencia y habilidad.
ANÍBAL
John Wesley.-

Energía: El dirigente tiene que estar preparado para


hacer todo cuanto exige a sus seguidores y aún más.
Debe ser capaz de trabajar más intensamente,
concentrar la atención más tiempo en un problema,
afrontar más peligros, aguantar más carga, resistir un
kilómetro más.
Sentido de la
oportunidad.- Esto es, una
combinación de vigilancia, imaginación y
previsión. “Nadie que piense fuera de su tiempo
puede conducir con éxito a su generación”
Woodrow Wilson
Claridad.- El dirigente debe ser capaz de
raciocinar lógicamente y de pensar las
diversas alternativas, de tomar decisiones,
y luego de hacerse entender con claridad.
Pericles:
“El que sabe pensar pero no sabe
expresar lo que piensa, esta al
mismo nivel del que no sabe pensar”
Tenacidad.- Se ha dicho que el valor es la capacidad de
resistir cinco minutos más. El dirigente no solo debe
de poseer esta capacidad, sino que debe inspirarla a
los demás.

Sir Winston Churchill


Audacia.- Esta fuerte y viril característica se asemeja al valor,
pero es más dinámica. Se manifiesta en la voluntad de correr
riesgos y experimentar; es un sublime optimismo que rechaza
y desprecia la idea del fracaso. Los dirigentes de primera
magnitud siempre la tienen.
Theodore Roosevelt: “Es mil veces preferible atreverse a
cometer grandes empresas y ganar
triunfos gloriosos, aunque matizados con
fracasos, que formar en las filas de
aquellos pobres de espíritu que ni gozan
ni sufren, porque viven en el gris
crepúsculo que no conoce ni la victoria
ni la derrota”
Interés por los demás.- La experiencia me ha
enseñado que los hombres no siguen a un conductor
si no sienten que él se interesa por ellos y por sus
problemas.

George Washington
Moralidad.- Un rígido código de
ética, un fuerte sentido de
moralidad personal.
“Obediencia a lo que no se puede imponer por la fuerza”
Fe.- Por encima de todo, el dirigente
debe tener fe en su pueblo, no menos
que en la meta hacia la cual lo conduce.
Napoleón Bonaparte.
Colofón: ¿Qué podemos hacer para mejorar el ambiente en que
se desarrollan estos atributos del dirigente?
La respuesta es que el primer deber corresponde a los
padres, porque la educación ha de empezar temprano en
el hogar.
Veamos por ejemplo, lo que ocurre con la confianza. La semilla de
esta cualidad se siembra mucho antes que el niño vaya a la escuela
(y en esta se consolida). Empieza con la ejecución correcta de tareas
sencillas. El encomio y la instrucción ayudan, pero el que quiera
realmente que su hijo sobresalga, tiene que ir más allá: tiene que
descubrir y fomentar los intereses y aptitudes especiales del niño,
guiarlo, dedicarle el tiempo que sea necesario. Tiene que entregarse
a su hijo (o a sus alumnos).
El padre (o maestro) debe procurar también que en el
hogar (o en la escuela) existan ciertos valores como:
El respeto, el orgullo, lealtad, honor.
Estas cosas se reflejan en la conversación y en la acción. La
vida no debe presentarse como una lucha dudosa e inútil,
sino como un don magnífico, una antorcha que deberá
arder con todo el brillo posible antes de entregarla a la
generación siguiente.
No se crea nadie que es fácil ser dirigente. A menudo es
empresa solitaria y ardua.

Nietzsche ha dicho: “La vida es más dura cerca de la cumbre: el frio


aumenta, la responsabilidad crece”

Friedrich Nietzsche
Pero las recompensas son enormes para los
que aspiren a la cumbre, arrostren los peligros y
se atrevan a intentar lo desconocido.

El presidente Kennedy escribió:


“La felicidad consiste en ejercer las
facultades vitales por la vía de la
excelencia, en una vida que permita
su ejercicio”.

Tal es la felicidad que el dirigente busca y


a menudo encuentra. Si comprendemos esto y nos
resolvemos a vivir este ideal, el futuro estará asegurado.
Nelson Mandela
Político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid y que, tras una larga lucha y 27 años
de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista.
Mahatma Gandhi
Emiliano Zapata

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