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Ser explicativos. A partir de la totalidad del fenómeno buscar y presentar sus relaciones con fenómenos
sociales, concretos, propios del ámbito social en el cual ocurren, que pueden modificar o expandir las
concepciones teóricas e hipotéticas a partir de las cuales se inició la búsqueda de conocimiento, que es lo
más abstracto.
La apertura hacia los Otros. En los métodos psicológico-comunitarios se trabaja con la gente y entre la
gente. Las personas con las cuales se investiga o interviene tienen, como se suele decir en la psicología
comunitaria, voz, voto y veto. Esas personas participan, en el completo sentido del verbo, en la demanda
de explicación y en el cuestionamiento y modificación a lo que hacen los /las interventoras/
investigadores, como parte del trabajo que se hace en la comunidad. La exterioridad de los Otros es una
razón para estos métodos.
CONDICIONES
• Praxis desarrollada por todos los agentes interviniendo, desde fuera y desde adentro.
• Como puede verse los puntos antes señalados no son tareas,
• son las coordenadas fundamentales que definen el giro analéctico en las intervenciones e
investigaciones que hacemos en la práctica de las profesiones cuyo ámbito es lo social. Si
hacemos un recuento de los métodos en el caso de la psicología comunitaria y de la
psicología política (mis áreas preferenciales de investigación y acción), veremos que en el
caso de los métodos participativos, de los métodos biográficos y de los métodos para la
conciencia (no me gusta la palabra concientizadores, porque me suena a unilateralidad), que
se han venido usando en esas dos ramas de la psicología, desde una perspectiva participativa
y liberadora, podemos rápidamente encontrar las normas en las cuales se expresan las
condiciones analécticas. Creadas a veces antes de conocer la analéctica.
EL DIALOGO
• El diálogo supone un mínimo de dos personas que se escuchan, que se preguntan y responden una a la
otra u otras, tratando temas de mutuo interés. La escucha en particular ya fue señalada por Freire a lo
largo de toda su amplia obra. Si no escuchamos estamos ignorando al Otro. No escuchamos cuando
damos respuestas que no aluden a lo que los Otros dicen, cuando sólo hablamos para insistir sobre
nuestros propios intereses y conocimientos, cuando tratamos de convencer por encima de toda
argumentación.
• La escucha genera al menos dos preguntas metodológicas: ¿Cómo escuchar? Y ¿Por qué escuchar? La
respuesta a la primera es escuchar conociendo al Otro, aprendiendo del Otro y sobre el Otro. Es
escuchar pensando en lo que se oye. Pero no se escucha sólo con los oídos, se escucha a la vez que se
observa y se percibe, de manera global, con todo el cuerpo, viendo y sintiendo lo que las personas (nos)
dicen.Y a su vez, nuestros gestos conscientes e inconscientes van indicando al Otro u Otros que
estamos escuchando y revelan parcialmente nuestras reacciones a lo que se dice, a la vez que sentimos
y percibimos.
LA PARTICIPACIÓN
• La participación es otro de los pilares analécticos desarrollados por las ciencias sociales latinoamericanas
y en particular por la psicología comunitaria generada en esta parte del continente. Es ella la que
introduce al Otro exilado/a de la totalidad, puesto que ya no es sólo palabra sino que es además la
multiplicación de la acción y con ella la toma de decisiones y la puesta en práctica de las reflexiones. Una
característica de la participación con sentido analéctico está claramente explicada por esa psicología al
afirmar, a partir de la praxis, que la participación transforma a las personas que participan para
transformar algo que les interesa o que es necesario hacer. Ella es “una condición para el fortalecimiento
y para la libertad” (Montero, 2004, p. 227), además de ser incluyente (Sánchez, 2000, p. 41).
• Participar supone llevar a cabo acciones, analizando y tomando decisiones con otras personas;
incluye además producción e intercambio de conocimientos; puede dar lugar a expresiones de
creatividad; da lugar a relaciones compartidas, contribuye a generar organización,
responsabilidad, reflexividad, una normatividad creada por las personas participantes;
solidaridad; patrones democráticos de interacción y a dar y recibir (Montero, 2004, pp. 227-
228).
• En 2004 di una definición de participación que ahora he redefinido con pocos cambios, desde
la perspectiva de la praxis, como: un proceso dinámico y comprometido, que es organizado,
libre e incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y de grado de
compromiso, orientado por valores y objetivos compartidos en el cual se producen
transformaciones colectivas e individuales.