entendido tanto en su emergencia como en su permanencias, como una entidad grupal organizada que opera bajo objetivos que permiten adquisición de recursos, seguridad y garantía de supervivencia principalmente. De lo contrario las probabilidades de éxito y predominio en el reino natural como especie exitosa en la adaptación al medio, hubiese sido insuficiente Los antecedentes de la intervención grupal, propiamente tal, cobran real fuerza y vitalidad como modalidad de intervención clínica, a mitad del siglo XX, dada la necesidad de lograr amplio abordaje en número de soldados/pacientes, que muestran síntomas asociados a estrés postraumático o neurosis de guerra, al regresar del campo de batalla. Los principales aportes a la psicología grupal provienen de la escuela inglesa (Bion, 1961), francesa (Anziueu, 1968), americana (Lewin, 1944 y Kaëz, 1980) y latinoamericana (Pichón, 1953) En la actualidad, los grupos se han diversificado en distintas atenciones, considerando focos y abordajes que van desde alcohólicos anónimos, dependiente de sustancias, VIH, cáncer (de distintos tipos), personas separadas, padres que han perdido hijos, etc. Todos ellos, en su mayoría, coordinados por terapeutas, monitores o los mismos sujetos de padecimiento, que se encuentran en avanzadas fases de elaboración de los mismos Sin embargo, cada vez más los psicólogos estamos buscando nuevas formas de intervención que nos permita ir más allá del acercamiento clínico tradicional y nos posibilite un trabajo de mayor impacto social y comunitario, cuyo fin no sea atacar el problema cuando ya se requiere cura, sino prevenirlo antes de que se inicie. Bajo esta óptica los psicólogos hemos realizado múltiples experiencias de trabajo grupal en prevención en salud mental, bajo la estructura de “talleres” en los cuales hemos trabajado temáticas que consideramos relevantes para la prevención, como son la autoestima, las habilidades sociales, las relaciones familiares y otros. Tradicionalmente la denominación “taller” ha sido utilizada para una diversidad de actividades en el ámbito de la educación no formal, especialmente en la educación de adultos o educación popular, sobre todo a partir del marco epistemológico de Paulo Freire (1990). Desde ahí se extendió su utilización a diversos contextos, como por ejemplo talleres de desarrollo emocional y social en la escuela básica o secundaria, talleres comunitarios, talleres de formación de líderes, talleres de desarrollo personal para la tercera edad, talleres de prevención de la violencia intrafamiliar con mujeres, talleres de prevención de drogas o de sexualidad con jóvenes, talleres de preparación para el mundo del trabajo para jóvenes y talleres de prevención en salud mental en Centros Comunitarios de Salud Mental. Bases de la intervención psicoeducativa Ciencias Sociales: En el siglo 19 Ferdinan Tonnies, Emile Durkheim, George Simmel, Max Weber, Karl Marx, dieron firmemente apoyo a la idea de un individuo constituido como sujeto desde la interacción social (desde el encuentro con el otro). Psicología Comunitaria: concibe al ser humano, como una criatura social, que no puede ser comprendida sino en relación. Todo desde una perspectiva ecológica, que busca el cambio en los sistemas sociales, con énfasis en la promoción y prevención e incorporando a la comunidad. Aportes Salud mental positiva: se pretende trascender los conceptos médicos de enfermedad a través de su complemento positivo, la salud. Calidad de vida: se enfatizan los componentes subjetivos y cualitativos, dinámicos y cotidianos, frente a los meramente cuantitativos, objetivos y estructurales. Conceptos de Prevención, Primara, Secundaria y Terciaria. Antipsiquiatría: Aparecen modalidades de tratamiento como las comunidades terapéuticas, cooperativas de trabajo y reincorporación a la familia. Psicología Educacional: Bandura, Vigotsky Fundamentación Casi la totalidad de las patologías ligadas a la salud mental y algunas de orden físico, tienen su génesis y mantención en las relaciones. El espacio social de una persona es el marco donde puede desarrollarse y crecer o bien enfermarse. Por otra parte, los centros públicos de salud mental se encuentran saturados por la alta demanda v/s la cantidad de profesionales, lo que genera listas de espera que dificultan otorgar una atención pronta y totalmente eficiente. Considerando estas variables, las instancias grupales de intervención tienen un alto impacto benéfico, tanto para las personas que participan de ellas como para las instituciones que las posibilitan, ya que les permite optimizar sus recursos. Desde esta perspectiva es que cobra gran preponderancia la formación en el entrenamiento de las competencias necesarias para facilitar un grupo, puesto que en el pregrado mayormente se apunta al trabajo individual. La intervención grupal, posibilita a las personas potenciar su función reflexiva desarrollando una visión integrada de sí mismo, unificando mente, cuerpo y ambiente social. La persona que llega al grupo busca sentirse perteneciente, y al mismo tiempo diferenciarse. En la persona comienza un proceso donde se ponen en juego las cercanías y las distancias a las relaciones, en donde comienza el desarrollo de la empatía, que permitiría desarrollar una nueva imagen del si mismo y el malestar/bienestar a partir de su lugar en la relación con los otros. Objetivos
Desarrollar las habilidades y
competencias necesarias para facilitar y manejar un proceso de intervención grupal. Desarrollar competencias profesionales a partir del diseño, implementación y evaluación de una intervención grupal.