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La Revolución Industrial y la
Revolución Francesa a finales del
siglo XVIII dan lugar al
establecimiento del mundo burgués.
Nuevo orden social, se modifican las
formas de vida y surgen desde el Estado
una serie de prácticas que brindan a la
infancia un lugar central. Así, el Estado
comienza a establecer controles respecto
de la familia de modo tal que entre el
infante y su familia empiezan a surgir
figuras por parte del Estado que
pretenden protegerlo, disciplinarlo y
ampararlo.
A partir de este momento histórico, el
infante carente de voz empieza a tener
palabra, aunque la misma es asistida
desde el Estado y la familia.
La infancia constituye un "invento
de la modernidad”, debido a que en
la época premoderna no habría
tenido lugar una concepción de
infancia, es decir, un conjunto de
espacios diferenciados,
expectativas sociales hacia los/as
niños/as y un estatus específico que
les otorgara una distinción frente a
los adultos
Con la escuela comienza la
pedagogización de la infancia que
genera al mismo tiempo un proceso
de infantilización del niño/a,
abriendo una paradoja respecto a su
concepción. Por un lado, se
considera al niño/a como un ser
autónomo y por el otro se espera de
éste obediencia, quedando sometido
a una relación de dependencia con
el adulto
a mediados del siglo XX, surge como
central la idea de ayuda prioritaria
a la infancia, siendo la Convención
en 1989 la manifestación directa de
esta concepción
Con la consolidación del sistema capitalista y
los Estados Neoliberales, junto a la creciente
fuerza que adquirieron los medios masivos de
comunicación, surge un nuevo orden social
Es posible hablar de una “globalización de la
infancia” teniendo en cuenta que a partir de
este momento histórico, los medios de
comunicación y las formas de vida empiezan
a transformar la concepción del niño/a
concibiéndolo como un gran consumidor de
ideas, productos y modos de vida.
La globalización implica cierto
grado de homogeneización sobre
cómo debería ser una adecuada
infancia, qué actividades deberían
realizar y cuáles no. Así, detrás de
esta homogeneización se
invisibilizan procesos de segregación
y marginalización social debido a
que no todos los sujetos pueden
acceder a este estilo de vida
impuesto socialmente.
Espreciso erradicar la idea de una infancia
posible y reconocer que no existe sólo un
modo de atravesar esta etapa de la vida, sino
que las posibilidades son múltiples. Así,
resulta imprescindible reemplazar el término
“infancia” por uno más amplio y complejo, a
partir del cual sea posible pensar en la
coexistencia de las infinitas realidades
factibles en el imaginario social de los
sujetos. Hablar de infancias en vez de
infancia
Respecto de la infancia es posible identificar
cinco visiones distintas
1) El/la niño/a como “propiedad familiar”:
representación que parte de la cuestión filial
y de la familiarización. Concibe a los/as
niños/as como posesión de los adultos, como
seres que se encuentran bajo el dominio de
sus padres, que son de su pertenencia. En
esta concepción de posesión-propiedad
subyace la idea de alineación social de la
infancia.
2) El/la niño/a como “grandeza
potencial” o como “futuro
ciudadano”: representación que
niega el presente de los/as
niños/as, valorándolos socialmente
por lo que serán o llegarán a ser y
no por lo que ya son. Le atribuye a
la infancia un lugar singular,
personal y privado, y de este modo,
la invisibiliza como fenómeno
social, público y colectivo.
3)El/la niño/a como “víctima-
victimario”: representación que
concibe a los/as niños/as como seres
indomables, conflictivos, e incluso
como seres “peligrosos”. Esta idea
lleva a reforzar su exclusión, a
coartar su participación, y a ejercer
un excesivo control sobre los/as
niños/as, pudiendo frecuentemente
derivar en la estigmatización de
éstos.
4)El/la niño/a como “algo privado”:
representación que relega a los/as
niños/as al mundo de lo privado, con
lo cual implícitamente se produce un
ocultamiento social de la infancia.
Concibe al niño/a como un actor
individual y, de este modo, niega su
participación activa en escenarios
públicos, social es y políticos.
Asimismo, esta imagen del niño/a
refuerza la idea de una producción
comercial destinada a hacer de ellos
meros consumidores.
5) El/la niño/a como “ser incapaz”:
representación que concibe a la infancia
como algo natural, como un período
evolutivo de la vida basado en la edad en la
cual el/la niño/a se encuentre.
son considerados incompletos, incapaces,
física y psicológicamente débiles, necesitados
de la ayuda de los adultos y, por ende, como
personas manipulables e influenciables. Así,
esta concepción termina configurando en
los/as niños/as una personalidad y una
autoimagen de insignificancia, de
autocensura, de prescindibilidad, coartando
su participación en las distintas esferas y
ámbitos de la sociedad.
En América Latina se establecen leyes
destinadas a la infancia pobre,
abandonada y concebida como
supuestamente delincuente, con
objeto de dar un marco jurídico a la
tutela del Estado y de esta forma
fundar una intervención paternalista,
con fines de disciplinamiento y control
social dirigido especialmente a las
clases pobres y en situación de riesgo
En 1982 en Argentina surge el Patronato de
la Infancia con la finalidad de intervenir
desde lo judicial y lo extra-judicial en todo
lo concerniente a niños/as en riesgo
material o moral. Hasta ese momento, las
instituciones privadas o religiosas atendían
a los infantes desamparados, pero aún no
se había instrumentado en el país una
política tutelar desde el Estado. Aún más,
tanto la familia como la escuela eran
consideradas ineficaces como instrumento.
Así, aquellos niños/as que quedaban fuera
de esta estructura moral impuesta por el
poder eran considerados en "situación
irregulares”
La Ley de Patronato de Menores Nº
10.903, también conocida como “Ley
de Agote”, se dicta en el año 1919. Su
sanción acentuó aún más la exclusión
de la infancia y estableció la
situación irregular del menor. Con
esta ley el/la niño/a era entendido
como un mero objeto de
intervención, visto como un ser
peligroso, inadaptado, al cual se debe
socializar
Nace la necesidad de control de la
infancia pobre y se crea el Juzgado de
Menores. Aquí aparece la figura del juez
con plena potestad para disponer sobre el
destino del menor, a quien mediante el
establecimiento de una causa asistencial y
penal se lo enviaba indeterminadamente a
internados, en donde permanecía hasta
cumplir la mayoría de edad. En este
proceso no intervenía ningún defensor,
tampoco existía acusación ni pruebas y
el/la niño/a ignoraba si había cometido
algún delito o cuál era el motivo por el
cual se lo acusaba
laLey de Patronato es antagónica al
modelo legal que comienza a
promoverse desde organismos
internacionales, a partir de los
cuales surge una tendencia mundial
a acordar un conjunto de principios
universales para la protección de los
derechos de los/as niños/as. Se trata
de un conjunto de instrumentos
jurídicos, de carácter internacional y
garantista que expresan un cambio
en la consideración social de la
infancia
En Argentina es la sanción de la Ley 26.061 de
Protección Integral de los Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes y la derogación de la Ley
10.903 del Patronato de Menores la legislación
que se adecua a lo previsto por la Convención
Internacional de los Derechos del Niño. A pesar
de que Argentina ratificó su adhesión a dicha
Convención y de que en 1994 le dio rango
constitucional, esta innovación legislativa recién
se materializa el 28 de septiembre de 2005 e
implica el pasaje de la doctrina de la situación
irregular a la doctrina de la protección integral,
donde se aspira a dejar de considerar a la
infancia como objeto de tutela para reconocerla
como sujeto de derecho.
Seconcibe al niño/a como sujeto de
derecho, se produce un pasaje
respecto del concepto de patria
potestad, ya no como poderes
autoritarios que se ejercen sobre un
objeto, sino como un conjunto de
deberes y derechos que tienen como
objetivo la protección y orientación
hacia el logro de la independencia
de los/as niños/as
1- Paradigma del Menor en Situación
irregular, también llamado Paradigma del
Control Social de la Infancia, o tutelar.
Desarrollo:
tratar de rellenar la tabla que se
presenta a continuación y que hace
referencia a los objetivos de la educación.