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Infantil.
El comportamiento violento en un
menor es la señal de que necesita
ayuda para controlar sus
emociones
Un niño que se enfada de vez en
cuando no es violento. Pero,
cuando a partir de los siete años y
de manera habitual el pequeño
muestra conductas violentas como
insultos, golpear objetos o
personas y faltas de respeto para
resolver determinadas situaciones,
podemos hablar de que utiliza la
violencia en la relación con su
entorno.
Causas.
Las conductas agresivas como morder, empujar
son habituales cuando los niños comienzan la
guardería.
La falta de autocontrol, hace que hasta los cinco
años, estas conductas pasen a formar parte de un
proceso normal de un niño.
El niño agresivo en muchas ocasiones será
rechazado por su grupo de iguales y podrá sentirse
excluido y por otra parte convertirse en un
adolescente agresivo.
Imitación.
La teoría del aprendizaje social afirma que las conductas
agresivas pueden presentarse por este factor u observación
de la conducta de modelos agresivos.
Por ejemplo: que el niño tenga y encuentre un buen modelo
en sus padres.
Exposición a contenido violento.
Los sintomas son ataques de pánico, algo que no hace más que
aumentar la ansiedad y su sintomatología, debemos relajarlos y
controlen su respiración.
Los arrebatos verbales y conductuales están sobredimensionados y no se piensa
en las consecuencias. Entre ellos:
Rabietas.
Las rabietas infantiles son un estado de impaciencia y enfado propio de los niños
pequeños, especialmente en el segundo año de vida. Generalmente, las
rabietas suelen originarse por un leve motivo y, en este caso, duran poco.
Discusiones acaloradas.
Gritos.
Bofetadas, sacudidas o empujones.
Peleas físicas.
Daños materiales.
Materiales o agresiones a personas o a animales.
Estrategias para trabajar con
dichos niños:
DIF
TERAPEUTA
PSICOLOGIA
Los límites son parte del cariño.
Tenga en cuenta que los padres son los modelos más importantes para el
comportamiento y cómo usar la agresividad de manera sana. Si los
intercambios sociales en su familia comprenden muchas discusiones o
peleas físicas en presencia de sus hijos o que ellos puedan oír, puede
estar seguro de que ellos lo reflejarán. Los entornos hogareños como
estos pueden ser inseguros y dañinos para todos en la familia. Si usted
está lidiando con un compañero o pareja violenta, llame a la línea nacional
de ayuda para casos de violencia doméstica (National Domestic Violence
Hotline) al 1-800-799-7233 o 1-800-787-3244 (TTY) para apoyo, albergue
o servicios, o visite Stop Family Violence para mayor información sobre
cómo conseguir el apoyo y la ayuda que usted necesita.
Evite dar azotes o golpes.