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“El corazón de Jesús estaba ligado con fuertes vínculos de cariño con la familia de Lázaro, María y
Marta que vivía en Betania. A Jesús le gustaba llegar al hogar de ellos que era un lugar pequeño,
pero acogedor. Allí encontraba una sincera bienvenida y amistad pura y santa. Allí podía hablar
con sencillez y perfecta libertad, sabiendo que sus palabras serían comprendidas y atesoradas”.
(Deseado de Todas las Gentes. P482)
Juan 11:6
“Si Cristo hubiese estado en el cuarto de Lázaro, él no habría muerto; porque Satanás no
hubiera tenido poder sobre él. La muerte no podría haber lanzado su dardo contra Lázaro
en presencia del Dador de la vida. Por lo tanto, Jesús permaneció lejos. Dejó que el enemigo
ejerciera su poder, para luego hacerlo retroceder como enemigo vencido”. (DTG p.487)
Juan 11:21-22
Juntos se dirigieron a la tumba. Era una escena muy triste. Cuando llegaron, “Jesús lloró”.
“Aunque era el hijo de Dios, había tomado sobre sí la naturaleza humana y le conmovía el
pesar humano. Su corazón compasivo y tierno se conmueve siempre de simpatía hacia los
dolientes. Llora con los que lloran y se regocija con los que se regocijan”. (DTG p.490)
Juan 11:39
“Cristo podría haber ordenado a la piedra que se apartarse, y habría obedecido a su voz. Podría
haber ordenado a sus ángeles que estaban a su lado que la sacasen, o a su orden, manos invisibles
habrían removido la piedra.
Pero había de ser sacadas por manos humanas. Así Cristo quería mostrar que la humanidad ha de
cooperar con la Divinidad. No se pide al poder divino que haga lo que el humano puede hacer. Dios
no hace a un lado la ayuda del hombre, lo fortalece y coopera con él mientras emplea las facultades
y capacidades que se le da”. (DTG p.492)
No se pide al poder divino que
haga lo que el humano puede
hacer.
Juan 11:41 - 44