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“Por poder no quiero decir ‘el Poder’, como conjunto de instituciones y aparatos que

garantizan la sujeción de los ciudadanos en un Estado determinado. Tampoco indico


un modo de sujeción que, por oposición a la violencia, tendría la forma de la regla.
Finalmente, no entiendo por poder un sistema general de dominación ejercida por un
elemento o un grupo sobre otro, y cuyos efectos, merced a sucesivas derivaciones,
atravesarían el cuerpo social entero […] por poder hay que comprender, primero, la
multiplicidad de las relaciones de fuerza inmanentes y propias del campo en el que se
ejercen, y que son constitutivas de su organización; el juego que por medio de luchas y
enfrentamientos incesantes las transforma, las refuerza, las invierte; los apoyos que
dichas relaciones de fuerza encuentran las unas en las otras, de modo que formen
cadena o sistema, o, al contrario, los desniveles, las contradicciones que aislan a unas
de otras; las estrategias, por último, que las tornan efectivas, y cuyo dibujo general o
cristalización institucional toma forma en los aparatos estatales, en la formulación de
la ley, en las hegemonías sociales […] el poder no es una institución, y no es una
estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que
se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada” (Michel
Foucault. Historia de la sexualidad. 1. La voluntad de saber, 1976).
Michel Foucault propone un análisis del poder en una dirección
crítica que se aparta de la concepción jurídica del poder, del poder
como algo negativo (como prohibición, ley o ejercicio represivo),
para abordarlo en sus mecanismos positivos, en su productividad.
Para Foucault el poder no se limita a reprimir, sino que
produce y moldea cuerpos y subjetividades,
encarnándose en prácticas y discursos anclados en la
cotidianeidad, invistiéndose en instituciones y
manifestándose en técnicas e instrumentos de
intervención material.
Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión (1975) – distingue una
nueva mecánica del poder, a partir del estudio de los cambios en los
sistemas punitivos producidos en los estados modernos a lo largo del
siglo XIX.

- El castigo físico deja de ser representado como un espectáculo


popular.
- Moldear el interior, reeducar el “alma” de los presos, someterla a
procedimientos de control y disciplina, producir “cuerpos dóciles”.

NORMALIZACIÓN DISCIPLINARIA del sujeto “conflictivo” o “anómalo”.

Historia de la locura en la época clásica (1961) . Dispositivos de


encierro.
Nueva mecánica del poder BIOPOLÍTICA

- el poder ya no decide sobre la muerte y el dolor físico, sino sobre la


administración de la vida.

- de la destrucción de los cuerpos se pasa a la producción disciplinaria de los


sujetos.

- de los castigos ejemplares se pasa a la regulación, cada vez más especializada,


de los diferentes niveles del orden social.

- de un modelo “jurídico negativo” del poder se pasa a un esquema “técnico y


estrátegico”.
DE UN MOELO NEGATIVO-REPRESIVO A UN MODELO
PRODUCTIVO DEL PODER (poder disciplinario)
Concepción jurídica del poder ¿dónde está el poder? ¿quién
lo detenta? ¿qué reglas lo administran? ¿cuál es el sistema de leyes
que el poder establece sobre el cuerpo social?

PODER en términos de SOBERANÍA el poder actuaría


mediante la REPRESIÓN:

- por un lado, una instancia soberana (el Estado, la ley, la clase


dominante),
- por otro lado, los sujetos a los que SE IMPONE el poder.
El poder disciplinario fue un instrumento fundamental en la
constitución del capitalismo industrial y de la sociedad burguesa
que le fue correlativa:

- se trata de una nueva mecánica de poder que se apoya sobre los


cuerpos y sobre los que éstos hacen (más que sobre la tierra y sus
productos, como en el poder soberano) para extraer de ellos tiempo y
trabajo (más que bienes y riqueza),
- es un tipo de poder que se ejerce incesantemente a través de la
vigilancia, supone una cuadriculación compacta de coacciones materiales,
- se apoya en el principio según el cual una verdadera y específica nueva
economía del poder tiene que lograr hacer crecer constantemente las
fuerzas sometidas y la fuerza y eficacia de quien las somete.
* Tecnología individualizante del poder (s. XVII-XVIII) – centrada en
la producción de los individuos y en el disciplinamiento y control de
los cuerpos. La aparición de la categoría moderna de sujeto es parte
de este proceso: el sujeto está sujetado por el poder. Las relaciones
de poder no constituyen una dimensión exterior a los cuerpos, sino
que los producen, “penetran en su espesor material”.

* Biopolítica (mediados del s. XVIII) – tecnología de poder que no


apunta a los individuos en tanto que individuos, sino a la población.
Surgen técnicas de observación de la población, así como
organismos administrativos, económicos y políticos que se encargan
de su regulación, de las condiciones de vida, la higiene pública, las
relaciones entre natalidad y mortalidad.
El descubrimiento del individuo y del cuerpo a
disciplinar, junto con el de la población, constituyen
los grandes núcleos tecnológicos (anatomopolítica y
biopolítica) en torno a los cuales se transforman en el
s. XVIII los procedimientos políticos de Occidente.
¿Cómo actúa el poder?

- El poder “se ejerce” más que se posee.

- El poder “está en todas partes” (en toda relación social, en todos los niveles
de la sociedad).

- El poder se distribuye microfísicamente (las escuela, el hospital, el


manicomio, la familia, la universidad, la institución artística). “El poder
circula”.

- La dimensión productiva del poder no puede contenerse en los límites de


la dinámica entre represión y liberación. El mismo “sujeto” que se trata de
“liberar” es un efecto de las relaciones de poder.

- El poder produce modelos específicos de subjetividad.


Precauciones de método:

1. Analizar las formas reguladas y legitimadas del poder no


en su centro, sino en sus formas más locales, donde se
inviste en instituciones, adopta la forma de técnicas y
proporciona instrumentos de intervención material.

2. Analizar el poder no en el terreno de la decisión o de la


intencionalidad (“¿quién detenta el poder y qué
intenciones tiene? ¿por qué algunos quieren dominar y
qué buscan?”), sino en sus prácticas reales y efectivas, en
los efectos que produce.
3. No considerar el poder como un fenómeno de
dominación masiva y homogénea de un individuo o un
grupo sobre los otros. El poder no es algo dividido entre los
que lo poseen y lo ejercen exclusivamente y los que no lo
tienen y lo soportan. El poder circula, nunca está localizado
en manos de algunos, no es un atributo como la riqueza o
un bien. Se ejercita a través de una organización reticular,
transita transversalmente, no está quieto en los individuos.
El poder se ejerce más que se posee.
4. Hacer un análisis ascendente del poder, mostrar cómo los
procedimientos de poder funcionan en los niveles más bajos, con
un trayecto y una historia propia y de qué manera son investidos y
anexionados por fenómenos más globales.

5. El poder forma, organiza y pone en circulación aparatos de


saber. El poder produce saber, ambos se implican directamente
el uno al otro: no existe relación de poder sin constitución
correlativa de un campo de saber, ni de saber que no suponga y
no constituya al mismo tiempo relaciones de poder.
El individuo (el sujeto) no es una materia inerte sobre la que
se aplicaría el poder, constituye un efecto de las relaciones
de poder y, al mismo tiempo, el elemento de conexión: el
poder circula a través del individuo que ha constituido.

LOS SUJETOS SON EL PRODUCTO HISTÓRICO DE LAS


RELACIONES EFECTIVAS, CONCRETAS, MÚLTIPLES, DE
DOMINACIÓN.
Relación poder / resistencias
Historia de la sexualidad (1976)

Cualquier poder encuentra inmediatamente una resistencia


(resistencias)
Foucault sostiene que donde hay poder hay resistencia, y no
obstante (precisamente por esto), ésta nunca está en relación de
exterioridad respecto del poder. Los puntos de resistencia están
presentes en todas partes dentro de la red de poder. Estos puntos
de resistencia son mayormente móviles y transitorios, introducen
en una sociedad líneas divisorias que se desplazan rompiendo
unidades y suscitando reagrupamientos.
“Contra-discurso”, no es un discurso contrario, invierte o
transforma el significado de las categorías.

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