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Los métodos que usaron los distintos reinos para castigar al hereje eran consonantes con los que
se usaban para el castigo de los crímenes de aquel tiempo. Hay que recordar que la Herejía
Contumaz, se considerada un grave delito.
. La Iglesia, y los diferentes reinos de Europa, unidos en
la cristiandad, estaban de acuerdo en tratar la herejía, como un crimen de alta traición
LA INQUISICIÓN
Hay que tener en cuenta también que antes de la Inquisición, la opinión pública se había mostrado
bárbaramente hostil a los herejes, hallando muchos de ellos la muerte por la reacción del pueblo.
Acorde a los procedimientos jurídicos de la época, se admitía la pena de muerte para el hereje
No pocas veces se cometieron excesos, y los Papas protestaron contra ello. Sin embargo, dichos
abusos no se debían a la institución de la Inquisición en sí misma, sino a los hombres que la
representaban.
En España, la conversión de Judíos y Musulmanes no resolvió el problema de la unidad, dada la
cantidad de falsos conversos que volvían secretamente a las prácticas de su antigua fe.
LA INQUISICIÓN
La gravedad del mal resultó evidente al comprobarse la existencia de Prelados, que eran judíos
falsamente conversos. La necesidad de un saneamiento del espíritu nacional se expresó en
multitud de disposiciones adoptadas por los gremios, corporaciones y cuerpos colegiados, lo cual
finalmente determinó que los Reyes Católicos solicitaran al Pontífice Sixto IV una Bula para instalar
un Tribunal semejante a los que funcionaban en otros países europeos.
El Papa la concedió en 1.478. La Reina Isabel, tolerante y dada a la clemencia, rogó al Cardenal
Mendoza el mayor esfuerzo para atraer a los culpables, a cuyo fin compuso el Cardenal su famoso
Catecismo. Finalmente el Tribunal se instaló en 1.480.
Poco se tardó en conocer detalles sobre los Conversos, o marranos, de manera que se llenaron las
cárceles de judaizantes, aunque la mayoría huyó a Portugal. Con todo, en enero de 1.481, el
Cardenal de España publicó un Edicto de Gracia al que se acogieron 20.000 conversos de Castilla,
confesando sus culpas y reconciliándose con la Iglesia.
Dada la gravedad de las comprobaciones efectuadas, los Reyes le solicitaron al Pontífice una nueva
Bula que dio lugar al Consejo Supremo de la Inquisición – 1.482-,siendo nombrado Presidente fray
Tomás de Torquemada, prior de Santa Cruz de Segovia.
LA INQUISICIÓN
La competencia del Tribunal se aplicaba sobre herejes, apóstatas,
supersticiones y libros perniciosos contra la moral y la doctrina.
Gracias a la Inquisición, los reinos peninsulares se vieron libres de las inmoralidades que afectaron
a otras naciones, y de las guerras de religión.
En Roma la Congregación de la Inquisición fue creada por el Papa Paulo III en 1.542, y el “índice de
los Libros Prohibidos”, por el Papa Pablo IV en 1.559. Actualmente la antigua Congregación del
Santo Oficio de la Inquisición se denomina Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fé.