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Declarado por la Corte mediantes las Sentencias T-153 de 1998 y T-606 yT-607 de
1998, debido a la reiterada violación de los derechos de las personas sindicadas y
procesadas con detención en las diferentes cárceles del país las cuales habían
interpuesto un gran número de tutelas solicitando, entre otras cosas, unas
condiciones dignas de vida, el respeto a la intimidad, el debido proceso, y sobre el
derecho a la salud de las mismas por el problema del hacinamiento y después, con
las Sentencias T-606 y T-607 de 1998, debido a la falta de un sistema de seguridad
social en salud para los sindicados y reclusos.
1.3 POLÍTICA CRIMINAL
(…) el conjunto de respuestas que un Estado estima necesario adoptar para hacerle
frente a conductas consideradas reprochables o causantes de perjuicio social con el
fin de garantizar la protección de los intereses esenciales del Estado y de los
derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción”. La jurisprudencia
constitucional ha reconocido así mismo que la política criminal puede ser articulada
por el Legislador a través de la expedición de normas. En este sentido indicó que: “la
legislación penal es manifestación concreta de la política criminal del Estado”, y que
“la decisión política que determina los objetivos del sistema penal y la adecuada
aplicación de los medios legales para luchar contra el crimen y alcanzar los mejores
resultados, se plasma en el texto de la ley penal”. Así mismo, se precisó que “la
norma penal, una vez promulgada, se independiza de la decisión política que le da
origen, conservando la finalidad buscada por su redactor en el elemento teleológico
de la norma. (Corte Constitucional. Sentencia C-936, 2010)
1.3.1 Política y situación actual del sistema penitenciario.
De donde es posible concluir que los actos o actuaciones de vigilancia y requisas en los
centros carcelarios, no deben ser ni inhumanos y mucho menos degradantes o
humillantes como los tocamientos y actos intromisórios en el cuerpo y la intimidad
personal.
El artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que establece un
margen más amplio de protección, y además que restringe la injerencia del Estado a los
casos en los cuales por mandato legal sea permitido, pero mantiene las reservas de
privacidad en los ámbitos personales y familiares, lo mismo en cuanto a la información
personal que protege el domicilio y la correspondencia; adicionalmente, protege el derecho
al buen nombre de la persona, al tutelar la honra y la reputación personales:
(…) Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación. Toda persona
tiene derecho a la protección de ley contra esas injerencias o esos ataques. (ONU, 1966).
Por último, La Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 11, consagra
la protección a la honra y a la dignidad, además exige que la ley proteja a las personas
contra cualquier injerencia o ataque a este derecho:
Los orígenes del derecho a la intimidad nacieron bajo la doctrina de la protección al derecho
a la privacidad, los cuales se relacionan estrechamente. Esta concepción de la privacidad
nace a fines del siglo XIX de la jurisprudencia estadounidense, puesto que hasta ese
momento no existía una legislación en tal sentido, la cual se denominó “privacy”, naciendo
así la protección a la intimidad.
Respecto al tema, Valiente, (2012), afirma que es posible encontrar su tratamiento inicial en
la obra del juez Thomas MacIntyre Cooley, idea que dio origen a la discusión en una obra
titulada “The Elements of Torts” en 1873. En dicha obra, el jurista define de manera similar al
concepto actual de derecho a la privacidad como “derecho a ser dejado solo”, pero que
puede ser entendido como el derecho a la intimidad, es decir, implica el derecho que tienen
las personas a no ser molestado o perturbado en ningún sentido en su vida íntima.
Posteriormente, esta doctrina fue aplicada en los procesos judiciales, en particular se aplicó
por primera vez en lo que se conoció con el nombre fallo de “Brents vs. Morgan”, recalcando
el derecho que tienen las personas a su soledad, que también viene aparejado con el
derecho a no ser publicitada su intimidad sin su consentimiento, y al vivir sin la intromisión
de terceros a los cuales no les incumbe.
Más tarde, con el desarrollo en materia de unificación de derechos fundamentales después
de la Segunda Guerra Mundial, y como lo mencionado previamente sobre el desarrollo de la
protección y derecho a la intimidad, se encuentra en el artículo 12 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948, la cual establece:
Según (Pérez Ñuño, 1991), la intimidad de la persona se compone de tres ámbitos, que
corresponden en primer lugar, a un núcleo central o fundamental, lo que se podría entender
como relacionado con la propia intimidad de la persona, es decir lo que para esta son su
intimidad o secretos personales, lo que es de carácter meramente secreto, puesto que no le
incumbe a nadie y pertenece a la persona, que por ende, se debe mantener fuera del
alcance del conocimiento de los demás individuos, lo privado, que corresponde ya a un
grupo de personas, que comprenden el círculo de personas cercanas, ya sea familia, o grupo
de amigos de cualquier otra índole, y finalmente, lo individual, que son propios o
característicos de la persona, es decir, pertenecen solo a ella, comprende lo concerniente a
la propia persona, como su propia individualidad, su ser, su honor, su buen nombre.
2.4 DERECHO A LA INTIMIDAD EN COLOMBIA
Dentro de la presente investigación se decidió implementar una charla a los reclusos el día
25 de julio de 2016 a las 3 de la tarde, con el fin que conocieran algunos de sus derechos
relacionados con la dignidad humana y el derecho a la intimidad. Para ello, se eligieron a uno
o dos representantes de cada patio, puesto que uno de los objetivos del proyecto, más allá
de simplemente evaluar la situación, fue realizar una labor de campo, en la cual se pueda
aportar a las personas recluidas un conocimiento en materia de derechos humanos y de
respeto a dichos derechos.
La charla se llevó a cabo durante un solo día. En esta, se les explicó cuáles eran los derechos
fundamentales, y cuáles estaban relacionados con la población carcelaria, una vez realizada
la charla informativa, se intentó dialogar con ellos de manera más informal con el fin de
tratar de entender un poco más su situación, para luego realizar la encuesta con algunos
reclusos de la Cárcel Villahermosa de Cali, en la cual se interrogó sobre algunos aspectos
básicos de edad, escolaridad, reincidencia, identidad de género, pero solo en el sentido de si
se considera dentro de la comunidad LGTBI, pero en particular, en esta encuesta, se les
interrogó sobre si habían sufrido algún tipo de violación de su intimidad y afectado de algún
modo su dignidad.
Dentro de los aspectos a tener en cuenta, es necesario aclarar que por razones de seguridad
del INPEC: el número de visitas eran espaciadas, puesto que por problemas de orden dentro
del penal, en ocasiones no se concedían visitas en algunos días; las horas de visitas eran
restringidas a las horas de la tarde; se debía estar acompañado por dos o tres dragoneantes,
que muchas veces no estaban disponibles. Debido a estas limitaciones, no fue posible
realizar un muestreo estratificado ni aleatorio, puesto que este muestreo requiere que se
pudiera entrar a los diferentes patios en cualquier momento de manera aleatoria. Se realizó
entonces la encuesta con los reclusos que estuvieron dispuestos a colaborar con ella y en los
patios de más fácil acceso, por lo que esta no puede ser tomada como fuente absoluta de
inferencia para realizar conjeturas y generalizaciones sobre la población carcelaria y la
violación que han sufrido a su intimidad y dignidad humana.
Los detenidos encuestados, afirmaron tener edades que oscilaban entre los 18 y los 60 años,
con una media de 32,7 años, pero aproximadamente la mitad de ellos eran menores de 30
años. Igualmente, dentro de los reclusos entrevistados se observó que a pesar que 24 de los
25 encuestados afirmaron tener un nivel educativo superior a la primaria, realmente se notó
dificultades en las habilidades lectoras y un nivel muy básico de educación o formación
académica. Aunque dentro del grupo, uno de ellos afirmó tener título universitario y otro
señaló que había cursado varios semestres de universidad, adicionalmente, dos de ellos
afirmó haber realizado una carrera técnica.
La presenta es una entrevista que representa la historia de una persona que estuvo recluida
en el centro penitenciario Villahermosa, quien no solo accedió a contar su historia, sino que
accedió a dejar publicar su nombre (Alexander Narváez, 51 años), lo cual brinda más
confiabilidad a los hechos aquí narradas.
3.4 ENTREVISTA
Lo primero que cabe concluir es que según la Carta de Derechos Humanos, la doctrina
internacional, la Constitución Política de Colombia y la jurisprudencia de la Corte
Constitucional, el derecho a la intimidad es un derecho autónomo y absoluto, que por ende
no admite ni excepciones ni vulneración bajo ningún pretexto.
También se determinó en las conversaciones con los reclusos, que se vulnera el derecho a la
intimidad en situaciones como la visita conyugal, y las requisas intrusivas en el organismo
tanto de visitantes, como de reclusos.