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2. Explicando la
causa de las
tinieblas.
a. ¿Por qué es que hay tanto
pecado y tanta maldad en el
mundo? Porque el hombre se
encuentra – y se mantiene —
alejado de Dios.
b. Preguntamos en nuestra clase
de “Consejería Bíblica”, en el
Seminario, “¿Quién creó, sustenta
y dirige el mundo?” “Nadie”,
responden los profundos
pensadores, “todo es obra de la
casualidad, del azar”.
¿Sabe una cosa? Ahí tenemos la
causa del problema de tinieblas
en el mundo. La gente no conoce
a Dios, ni Sus obras. Dios creó los
cielos y la tierra, y también creó
al hombre…
…y lo creó de tal manera que
éste no pueda vivir su vida a
plenitud a no ser que tenga una
adecuada relación con Él. Pero
mientras el hombre continúe
alejado de Dios, seguirá en
tinieblas y no encontrará la
salida.
c. Y su problema se complica
porque, dice Juan 3:19, “Y ésta
es la condenación: que la luz
vino al mundo, y los hombres
amaron más las tinieblas que la
luz, porque sus obras eran
malas”. Ese es el problema del
hombre, ama más las tinieblas
que la luz.
d. ¿Por qué ama más las tinieblas
que la luz? Porque sus obras son
malas. Nadie quiere hacer lo malo
a la luz de todos. El delincuente se
oculta; el criminal actúa en lo
oculto, en las tinieblas. ¿Por qué se
oculta? Porque sus obra son malas
¿Y por qué son malas? Porque
surgen de una naturaleza caída.
e. Y nadie puede advertir al
hombre de ésta, su situación,
excepto el creyente en Cristo
Jesús. Por eso dijo el Señor
“Vosotros sois la luz del
mundo”.
B. El cómo que ilustra
3. Señalando al
hombre la única
salida de esas
tinieblas.
a. Ya hemos hablado bastante
acerca del problema básico del
hombre, que es su naturaleza
pecaminosa. La pregunta ahora
es, ¿Hay alguna salida? ¿Cuál?
b. Sí la hay. Se llama “nacer de
nuevo”, “nacer del Espíritu”, “ser
salvo”, “recibir a Jesucristo como
Salvador personal.
c. Lo que el hombre necesita
no es más luz; necesita una
naturaleza que ame más la luz
que las tinieblas. El hombre
necesita volver a Dios.
d. Y ahí es donde entra en
acción el cristiano, señalando al
hombre el camino hacia Dios
por medio de Jesucristo, porque
“El Hijo del hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había
perdido”.
Los cristianos vivimos en medio
de personas que caminan entre
densas tinieblas espirituales.
Ellos nunca encontrarán la luz
verdadera si no es en ustedes y en
mí, y en el evangelio que creemos
y enseñamos. Debemos siempre
recordar que nosotros somos la luz
del mundo.
Salgamos de aquí
para que vivamos
como hijos de luz,
porque somos “la luz
del mundo”.