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Lo orígenes

 La Biblia comenzó con Abraham


 Es Dios quien inicia misteriosamente el diálogo con
Abraham, cuando éste se convirtió en jefe del clan.
 Dios le invita a una aventura de fe: Abram deja Ur, su
ciudad, y se dirige primero a Jarán y luego a Palestina.
Dios comienza con él y su descendencia una nueva
historia.
 Dios le habla, se le manifiesta, le da a conocer algo
acerca de su futuro y el de su descendencia. Abraham
cree y obedece.
Los orígenes
 De generación en
generación los
descendientes de Abraham
se transmitieron las historias
de los antepasados y las
palabras que Dios les había
dicho. Las narraban y las
repetían en las diversas
circunstancias de su vida.
Moisés
 Mediante Moisés continúa
el diálogo de Dios con los
descendientes de Abraham,
diálogo enriquecido con las
maravillas del éxodo y con
nuevas palabras de Yahvé a
Moisés y las leyes de la
Alianza, el Decálogo
principalmente, que se
pusieron por escrito al
menos en parte.
Moisés
 Después de Moisés, estas
leyes y las memorias de la
historia patriarcal y de la
alianza mosaica
constituirán el núcleo
central de la Biblia
hebrea.
 De allí resulta el
Pentateuco
De Moisés al exilio
 Después de Moisés, Dios
entrega al pueblo la
tierra de Canaán
mediante Josué.
 Allí las tribus viven del
1200 al 1000 autónoma y
desorganizadamente.
Esto lo narra el libro de
los Jueces.
De Moisés al exilio
 La historia del pueblo de Dios
en este período es descrita en
un ciclo alternativo de
fidelidad e infidelidad.
 Pecado – castigo – conversión
– salvación
 Dios enviaba a los Jueces para
liberar a Israel de sus enemigos
y volverlos a observar la
Alianza
La monarquía
 Hacia el año 1000 las tribus
israelitas se convierten en un
reino. Mediante Samuel, Yahvé
establece como su representante
primero al rey Saúl, luego a
David y a sus descendientes, el
primero de los cuales fue
Salomón.
 Al morir Salomón (931), el
pueblo se divide en dos reinos:
reino del Norte o de Efraín y
reino del sur o de Judá.
La monarquía
 No obstante los intentos de
algunos reyes buenos que
buscaron ser fieles a Yahvé,
los dos reinos cayeron en la
idolatría, el materialismo y
las injusticias.
 Dios los llamaba a la
conversión por medio de la
predicación potente de sus
profetas
La historia deuteronomista
 Las memorias de este período fueron recogidas por los
libros de la llamada “Historia Deuteronomista”:
 1 y 2 Samuel narran la historia de Saúl y David,
enseñando sobre todo que la dinastía de David lleva
consigo especiales promesas divinas; la obra de
 1 y 2 Reyes, completada después del 586, narra los
hechos de los dos Reinos, para describir la infidelidad
de los reyes a Yahvé y explicar por qué perdieron la
tierra.
Los profetas
 Los libros de Amós, Oseas, Isaías
(1-39), Miqueas, Sofonías,
Nahum, Jeremías y Baruc recogen
el mensaje de estos profetas de
Yahvé.
 Comienzan las primeras
colecciones de enseñanzas
sapienciales (Proverbios) y de
oración (Salmos), que tuvieron
como núcleo originario algunos
salmos de David y dichos de
Salomón.
Israel en el exilio
 Cuando Nabucodonosor
invadió Jerusalén y
destruyó sus murallas, el
Templo, el palacio y
deportó a gran parte de la
población, incluido el rey
Sedecías (587 a.C.),
muchos hebreos gritaban:
“¡Yahvé nos ha
abandonado!”
Israel en el exilio
 Los profetas Sofonías y Jeremías
anunciaron que Dios, fiel a la
alianza, realizaría un nuevo
éxodo para rescatar a su pueblo.
Este anuncio fue confirmado por
el profeta Ezequiel, y el
DeuteroIsaías
 Ellos anunciaron que Dios
establecería con su pueblo una
nueva alianza (Jr 31,31-34),
mediante un “Siervo sufriente”
(Is 52,13-53,12), un nuevo David.
 Entretanto, en Babilonia, los hebreos que creían en las
palabras proféticas, recordaban su historia pasada, la
meditaban descubriendo en ella cada vez más la
presencia del Dios Fiel, y descubrían también sus
continuas infidelidades.
 Los hebreos retomaron los
antiguos Salmos, los
enriquecieron, los
aplicaron al presente y les
añadieron otros nuevos
(p.ej. Sal 137); otro tanto
hicieron con las historias y
las antiguas leyes, lo que
les permitió reinterpretar
la historia pasada y buscar
una salida para su
angustiosa situación.
Israel en el exilio
 En el 538 a.C., el rey persa
Ciro, vencedor de
Babilonia, concedió a los
hebreos el permiso de
regresar a su patria,
reedificar la ciudad, el
templo y reemprender su
vida como nación, aunque
dependiendo del gobierno
central persa. Las promesas
de los profetas
comenzaban a realizarse.
Después del exilio
 Retomar la vida nacional no
fue fácil: faltaban fuerzas y
recursos para reconstruir un
templo y una ciudad dignos
del esplendor de antaño.
Faltaba el poder para
restablecer el reino; además,
los pueblos vecinos les
obstaculizaban la
restauración.
Después del exilio
 Esta situación la podemos conocer gracias a los libros de
Esdras y Nehemías. Entre los que regresaron surgió
nuevamente el desánimo, la desilusión, el abandono de la
alianza con Yahvé.
 Mientras se recopilaban los oráculos de estos profetas, un
autor anónimo emprendió la tarea de reescribir la historia
pasada, desde Adán hasta el 538, para invitar a su pueblo a
hacer memoria de los acontecimientos vividos,
redescubriendo el sentido para su existencia: la fidelidad de
Dios, la dinastía davídica bendecida por Él, el Templo y su
culto. Son las enseñanzas de los libros de 1 y 2 Crónicas.
Después del exilio
 Otros, particularmente, el
sacerdote Esdras, daban los
últimos toques y la forma
definitiva a las antiguas
tradiciones históricas y
legislativas que se remontaban
a Moisés y a los patriarcas,
resultando el Pentateuco
actual.
Después del exilio
 Quizás de este período es también el simpático libro de
Jonás, que quiere subrayar esta consoladora verdad:
¡Dios ama a todas las personas!
 También las antiguas colecciones de Salmos y dichos
sapienciales se acaban de completar, atribuyéndose
casi siempre su origen a David y Salomón.
 Se añaden también el maravilloso libro de Job y más
tarde el libro del Eclesiastés o Qohelet
.
La dominación griega
 Con Alejandro Magno (334-323) se
difundió por el mundo la fascinante
civilización griega. Y su religiosidad
politeísta. Muchos judíos creyeron
que estas divinidades eran más
grandes y poderosas que Yahvé.
 Cuando murió Alejandro, sus
generales se repartieron su imperio,
los lágidas en Egipto y los seléucidas
en Siria. Palestina dependió primero
de Egipto y después de Siria,
conservando una gran autonomía
religiosa durante cuatro siglos.
La dominación griega
 Todo se complicó cuando el rey
seléucida Antíoco IV Epífanes
(175-163 a.C.), partidario
convencido del helenismo, quiso
eliminar por la fuerza la religión
yahvista y sustituirla por la
griega.
 Debido a la fascinación que
transmitía la civilización griega y
el miedo que suscitaba la
crueldad de Antíoco, muchos
judíos abandonaron la alianza y
se convirtieron al politeísmo
griego.
 El colmo del abuso fue cuando Antíoco saqueó el
templo de Jerusalén, impuso la imagen del Zeus
olímpico y prohibió oficialmente practicar la religión
judía (167 a.C.). Entonces, los judíos piadosos dirigidos
por los Macabeos se rebelaron tomando las armas
contra Antíoco y sus secuaces.
La dominación griega
 Estos episodios fueron interpretados por nuevas
palabras llenas de autoridad y salvaron la fe judía del
desastre total: las luchas y las victorias militares y
morales de los Macabeos y sus compañeros sostenidos
por Yahvé son recordadas por los dos libros de los
Macabeos.
 en esta época se compuso el libro de Daniel, dirigido
totalmente hacia la descripción del futuro glorioso del
pueblo de Dios y del “Hijo del Hombre”
La dominación griega
 Probablemente de este período es también el libro de otro
autor que intentó consolar a los perseguidos, el libro de
Judit.
 Aproximadamente de este período y con un tema similar
sería el libro de Ester, obra de un israelita desconocido.
 A estos libros se añadieron los del Eclesiástico o Sirácida,
escrito por un cierto Jesús nieto de Sirac.
 Y el último de todos, es el libro de la Sabiduría, escrito
probablemente en Alejandría, que es una ventana abierta a
la cultura griega y a las preocupaciones de los siglos II y I
a.C., y es, por tanto, una importante contribución a la vida
cultural y religiosa de Israel.
La Palabra se hizo carne
 Así surgió la Biblia hebrea, o mejor, de este modo Dios
dialogó con su pueblo y lo sostuvo en la fe con su
Palabra.
 Después Dios se insertó de un modo nuevo y definitivo
en su pueblo: ¡la Palabra de Dios se hizo carne y habitó
entre nosotros!
 La Palabra de Dios es Jesucristo, Hijo de Dios hecho
hombre.
La Palabra se hizo carne
 Insertándose en Israel, dio nuevos signos de amor a su
pueblo y le pidió una nueva fe; la obtuvo con mucho trabajo
de un grupito de hebreos: los Apóstoles y discípulos, que
constituyó en germen del nuevo pueblo de Dios.
 Este grupito de judeocristianos retomó y releyó la Biblia a la
luz de Cristo.
 Le añadió cuanto había aprendido de Cristo y lo que
predicaba y experimentaba de Él.
 Así nacieron los cuatro Evangelios, los Hechos de los
Apóstoles, las cartas de san Pablo y de otros apóstoles, y
finalmente el Apocalipsis.
 La Iglesia tiene por tanto entre sus tesoros la Biblia
hebrea completada por los escritos Apostólicos. Es uno
de sus tesoros más preciosos: Dios mismo se la dio en
Cristo Jesús, mediante los Apóstoles.

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