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Rancidez
La rancidez o enranciamiento es un proceso que provoca un deterioro o
alteración de los alimentos con alto contenido en grasas o aceites. Esta
alteración supone una modificación importante de las características
organolépticas (sabor, olor, color, etc) de esas grasas y supone una pérdida
de valor nutricional y, en ocasiones, de salubridad que afecta al valor de
ese alimento. Es el deterioro más habitual de las grasas y aceites de la dieta
y afecta especialmente a los ácidos grasos insaturados, que tienen más
facilidad para ser oxidados.
Esta rancidez se puede producir por reacciones de hidrólisis, en las que
pueden participan enzimas como son las lipasas, o por reacciones de
oxidación, en las que las grasas se transforma en peróxidos. En ambos casos
se generan habitualmente compuestos volátiles como son las cetonas, que
aportan ese olor peculiar de los productos enranciados.
Las grasas y el aceite con el contacto con el aire, humedad y cierta
temperatura sufren cambios en el tiempo en su naturaleza química y sus
caracteres organolépticas estos alteraciones reciben en nombre de
rancidez o enranciamiento
La composición química de un aceite es también un factor clave en el riesgo de
rancidez. Aquí los principios básicos involucran a las grasa saturadas y no saturadas.
Mientras más grasa saturada contenga un aceite, menos susceptible será a la
rancidez; cuanto mayor sea la cantidad de grasa insaturada en un aceite, mayor la
probabilidad de que se vuelva rancio. Dado que los aceites vegetales son todos
altamente insaturados, éstos son especialmente susceptibles a la rancidez.
Algunos aceites no saturados, como el aceite de oliva extra virgen, son un poco
menos susceptibles a la rancidez gracias a que una gran cantidad de su grasa
insaturada cae en una categoría especial denominada “monoinsaturada.” El aceite
de oliva extra virgen contiene aproximadamente 75% de grasas monoinsaturadas,
algo inusual para un aceite vegetal. Los aceites vegetales suelen tener más grasa
poliinsaturada que grasa monoinsaturada, y esta es una de las razones por las que son
particularmente susceptibles a la rancidez. Si bien la naturaleza altamente
monoinsaturada del aceite de oliva extra virgen no significa que es invencible a la
rancidez, si significa que este aceite es un poco más estable que los aceites que
contienen menos grasas monoinsaturados.
Rancidez hidrolitica
La rancidez hidrolítica es producida por el contacto de las enzimas lipasas en presencia de
calor y humedad, ocasionando la liberación de tres ácidos grasos libres y el glicerol,
proporcionando al aceite cierta acidez; sin embargo este tipo de rancidez no es tan grave en
los aceites refinados como lo es la oxidativa, ya que en el proceso de refinación se inactivan
las enzimas hidrolíticas. Consiste en el desarrollo de sabores indeseables debido a la hidrólisis
de los triglicéridos que integran una grasa o un aceite, por acción de enzimas lipolíticas
(lipasas) presentes en el producto o producidas por ciertos microorganismos, formándose
ácidos grasos y glicerina. En ocasiones las hidrólisis enzimáticas son reacciones no deseadas:
por ejemplo en la manteca. La rancidez surge por la acción de las enzimas lipasas que liberan
ácidos grasas del glicerol de los triacilglicerido
Rancidez oxidativa