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DINAMICA CARDIOVASCULAR

Mg. Raúl Fernando Ortiz Regis


HEMODINÁMICA MÉDICA

 Es la parte de la fisiología que aplica las leyes y principios


físicos de la hidrostática y la hidrodinámica en el estudio y
comprensión de la manera como se realiza la circulación
de la sangre en el aparato cardiovascular.
 Sabemos que biológicamente el aparato cardiovascular
humano es de tipo doble completo y cerrado.
Mecánicamente se le puede definir como un circuito
continuo, a volumen constante, con una bomba hidráulica
de cuatro cámaras pero de función doble (dos cámaras para
cada función). Las dos cámaras derechas manejan sangre
venosa y las dos izquierdas arterial.
FLUJO O CAUDAL SANGUINEO

El flujo o caudal sanguíneo que llega a los órganos se traslada


desde el corazón a través de las arterias que se ramifican de la
aorta, de esta manera el órgano recibe lo necesario para su
metabolismo, el flujo sanguíneo en el aparato cardiovascular
se expresa en términos del volumen sanguíneo por unidad de
tiempo (F o C = V/t). Así por ejemplo, el gasto cardíaco o
débito cardíaco es un flujo y se define como la cantidad de
sangre que sale del corazón en un minuto se calcula en
aproximadamente 5 litros por minuto (por esta razón también
se le denomina Volumen minuto).
FLUJO SANGUÍNEO

Es la cantidad de sangre que atraviesa un


punto dado de la circulación en un período de
tiempo determinado.
El flujo sanguíneo global de toda la
circulación de un adulto en reposo es de unos
5,000 ml/min., cantidad que se considera igual
al gasto cardiaco porque es la cantidad de
sangre que bombea el corazón en la aorta en
cada minuto.
El Flujo está determinado por la
diferencia de presión y la Resistencia

1. Diferencia de la presión de la sangre entre los dos


extremos de un vaso (gradiente de presión).
2. Resistencia vascular.

El flujo a través de un vaso se puede calcular con la


formula siguiente, que se conoce como ley de ohm

F = P/R
LA VISCOSIDAD

Conocemos este concepto y lo definimos como la fricción de


un fluido o la resistencia al desplazamiento.
Los líquidos ideales presentan una viscosidad constante y se
les suele llamar sistemas Newtonianos o ideales cumpliendo
con la ley de Poiseuille.
La sangre está constituida por una porción más fluida que es
el plasma dentro de la cual se hallan en suspensión los
elementos formes (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) siendo
los glóbulos rojos los elementos más abundantes. El
porcentaje total de los glóbulos rojos llega hasta el 45% de la
sangre, llamándose a este porcentaje el HEMATOCRITO.
La resistencia al flujo sanguíneo no solo depende del radio
de los vasos sanguíneos (resistencia vascular), sino
también de la viscosidad sanguínea.
La sangre entera es tres o cuatro veces mas viscosa que el
agua. Por tanto, la viscosidad depende en mayor medida del
hematócrito, o sea, el porcentaje del volumen sanguíneo
ocupado por los eritrocitos
La sangre como se dan cuenta, no es un líquido ideal y por lo
tanto su viscosidad no es homogénea ni constante, siendo de
esa manera un sistema NO Newtoniano que cumple
parcialmente con la ley de Pouseuille.

Aceptamos unos 2 a 4 centipoises (cP) como valores normales


de viscosidad para la sangre, pero lógicamente el régimen de
interpretación será diferente en un lugar como la aorta y otro en
uno como los capilares.
Puede decirse que la sangre se comporta macroscópicamente como un
líquido real pero en los capilares no es así.
Es conocido que mientras el vaso sanguíneo tenga un diámetro 50
veces mayor al diámetro de los glóbulos rojos (el de un glóbulo rojo
normal es de 7.5 micras) el comportamiento será Newtoniano o ideal y
que por la ley de Pouseuille el coeficiente de viscosidad será constante.

Pero cuando la sangre se desplace por un capilar el asunto será


diferente.
La explicación es esta:
Si nos percatamos adecuadamente las dos variables de
interpretación son el diámetro del vaso y la velocidad de
circulación, pues bien, cuando estamos en un vaso grande como la
aorta la velocidad es máxima ocasionando que los glóbulos rojos
tiendan a reunirse en el centro del tubo sanguíneo al eje del flujo y
por lo tanto hacia las paredes del vaso sanguíneo solamente queda
el plasma. La medición de la viscosidad de la sangre a ese nivel
tendrá un valor que se aproxime al del plasma (valor mínimo).

Todo lo contrario ocurrirá en el capilar, como el área de sección


transversal de los capilares es la máxima, la velocidad a ese nivel
será la mínima. Esto permite que los glóbulos rojos puedan
acercarse a las paredes, rozar e incrementar la viscosidad. Algo
más, los glóbulos rojos entre sí también se asocian cuando la
velocidad de circulación es muy lenta y todo esto contribuye al
incremento de la viscosidad.
Lo maravilloso de todo esto es que las circunstancias
favorecen al propósito fisiológico. En la aorta el
propósito es el traslado o flujo de la sangre, por lo tanto
no es adecuado que los glóbulos rojos se encuentren en
contacto con las paredes del vaso; mientras tanto en el
capilar debe realizarse los fenómenos de intercambio
gaseoso entre los glóbulos rojos y el tejido circundante y
por lo tanto si es necesario y muy necesario el contacto
de los glóbulos rojos con las superficies de los capilares.
FLUJO O CAUDAL LAMINAR Y
TURBULENTO EN LA CIRCULACIÓN
La circulación sanguínea presenta un flujo laminar en la mayor parte
de su recorrido pero como es un sistema biológico y la sangre es un
líquido que dista mucho de ser ideal, encontraremos regiones con
flujos turbulentos de manera normal.

Cuando la turbulencia ocurre, el líquido forma remolinos y vértices y


las “partículas” del líquido se mueven de un lugar a otro del tubo de
manera irregular. Esta mezcla violenta del líquido consume energía, y
por lo tanto el flujo turbulento requiere para su manutención, de un
mayor gradiente de presión en comparación con el flujo laminar.

Sabemos que en las condiciones ideales para la ecuación de Poiseuille,


la velocidad crítica para la turbulencia puede predecirse mediante el
número de Reynolds.
FISIOLOGIA CARDIOVASCULAR
Control del corazón por los nervios simpáticos y
parasimpáticos
La estimulación simpática intensa puede aumentar la frecuencia
cardíaca en seres humanos adultos jóvenes desde la frecuencia normal
de 70 latidos/min hasta 180 a 200 y, raras veces, incluso 250
latidos/min. Además, la estimulación simpática aumenta la fuerza de la
contracción cardíaca hasta el doble de lo normal, aumentando de esta
manera el volumen de sangre que se bombea y aumentando la presión
de eyección. Así, con frecuencia la estimulación simpática puede
aumentar el gasto cardíaco máximo hasta dos o tres veces, además del
aumento del gasto que produce el mecanismo de Frank-Starling que ya
se ha comentado.
La estimulación parasimpática (vagal) reduce la frecuencia cardíaca y la
fuerza de la contracción

La estimulación intensa de las fibras nerviosas parasimpáticas de los nervios


vagos que llegan al corazón puede interrumpir el latido cardíaco durante
algunos segundos, pero después el corazón habitualmente «escapa» y late a
una frecuencia de 20 a 40 latidos/min mientras continúe la estimulación
parasimpática. Además, la estimulación vagal intensa puede reducir la fuerza
de la contracción del músculo cardíaco en un 20-30%.
Las fibras vagales se distribuyen principalmente por las aurículas y no
mucho en los ventrículos, en los que se produce la contracción de potencia
del corazón. Esta distribución explica por qué el efecto
de la estimulación vagal tiene lugar principalmente sobre la reducción de la
frecuencia cardíaca, en lugar de reducir mucho la fuerza de la contracción
del corazón. Sin embargo, la gran disminución de la frecuencia cardíaca,
combinada con una ligera reducción de la fuerza de la contracción cardíaca,
puede reducir el bombeo ventricular en un 50% o más.
Efecto de los iones potasio y calcio sobre la
función cardíaca

En el análisis de los potenciales de membrana se sabe que los


iones potasio tienen un efecto marcado sobre los potenciales de
membrana y, que los iones calcio desempeñan una función
especialmente importante en la activación del proceso contráctil
del músculo. Por tanto, cabe esperar que la concentración de cada
uno de estos dos iones en los líquidos extracelulares también tenga
efectos destacados sobre la función de bomba del corazón.
Efecto de los iones potasio y calcio sobre la
función cardíaca
El exceso de potasio hace que el corazón esté dilatado y flácido, y también
reduce la frecuencia cardíaca. Grandes cantidades de potasio también pueden
bloquear la conducción del impulso cardíaco desde las aurículas hacia los
ventrículos a través del haz AV.
La elevación de la concentración de potasio hasta solo 8 a 12 mEq/l (dos a tres
veces el valor normal) puede producir una profunda debilidad del corazón, una
alteración del ritmo e incluso la muerte.
Estos efectos se deben parcialmente al hecho de que una concentración elevada
de potasio en los líquidos extracelulares reduce el potencial de membrana en
reposo de las fibras del músculo cardíaco. Es decir, la alta concentración de
potasio en el líquido extracelular despolariza parcialmente la membrana celular,
lo que provoca que el potencial de membrana sea menos negativo.
Efecto de los iones potasio y calcio sobre la
función cardíaca
Un exceso de iones calcio produce efectos casi exactamente contrarios a los de los
iones potasio, haciendo que el corazón progrese hacia una contracción espástica.
Este efecto está producido por el efecto directo de los iones calcio en el inicio del
proceso contráctil cardíaco.

Por el contrario, el déficit de iones calcio produce debilidad cardíaca, similar al


efecto de la elevación de la concentración de potasio. Afortunadamente las
concentraciones de iones calcio en la sangre normalmente están reguladas en un
intervalo muy estrecho. Por tanto, los efectos cardíacos de las concentraciones
anormales de calcio raras veces tienen significado clínico

El aumento de la concentración del ion calcio provoca vasoconstricción, que es


consecuencia del efecto general del calcio para estimular la contracción del músculo
liso

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