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A lo largo de las últimas cuatro décadas se ha experimentado, alrededor del mundo, una
intensificación del fenómeno de expansión urbana, hasta alcanzar dimensiones regionales. Esta
intensificación ha traído aparejados procesos de desmantelamiento de la estructura natural,
fragmentación del tejido social, la depredación y el derroche de las especies, la energía y los
recursos naturales, financieros, etc.

Esta situación, directamente relacionada con el modo de vida humano, es vista como una de las
causas principales de la aceleración y la intensificación de las catástrofes naturales y del nivel de
vulnerabilidad de las comunidades ante las mismas.

La situación se agrava en el contexto Latinoamericano, dado el carácter informal de la expansión


urbana. Así, en tanto que en las áreas centrales de las ciudades se implementan procesos de
construcción basados en códigos de sismo-resistencia y soportados en estructuras urbanas
relativamente bien cualificadas, multiplicidad de áreas periurbanas continúan su proceso expansivo,
densificando zonas de alto riesgo y otras estratégicas para la producción de alimentos y de servicios
ambientales, de manera desestructurada, fragmentaria en lo socioespacial, en condiciones de gran
vulnerabilidad.

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u. Construcción social del riesgo.

2. Expansión urbana en Medellín.

3. Gestión del riesgo sísmico.

4. El riesgo en Medellín.

5. Retos.

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En un país como Colombia, donde el 86% de la población se encuentra en zonas de


amenaza sísmica alta e intermedia, la gestión del riesgo cada vez figura con más
fuerza entre las prioridades de los gobiernos locales.

Para determinar el riesgo al que una comunidad se enfrenta y crear los mecanismos
idóneos para intervenirlo, no es suficiente con prever los posibles eventos o
fenómenos naturales (la mayoría impredecibles). Es necesario determinar las
condiciones de vulnerabilidad que facilitan la ocurrencia de desastres naturales y que
incrementan su impacto.

La vulnerabilidad se entiende entonces como la propensión de un sistema a verse


afectado negativamente por su interacción con un proceso, que en este caso es
natural.

La vulnerabilidad tiene su origen en una inadecuada relación entre la comunidad y el


medio circundante (Larraín y Simpson-Howley). Se genera a partir de fallas
adaptativas, originadas inicialmente en tal interacción. La comunidad debe sortear
tales retos para llevar un modelo de vida adecuado, estable y sostenible en el tiempo.
Si esos retos no son superados, se generan las fallas creadoras de vulnerabilidad.

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Schnitter (2007), reconoce 4 períodos

‡ Desde su origen hasta 1948:


       

- En u 48 la ciudad contaba con 385.u8 habitantes


- Ocupaba sólo la franja centro-oriental del Valle de Aburrá
- Era el centro urbano dominante del sistema
- La expansión se daba principalmente hacia el norte y los poblados de la zona centro occidental del valle (Robledo,
La América y Belén).
- Comienza a ser evidente la tendencia expansiva hacia las laderas, siguiendo el curso de quebradas y caminos.
- El Plan Piloto reconoce la necesidad de reservar las laderas como espacios naturales

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‡1948 ± 1970
       

- La era de la explosión urbana


- La ciudad triplicó su población, pasando de 385.u8 a uu5u.762 habitantes.
- Aparición e intensificación de la urbanización no planeada. Bajo esta modalidad surgieron más de 40 barrios
desarticulados de la ciudad central.
- Crecimiento en laderas y procesos de conurbación.
- Crecimiento a partir de pequeños fragmentos, desarticulados.

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‡ 1970 - 1985        

- Consolidación de los barrios formados previamente


- Crecimiento a partir de fragmentos.
- Ocupación hacia la parte alta de las laderas y presión sobre la periferia
- Profundización del desequilibrio espacial
- Desarticulación en el tejido barrial y segregación
- Procesos de privatización del espacio público

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‡ 1985 ± 1996 (y hasta hoy)


       

- Para la década de 1990 la ciudad contaba con más de 70 barrios marginales, con aproximadamente 37.000
viviendas.
- Ausencia de planeación, Insuficiencia en la organización comunitaria
- Deficiencia en espacio público, equipamientos , servicios y vivienda
- Ocupación de zonas de alto riesgo geológico
- Altos índices de desnutrición, desempleo y violencia.
- Intensificación de la construcción en las áreas rurales, en condiciones de dispersión.

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‡ Vulnerabilidad de las viviendas y del terreno (Factor Físico)

Construcciones que no cumplen con las normas de sismo resistencia.


Construcciones con materiales no adecuados para la construcción.
Zonas de alto riesgo, ocupación de márgenes de quebrada

‡ Sensibilización de las comunidades (Factor Institucional) :

Aunque existen planes comunales de emergencia muy pocas personas los


conocen.
¿Cuántas personas conocen sitios seguros para evacuar durante un evento de
gran magnitud?

‡ Acceso a espacio público o equipamiento de emergencia

Inexistencia de albergues.
Las sedes de las acciones comunales, comunitarias y las instituciones
educativas, no cumplen con las condiciones físicas necesarias para atención
de emergencias.

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‡ Capacidad de Respuesta:

El NUSE u.2.3 no cuenta con el talento humano, el apoyo logístico y la


tecnológica para enfrentar un evento sísmico de gran tamaño.

Insuficiente abastecimiento de alimentos y reservas de combustible para


atender un evento alto impacto.

‡ Accesibilidad, movilidad y conectividad:

Las vías de ingreso a muchos de los asentamientos de borde de ciudad son


estrechas y vulnerables a deslizamientos y cierres. En otros casos los
asentamientos sólo permiten movilidad peatonal (Las Independencias Comuna
u3)

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Para una adecuada gestión del riesgo sísmico, es necesario saber cómo podemos
intervenir las deficiencias causadas por el aumento de la vulnerabilidad, en este caso,
producto de un proceso inadecuado de crecimiento en una zona como Medellín, que se
ha desarrollado sobre diversos tipos de suelos con complejas características físicas.

Sólo con una adecuada información los hacedores de políticas públicas podremos tomar
decisiones para proponer acciones efectivas de gestión del riesgo, considerando
aspectos como:

La resiliencia económica.

Sectores más propensos a fenómenos naturales desastrosos.

Variaciones demográficas y socioeconómicas.

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‡ Medellín tiene hoy una extensión total de u5.700 Ha, de las cuales:

‡ u.u2 ,5 Ha (el 8 % del territorio municipal) están clasificadas como zonas urbanas de
riesgo. De este total:

‡ 250,83 Ha son zonas de riesgo recuperable, que equivale a decir zonas con
restricciones geológicas o potencialmente inestables. En estas pueden ser objeto de
programas de titulación y reordenamiento de la infraestructura básica

‡ 878,52 Ha son zonas de riesgo no recuperable.

‡ Un total de u74.384 personas están localizadas en zonas de alto riesgo no recuperable


en el Area Metropolitana del Valle de Aburrá.

‡ u7.6% de los hogares en zona de alto riesgo son desplazados del conflicto armado.

‡ Los movimientos en masa representan el 35% de los eventos que ocurren en el Valle de
Aburrá y (aportan) el 77% de las víctimas mortales.
Datos tomados de Acuerdo 46 de 2006 y del artículo                    
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El POT y los Planes de Desarrollo se consideran instrumentos fundamentales para la


gestión del riesgo. Aunque no en forma explícita, es posible reconocer en el POT
algunos aspectos fundamentales para la prevención de desastres, como:

‡ La armonía entre ocupación ± crecimiento, y naturaleza. (delimitación de áreas de


aptitud geológica)

‡ El acceso a los servicios públicos y sociales, en forma territorialmente equitativa.

‡ La suficiencia y calidad del espacio público.

‡ La protección de algunos estructurantes naturales.

‡ La reubicación de viviendas.

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Más allá de la revisión del POT se hace evidente la necesidad de profundizar en el tema de la
gestión del riesgo en la ciudad. La incorporación de una lectura de la vulnerabilidad y las
capacidades territoriales se configura como uno de los aspectos clave para la sostenibilidad, la
óptima respuesta en la eventualidad de un fenómeno natural y en general la efectivida de los
derechos fundamentales. Esta lectura debe reconocer:

‡ Profundizar el estudio sobre origen social de las situaciones de vulnerabilidad.

‡ La necesidad de emprender procesos educativos y de fortalecimiento organizacional en


las comunidades, de cara a estas situaciones.

‡La necesidad de una Dirección de Gestión del Riesgo que articule, coordine y ejecute todas
las reflexiones, autoridades y acciones para minimizar el riesgo en la ciudad

‡ La necesidad de innovar en temas urbanísticos en zonas de alto riesgo y de masificar y hacer


seguimiento a la aplicación de la normatividad de sismoresistencia.

‡Rediseño, refuerzo y/o reconstrucción de equipamentos necesarios para la adecuada respuesta


a un sismo de gran magnitud (Estaciones de Bomberos, Hospitales, Centros de Salud etc)

‡ Actualizar los estudios de Microzonificación.

‡Asegurar fuentes de financiación para la efectiva respuesta y reconstrucción.

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