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Que es el Cadáver

La muerte se define de diferentes maneras, pero se puede aceptar


como concepto inequívoco que muerte es lo que sucede después de
la detención irreversible de las funciones vitales organizadas e
integradas.
La vida supone un complejo conjunto de fenómenos biológicos que se
mantienen en equilibrio constante, integrados y organizados en un ser
único. La muerte está constituida por una sucesión de fases de
desestructuración rápida y progresiva del funcionamiento integrado
del organismo como unidad biológica. Y esa unidad biológica,
individuo, ser, u organismo, cuerpo vivo, ocurrida la muerte es
cadáver.
La palabra cadáver proviene del latín caedere, que significa caer. Y en
sentido figurado, si agonía, que deriva de agón, es lucha, acabada la
misma se produce la pérdida de la vida y por ello al cuerpo resultante
se le designa como caído o cadáver.
Son sinónimas las expresiones occiso (del latín occisus, el que muere
violentamente), fallecido (del latín fallere, morir), difunto o finado.
Definición de Cadáver
El cadáver humano, ha sido escasamente definido. A los efectos
jurídicos puede tener su importancia también saber cuando deja de
existir y ello no es claro. Arbitrariamente se han tomado plazos de
tres o cinco años. Una de las definiciones clásicas, aceptadas por la
tanatolegislación española, expresa: “Cadáver es el cuerpo humano
durante los cinco primeros años siguientes a la muerte real. Ésta se
computará desde la fecha y hora que figure en la inscripción de
defunción en el Registro civil”. (Reglamento de Policía sanitaria
mortuoria, Art.7).

Por Restos cadavéricos se ha entendido, en el mismo reglamento: “lo


que queda del cuerpo humano, terminados los procesos de
destrucción de la materia orgánica, transcurridos los cinco años
siguientes a la muerte real”.
El Cadáver para el médico
legista
El plazo de cinco años es tomado como el tiempo que demanda la
esqueletización completa, aunque se sabe lo variable de dicho
proceso.
Para el médico legista, el cadáver es el testimonio mudo de un
hecho judicial o de uno banal. Al decir de Simonin, el cadáver
presenta, en su examen externo o en las vísceras, vestigios
reveladores que permiten “ hacerle hablar”.
Pero el cadáver está además signado por la tradición, la piedad, el
culto a los muertos y creencias filosófico-religiosas y todo ello
asentado en lo que representa, más que en la materia que lo
compone.
Tanatología, y status jurídico
La ciencia que estudia el cadáver y los métodos de examen, así
como las transformaciones que sufre, es la denominada tanatología.
(De Tanatos: muerte y Logos: ciencia, estudio o tratado).

La tanatología forense, es de gran importancia médico legal, no


falta en ningún texto de la disciplina, sin embargo salvo algunas
referencias a la legislación tanatológica, prácticamente ninguno de
los textos profundiza sobre que es el cadáver desde el punto de
vista jurídico y no plantean siquiera cual sería el status jurídico del
mismo.

El status del cadáver es muy particular y si bien es


fundamentalmente un objeto, es un objeto de homenaje, siendo su
existencia material de valor secundario, salvo para la investigación
forense. Los valores morales que representa son de importancia
trascendente.
Tanatología, y status jurídico
(2)
Como objeto material el cuerpo humano se ha revalorizado
al haberse constituido en reserva de órganos y tejidos con
fines terapéuticos. El antiguo concepto de inviolabilidad del
mismo ya no es absoluto.

Las prácticas de transplantes han llevado a legislar sobre el


cadáver como reservorio de órganos y tejidos y a agudizar la
pregunta ¿qué es el cadáver? Y ¿a quien le pertenece?.

El cadáver tiene entonces un a importancia creciente a


partir de estos hechos en el mundo de los vivos y esto
también tiene sus repercusiones jurídicas.
Concepto medico-legal
En la Cátedra de Medicina Legal de la Facultad de
Medicina, con participación multidisciplinaria, se
organizó un Ateneo en el que se planteó el tema y
como consecuencia del mismo, estimo importante
trasmitir algunos de los conceptos que resultan
relevantes para la consideración y discusión de cual
es el concepto médico legal y jurídico del cadáver.
Una cosa, no cualquier cosa
Respecto de la consideración jurídica del cadáver, entre los dos
extremos jurídicos posibles y polares de: por un lado el
concepto de sujeto de derecho y por el otro la noción de cosa,
luego de recoger distintas opiniones como por ejemplo la de los
abogados Maltach, Aller, Montano, Domínguez, y los médicos
Inés Alvarez, Soria y Lillo entre otros, se reafirma la conclusión
de que el cadáver es jurídicamente una cosa, pero no
cualquier cosa, es una cosa particularísima.
Cosa particularísima
Por cuatro razones conceptuales se llega a esta conclusión:
1º - Si bien es una cosa, es una cosa que anteriormente fue
sujeto de derecho y cuando tal pudo signar su manejo y destino
de cosa, por disposiciones anticipadas, como donación de
órganos y tejidos, autopsia clínica, cremación, embalsamamiento,
velatorio mas o menos prolongado o no, etc. En otras palabras,
quien primero y antes que nadie pudo disponer anticipadamente
del futuro cadáver es la propia persona.
Otros ejemplos son: cederse a instituciones científicas o de
enseñanza, exigir su futura necropsia o negarse a ella, lo que
será respetado salvo que la ley y la voluntad del estado obliguen
a investigar presunta muerte violenta.
Quien dispone del Cadáver
La ley 14005 de autopsias, trasplantes de órganos y tejidos recoge
el anterior concepto ya que le da prioridad a la voluntad de la
persona como donante y sólo si ésta no hubiese expresado su
voluntad, pueden ser los parientes en el orden que establece el
artículo 9º, quienes autoricen la realización de la autopsia o la
extracción de órganos y tejidos para trasplantes o injertos del
cadáver de quien fuera su familiar.

Además del individuo y la familia, la sociedad tiene derechos sobre el


cadáver utilizándolos para el progreso científico, recursos
terapéuticos, docencia e investigación de hechos ilícitos (autopsias
judiciales).
Consideración, respeto, ritos

2º - Particularísima cosa es también al estar cargado desde el


fondo de la historia del hombre, de Consideración, Respeto y
Derechos, según diferentes tradiciones, ritos funerarios y
religiones. Para finalmente reincorporarse al todo, ya sea in
humus, por pira o incineración o cremación (que lleva a la
consideración y respeto a las cenizas), botado al mar, o por
ave (extraña forma ajena a nuestra concepción cultural donde
en debida casa de muerte y no de abandono, las aves dan
cuenta del cuerpo). Otro ejemplo es la repatriación de los
fallecidos, ya que si los cadáveres fueran solo y simplemente
cosa, la repatriación no se entendería.
Consideración, respeto, ritos
(2)
Distintas normas municipales, por razones de salubridad
pero fundamentalmente por consideración y respeto, obligan a
sepultar los cadáveres. Por ejemplo después de las 24 y antes
de las 48 horas de muerte o después de las 12 y antes de las
36 salvo que estén pendientes investigación judicial o se
utilice para fines científicos y/o docentes o se autorice su
conservación o embalsamamiento.

Relacionado con el tema, podemos recordar así mismo que


el secreto médico se prolonga más allá de la muerte del
individuo.
Respeto del que fue,
vilipendio.
La consideración y respeto, a esta cosa que no es cualquier cosa y a
la persona que representó, es tal y con tal enjundia adviene, que si se
transgreden estos valores dan cabida a la configuración del delito de
vilipendio, previsto en los códigos penales. También la codificación
procesal penal y la ley de autopsias, trasplantes de órganos y tejidos
exigen la preservación al máximo de la integridad cadavérica cuando
se realizan autopsias o maniobras sobre el cuerpo.

Como ya se dijo, el individuo pudo ceder sus restos para


investigación o docencia, pero sin embargo aunque esa cesión es
total, nunca se admite que se utilice para otros fines que los
únicamente nobles.
Cosa fuera del uso
3º -Sin embargo, siendo cosa no está en el tráfico de los
hombres, como civilmente lo están las cosas, y evade entonces
la definición civil del uso de las cosas. Históricamente, a partir del
principio incontestado de la no comercialidad del cuerpo
humanoy su inalienabilidad, se afirma en forma categórica que
está además excluido, tanto el cuerpo íntegro como sus partes,
del patentamiento.

No obstante, durante el régimen nazi los cadáveres fueron


utilizados para la industrialización de productos comerciales.
Comercio
Esto que en principio puede parecer obvio, es de
suma importancia y actualidad, ya que el
conocimiento de la estructura del genoma
humano ha planteado la discusión sobre la idea
de permitir la patentabilidad de determinados
elementos de origen humano y específicamente
de los genes del hombre.
Patentes
Por ejemplo el art. 7º de la ley francesa
94/653 de 29 de julio de 1994, modificativa
del código de propiedad intelectual,
establece que el cuerpo humano, sus
elementos y subproductos, así como el
conocimiento de la estructura total o
parcial del gen humano, no pueden en
cuanto tales, ser objeto de patentes.
Cadáver y tumbas

4º Tampoco resulta el cadáver cualquier cosa en la


medida que el lugar en que yace convoca al recuerdo
de la persona en diferentes ocasiones, incluso en días
especialmente destinados a la recordación (“día de
difuntos”) y puede concebirse entonces el cadáver
como un referente, incluso aún sin poner de ejemplo en
esta consideración, tumbas reverenciadas, veneradas y
visitadas por multitudes, sino simplemente lugares
adonde se dirigen los deudos.
Moral y costumbres
En este sentido es esclarecedora la
distinción filosófica-epistemológica,
que ha hecho Vaz Ferreira del
concepto de sucesor, no como
depositario de heredad, sino como
convocado a una continuación de
determinada forma de conducirse,
en negocios, política, vida (moral),
por el ejemplo del que no está pero
recordado en donde su cadáver
fuera depositado.
El Cadáver inspirador
El cadáver y la muerte, son fuente de inspiración de poetas y novelistas.

LA MORGUE. Walt Whitman.

A las puertas de la Morgue en la ciudad,


Como anduviera ocioso tratando de aislarme del tumulto,
Me detuve curioso.
¡ Vedla, pues ! Esta resaca de paria,
Una pobre ramera muerta que acaban de traer.
Depositan allí su cadáver, que nadie ha reclamado,
Yacente sobre el húmedo suelo de ladrillos.
La mujer divina; su cuerpo, no veo más que su cuerpo,
No miro más que eso, ese cuerpo ayer desbordante de pasión y de
belleza, no veo más que eso;
Ni el silencio glacial, ni el agua que fluye de la canilla, ni los olores
cadavéricos me impresionan,
Sólo ese cuerpo, ese prodigioso cuerpo, ese delicado y espléndido cuerpo,
esa ruina !
¡ Ese inmortal cuerpo, más suntuoso que todas las hileras de edificios
construidos y por construir!
O que el el Capitolio de blanco domo rematado por una majestuosa estatua.
O que todas las viejas catedrales de flechas altivas;
Este pequeño cuerpo es más que eso, pobre cuerpo, cuerpo desesperado.
Bello y terrible despojo –alojamiento de un alma-, alma el mismo;
Casa que nadie reclama, casa abandonada.
Acepta un soplo de mis labios trémulos,
Acepta una lágrima que vierto en tanto me alejo pensando en ti,
Cuerpo de amor, cuerpo de locura y de crimen, deshecho en polvo,
Cuerpo de vida, antaño lleno de apalabras y de risas,
Mas ¡ay! pobre cuerpo, ya estabas muerto entonces;
Desde meses, desde años, eras una casa amueblada resonante,
pero muerta, muerta, muerta.

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