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EXPERIENCIA

ESPIRITUAL CRISTIANA
Qué es ex-peri-encia

Ex-peri-encia es la La experiencia se
ciencia o el adquiere en contacto con
conocimiento (ciencia) la realidad, que no se deja
que el ser humano penetrar fácilmente y que
adquiere cuando sale incluso se opone y resiste
de si mismo (ex) y al ser humano. Por eso en
trata de comprender toda experiencia se da un
un objeto por todos alto grado de sufrimiento
los lados (peri). y de lucha.
La experiencia es el modo en que
interiorizamos la realidad y la forma que
tenemos de situarnos en el mundo junto a
los demás.
La experiencia de Dios:

Es la intimidad profunda, Es experimentar esta


amorosa y oscura (a través presencia como
de la fe) con Dios vivo… misericordiosa y
liberadora.

Es la viva convicción, experimentada


“imprecisamente” (San Juan de la
Contemplar a Dios es
Cruz) en el fondo del espíritu, más
saber vivencialmente que
allá de la sensibilidad y del
estamos en sus manos.
razonamiento, de que el Dios de
Jesús está presente en nosotros, en los
demás y en la historia, así como en la
naturaleza.
S. GALILEA
J. Mouroux

“La experiencia es un acto personal y dinámico;


reducirla a un estado puramente pasivo sería
destruir su verdadero sentido.
La persona al experimentar actúa; es pasiva y
activa al mismo tiempo.
- Hay una pasividad-pasiva cuando la persona es
dominada por las cosas y se limita a soportar su
influjo;
- hay otra pasividad activa o receptiva cuando la
persona acoge y hace suyas las influencias
externas, haciéndolas entrar en el ámbito y cause
de su vida”.
La experiencia espiritual No depende de los gustos
forma parte del misterio de una época, aunque se
revelado y de la vida puede vivir de manera
cristiana. más o menos explicita.

Cumple varias funciones en el desarrollo


de la vida cristiana:
- Da realismo al misterio, que en la experiencia aparece
como presencia viva, densa, interesante; no como
simple objeto de culto o de obligaciones.
- Tiene la virtud de personalizar las relaciones entre Dios
y el hombre, comunión “vivida” con el Dios de la
Alianza.
La experiencia de Dios en la Biblia

• Es necesario tener en cuenta las características de


la que podemos llamar experiencia modelo: la
experiencia bíblica de Dios.

“en múltiples ocasiones y


de muchas maneras habló
Dios antiguamente a
nuestros Padres por los
profetas. Ahora en esta
etapa final, nos ha
hablado por su Hijo” (Hebr
1, 1-2)
El Dios de la Biblia se revela en la
naturaleza y en los
acontecimientos.
Características de Dios en la Biblia

Experiencia EN la vida: Experiencia PARA la vida:


en contacto con la realidad de No solo parte de la vida se
cada día, buscando una praxis compromete con la vida. Este
que nos haga auténticamente compromiso se da en las
personas humanas. Acción relaciones con el prójimo,
liberadora: experiencia de Dios siendo una experiencia
central. autentica.

Experiencia de alguien SIEMPRE MAYOR:


Hay que caminar hacia Dios saliendo de la propia
tierra y renunciando a lo que va consiguiendo;
negando una experiencia de Dios para abrirse a
una mayor.
Proceso de purificación de nuestras
experiencias de Dios.

Presencia y Ausencia o Transparencia y


afirmación negación reconciliación
Dios puede ser encontrado en la
intimidad del corazón. Con él podemos
hablar y rezar; ante él podemos caer de
rodillas, elevar nuestras quejas y esperar su
gracia y salvación.

Ante el impacto del


encuentro con Dios, le
ponemos nombre:…
La montaña es montaña,
Dios Padre-Madre de infinita
ternura.
En el segundo momento de la experiencia de Dios
nos damos cuenta de la insuficiencia de todas sus
imágenes. Todo lo que decimos es figurativo y
simbólico.

El está más allá de todo nombre y


desborda todo concepto. Dios es,
simplemente, trascendente.

Se empieza a cuestionar todas


nuestras representaciones y puede
surgir una “teología de la muerte
de Dios” que decreta la muerte de
todas las palabras , por que mas
que comunicar a Dios, lo esconden.
A Dios no lo encontramos en las cosas de este
mundo. Si lo encontramos ahí, lo que
encontramos es un ídolo, no al Dios vivo y
verdadero, que está siempre más allá de los
sentidos corporales y espirituales.
La montaña no es montaña,
Dios Padre no es Padre como lo son
nuestros padres terrenales.
En un tercer momento
rehabilitamos las imágenes.

Después de haberlas afirmado y haberlas


negado, ahora nos reconciliamos
críticamente con ellas.

Las asumimos como imágenes y no ya como la


propia identificación de Dios.
Comprendemos que nuestro acceso a Dios
sólo podemos lograrlo a través de las
imágenes. Y empezamos a saborearlas,
porque nos sentimos libres frente a ellas.

Ellas son los andamios, no la construcción, y


como andamios las acogemos.
No pretendemos poseer ciencia alguna acerca de Dios; lo
que hacemos es saborear la sabiduría de Dios, que se
revela a través de todas las cosas. Todo puede
transparentarlo, porque todo es figurativo.

Quien llega a este tercer momento no


deja nada fuera, sino que lo asume
todo, porque todo es revelación de
Dios.
La montaña es montaña,
Dios Padre-Madre de infinita
ternura.
La experiencia de Dios no se da tan sólo en este
tercer momento del sabor, sino que es una
experiencia total que incluye el saber, el no saber
y el sabor.

Conviene no quedarse fijo


en ninguno de ellos.
Presencia y Ausencia o Transparencia y
afirmación negación reconciliación

Todo este recorrido constituye la experiencia concreta, dolorosa y


gratificante a la vez, de Dios, el cual da y se retrae continuamente; se
revela y se vela en cada momento, porque él será siempre el Misterio y
nuestro eterno Futuro.
San Agustín:
“por más alto que pueda volar el
pensamiento, Dios siempre estará aún más
allá. Si lo comprendes, no es Dios. Si crees
comprender, comprendes no a Dios, sino
tan solo una representación de Dios. Si
tienes la impresión de haberlo casi
comprendido, entonces es que has sido
engañado por tu propia reflexión”.

Dios es absolutamente trascendente a


todas las cosas existentes y a todas las
cosas posibles.
CONCLUSION
• Experimentar a Dios no es pensar sobre Dios. Es sentir
a Dios a partir de un corazón puro y de una mente
sincera.

• Experimentar a Dios es sacar del anonimato el


misterio del universo y darle un nombre: el de nuestra
reverencia y nuestro afecto.
Experimentar a Dios es desarrollar la percepción
bienaventurada de que, en la radicalidad de todas
las cosas, Dios, el universo y la persona humana son
un solo misterio de ternura y de amor que ha
irrumpido en nuestra conciencia, que ha hecho
historia, que ha adquirido un lenguaje y que ha
culminado en la alegre celebración de la vida.
“La experiencia espiritual cristiana es pues, la
conciencia de la relación personal entre el
Dios vivo que irrumpe, santo y amoroso y el
hombre que tras de buscarlo, lo encuentra a
través de mediaciones que le pueden ser
fruitivas y gratificantes o desoladoras y
dolorosas”.

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