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Antecedentes de la Ciencia

e investigación en el
desarrollo y crecimiento
económico colombiano.
Las empresas del siglo XXI dependerán de la ciencia, la tecnología, la
investigación y el desarrollo que se realice en Estados Unidos. Quiero
el país que eliminó la poliomielitis y mapeó el genoma humano, dé pie a
una nueva era en el campo de la medicina: un país que sea capaz de
prestar el tratamiento adecuado en el momento correcto
La clave de este propósito está en la generación de ciencia, tecnología
e innovación, trípode de sectores que se alimenta de recursos. De
acuerdo con el BM, Estados Unidos invierte 2,79% de su PIB en
investigación más desarrollo (I+D). En Colombia se llegó a 0,19% en
2014, según el Observatorio Colombiano de Ciencia, Tecnología e
Innovación (OCyT) y el Dane. Por su parte, en Actividades de Ciencia,
Tecnología e Innovación (ACTI), los gastos ascendieron a 0,46%.
“La inversión privada en ciencia, tecnología e innovación es baja
comparada con países de América Latina y del resto del mundo, a de
contar con un cupo de beneficios tributarios de $500.000 millones
con potencial para apalancar inversiones”, explica Simón Gaviria,
director del Departamento Nacional de Planeación (DNP).

El subcontinente duplica a Colombia en este rubro con 1,15% del PIB,


según la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e
Interamericana (Ricyt) y las dos mayores economías de la región también
lo superan: Brasil (1,74%) y México (0,73%).
De acuerdo con la OCyT, la inversión nacional en ACTI en 2014 ascendió
a $3,39 billones, y entre 2004-2014 fue de $29,92 billones. En esta
década, las empresas lideraron en participación con 33,55%. Luego se
ubicaron las instituciones de educación superior (26,97%), entidades del
gobierno central (21,91%) y los centros de investigación (12,22%).

A partir de este panorama, el gobierno nacional se impuso el reto de


duplicar su inversión en ACTI para promover el desarrollo tecnológico del
país, responder a las necesidades de su aparato productivo y contribuir a
mejorar los indicadores sociales. El objetivo es pasar de 0,5% de hoy a
1% del PIB en 2018. Esto significa aumentar el flujo de recursos a $8,8
billones.
“Además de ser baja, la mayor inversión en ACTI proviene
principalmente del sector público y no del privado, cuando en países
desarrollados o de la Ocde ocurre totalmente lo contrario. Esto se replica
en las empresas, la mayoría no son innovadoras”, dice Julián Pontón
Silva, director de desarrollo tecnológico e innovación de Colciencias.

Los primeros pasos para mejorar este panorama se han dado con la
definición de las metas en ciencia, tecnología e innovación plasmadas en
el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014 – 2018 y la aprobación de un
Conpes que permitirá a las empresas que inviertan en innovación aplicar
deducciones tributarias (ver recuadro).
En un país con cuentas pendientes, los desafíos plasmados en el PND son,
entre otros: subir el porcentaje de empresas innovadoras de los sectores de
industria y servicios, el número de publicaciones científicas de alto impacto,
aumentar las solicitudes de patentes por residentes colombianos e
incrementar las becas en formación de posgrado.

Con estos retos, Colombia busca generar progreso y ganar terreno en el


contexto internacional donde es 48 entre 143 naciones del Global
Innovation Index 2014-2015.

En la actualidad, con las diferencias que han manifestado la industria y el


Gobierno, es clave dar un salto y llevar a las empresas a un escenario de
mayor innovación, con más impacto y desarrollo en el mundo de los negocios.

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