Contexto Histórico Este hombre nació en 1496 en la época del renacimiento. Esta época se caracteriza principalmente por el cambio drástico de doctrinas. Nace la burguesía. Se desarrolló entre los siglos XV y XVI e inició en Italia. En esta época se puede apreciar que se amplía el comercio ya que al desarrollarse un estado nacional esto es más factible y seguro. Se inician las guerras entre la iglesia y el estado y quien gobierna es el emperador o el papa En este periodo nació el conocido Absolutismo que consiste en que el poder de crear leyes es única y absolutamente del rey. Este tiene poder sin límites ya que sus acciones provienen de Dios, el rey representa a Dios en la tierra. En el siglo XVI se forman los tres y más grandes países absolutistas de Europa: Inglaterra, Francia y España. La rebelión era siempre condenable ya que Dios había sustituido toda autoridad. Lo que defiende la iglesia es el absolutismo del papa, ya que en aquel entonces el rey era quien tenía más poder. El rey no podía abusar de su autoridad ni de su poder. Pensamiento Político Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. la construcción de su teoría se baso en la observación de las realidades políticas de su tiempo y en el análisis que le proporcionaba el estudio de los fenómenos políticos pretéritos. En su obra el Príncipe, examino las causas de la grandeza y decadencia de los Estados. Propuso una serie de medidas que seguir por los gobernantes para la adquisición, conservación y fomento de su poder. Pensamiento Político en la actualidad Es un perfecto manual de las técnicas de poder, y de cómo toda acción política debe ser evaluada en función de su capacidad para obtenerlo y mantenerlo, no de su ajuste más o menos cabal a los imperativos de la moralidad. Lo que importa es el éxito a la hora de buscar este objetivo, y aquel condiciona la naturaleza de los medios que sean necesarios para alcanzarlo. “El que quiere el fin debe querer los medios”, que diría Nietzsche. Y los medios que se requieren para el sustento y la protección del Estado —o la conservación del poder por parte del príncipe— no siempre se prestan a los dictados de la acción moral. Es más, si un gobernante no está dispuesto a renunciar a la moral cuando las circunstancias así lo exijan, más vale que se dedique a otra cosa. “Un príncipe que quiera mantenerse como tal debe aprender a no ser necesariamente bueno, y usar esto o no según lo precise”. Vicio y virtud serían así categorías de la moral, no de la política. Porque la política exige mancharse las manos, es irreconciliable con una visión de la realidad en la que la acción moral siempre nos ofrece una alternativa a lo que se impone como necesario, que haya algo así como una armonía entre principios éticos y las consecuencias específicas derivadas de aplicarlos .