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bacterias y mohos
que devoran el
plástico
Gusanos que convierten el plástico en anticongelante
Los gusanos de cera, utilizados como cebo por los pescadores.
Federica Bertotochini, científica del Instituto de Biomedicina y
Biotecnología de Cantabria descubrió por casualidad que los
gusanos habían conseguido escapar de sus bolsas
agujereándolas gracias a un voraz apetito por el plástico.
En apenas unas horas una buena parte del plástico había
desaparecido, concretamente polietileno, encontrando en las
bolsas glicol etileno, el compuesto principal del anticongelante.
Por lo tanto, la conclusión era obvia: los gusanos habían
degradado el polietileno de un modo ecológico, sin tener que
esperar cientos de años para su biodegradación.
El descubrimiento no servirá para acabar con el problema de los
residuos plásticos empleando gusanos, si bien está buscándose
el modo de sintetizar las enzimas que utilizan estos animales
para así poder encontrar usos prácticos en este sentido. Es
decir, se producirían a gran escala.
Bacterias que devoran plásticos
En efecto, también los hongos pueden descomponer el plástico. En 2008, un grupo de estudiantes del
departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale, en Estados Unidos,
encontró en la selva amazónica un hongo que puede hacerlo.
Una de las estudiantes que realizó dicho viaje, Pria Anand, se dedicó a investigar el comportamiento
de las muestras que había recogido en Ecuador en presencia del plástico, y con ayuda de otros
compañeros descubrieron que un hongo llamado Pestalotiopsismicrospora puede degradar plástico.
Ni siquiera necesitaba oxígeno para hacerlo, con lo que podría ser de gran utilidad para usar en
vertederos, entre otras muchas utilidades.
Conclusiones
No olvidemos que el deterioro del planeta supone también el de nuestro ecosistema y, por
ejemplo, la contaminación de los océanos con plástico acaba perjudicando a nuestra salud de
forma muy directa. Sin ir más lejos, que el plástico esté polucionando los mares significa
inseguridad de la cadena alimentaria.
O lo que es lo mismo, un serio problema de salud pública que podría acabar con una fuente de
alimentación primordial para la supervivencia del ser humano, como es la despensa del mar.
Pero no todo son malas noticias. Volviendo a esos laboratorios que no dejan de buscar nuevas
fórmulas para acabar con este problema, encontramos algunas iniciativas realmente
sorprendentes. Son proyectos que han descubierto el potencial que tienen las bacterias, los
hongos y los gusanos para descomponer el plástico y, en algunos casos, también para la
producción de bioplásticos.