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Institute of Neurology,
University College London, UK
2017
• Se centra en la aparición de modelos cognitivos a partir de la
neuropsicología.
Sección 1
• usamos neuroimágenes funcionales para identificar las áreas del cerebro que se activan
2 durante la tarea.
• comparamos las respuestas cerebrales con las observadas durante otras tareas que
difieren de distintas maneras (por ejemplo, leer la palabra conejo versus nombrar una
imagen de un conejo).
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• inferimos el tipo de procesamiento que admite una región cerebral al examinar cómo
responde la región del cerebro en un rango de diferentes condiciones, utilizando diseños
4 factoriales, interacciones y conjunciones (Price, Moore, Friston, 1997).
• comparamos el procesamiento asociado con cada región del cerebro en el Paso 4, con
el procesamiento especificado en los modelos utilizados en el Paso 1.
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• actualizamos el modelo cognitivo para que sea coherente con todas las fuentes de datos
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¿Cómo pueden las neuroimágenes ayudar a resolver
entre dos modelos cognitivos diferentes?
la neuroimagen para evaluar si hay respuestas
cerebrales que sean específicas de las entradas
ortográficas (p. Ej., Activadas durante la lectura en voz
alta, pero no durante la denominación de los
objetos). Dichas regiones podrían definirse como
módulos de procesamiento ortográfico. El resultado
alternativo sería que todas las áreas del cerebro que
responden a estímulos ortográficos también
responden a estímulos no ortográficos. En este caso,
no es correcto describir las regiones cerebrales como
módulos de procesamiento ortográfico, pero podemos
especificar qué áreas se activan cuando se presentan
estímulos ortográficos y cómo el grado y el momento
de la activación en estas áreas cambia con el tipo de
estímulo,
Se destacó cinco desafíos específicos
involucrados en vincular los modelos
cognitivos con los datos de neuroimágenes:
Definición de especificidad
regional. Cuando una región (o población
neuronal) es selectiva para una tipo de
estímulo sobre otro, no podemos descartar
inmediatamente la posibilidad de que haya
otros tipos de estímulos o tareas que puedan
activar la misma región.
Especificidad en la conectividad funcional: la
ausencia de una región del cerebro dedicada a el
procesamiento ortográfico no excluye la
posibilidad de que existan otros tipos de
respuestas neuronales que distingan el
ortográfico de todos los demás tipos de
procesamiento no ortográfico.
La escala espacial de la especificidad Cuando
diferentes tipos de estímulos y tareas activan el
mismo regiones del cerebro, se podría
argumentar que la resolución espacial de la
técnica de neuroimagen no fue suficiente para
distinguir el procesamiento de neuronas
específicas.
Especificidad en los datos
neuropsicológicos que no se observa en
los datos de neuroimagen.
Si la neuroimagen muestra que una función
cognitiva de interés activa las regiones del
cerebro que también se activan fuertemente
por otras funcione.
Otras complejidades e inconsistencias: tal
vez el mayor desafío al relacionarse Los
datos de neuroimagen a los modelos
cognitivos indican que las funciones
cognitivas específicas
Introduciendo nuevas funciones cognitivas. Como
se describió anteriormente, descripciones
neuroanatómicas asociar múltiples regiones
cerebrales con una sola función cognitiva se vuelven
inmanejablemente complejas en el contexto de
observar que el conjunto de regiones que componen
el sistema neuronal distribuido para un tipo de
procesamiento no siempre se activan juntas y pueden
contribuir diferencialmente a otros sistemas
neuronales involucrados en otras tipos de
procesamiento.
Redefinir viejas funciones cognitivas. Como
acabamos de describir, a veces podemos forjar
nuevos etiquetas cognitivas para explicar las
propiedades de respuesta de una región.
Múltiples rutas para la misma tarea. El
tercer conocimiento útil que tiene el
"procesamiento distribuido" Los modelos
cognitivos ofrecidos son que, cuando hay una
amplia red de múltiples regiones involucradas
en la misma tarea, estas regiones pueden
interconectarse entre sí de diferentes
maneras.
La neuroimagen se puede utilizar para informar los
estudios neuropsicológicos y cómo la integración de
los resultados de ambos tipos de datos proporciona
los modelos de cognición más útiles clínicamente.
Comprensión de los deterioros funcionales
concurrentes: al usar solo datos de comportamiento,
un neuropsicólogo puede identificar qué tipo de
procesamiento ha deteriorado o preservado un
paciente, así como la gravedad de cada impedimento.
El mismo deterioro funcional produce diferentes
síntomas. A pesar de los desafíos (por ejemplo, de
déficits concurrentes), algunos pacientes tienen
déficits selectivos que encajan con deficiencias
funcionales significativas.
En la Sección 1, se planteó tres tipos de
observaciones que dificultan la interpretación de
los datos neuropsicológicos. El primero es la falta
de "especificidad pura". Aunque los pacientes
pueden estar más afectados por el uso de un tipo
de procesamiento que otro, los deterioros
cognitivos después del daño cerebral rara vez se
limitan a un tipo de procesamiento. La segunda y
tercera lecciones fueron que el mismo síntoma
puede surgir a partir de muchos tipos diferentes
de impedimentos y, a la inversa, el mismo
impedimento subyacente puede producir
síntomas muy diferentes.
En la Sección 2, se discutio los desafíos enfrentados
al tratar de probar modelos cognitivos con
neuroimágenes. Luego propuse que la perspectiva de
la neuroimagen que proporciona la mayor
comprensión de los modelos cognitivos implica un
mapeo de muchos a muchos entre la estructura del
cerebro y las funciones cognitivas / computaciones /
tipos de procesamiento conocidos.Esto ha llevado a
propuestas de nuevos procesos computacionales,
nuevas estrategias cognitivas y nuevas ontologías
para la cognición que predicen la estructura de la
función y la función de la estructura (Rubin et al.,
2017). También proporciona un marco organizado
para comprender cómo se aprenden o vuelven a
aprender las funciones cognitivas después del daño y
cómo el aprendizaje puede verse influido por el
entrenamiento.
Sección 3, se consideró cómo la neuroimagen
puede informar los estudios neuropsicológicos al
distinguir entre tres tipos diferentes de
variabilidad interpaciente: diferencias en la
anatomía funcional premórbida, el sitio de la
lesión o la estrategia cognitiva. Al desvelar todas
las vías neuronales posibles para una tarea, en
cerebros normales y dañados, podemos
reconsiderar las unidades de cómputo
subyacentes y las vías de
procesamiento. Además, al combinar todas las
fuentes de datos, podemos generar modelos
cognitivos que serán más informativos para
predecir, explicar y mejorar la función cognitiva
después del daño cerebral.