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LA ALIENACIÓN DEL SUJETO EN EL YO

EL ESQUEMA L

Dra. Miriam Pardo Fariña


(Adaptado de Joël Dor)
 […] El “Yo” (Je) del enunciado que se fija en el orden del
discurso tiende a ocultar cada vez más al sujeto del
deseo.

 Y esto va a constituir una objetivación imaginaria del sujeto,


quien no tiene otra salida más que identificarse cada vez
más con los diferentes “representantes” que lo actualizan
en su discurso.

 Allí comienza un desconocimiento total de lo que él es


desde el punto de vista de su deseo.
 Los múltiples “representantes” en los que el sujeto se
pierde tienden a condensarse en una representación
imaginaria que será, en adelante, la única que el sujeto
podrá darse a sí mismo, la única a través de la cual podrá
captarse.

 Esta objetivación imaginaria del sujeto con respecto a sí


mismo es el Yo (Moi). Por lo tanto decir que el Yo (Moi) se
cree el Yo (Je) es mostrar con exactitud la captación
imaginaria a la que el ser hablante está cada vez más
atado.
 Como el Yo (Moi) es una construcción imaginaria a
través de la cual el sujeto se objetiva a si mismo, pro
medio de sus propios representantes, toda la subjetividad
está invadida por una paradoja.

 El Estadio del espejo constituye la fase inicial de la


evolución psíquica en la que el niño se sustrae de la
relación dual con la madre.
 El esbozo de subjetividad que se produce a través d ela
conquista de la identidad originaria permite al niño
iniciar su promoción subjetiva hacia el acceso a lo
simbólico gracias a lo cual pondrá fin a la relación
especular imaginaria con la madre.

 Semejante economía paradójica encuentra su expresión


más acabada en esta fórmula de Lacan: “el drama del
sujeto en el verbo es que allí experimenta su falta de ser”;
 Es decir, una falta de ser que en este caso hay que
comprender como del ser del deseo, en función del
desconocimiento que el sujeto experimenta con respecto
a si mismo a través del orden significante.

 […] La identificación del niño con su imagen en el


espejo es posible en la medida en que se apoya en un
cierto reconocimiento del Otro (la madre).
 El niño solo se reconoce en su propia imagen en la
medida en que presiente que el otro ya lo identifica como
tal.

 De esta manera, la mirada del otro le afirma que la


imagen que percibe es realmente la suya.

 En este sentido, el advenimiento de la subjetividad que se


esboza al nivel del Estadio del espejo deja ver cómo el
Yo, como construcción imaginaria, aparece
indefectiblemente sometido a la dimensión del otro.
 La relación del Yo con el otro podría considerarse en
cierto modo, como análoga a la relación que existe entre
el lenguaje y el habla.

 Esta analogía ilustra el problema fundamental de la


alienación del sujeto en el Yo, como consecuencia del
acceso al lenguaje, cuyo principio es analizado por
Lacan en el célebre Esquema L de la dialéctica intersubjetiva.
ESQUEMA L DE JACQUES LACAN
 S: es el sujeto en “su inefable y estúpida existencia”. Se
trata del sujeto atrapado en las redes del lenguaje y que
no sabe lo que dice. Pero a pesar de estar en la posición
S, él no se ve en ese lugar.

 “Él se ve en o y es por eso que tiene un yo. Él puede creer


que ese yo es él, todo el mundo está en lo mismo y no
hay manera de salir”.
 Aquí hay una referencia explícita al Estadio del espejo y
a la conquista de la identidad a través de una imagen,
vivida primero como imagen de otro y luego asumida
como imagen propia.

 Bajo la forma del otro especular, el sujeto percibirá también al


otro, es decir, a su semejante, situado en o’ en el esquema.

 La relación que el sujeto mantiene consigo mismo está


siempre mediatizada por una línea de ficción: el eje o o’.
 La relación entre S y o (yo) depende de o’, e
inversamente, la relación que el sujeto mantiene con el
otro (o’), su semejante, depende de o.

 Se puede hablar entonces de una dialéctica de la


identificación de uno con el otro y del otro con uno.

 El cuarto término del Esquema L es el símbolo O = el


Otro.
 Junto al plano simétrico del Yo y del otro existe, en
efecto, un plano secante O S, al que Lacan
llama el muro del lenguaje.

 Para comprender la función de este último término hay


que dilucidar previamente lo que sucede cuando un
sujeto se dirige a otro:
 Dice Lacan: “Cuando un sujeto habla con sus
semejantes, habla con un lenguaje común para el que los
Yo imaginarios no solo son ex – sistentes sino también
reales. Al no saber lo que es en el campo en donde tiene
lugar el diálogo concreto, se relaciona con un cierto
número de personajes, o o’. Por más que el sujeto los
relacione con su propia imagen, aquellos a quienes él
habla son también aquellos con los que se identifica”
(Lacan, Seminario 2; 25 de mayo de 1955).
 Cuando un sujeto se comunica con otro sujeto, la
comunicación (“el lenguaje común”) siempre está
mediatizada por el eje imaginario o o’.

 En otros términos, cuando un sujeto verdadero se dirige


a otro sujeto verdadero, sucede que en función de la
división operada por el lenguaje, se trata de un Yo que se
comunica con un Yo distinto, pero semejante a él.

 De esto resulta que hablarle a otro se convierte


inevitablemente en un diálogo de sordos.
 La mediación del lenguaje, que eclipsa al sujeto, hace
que cuando S se dirige a otro verdadero, nunca llega a él
directamente.

 Ese Otro verdadero está situado, en efecto, del otro lado


del muro del lenguaje, así como el sujeto S se encuentra,
por su parte, fuera del circuito de su verdad de sujeto por
este orden del lenguaje.

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