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Retroalimentación efectiva y

productiva
¿Qué es la retroalimentación?
Controlar y optimizar el comportamiento, ajustar y
regular. Es justo esto consecuencia de la
retroalimentación, de aquí deriva su importancia. Es ser
consciente de lo que sucede dentro del equipo de trabajo
de forma que seamos capaces de modificar lo necesario
en aras del mejor desempeño lo que traerá beneficios
para la empresa y cada uno de los integrantes. Es un
sistema de control en el desarrollo tareas, actividades o
productos, implementado mediante la supervisión y
evaluación continua, cuyo objetivo es el mejoramiento
paulatino de los resultados. La retroalimentación permite
valorar fortalezas y reducir debilidades, considerar puntos
positivos y negativos.
Existe tanto la retroalimentación positiva como la
negativa, que nada tiene que ver con la concepción
de buena o mala que coloquialmente se le otorga,
es solo que la negativa es información producto del
equipo de trabajo que no modifica nada
significativo dentro del propio equipo. Así que
pretendamos una retroalimentación positiva en
donde la información produce cambios en la forma
en que se conduce el trabajo, de forma que
aprendamos de los errores, de lo que resulta
eficiente y de los aciertos.
¿Para qué sirve?
Una retroalimentación bien llevada beneficia tanto al empleado como
al gerente y, por supuesto, a la organización.
En el caso de los empleados, la retroalimentación les da confianza en
su propio trabajo y refuerza aquello que están haciendo bien. También
los ayuda a saber qué necesitan mejorar específicamente y cómo
hacerlo. La retroalimentación demuestra el interés y la preocupación
del gerente por el empleado como persona.
En el caso de los gerentes y la empresa la retroalimentación les abre
una comunicación en las dos direcciones sobre el desempeño, es decir,
también el jefe puede descubrir cómo contribuir a mejorar el
rendimiento del empleado. Otro aspecto es que ayuda a los
empleados a aprender cómo auto asesorarse. Finalmente, pero no
menos importante, la retroalimentación mejora el desempeño general
del equipo de trabajo incluyendo al gerente, pues es información que
puede cambiar la forma de llevar el trabajo a cabo guiandolo hacia un
desarrollo optimo y en concorndancia con los objetivos propuestos
¿Cómo lograrla?
Genera confianza
Si quieres que tus comentarios tengan impacto, debes trabajar todos los días en
generar confianza con los miembros de tu equipo. Si tus empleados no han visto tu
compromiso con el trabajo o tu interés en que se desarrollen como profesionales,
todas tus recomendaciones caerán en saco roto. Recuerda que las acciones dicen más
que las palabras.
Habla en las buenas y en las malas
Subraya las buenas acciones de tu equipo, pero no temas hablar también lo negativo.
Para evitar abrumar al empleado, no esperes a juntar todas tus quejas y darlas en un
mismo momento, pues sólo lograrás que la persona se sienta atacada. Es mejor
señalar a tiempo lo que debe mejorarse y siempre reconocer los esfuerzos que se
hacen para cumplir con los avances.
Sé oportuno
Supera el miedo a dar retroalimentación y trata de darla poco después del suceso en
cuestión
Sé conciso
Lo mejor es ir directamente al punto. Si tratas de suavizar tus comentarios,
enterrándolos entre una plática más larga, es posible que tu mensaje no se entienda
claramente, lo que dará pie a una confusión entre tus expectativas y las de tu
empleado.
Pon los ojos en el futuro
Siempre pregúntale al empleado por qué actuó de cierta manera, de modo que
entiendas sus razones y entre los dos puedan desarrollar un plan ya sea para repetir
los buenos resultados obtenidos o para evitar nuevas equivocaciones.
No compares
Evita comparar el trabajo de una persona con algún compañero, sin importar si la
comparación es positiva. Hacerlo da la señal de qué una persona es el estándar con el
que se medirá a todos y esto puede afectar la colaboración dentro del equipo.

Lo que sí puedes hacer es comparar los comportamientos pasados del trabajador con
los actuales, ya sea para mostrar avances o retrocesos.
Habla en privado
Tu empleado estará más dispuesto a escucharte y discutir su comportamiento y las
posibles soluciones. Si hay más personas presentes, puede sentirse señalado o
atacado y cerrarse al mensaje que quieres dar. También puedes provocar que se sienta
inseguro u observado, un estado que no es propicio para lograr las mejoras que se
requieran.

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