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¿Quién es el Espíritu

Santo?
ES CREADOR
“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era
un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu
de Dios iba y venía sobre la aguas” (Génesis 1, 1-2)

• Aquí, el Espíritu de Dios revolotea, esperando traer algo


nuevo.
• El Espíritu Santo transforma el caos en cosmos, el
desorden en orden, la confusión en armonía, lo deforme
en belleza, y lo viejo en algo nuevo.
• Y aquí el Espíritu de Dios se cernía, en espera de hacer
cosas nuevas, tal y como está aquí hoy, en espera de hacer
cosas nuevas en nuestras vidas.
• Cuando el Espíritu viene, siempre nos renueva:
nuevas actitudes,
nuevos deseos,
nuevas formas de adorar
Cuando Dios creó al ser humano “formó al hombre del polvo
de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida y el hombre
se convirtió en un ser viviente” (Génesis 2, 7)

El ruaj de Dios transmite vida física a la humanidad, formada


del polvo. Del mismo modo, transmite vida espiritual a la
gente y a las iglesias, que, en ocasiones pueden
encontrarse tan secas como el polvo.
El Señor dijo a Moisés: «He escogido a Bezalel, hijo de Uri y nieto
de Jur, de la tribu de Judá y lo he llenado del Espíritu de Dios, de
sabiduría, inteligencia y capacidad creativa para hacer
trabajos artísticos en oro, plata y bronce, para cortar y engastar
piedras, para tallar madera y para realizar toda clase de
artesanías»
(Exodo 31, 3-5)

• Cuando el Espíritu de Dios viene sobre un hombre o una mujer,


da un toque especial a aquello que crean.
• El Espíritu de Dios puede dar una nueva dimensión a nuestro
trabajo.
Dios llamó a Gedeón para que liderara a Israel. Gedeón preguntó:
“¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan el más débil de la tribu de
Manases, y yo soy el más insignificante de mi familia […]
Entonces el Espíritu de Dios se posó sobre él”
• Dios se sirve, a menudo, de quienes se sienten débiles,
inadecuados o incapaces.
• Cuando El Espíritu Santo viene sobre una persona, la
transforma.
• Desaparecen los miedos, se diluyen las incertidumbres, somos
capaces de enfrentarnos a cualquier cosa.
• Se abren caminos en zonas infranqueables.
Los filisteos amarraron a Sansón atándolo con cuerdas, entonces
“el Espíritu del Señor vino sobre él con poder y las sogas que
ataban sus brazos se volvieron con fibra de lino quemada, y las
ataduras de sus manos se deshicieron” (Jueces 15, 14)
• así sucede con muchos de nosotros que estamos atados por
hábitos, patrones de pensamiento, adicciones…
• cuando el Espíritu de Dios viene sobre nosotros, nos capacita
para liberarnos del mal genio, envidia, celos, ira, impureza de
algún tipo…
• Para algunos, es instantáneo, y en algunas áreas de nuestra vida
puede ser instantáneo en otras, es un proceso de liberación
que dura toda la vida.
• Pero el Espíritu Santo viene a darnos fuerza para vivir la clase
de vida que en el fondo anhelamos vivir.
“El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, porque me ha
ungido para anunciar la buena nueva a los pobres. Me ha
enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a
los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del
favor del Señor, a consolar a los que lloran, y a confortar a los
dolientes de Sión. A darles una corona en vez de cenizas, aceite
de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de
desaliento.
(Isaías 61, 1-3)

• El Espíritu Santo nos da fuerza para salir de nosotros mismos y


cambiar nuestro mundo.
PROMETIDO POR EL PADRE
«Les daré un corazón nuevo, y les infundiré un espíritu
nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora
tienen, y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi
Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y
obedezcan mis leyes». (Ezequiel 36, 26-27)
• El Espíritu cambiará nuestros corazones y los hará
sensibles (de carne) en lugar de duros (de piedra).
• Nos moverá a cumplir sus leyes y decretos.
PROMETIDO POR EL PADRE

«Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género


humano. Sus hijos e hijas profetizarán, tendrán sueños los
ancianos y visiones los jóvenes. Aun sobre mis siervos y
siervas derramaré mi Espíritu en esos días».
(Joel 2, 28-29)
Y toda persona relacionada con el nacimiento de Jesús se llenó
del Espíritu Santo:
- Juan el Bautista: «será lleno del Espíritu Santo desde su
nacimiento» (Lucas 1, 15)
- Virgen María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lucas 1, 35)
- Santa Isabel: «Cuando Isabel oyó el saludo de María, la
criatura saltó en su vientre e Isabel quedó llena del Espíritu
Santo » (Lucas 1, 41)
- Zacarías, padre de Juan el Bautista: «Y Zacarías su padre fue
lleno del Espíritu Santo, y profetizó» (Lucas 1, 67)
«Yo los bautizo con agua. Pero está por
llegar uno más poderoso que yo, a
quien ni siquiera merezco desatarle
la correa de las sandalias. Él los
bautizará con el Espíritu Santo y con
fuego».
Jesús fue un hombre lleno del Espíritu Santo:

“descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal,


como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres
mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Lucas 3,22)
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue
llevado por el Espíritu al desierto” (Lucas 4,1)
"Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama
se extendió por toda la región." (Lucas 4,14)
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido
[…] Comenzó, pues, a decirles «Esta Escritura , que
acabáis de oír, se ha cumplido hoy »” (Lucas 4,14)
Jesús promete el Espíritu Santo:
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie
y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a
mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del
Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él;
pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque
Jesús no había sido aún glorificado”
(Juan 7, 37-39)
• Tenemos una sed física que puede saciarse bebiendo
agua; pero hay también una sed espiritual, que no puede
saciarse con bebidas ni con cosas materiales. Es una sed
espiritual.
• Dice: «No sólo saciaré tu sed espiritual, sino que serás
entonces fuente de bendición, fuente de vida».
• Así que cuando quedamos llenos del Espíritu, la vida del
Espíritu fluye por nosotros hacia los demás para que
puedan venir y beber.
Jesús promete el Espíritu Santo:
“He aquí que yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto.” (Lucas 24, 49)
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que
esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos
1, 4-5)
“ pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu

Santo, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria,


y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1, 8)
La promesa se cumple:
“De repente, un ruido como el de una ráfaga violenta de viento
vino del cielo y llenó toda la casa donde estaban. Se les
aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y
se posaron sobre cada uno. Todos fueron llenos del Espíritu
Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les concedía.” (Hechos 2, 2-4)
La promesa se cumple:
Cuando oyeron esto, se conmovieron y les dijeron a Pedro y a los
otros apóstoles: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?». Pedro
contestó: «Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el
nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán
el don del Espíritu Santo. La promesa es para ustedes, para
sus hijos y para todos los extranjeros; todos a los que el Señor
quiera llamar».
(Hechos 2, 37-39)

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