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El documento resume las principales garantías y mecanismos de tutela de la propiedad privada según el ordenamiento jurídico, incluyendo la protección constitucional, frente al Estado y frente a particulares. Describe la acción reivindicatoria como el mecanismo típico de tutela de la propiedad, cuyo fin es la recuperación del bien. También enumera algunas causales de extinción de la propiedad como la adquisición por otra persona, destrucción del bien o expropiación.
El documento resume las principales garantías y mecanismos de tutela de la propiedad privada según el ordenamiento jurídico, incluyendo la protección constitucional, frente al Estado y frente a particulares. Describe la acción reivindicatoria como el mecanismo típico de tutela de la propiedad, cuyo fin es la recuperación del bien. También enumera algunas causales de extinción de la propiedad como la adquisición por otra persona, destrucción del bien o expropiación.
El documento resume las principales garantías y mecanismos de tutela de la propiedad privada según el ordenamiento jurídico, incluyendo la protección constitucional, frente al Estado y frente a particulares. Describe la acción reivindicatoria como el mecanismo típico de tutela de la propiedad, cuyo fin es la recuperación del bien. También enumera algunas causales de extinción de la propiedad como la adquisición por otra persona, destrucción del bien o expropiación.
La propiedad es uno de los derechos subjetivos cardinales del
ordenamiento jurídico de un país. Diversas son las garantías que
la tutelan. He aquí las siguientes: Protección constitucional. La Constitución vigente en su artículo 70 la declara inviolable. Protección frente al Estado. El principio de inviolabilidad de la propiedad privada que el Estado garantiza afirma Guillermo Borda tiene dos consecuencias: 1) deben considerarse inconstitucionales las leyes que afectan sustancialmente el derecho de propiedad. 2) el Estado no puede expropiar sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesidad pública declarada (calificada) por ley «y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya compensación por el eventual perjuicio» (Const., arto 70). Protección frente a particulares. El dominio es protegido por las acciones reales (reivindicatoria, confesoria y negatoria) y por las acciones posesorias e interdictales. LA ACCIÓN REIVINDICATORIA Está regulada por el artículo 927: “La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquel que adquirió el bien por prescripción”. En doctrina, plantea el profesor EUGENIO RAMÍREZ CRUZ, la reivindicación es la acción que ejercita una persona para reclamar la restitución de un bien (cosa) del que pretende ser propietario. Se basa, por tanto: en la existencia del derecho de propiedad y tiene como finalidad la obtención de la posesión. mecanismo de tutela TÍPICO, la propiedad como derecho real está tutelado en forma directa a través de la reivindicatoria, cuyo fin es la recuperación del bien mismo. Por tanto, este instrumento de tutela busca proteger al propietario y su relación directa e inmediata con el bien; por ello es una institución propia de los Derechos reales. la tutela resarcitoria (indemnización de daños) procede cuando no es posible recuperar físicamente el bien y se traduce en el crédito por una suma de dinero representativo del valor del bien. La tutela resarcitoria NO ES TÍPICA de la propiedad, por cuanto asegura otros derechos subjetivos, y además no se manifiesta sobre un bien, sino mediante la creación de una obligación. Caracteres de la acción reivindicatoria. a) Es una acción de naturaleza real, porque recae sobre un bien; ella puede dirigirse contra el poseedor o incluso contra el tenedor; b) Es una acción recuperatoria, puesto que frente al despojo de que ha sido víctima el propietario, tiene por fin la reintegración o restitución del bien (específicamente de su posesión). c) Es una acción de condena ya que el fallo, en la hipótesis de ser favorable, impone al poseedor vencido «un determinado comportamiento de restitución»; d) Es una acción imprescriptible, puesto que ella no se extingue por el transcurso del tiempo (art. 927). Bienes que NO pueden reivindicarse a) Los bienes muebles adquiridos de buena fe por un tercero, aunque no fuere el verdadero propietario el enajenante (art. 948). b) Los bienes muebles comprados en una tienda o almacén, aun cuando hubieren sido robados o se tratare de perdidos, pero con la debida factura o póliza (art. 1.542). c) Los bienes, sean inmuebles o muebles, ganados por usucapión (arts. 950 y 951, respectivamente, y 927). d) Los inmuebles adquiridos de buena fe y a título oneroso de quien en el registro aparece con facultades para otorgarlo, siempre y cuando haya inscrito su derecho (art. 2.014). ACCIÓN DECLARATIVA DE DOMINIO. Llamada también “acción de declaración de certeza (positiva) de su derecho”. En esta acción no hay despojo de la posesión del dueño, el actor no está obligado para ello a probar la posesión del demandado, ni tampoco se exige que este carezca de derecho para tenerla en su poder frente al demandante. En suma, el actor busca simplemente obtener una declaración o constatación judicial que es dueño del bien. La acción reivindicatoria incluye también a la acción declarativa de dominio de mejor derecho de propiedad. ACCIÓN NEGATORIA. Llamada también negatoria servitutis o acción de libertad de la propiedad, es la figura opuesta a la acción declarativa de dominio. Mediante ella el propietario de un inmueble, pretende que se declare que su bien no se encuentra sometido al derecho real que otro se atribuye sobre él; es decir, que se encuentra exento de cargas y gravámenes. En buena cuenta, el dueño desconoce los derechos reales que otra persona pretenda irrogarse sobre su propiedad y que, en consecuencia, ella está libre de cargas o restricciones. Por tanto, su finalidad es: a) declarar, frente al demandado, que la propiedad está, libre de una carga o derecho real. b) Obtener que el demandado cese de perturbar la propiedad, reintegrando al actor la plenitud del ejercicio del derecho de propiedad. LA ACCIÓN DE DESLINDE Y AMOJONAMIENTO. El deslinde es una operación por la cual se traza en el propio terreno o en una superficie imaginaria (plano) los linderos que dividen dos o más fincas. Artículo 966 C. C. “El propietario de un predio puede obligar a los vecinos, sean propietarios o poseedores, al deslinde y al amojonamiento” Cuando existe indeterminación de los linderos, sea porque los títulos son defectuosos, o simplemente porque los títulos no existen. En esta hipótesis, el juez deberá, prácticamente, crear los linderos que separan a las fincas, para lo cual se servirá de todo medio de prueba, ya sea el plano catastral municipal o rural, ya sea cualquier signo de posesión sobre las franjas de terreno en conflicto. De ahí que se colija, que el deslinde no tiene un propósito recuperatorio, sino que busca aclarar la confusión de linderos contra colindantes vecinos. El amojonamiento El amojonamiento es una operación complementaria al deslinde, sostiene GONZÁLES BARRÓN, pues presupone conocer con certeza los linderos de dos fincas a fin de realizar la operación material de marcar con hitos o mojones los linderos (o límites) establecidos es una facultad inherente a la propiedad y, en consecuencia, imprescriptible. Esta complementariedad se advierte claramente en la literalidad del art. 966 C.C. Es más, el propietario puede cercar el predio (art. 965 C.C.); en teoría se distingue el cercado de la finca como acto unilateral, mientras que el amojonamiento es acto bilateral (o sustituido por decisión judicial) de los propietarios de las fincas vecinas. El Código Civil en el artículo 968° enumera las causales de extinción del derecho de propiedad, al respecto, el profesor Gunter Gonzáles Barrón, señala que los derechos reales en especial el derecho de propiedad, por su carácter perpetuo, están dotados de estabilidad y permanencia, porque los derechos reales han sido creados para mantenerse. Así mismo, indica que el listado de las causas extintivas de la propiedad previstas en el artículo bajo comentario, no tienen el carácter taxativo. A) Adquisición del bien por otra persona. Por este supuesto, la propiedad se transmite a favor de otra persona, siendo así, el derecho de propiedad se extingue en relación al anterior propietario, pero se transmite a favor de un nuevo titular, por lo que bien (inscrito) registralmente sigue existiendo, solo que varía de titular. B) Destrucción o pérdida total o consumo de bien. La destrucción total de la cosa objeto del derecho real extingue éste, pues siendo un poder sobre la misma, desaparece el poder al desaparecer su objeto. Si la destrucción es parcial, subsiste el derecho sobre la parte que reste. C) Expropiación La expropiación es un derecho del Estado por el cual éste adquiere la propiedad privada de manera forzosa, para realizar obras de necesidad pública o seguridad pública, pagando al propietario su valor justipreciado en dinero y efectivo; se considera una causal relativa de extinción de propiedad mientras el inmueble este dentro del dominio privado del Estado, por el contrario si el inmueble pasa a dominio público, estaremos frente a una pérdida absoluta, total del bien. D) Abandono del bien durante veinte años el abandono es la falta de uso del bien. Para que opere el abandono en nuestro Código se requiere que transcurra veinte años. Transcurrido ese tiempo sin que el predio haya sido utilizado, pasará su derecho de propiedad a favor del Estado, por tanto, se habrá extinguido el derecho de propiedad del titular y el predio habrá cambiado de dueño, después del ese tiempo su propietario será el Estado. Otra forma de extinguir la propiedad es por la renuncia a la misma, causal que si bien no está contemplada en el artículo 968° del Código Civil. por tanto, para que la renuncia o el abandono produzcan la pérdida de la propiedad, no es necesaria la aceptación de nadie, basta la voluntad del propietario, es un negocio no recepticio, no dirigido a nadie. La diferencia entre el abandono y la renuncia; radica en que el primero se configura por un hecho material, el cual consiste, en la dejación del bien o la desposesión del mismo (lo cual es una manifestación tácita), por un plazo determinado, el que se configura con el transcurso del tiempo; esa actitud de desocupar el bien por un determinado tiempo hace que se entienda que el propietario no quiere poseer o tener el dominio del bien; lo cual no sucede en la renuncia; porque en este caso, el propietario tiene que expresar su voluntad de no tener interés en seguir siendo propietario de cierto bien; o sea, tiene que existir manifestación, normalmente expresa.