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ESTUDIO BIBLICO

LA RESURRECCION DE LOS
MUERTOS EN LA BIBLIA
INTRODUCCION
Estamos haciendo este estudio acerca de un tema
trascendental dentro de la doctrina cristiana como
es la resurrección de los muertos. Este video va a
ser publicado en mi blog cuya dirección va a
aparecer ahora al pie del video, en el zócalo.
Vamos a ver, a lo largo de este estudio, que,
conforme lo establecen Daniel, 12:1-2 y Juan, 5:28-
29, hay solo dos tipos de resurrección:

[1] una para vida eterna (de los justos); y


[2] otra para vergüenza y confusión perpetua, es
decir, para condenación (de los injustos o impíos);
No obstante, la Biblia enseña que la
resurrección no será un único evento, general
y simultáneo, sino que va a haber mas de un
evento de resurrección. Es decir, una cosa son
los tipos de resurrección (vimos que hay dos:
una resurrección para vida eterna y otra para
vergüenza y confusión perpetua) y otra cosa
son los eventos a través de los cuales se lleva
a cabo la resurrección. Mientras que la
resurrección de los justos se va a llevar a cabo
en varia etapas, es decir, habrá mas de un
evento de resurrección de los justos, la
resurrección de los impíos será en un mismo
evento (todos juntos).
Las personas van a resucitar en diferentes
momentos, conforme al grupo al que hayan
pertenecido a lo largo de su vida. Tenemos:

[a] los justos muertos antes de Cristo;


[b] los justos muertos durante la era de la
iglesia (de la cruz hasta el rapto);
[c] los justos muertos durante la Gran
Tribulación (los “santos de la Tribulación”);
[d] los justos muertos durante el reinado
milenial (de 1000 años) de Cristo (Apocalipsis,
20:6); y
[e] los impíos muertos a lo largo de toda la
historia (antes y después de Cristo);
Para comprender, entonces, este tema
previamente tendremos que ver:

[a] que es el rapto o arrebatamiento de la


iglesia;
[b] que es la Gran Tribulación;
[c] quienes son los “santos de la
Tribulación”; y
[d] que es el reinado milenial de Cristo;
Pablo nos dice:

En Romanos, 10:9 que si confesares con tu boca que


Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo.

Para Pablo, entonces, la creencia en la resurrección de


Jesucristo era un requisito esencial para la salvación.

En 1 Corintios, 15:17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe


es vana; aún estáis en vuestros pecados.

Algunos falsos maestros, en la época de Pablo,


comenzaban a negar la resurrección de Jesucristo a lo
que Pablo contesta que si Cristo en verdad no había
resucitado, entonces aun estábamos en nuestros
pecados (no éramos salvos).
Eso se debe a que cuando fue a la cruz,
Jesús tomó todos nuestros pecados sobre
Sí y pagó el precio por ellos allí. Su
resurrección no solo es una prueba de que
es el Hijo de Dios sino de que todos
nuestros pecados fueron perdonados,
porque si solamente uno solo hubiera
permanecido sobre Él, Él no habría podido
ser resucitado para sentarse a la derecha
del Padre. Él todavía estaría en la tumba y
nosotros todavía seríamos responsables
por nuestros pecados no pagados.
EL RAPTO O ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA

Para comprender cabalmente este tema de la


resurrección de los muertos, primero tenemos que
entender que es el rapto o arrebatamiento de la
iglesia ya que en este evento se va a llevar a cabo la
mayor resurrección de muertos de la Biblia. Pablo
hablo del rapto en:

1 Corintios, 15:51 He aquí, os digo un misterio: No


todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, 15:52 en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará
la trompeta, y los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
El rapto o arrebatamiento de la iglesia
consiste en el traslado instantáneo de
millones de personas vivas de la tierra a los
cielos, en los días venideros y está
acompañado por otro evento paralelo: la
resurrección previa de todas aquellas
personas que, antes de morir, pidieron perdón
a Dios por sus pecados, aceptando a Jesús
como su Señor y Salvador pero la muerte se
les anticipo. O sea, tanto los muertos en Cristo
(serán “resucitados”) como los cristianos que
se encuentren vivos (serán “transformados”)
serán llevados al cielo, en un pestañear e
inmediatamente comenzara la Tribulación (un
periodo de tiempo en el cual lloverán sobre el
mundo los juicios de Dios sobre la humanidad
para castigar la maldad de los hombres).
Se conoce con el nombre de Tribulación a los
últimos 7 años de la historia, antes de la segunda
venida de Jesucristo. A su vez, se suele dividir a
estos últimos 7 años en dos mitades: un primer
sub-periodo de 3 años y ½ llamado Tribulación
seguido de un segundo sub-periodo, también de 3
años y ½, llamado Gran tribulación. La “bisagra”
entre estos 2 periodos es la manifestación y
revelación plena del anticristo declarándose Dios
dentro de un tercer templo que aun hoy no se ha
construido. Esta es la “abominación desoladora de
la que hablo el profeta Daniel” (Mateo, 24:15, Daniel,
9:27) y de la que también hablo Pablo (2º
Tesalonicenses, 2:3-4). La diferencia es que las
calamidades y los eventos desastrosos serán más
frecuentes e intensos en el segundo sub-periodo de
3 años y ½, pero, en general, los últimos 7 años
serán angustiosos.
No debe confundirse el rapto o arrebatamiento
de la iglesia con la segunda venida de Cristo
al final de la Tribulación de 7 años. A mitad de
los últimos 7 años se manifestara la
“abominación desoladora de la que hablo el
profeta Daniel” (Mateo, 24:15). Este es el
anticristo. A partir de esta manifestación del
anticristo, quedaran 3 años y medio mas para
la segunda venida de Cristo, motivo por el
cual la segunda venida de Cristo se convertirá,
a partir de la manifestación del anticristo, en
una evento de fecha cierta. En la segunda
mitad de estos últimos 7 años lloverán sobre
la tierra los peores juicios de Dios. El rapto
(cuyo día y hora de ocurrencia no se conocen)
debiera ocurrir en algún momento de la
primera mitad de estos últimos 7 años.
Aunque el día y la hora del rapto de la iglesia no lo conoce nadie
(solo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo), respecto de la “época”
en que ocurrirá se han desarrollado 3 posturas doctrinales:

1) Pretribulacionista: según la cual el rapto ocurrirá antes de la


Tribulación total que durara 7 años (es mas, según esta postura
con el rapto se inicia el periodo de los últimos 7 años);

2) Mesotribulacionista: según la cual el rapto ocurre a mitad de


los últimos 7 años, es decir, a los 3 años y ½ de comenzado el
periodo total de la Tribulación de 7 años por lo que el rapto aquí
coincide con otro evento que es la manifestación de la
“abominación desoladora” (Mateo, 24:15); y

3) Postribulacionista: según la cual el rapto ocurre al final de la


Tribulación, superponiéndose casi con la segunda venida de
Cristo (es la postura que menos adhesiones ha despertado);
Sin embargo, Dios ha prometido rescatar a
la Iglesia de su ira:

1 Tesalonicenses, 1:10 y esperar de los


cielos a su Hijo, al cual resucitó de los
muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira
venidera.

1 Tesalonicenses, 5:9 Porque no nos ha


puesto Dios para ira, sino para alcanzar
salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo,
Apocalipsis, 3:10 Por cuanto has guardado la
palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de
venir sobre el mundo entero, para probar a los
que moran sobre la tierra.

Es por estas promesas de Dios de rescatar a


su iglesia (por medio del rapto) de su ira
venidera que la doctrina "postribulacionista"
casi no ha despertado adhesiones ya que, de
acuerdo a esta doctrina, en cuanto a la época
de ocurrencia del rapto, la iglesia debiera
atravesar los 7 años completos que dure la
Tribulación total (y pasar por los peores
juicios de Dios que lloverán sobre la tierra)
antes de ser raptada.
Además no es lógico que la iglesia pase por
los perores juicios de la Tribulación porque:

1) El propósito de la Tribulación es el de
disciplinar a Israel (por no haber aceptado
al Mesías y llevarlos finalmente a su
aceptación) y destruir completamente a las
naciones inconversas que lo maltrataron y
que también rechazaron al Mesías; y

2) La Iglesia no tiene necesidad de ser


purificada o disciplinada en la Tribulación
porque ya fue purificada en la cruz, ocasión
en la que todos los castigos que
merecíamos por nuestros pecados, fueron
llevados por el mismo Señor.
Otros pasajes que sustentan la doctrina del
rapto de la iglesia:

1 Tesalonicenses, 4:15 Por lo cual os decimos


esto en palabra del Señor: que nosotros que
vivimos, que habremos quedado hasta la
venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron. 4:16 Porque el Señor mismo con
voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los
muertos en Cristo resucitarán primero. 4:17
Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir
al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor.
Juan, 14:1 No se turbe vuestro
corazón; creéis en Dios, creed también
en mí. 14:2 En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera,
yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. 14:3 Y si
me fuere y os preparare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para
que donde yo estoy, vosotros también
estéis.
El rapto de la iglesia (cuyo día y hora de ocurrencia
no se conocen) es un evento anterior a la segunda
venida de Cristo, donde la iglesia es levantada por
el Espíritu Santo de la tierra para encontrarse con el
Señor Jesucristo en el aire, quien lleva a su iglesia
adonde el se encuentra ahora.

En su segunda venida, Jesucristo baja con su


iglesia (con la cual se reunió antes, en el rapto) a
pelear contra el anticristo y establecer su reino aquí
en la tierra. La segunda venida de Cristo, a
diferencia del rapto, será un evento cuya fecha se
conocerá con certeza porque ocurrirá al final de los
últimos 7 años exactamente 3 años y medio
después de que se haya manifestado el anticristo, a
mitad de los últimos 7 años.
Queda claro, ahora, el por que explicamos en
que consiste el rapto: para demostrar que, en
el rapto, se produce la resurrección del mayor
grupo de personas compuesto por todos los
muertos en Cristo durante la era de la iglesia,
es decir, durante la era de la gracia, que va de
la cruz al rapto. Como vimos, luego del rapto
comienza la Tribulación de 7 años (si
adoptamos el enfoque pretribulacionista, que
sostiene que, con la ocurrencia del rapto,
inicia la Tribulación de 7 años) o la Gran
Tribulación (si adoptamos el enfoque
mesotribulacionista, que sostiene que el rapto
se produce a mitad de los últimos 7 años).
Durante este periodo de la Tribulación,
habrá personas que se conviertan a Cristo
y que, por ello, será mártires, es decir,
serán asesinados por su fe. No se fueron en
el rapto de la iglesia porque no formaban
parte de la iglesia. Pero se convierten
durante la Tribulación y se los llama
“santos de la Tribulación” (Apocalipsis,
7:14). Queda claro, entonces, quienes son
estos “santos de la Tribulación”. Estos
muertos resucitan después de la iglesia
junto con los justos muertos antes de
Cristo (ya veremos cuando).
Para comprender lo que es el reinado milenial
(de 1000 años) de Cristo debemos
comprender primero como será la secuencia
de los últimos eventos de la historia. Dios
rapta (saca del mundo) a su iglesia y luego
comienza la Gran Tribulación (un periodo de
tiempo donde lloverán los juicios más severos
de Dios sobre la Tierra). Al final de la Gran
Tribulación vuelve Cristo con su iglesia (que
había sido raptada) para establecer su reino
en la Tierra (Apocalipsis, 19:11-14). Cristo
pelea contra el anticristo y lo vence y tanto el
anticristo como el falso profeta (las dos
bestias del Apocalipsis) son arrojados al
(inauguran el) lago de fuego (Apocalipsis,
19:20-21) y Satanás es encerrado en el abismo
durante 1000 años (Apocalipsis, 20:1-2).
Durante estos 1000 años Cristo gobernara
políticamente la Tierra desde Jerusalén
(Apocalipsis, 20:4, 6). Al final de los 1000
años Satanás será suelto de su prisión
(Apocalipsis, 20:7) e iniciará la ultima
rebelión contra Dios (Apocalipsis, 20:8) la
cual será aplastada (Apocalipsis, 20:9) y
Satanás será arrojado al lago de fuego
donde, desde hace 1000 años, se
encuentran el anticristo y el falso profeta
(Apocalipsis, 20:10). Aquí recién se produce
el “juicio ante el gran trono blanco”.
En el libro de los Hechos de los apóstoles, Pablo
declara lo siguiente:

Hechos, 24:15 teniendo esperanza en Dios, la cual


ellos [los fariseos que lo acusaban] también
abrigan, de que ha de haber resurrección de los
muertos, así de justos como de injustos.

La Biblia enseña que habrá una resurrección de


muertos, tanto justos como injustos. Los justos
serán resucitados para vivir eternamente, en su
cuerpo redimido, con el Señor, mientras que los
injustos resucitaran para ser juzgados y
condenados por Dios. La mención de ambas
resurrecciones en el mismo versículo de Hechos,
24:15 (así como también en Juan, 5:29) no significa
necesariamente que las dos ocurrirán de modo
simultaneo.
LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS EN EL AT

Daniel, 12:1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el


gran príncipe que está de parte de los hijos de tu
pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue
desde que hubo gente hasta entonces; pero en
aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que
se hallen escritos en el libro. 12:2 Y muchos de los
que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua.

Estos versículos de Daniel contienen la más clara


referencia del AT a la resurrección de los justos y
de los impíos. Pero la resurrección de unos y otros,
como veremos, no será simultánea (en el mismo
momento).
Comencemos por la resurrección de los
justos, es decir, los que “serán despertados
para vida eterna”. Obsérvese que Daniel dice
(Daniel, 12:2) que muchos de los que duermen
en el polvo de la tierra (los que están muertos)
serán despertados para “vida eterna” y lo dice
después de decir (Daniel, 12:1), que “será
tiempo de angustia, cual nunca fue desde que
hubo gente hasta entonces” refiriéndose,
claramente, a la Gran Tribulación (Mateo,
24:21). Dice, además, que “en aquel tiempo
será libertado tu pueblo, todos los que se
hallen escritos en el libro”. Es decir, Daniel
habla de una resurrección de justos, cuyos
nombres se encontraran inscriptos en el Libro
de la Vida y dice que esto acontecerá luego de
la Gran Tribulación.
Estos justos resucitados no son la iglesia, ya que la
misma será raptada antes de la Gran tribulación,
donde los que estén vivos serán “transformados” y
los que estén muertos en Cristo serán
“resucitados” (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17). ¿Quiénes son, entonces,
estos justos, de los que habla Daniel, que resucitan
luego de la Gran Tribulación, en la Segunda Venida
de Cristo?.

Son todos los justos muertos antes de Cristo


(dentro de este grupo, tenemos a todos los
patriarcas de Israel – Abraham, Isaac, Jacob, José –
a todos los profetas – Isaías, Jeremías, Ezequiel,
Daniel, etc. – y también el rey David, entre otros).
Más adelante veremos cuando resucitan los otros
para “vergüenza y confusión perpetua” (los
impíos).
Estas son las otras referencias, además de
Daniel, 12:1-2, acerca de la resurrección de los
muertos en el AT:

Job, 19:25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin


se levantará sobre el polvo; 19:26 Y después
de deshecha esta mi piel, En mi carne he de
ver a Dios;

Aquí Job expreso proféticamente la


convicción de que, después que su cuerpo se
hubiera descompuesto en el sepulcro, el seria
físicamente devuelto a la vida y contemplaría a
su Dios Redentor en un cuerpo resucitado.
Salmos, 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni
permitirás que tu santo vea corrupción.

Los apóstoles Pedro y Pablo aplicaron este versículo a


Cristo y su resurrección (Hechos, 2:25-31, 13:34-37).

Isaías, 26:19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres


resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo!
porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará
sus muertos.

Esta es una de las declaraciones más contundentes del AT


sobre la doctrina de la resurrección del cuerpo. Los que
han servido fielmente a Dios (Isaías, 26:2-3) se levantaran
de la tierra y volverán a vivir después de la muerte (Juan,
5:28-29, 1º Corintios, 15:50-53, Filipenses, 3:21).
LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS EN EL NT

El AT, como vimos, hablo de la resurrección de los


muertos pero ¿dónde realmente empezaron a
resucitar las personas?. En el NT. Cuando Cristo
murió, muchos santos resucitaron:

Mateo, 27:50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado


a gran voz, entregó el espíritu. 27:51 Y he aquí, el
velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y
la tierra tembló, y las rocas se partieron; 27:52 y se
abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de
santos que habían dormido, se levantaron; 27:53 y
saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y
aparecieron a muchos.
Juan, 5:28-29 reafirma la idea, ya expuesta
en Daniel, 12:2, de que algunos resucitarían
para vida eterna y otros para confusión
perpetua:

Juan, 5:28 No os maravilléis de esto;


porque vendrá hora cuando todos los que
están en los sepulcros oirán su voz; 5:29 y
los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron
lo malo, a resurrección de condenación.
El NT no enseña una sola, general y simultánea
resurrección de todos los muertos, sino que se
refiere a:

[1] Una resurrección de muchos santos que ocurrió


cuando Cristo murió en la cruz (Mateo, 27:50-53).
Mateo, 27:52 dice que [cuando Cristo murió] se
abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de
santos muertos antes de Cristo (que habían
dormido), resucitaron (se levantaron), es decir, no
resucitaron todos los justos muertos antes de
Cristo sino solo algunos. Seguramente esto ocurrió
como una muestra, es decir, para dar testimonio de
que la muerte de Cristo en la cruz traería no solo la
salvación sino también la resurrección de los
muertos.
[2] Una resurrección que ocurre en el rapto
o arrebatamiento de la iglesia (1 Corintios,
15:51-52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17). Esta
resurrección se refiere a los muertos en
Cristo durante la era de la iglesia (de la cruz
al rapto).

[3] Una resurrección que ocurre luego de la


Gran Tribulación, en la Segunda Venida de
Cristo que incluye:

[a] Los justos muertos antes de Cristo


(Daniel, 12:1-2); y
[b] Los justos muertos durante la Gran Tribulación.
Estos son los llamados “santos de la Tribulación”. Son
cristianos que se convierten al cristianismo recién
durante la Gran tribulación. No se fueron en el rapto de
la iglesia porque, al momento del rapto, no formaban
parte de la iglesia, es decir, no estaban 100%
convertidos o directamente no estaban convertidos
(eran incrédulos). Pero, luego del rapto (y, tal vez, a
causa del mismo), se terminan de convertir o
directamente se convierten. Muchos de estos cristianos
van a morir durante la Gran Tribulación. ¿Dónde
resucitan?. Resucitan en la Segunda Venida de Cristo y
entran al milenio con El. Apocalipsis, 20:4 y vi las almas
de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en
sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con
Cristo mil años (o sea que entran resucitados al milenio
junto con Cristo);
[4] Una resurrección que ocurre al final del reinado milenial (de 1000
años) de Cristo (Apocalipsis, 20:5, 11-15). Dentro de este grupo,
tendremos:

[a] Justos muertos "durante" los 1000 años del reinado de Cristo.
Estos justos morirán durante el reinado de 1000 años de Jesucristo.
Luego, al final de esos 1000 años, serán resucitados y juzgados
ante el "Gran Trono Blanco" y serán hallados inscriptos en el Libro
de la Vida y serán salvos;

Los resucitados hasta aquí (los que resucitaron cuando Cristo


murió [Mateo, 27:50-53], en el rapto de la iglesia [1 Corintios, 15:51-
52, 1 Tesalonicenses, 4:15-17], en la Segunda Venida de Cristo, es
decir, los justos muertos antes de Cristo [Daniel, 12:1-2] y los
santos de la Tribulación [Apocalipsis, 20:4] y los justos muertos
durante el reino de 1000 años de Cristo) completan la "primera
resurrección" (Apocalipsis, 20:5), sobre quienes la segunda muerte
(el lago de fuego) no tiene potestad (Apocalipsis, 20:6);
[b] Todos los impíos muertos a lo largo de
toda la historia (antes y después de Cristo,
luego del rapto durante la Gran Tribulación
y, finalmente, durante el reinado de 1000
años), los cuales se fueron y se irán al
infierno. Estos muertos resucitarán recién
aquí y serán juzgados ante el gran trono
blanco y, por no hallarse inscriptos en el
Libro de la Vida, serán lanzados (la muerte
y el mismo infierno o Hades serán
lanzados, según Apocalipsis, 20:14) al lago
de fuego (la muerte segunda);
Conclusión:

[+] En el único momento en donde la resurrección


de muertos justos e injustos será simultánea es en
la resurrección que ocurrirá al final de los 1000
años del reinado de Cristo. Apocalipsis, 20:15 dice
“el que no se hallo inscripto en el libro de la vida
fue lanzado al lago de fuego” o sea que va a haber
quienes “si” se encuentren inscriptos en el libro de
la vida y son los justos muertos durante el reinado
de 1000 años de Cristo (si no Apocalipsis, 20:15 no
haría esta aclaración y diría algo así como “todos
los resucitados fueron lanzados al lago de fuego”);

[+] Los justos resucitados en el punto anterior,


serán los únicos justos que enfrentaran el juicio
ante el gran trono blanco cosa que no sucederá con
ninguno de los justos resucitados con anterioridad;
[+] Para saber donde resucita cada quien es
necesario saber a qué grupo o compañía de
personas perteneció. Exceptuando la
resurrección de algunos santos descripta en
Mateo, 27:50-53:

[1] si el justo murió antes de Cristo, resucita al


final de la Gran Tribulación, en la Segunda
Venida de Cristo (Daniel, 12:1-2) y no enfrenta
el juicio ante el gran trono blanco y se salva;

[2] si el justo muere durante la era de la iglesia


(de la cruz al rapto) resucita en el rapto de la
iglesia (1 Corintios, 15:51-52, 1
Tesalonicenses, 4:15-17) y no enfrenta el juicio
ante el gran trono blanco y se salva;
[3] si el justo muere durante la Gran Tribulación,
resucita al final de la Gran Tribulación, en la
Segunda Venida de Cristo (Apocalipsis, 20:4) y no
enfrenta el juicio ante el gran trono blanco y se
salva;

[4] si el justo muere durante el reinado de 1000


años de Cristo, resucita al final del reinado de 1000
años de Cristo junto con los impíos (enfrenta el
juicio ante el gran trono blanco y, por hallarse su
nombre inscripto en el Libro de la Vida, se salva);

[5] los impíos muertos a lo largo de la historia


resucitan (todos) al final del reinado de 1000 años
de Cristo (enfrentan el juicio ante el gran trono
blanco y, por no hallarse sus nombres inscriptos en
el Libro de la Vida, son condenados y arrojados al
lago de fuego);

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