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Odinofagia y fiebre
Ocasional Raro No No
Queratitis
La úlcera corneal es una enfermedad rara salvo que
exista algún factor predisponente exógeno (lentes de
contacto, trauma), endógeno (alteraciones del sistema
lagrimal, malformaciones), enfermedades sistémicas (diabetes
mellitus, enfermedades del colágeno) o tratamiento
inmunosupresor o esteroideo.
Es importante tener en cuenta que siempre que se sospeche
una queratitis debe enviarse al paciente al oftalmólogo para
que realice un diagnóstico etiológico y pueda poner un
tratamiento adecuado, ya que si no se hace puede dar lugar a
perforación corneal y pérdida de la visión.
Queratitis bacteriana
Si no se trata puede producir perforación corneal.
El mayor factor de riesgo son las lentes de contacto, en especial si son blandas y
se duerme con ellas o no se quitan en varios días.
Generalmente se presentan con el "ojo rojo", fotofobia, dolor ocular, disminución
de la visión y exudado conjuntival.
La progresión de los síntomas y los signos va a depender del microorganismo responsable.
Los más frecuentes son S. aureus, P. aeruginosa y enterobacterias como
E. coli, K. pneumoniae, Serratia sp.
El diagnóstico se basa en la tinción de Gram y cultivo del raspado corneal.
El tratamiento puede hacerse con antibióticos tópicos como en el caso de las conjuntivitis y
si existe perforación corneal se pondrá tratamiento sistémico por vía oral según antibiograma.
Si esto es imposible una opción razonable es ciprofloxacino 500-750 mg cada 12 horas.
En caso de existir una queratitis causada por Neisseria sp. se procederá igual que
hemos comentado en las conjuntivitis.
Además del tratamiento antimicrobiano debe dejarse la pupila en reposo para lo
que se pautará ciclopléjico tópico y se puede administrar también tópicamente un
colirio de antiinflamatorio.
Queratitis herpética
El agente etiológico es el virus herpes simplex.
Se trata de una queratitis recurrente unilateral que produce una úlcera corneal "dendrítica"
con fotofobia y disminución de la visión. Suele asociarse con inyección conjuntival y adenopatía
preauricular.
El dolor va a depender de la profundidad de la úlcera, siendo menor cuanto más profunda es la
úlcera.
En la exploración oftalmológica es típica la tinción con fluoresceina del área central de la úlcera.
El tratamiento se realiza con la aplicación tópica de trifluridina al 10 por ciento, viradabina o
aciclovir al 3 por ciento.
Suele recomendarse el tratamiento tópico con esteroides.
Existe otra entidad producida por el virus varicela zoster que es una afectación del trigémino con
lesiones cutáneas vesiculo-costrosas, dolorosas que pueden afectar a cualquier parte del globo
ocular.
El diagnóstico es clínico, generalmente. En este caso el tratamiento se realiza por vía oral con
aciclovir (800 mg 5 veces al día) o famciclovir (500 mg cada 8 horas) durante 5-10 días.
En los pacientes inmunosuprimidos debe considerarse el tratamiento intravenoso.
Queratitis por Acanthamoeba
La Acanthamoeba es un protozoo ubicuo que se encuentra en el agua y el
suelo.
El 70 por ciento de las queratitis que produce están relacionadas con el uso
de lentes de contacto en personas, en general, con mala higiene o bien que
se bañan en lugares públicos con aguas contaminadas.
La clínica que produce es indistinguible de las anteriores y en la mayoría de
los casos suelen ser pacientes a los que se les ha prescrito tratamiento para
una queratitis bacteriana o herpética y no han mejorado.
El diagnóstico se basa en la visualización del parásito en el raspado corneal,
en la lente de contacto o en el líquido en el que está sumergida ésta.
El tratamiento es difícil debido a la pobre respuesta.
Se realiza con la aplicación tópica de propamidina al 0,1 por ciento y
neomicina al 5 por ciento durante 6-12 meses.
Es frecuente que existan fallos terapéuticos teniendo que llegar al
transplante corneal para erradicar la infección.
Queratitis fúngica
Es mucho menos frecuente que la bacteriana y está asociada
generalmente con un traumatismo, con inoculación de material
extraño del suelo,…
Los microorganismos implicados son Candida sp., Aspergillus sp.
y Fusarium sp.
La clínica es similar a las previas. El diagnóstico se basa en la
realización de un raspado corneal para realizar tinciones
específicas para visualizar elementos fúngicos (calcofluor) y
cultivo en medios selectivos.
El tratamiento se realiza tópicamente con un colirio de natamicina
al 5 por ciento o anfotericina al 0,05-0,15 por ciento.
En los casos graves se debe realizar tratamiento sistémico por
vía oral con fluconazol (200-400 mg al día).
Deben evitarse los esteroides tópicos.