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Este documento discute varios temas relacionados con la prueba indiciaria y la prueba ilícita. Explica que la prueba indiciaria no es subsidiaria sino una forma válida de probar un hecho. También analiza las excepciones a la regla de exclusión de pruebas ilícitas y las diferentes esferas de protección a los derechos fundamentales.
Este documento discute varios temas relacionados con la prueba indiciaria y la prueba ilícita. Explica que la prueba indiciaria no es subsidiaria sino una forma válida de probar un hecho. También analiza las excepciones a la regla de exclusión de pruebas ilícitas y las diferentes esferas de protección a los derechos fundamentales.
Este documento discute varios temas relacionados con la prueba indiciaria y la prueba ilícita. Explica que la prueba indiciaria no es subsidiaria sino una forma válida de probar un hecho. También analiza las excepciones a la regla de exclusión de pruebas ilícitas y las diferentes esferas de protección a los derechos fundamentales.
marcadamente inferencial. Algunos CPP hacen mención a la prueba indiciaria al establecer que los indicios deben ser graves, precisos y concordantes ejemplo art. 158.3 CPP peruano de 2004, se refieren a los requisitos, a la calidad de la regla inferencial que debe unir los indicios con el hecho a probar. Es radicalmente falso que la prueba directa coloque al juez en contacto directo con los hechos de la realidad. Concepción intermedia. Existirá prueba directa cuando los dos enunciados tienen como objeto el mismo hecho. Existirá prueba indirecta cuando el objeto de la prueba está constituido por un hecho diferente, secundario, periférico o concomitante. No hay diferencia ontológica, ni tampoco de rendimiento, entre una prueba y la otra, la razón de su diferencia es que apuntan a objetivos diversos. La diferencia se basa en el número de pasos inferenciales que hay que realizar, siempre menor en la prueba directa que en la PI, en cuanto que esta última exige inferencias adicionales o suplementarias al recaer sobre hechos de carácter secundario o periférico. La PI, como método probatorio, es una presunción judicial. El termino presunción, en su acepción técnico- jurídica, ya no puede ser utilizado como equivalente al de simple sospecha o conjetura. Los indicios pueden ser equívocos o unívocos. Los indicios unívocos o necesarios son los que conducen necesariamente al hecho desconocido. No son ni más ni menos que la presunción, forman parte de su estructura, integrándose a la afirmación base (AB) como uno de sus elementos. Afirmación consecuencia (AC): dicha afirmación deriva y se obtiene de AB, proposición fáctica distinta de la que integra la afirmación base (AB) en cuanto que incorpora un dato nuevo. Enlace entre afirmación (E): dicho enlace o nexo es el que permite el paso de la afirmación base (AB) a la afirmación consecuencia (AC). El indicio era equivalente a una mera sospecha en la Edad Media, de ahí se afirmaba que los indicios no podían construir prueba plena. En la actualidad: indicio no es un medio de prueba, sino un elemento (dato factico) de prueba a partir del cual se construye la presunción judicial. ¿Es admisible en un proceso penal acusatorio la concatenación de presunciones judiciales o los denominados “indicios mediatos”? Regla praesumptio de praesumptione non admittitur. El argumento principal para rechazar la concatenación de indicios, es riesgo que derivaría de su admisión. No existe ninguna razón ni dogmática ni epistemológica, para excluir la concatenación de presunciones en el proceso penal. Es cierto, que su fuerza probatoria puede ser menor, pero no la anula ni la excluye totalmente. Más de un indicio (presunción polibásica), regla clásica prohibitiva indicium unus, indicium nullus. No hay razón alguna que impida que una presunción judicial pueda construirse sobre la base de un único indicio. Los indicios pueden ser plurales, admite que excepcionalmente sean únicos cuando posean una singular fuerza acreditativa. En la sentencia del TC peruano dictada en el caso Giuliana Llamoja, al admitir la validez de la prueba indiciaria “sobre la base de un único indicio pero de singular potencia acreditativa”. La inferencia de culpabilidad basada en la falsedad y/o inverosimilitud de la coartada ataca la presunción de inocencia pues comportaría una inversión de la prueba. En una acusación con indicios consistentes, sólidos y suficientes (graves y precisos) de culpabilidad, la inverosimilitud de la coartada o su acreditada falsedad, indirectamente, fortalece la tesis acusatoria. A contrario sensu, cuando los indicios acreditados carecen de la necesaria gravedad y presión la falsedad de la coartada o su inverosimilitud no los convierte ni transmuta en “graves y precisos” con mayor eficacia probatoria para fundamentar una condena. La prueba indiciaria no es una prueba de carácter subsidiario, supletorio o incluso un sucedáneo de prueba, de segunda categoría. Descartada toda prevalencia de la prueba directa, la capacidad probatoria de la prueba indiciaria vendrá determinada por la corrección en el uso de las reglas o las máximas de la experiencia aplicadas. La PI no impide alcanzar el estándar de prueba del “más allá de toda duda razonable”. No es una regla absoluta la que afirma que la prueba directa tiene más valor probatorio que la indirecta. ¿Qué ofrece mayor certeza? una condena basada en la declaración de un testigo-victima que afirmó que el acusado le amenazó con quitarle la vida sino le entregaba una determinada cantidad de dinero, o aquella condena basada en una prueba de ADN que acredite que los restos biológicos encontrados en el cuerpo del fallecido eran del acusado. Cuando el grado de concordancia de los indicios permita descartar razonablemente otras hipótesis alternativas; la hipótesis de culpabilidad alcanza el estándar probatorio del “más allá de toda duda razonable” FUNDAMENTO DE LA REGLA DE EXCLUSIÓN DE LAS PRUEBAS ILÍCITAS Es una modalidad de la prueba inconstitucional. Prueba irregular, prueba obtenida con vulneración de normas procesales de rango ordinario que regulan la actividad probatoria. Está sometida a la aplicación de la regla de exclusión (exclusionary rule= ER). Produce efectos reflejos, la inutilizabilidad alcanza, también, a las pruebas lícitas derivadas obtenidas como consecuencia de una prueba ilícita, dichos efectos no se predican de la denominada prueba irregular. La prueba prohibida identifica los efectos procesales que derivan de la ilicitud probatoria: prohibición de admisión y de valoración de dicha prueba. En la mayoría de los ordenamientos jurídicos rige como principio general la inadmisibilidad de las pruebas obtenidas ilícitamente, no hay ningún ordenamiento jurídico que no admita excepciones a este principio general. El tema de la prueba ilícita nos coloca en una encrucijada de intereses entre la averiguación de la verdad y la protección de los derechos fundamentales. Es de origen jurisprudencial. Proceso de desconstitucionalizacion. El deterrent effect (efecto disuasorio) es el único fundamento de la vigencia y aplicación de la ER. No deterrent effect no exclusionary rule, sin disuasión no hay exclusión. Son básicamente tres las excepciones a la eficacia directa jurisprudencialmente reconocidos: 1) prueba obtenida por particulares; 2) prueba ilícita obtenida por agentes policiales extranjeros fuera del territorio estadounidense; y 3) prueba ilícita cuando los agentes policiales hubiesen actuado de buena fe. La excepción de la buena fe ha sido objeto de aplicación práctica cuando la policía actuó sobre la base de errores cometidos por el personal de apoyo del poder judicial. Esta excepción se ha reconocido, también, en aquellos supuestos en que la policía actuó al amparo de una ley que posteriormente fue declarada inconstitucional. La ER se aplica cuando la actuación policial ilícita se lleve a cabo de forma deliberada, temeraria o mediante una conducta negligente o una negligencia sistemática La policía actuó, con una orden de allanamiento -obtenida para la búsqueda de estupefacientes y armas de fuego- se trasladaron al domicilio del sospechoso, Booker T. Hudson, y tras tocar a la puerta apenas esperaron unos segundos antes de entrar en la vivienda. En su interior localizaron grandes cantidades de estupefacientes (cocaína) y un arma de fuego. Conforme a una regla constitucional, derivada de la IV Enmienda, la policía tiene el deber de tocar a la puerta de un domicilio donde va a realizar un allanamiento dándose a conocer y esperar un “tiempo razonable” (entre 20 a 30 segundos) antes de forzar la puerta si no se les franquea la entrada por los moradores. Sin embargo, la Corte Suprema admitió el uso de las pruebas obtenidas sin cumplir dicha regla dado que: el costo social que derivaba de la exclusión era muy superior al efecto disuasorio que pudiera derivarse de la misma. Inició el progresivo desmantelamiento de ER. Primera esfera o esfera mínima: Núcleo esencial de protección jurídica de la esfera privada (privacidad personal) intangible a cualquier injerencia de los poderes públicos en el ejercicio del ius puniendi. Su lesión genera prohibición absoluta de aprovechar o utilizar los resultados así obtenidos. Segunda esfera: Exige ponderación judicial, (principio de proporcionalidad), entre el derecho a la privacidad y los intereses públicos que, en el ámbito del ius puniendi, son los intereses de una administración de justicia penal funcional y la averiguación de la verdad. Es relevante la gravedad del delito objeto de investigación penal, generalmente se da primacía al interés en la averiguación de la verdad. Tercera esfera o círculo: Las investigaciones estatales se admitirían de forma ilimitada al no existir, en realidad, afectación del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Genera, unos altos niveles de inseguridad jurídica en el modelo explicativo. La aplicación de dicha teoría no está exenta de un alto componente casuístico con las dificultades que ello se derivan. La doctrina del entorno o ámbito jurídico. Distingue los efectos de valoración de los resultados obtenidos, según la lesión afecte de forma esencial al ámbito de derechos del recurrente o si ella es sólo de una importancia secundaria o carece de importancia para él. La jurisprudencia alemana también ha incluido a la aplicación de la conocida como teoría de la ponderación, la gravedad del hecho, y el peso de la infracción procesal. La exclusión de las pruebas ilícitas no requiere de una previsión legal pues deriva directamente de la Constitución por la posición preferente que ocupan los derechos fundamentales en el ordenamiento y su condición de inviolables. La exclusión sólo debía entrar en juego cuando la ilicitud se hubiera cometido en el momento de la obtención de las fuentes de prueba, durante la búsqueda, identificación y recogida de las fuentes probatorias. Los supuestos de vulneración de derechos fundamentales producidos en el momento de la admisión de la prueba debían ser reconocidos a la regla de interdicción de la indefensión, sometidos por tanto, al régimen de nulidad de los actos procesales. Toda prueba obtenida con violación de derechos fundamentales debe ser necesariamente excluida del proceso. El reconocimiento de eficacia refleja o derivada ya no es suficiente con la existencia de una relación o conexión causal-natural entre la prueba ilícita y la prueba derivada licita, sino que es necesaria además la existencia de una conexión de antijuricidad. Su apreciación dependerá de varios factores o estándares como: la índole y características de la vulneración originaria del derecho fundamental, que obliga a tener en cuenta cuál de las garantías de la injerencia en el derecho fundamental ha sido efectivamente menoscabado y en qué forma, y de su resultado, las necesidades esenciales de tutela del derecho fundamental afectado por la ilicitud. Distingue la perspectiva interna y externa. La sentencia afirma que ambas perspectivas son complementarias, pues sólo si la prueba refleja resulta jurídicamente ajena a la vulneración del derecho y la prohibición de valorarla no viene exigida por las necesidades de la tutela del mismo cabrá entender que su efectiva apreciación es constitucionalmente legitima. Deberá analizarse la existencia o no de intencionalidad o negligencia grave, así como la entidad objetiva de la vulneración cometida. Si la prueba derivada puede calificarse de jurídicamente independientemente, ante la ausencia de dicha conexión, no quedará contaminada por la ilicitud de la prueba originaria y podrá ser utilizada en el proceso. Se censura su carácter excesivamente artificioso el excesivo casuismo que genera, introduciendo una alta dosis de inseguridad en los operadores jurídicos o su carácter complejo y de resultados poco comprensibles. Mecanismo de neutralización de la propia aplicación directa de la regla de exclusión, homologando los resultados obtenidos con la práctica de la prueba ilícita mediante una suerte de recuperación indirecta de los mismos. La atribución a la prueba derivada del carácter de prueba jurídicamente independiente se utiliza a modo de coartada para introducir en el proceso los resultados obtenidos con la práctica de una prueba ilícita. La regla de exclusión Art. VIII. T.P CPP 2004 El TC peruano, se inspira en la Jurisprudencia y doctrina alemana. La sentencia de 5 abril de 2007, dictada en el Exp. N° 01014-2007-PHC/TC (caso Luis Federico Salas Guevara Schultz), destaca, las características que debe reunir la prueba, la constitucionalidad de la actividad probatoria, la cual implica la proscripción de actos que violen el contenido esencial de los derechos fundamentales (Fundamento 12) La no afectación a ese contenido mínimo o necesario permitiría la admisión de excepciones a la aplicación de la regla de exclusión por parte de los órganos judiciales a la luz de las exigencias derivadas del principio de proporcionalidad. Doctrina del entorno jurídico elaborada por el tribunal Supremo Federal alemán. El derecho a la prueba, como derecho complejo, comprende el derecho de las partes a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, el derecho a que sean admitidos -cuando cumplan los requisitos legalmente establecidos-, adecuadamente actuados, a que se asegure la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios probatorios y a que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. No se trata de un derecho absoluto sino que está sujeto a determinados restricciones o límites. Límites que pueden ser extrínsecos en cuanto derivan de la necesidad de que sean armonizados con otros derechos o bienes constitucionales, como intrínsecos, que derivan de la propia naturaleza del derecho en cuestión. Caso Rafael Francisco García Mendoza contra SERPOST, S: A., (EXP. N° 01058-2004 Acción de Amparo, fundamentos. Se acciona contra dicha empresa al haber sido despedido por una presunta falta grave consistente en el envió de material pornográfico a través de su correo electrónico a otro trabajador de la empresa en horario laboral. La doctrina se ha fijado en un supuesto de despido laboral, pero tiene trascendencia, en el ámbito de la actividad probatoria en el proceso penal. “Una prueba será considerada prohibida cuando se obtenga mediante la violación directa o indirecta de algún derecho fundamental, más no de los derechos de rango legal o infralegal” Un modelo de creación jurisprudencial como el common law estadounidense, no tiene el mismo significado y alcance en los modelos del civil law. Los modelos europeo-continentales han optado, en mayor o menor medida, por identificar un fundamento de origen Constitucional, (posición preferente que los derechos fundamentales ocupan en el ordenamiento jurídico) La opción por un modelo jurisprudencial de creación de excepciones introduce una alta dosis de inseguridad jurídica en el sistema. La introducción de la regla de exclusión en el art. VIII del CPP incorpora una autolimitación en el ejercicio del poder penal estatal que se basa en el respeto de los derechos fundamentales. Se optó así por un modelo reglado. La opción por un modelo de creación jurisprudencial conllevaría cuestionar la propia vigencia y pervivencia de la regla de exclusión normativa en el art. VIII CP La aceptación, acrítica e irreflexiva, de excepciones originarias de sistemas totalmente distintos al europeo continental, contradice los ordenamientos jurídicos que han optado por normativizar, la regla de exclusión. La banalización de la exclusión de las pruebas ilícitas genera altos riesgos de priorización absoluta del ejercicio del ius puniendi, especialmente en supuestos de criminalidad organizada, frente al ineludible respeto de los derechos fundamentales. FUNCIONES DE LA MOTIVACIÓN EN EL JUZGAMIENTO FÁCTICO.
CONDICIONES, PATOLÓGICAS Y CONTROL
CONSTITUCIONAL. Derecho de obtener de los Tribunales una resolución fundada en Derecho, motivada y congruente con las pretensiones de las partes ejercitadas en el proceso. La motivación se erige, en un derecho del justiciable. En los Tratados Internacionales de DDHH no existe una mención expresa a la necesidad de motivación de las resoluciones judiciales, se trata de una exigencia dimanante del derecho al proceso debido o con todas las garantías. La motivación de las resoluciones judiciales forma parte del contenido del derecho al debido proceso. La motivación de las resoluciones judiciales es una exigencia del Estado constitucional de Derecho, en cuanto Estado enemigo de la arbitrariedad de los poderes públicos. La interdicción de la arbitrariedad y la obligación de motivar son el anverso y el reverso de la misma medalla. Art. 12° del TUO LOPJ: todas las resoluciones “son motivadas, bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan”. CPP de 2004. El art. II del Título Preliminar, en sede de Presunción de inocencia, La sentencia debe estar “debidamente motivada”. El art. 394.3 destaca, entre los requisitos de la sentencia “La motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de la prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la justifique” En relación con la motivación fáctica, el art 123.1 CPP/2004, al refrirse al contenido de las resoluciones judiciales menciona, como integrante del mismo, “el análisis de la prueba actuada”. Y el Art. 158.1 CPP/ 2004, en sede de valoración, exige que el juez exponga “los resultados obtenidos y los criterios adoptados”. Es necesario introducir entre los jueces una verdadera cultura de la motivación. EL Art.398.1 CPP/2004 declara que “ La motivación de la sentencia absolutoria destacara especialmente la existencia o no del hecho imputado, las razones por las cuales el hecho no constituye delito, así como, de ser el caso, la declaración de que el acusado no ha intervenido en su perpetración, que los medios probatorios no son suficiente para establecer su culpabilidad, que subsiste una duda sobre la misma, o que está probada una causal que lo exime de responsabilidad penal. La motivación sobre los hechos debe predicarse de cualquier sentencia, con independencia de su contenido. Para el caso de sentencias penales condenatorias el juez deberá dar cuenta de los siguientes elementos: a) Que concurre prueba b) Que la prueba es de cargo c) Y que es suficiente para estimar destruida la presunción de inocencia y alcanzar el estándar del “más allá de toda duda razonable”. Históricamente el ámbito de la reconstrucción de los hechos ha sido propicio a la arbitrariedad judicial, y ajeno a todo tipo de control serio y riguroso. Ello es consecuencia de fenómeno de apacidad del juicio factico, fruto de una arraigada concepción subjetivista de la prueba. JEROME FRANK , en su libro de Derecho e incertidumbre, denunciaba este fenómeno de: “discrecionalidad en cuento a los hechos” pasado por alto por la mayoría de los juristas. TARUFFO, también subraya la tendencia de los jueces a infravalorar la obligación de motivar los hechos. Dicha banalización aparecía abalada por el principio y/o modelo d la íntima convicción. Contribuye, también a ello un enfoque erróneo del significado en papel de la inmediación. Es lo que se ha denominado con acierto la mística de la inmediación, lo que nos situaba ene l campo del más puro decisionismo judicial. Como denuncia TARUFFO, las deficiencias en la motivación fáctica responden a la opinión difundida de que se trata de fenómenos no racionalizables. El TC peruano afirma que la motivación de una decisión judicial no solo consiste en expresar la norma legal en la que se ampara sino fundamentalmente en exponer suficientemente las razones de hecho. CONCEPCIÓN RETORICA O ARGUMENTATIVA que concibe a la prueba como una actividad encaminada a “convencer” o “persuadir” al juez de la ocurrencia de los hechos objeto del proceso. Es un reflejo del modelo de la íntima convicción, en donde la valoración de las pruebas, como expone TARUFFO, es fruto de una persuasión interior, inescrutable e irreductiblemente subjetiva, que surge por razones desconocidas. LA CONCEPCIÓN COGNOSCITIVA O EPISTÉMICA de la prueba, según la cual la prueba estaría encaminada a acreditar la verdad, en clave de correspondencia con la realidad, de los enunciados facticos formulados por las partes del proceso. Desde esta segunda concepción se argumenta que la valoración de la prueba debe responder a criterios que garanticen el control racional de la misma. CONCEPCIÓN PSICOLÓGICA O MENTALISTA que concibe la motivación como la mera descripción del iter lógico- jurídico, esto es, del proceso intelectual, seguido por el juez para alcanzar en el proceso su convicción acerca de las proposiones fácticas formuladas por las partes. Lo realmente importante no es conocer este proceso mental, sino las razones últimas, esto es, los motivos que justifican la decisión del juez. CONCEPCION DE MOTIVACION, conocida como concepción justificacionista. La motivación es entendida en clave de justificación de la decisión tomada sobre los hechos. La motivación adquiere un carácter cognoscitivo. La motivación del juez no va encaminada a persuadir a las partes y/o a terceros de lo acertado de la decisión, sino a justificar dicha decisión sobre bases racionales. La motivación actuaría como una actividad de depuración, permitiendo al juez excluir ( depurar) aquellos elementos irracionales o no comunicables. Las impresiones, corazonadas e intuiciones del juez, en cuanto que no son verbalizables, no constituirían “buenas razones” para integrar la justificación de una decisión judicial. Lo que no puede justificarse sobre bases y argumentos racionales no puede ser tenido en cuenta por el juez a efectos de la decisión. TARUFFO, la motivación sobre los hechos no puede considerarse como una explicación del procedimiento lógico o psicológico con el que el juez ha llegado a la decisión, sino como la exposición de un razonamiento justificativo mediante el que el juez muestra que la decisión se funda sobre bases racionales idóneas para hacerla aceptable. TARUFFO, la motivación exige, conforme a un método analítico, que el juez de cuenta: a) De los datos empíricos asumidos como elementos de prueba. b) De las inferencias realizadas a partir de ellos y c) De los criterios empleados para llegar las conclusiones probatorias. La justificación no solo debe consistir en mostrar la corrección, en clave de coherencia interna, del razonamiento lógico que conduce de las premisas a la conclusión ( justificación interna); sino que para que la decisión esté justificada es necesario, además , que las premisas de las que se parte sean correctas, es decir, estén, a su vez, justificadas ( justificación externa). De manera que, cuando las premisas son comúnmente aceptadas por las partes y el juez, sería suficiente la justificación interna. Pero si las premisas son opinables, dudosas u objeto de controversia, no habrá más remedio que aportar una justificación externa. La motivación en clave justificacionista es garantía de racionalidad y controlabilidad de la valoración de las pruebas, pues obliga al juez a justificar sus propias decisiones. A) FUNCIÓN EXTRA-PROCESAL. Presenta una dimensión político-jurídica, más allá del proceso FERRAJOLI sostiene que la motivación es el principal parámetro de la legitimidad democrática de la función judicial. La sentencia no solo debe ser un instrumento de dialogo intra-procesal, esto es, con las partes del proceso, sino también extra- procesal, con la sociedad. Para que la motivación pueda cumplir dicha función es necesario que la sentencia reúna determinadas condiciones: 1.- En primer lugar, la sentencia debe presentarse como un texto autosuficiente, “autoexplicativo”. Tanto la denominada motivación por remisión, como la motivación implícita resultan incompatibles con la función estra-procesal, en la medida en que mutilan sustancialmente el carácter autoexplicativo de la sentencia. 2.-En segundo lugar, se impone un nuevo estilo judicial de redacción de las sentencias, un nuevo lenguaje que sea asequible e inteligible y comprensible para el “ciudadano medio”. La exigencia de la claridad se menciona expresamente en el art. 394.3 CPP/2004 al referirse a la “motivación clara” En definitiva, ay que buscar un adecuado equilibrio entre la utilización de un lenguaje no críptico, asequible al ciudadano medio, y el adecuado rigor jurídico en los términos empleados. CALAMANDREI, la motivación llega a ser “el espejo revelador de los errores del juzgador. La usencia de la explicitación del razonamiento probatorio empleado tornaría en ineficaz o inútil cualquier tipo de control judicial. La motivación guarda relación directa con el derecho de defensa. El TC peruano, su finalidad es facilitar un adecuado ejercicio efectivo del derecho de defensa a los justiciables, además de facilitar un control riguroso por parte de las instancias judiciales superiores, por la vía de los recursos. IGARTUA SALAVERRIA, la motivación no está para mostrar que hay razones sino para poder controlar de qué tipo son las razones que hay. Principio de inmediación, relación directa del juez con las fuentes de prueba. ANDRÉS IBAÑEZ, la inmediación, es una garantía de carácter instrumental. La inmediación es una técnica para la formación de pruebas, no un método para valorarlas ni para el convencimiento del juez. No obstante, en la práctica la inmediación se usa como barrera para vetar el acceso al examen del curso valorativo del juez o tribunal. GASCÓN ABELLÁN, denuncia acertadamente, que la libre convicción, en su lectura subjetivista, en relación con la inmediación instituye así una zona opaca al control racional que contradice profundamente la cultura de la motivación ANDRÉS IBAÑEZ, destaca la importancia de que el imperativo de motivación sea honestamente asumido, de modo que pueda operar no sólo ex post, sino, del mismo actúe previamente bajo la forma de autocontrol racional por parte del juez del curso de su propio proceso cognoscitivo. De ahí que, como afirma FERRAJOLI, la motivación sea una garantía de valor epistemológico. Frente a una convicción trufada de subjetivismo. La motivación exterioriza así la depuración que debe ser llevada a cabo por el juez para prescindir de aquellos argumentos que no se ajusten a un paradigma racional.