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Unidad 1:

Las Américas antes y después de los europeos


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Formación del continente
Las Américas, es una forma de designarnos que no heredamos de Europa. Es en la tradición anglosajona donde encontramos las
primeras referencias a la pluralidad americana. Comenzaremos por la pluralidad física de un territorio que se forma como
continente luego de la división de Gondwana y Laurasia que, originando las masas de tierra que fueron llamadas América del
Norte y América del Sur, viajaron hasta sus actuales posiciones en ese globo que llamamos Tierra. América Central o
Centroamérica, unió a ambas masas primero como un arco insular que luego devino puente sólido de tierra continua. El punto
más delgado, el istmo llamado de Panamá, se habría formado hace sólo unos tres millones de años. Otro arco insular americano
sería lo que se conocerá como Las Antillas, o la América insular en ese mar íntimo y recogido que es el Caribe o Mar de las
Antillas que es también un puente, pero con interrupciones marítimas entre Norte y Sur del continente americano. Nuestras
Américas son, entonces, plurales desde sus orígenes, también plurales. Lo que nos lleva a intuir, con o sin razón, que sin
pluralidad no puede haber generación ni orígenes.
Cuatro son entonces nuestras Américas, la del Norte y la del Centro, la del Sur y la América insular, llamada Las Antillas. La del
Norte, y es bueno recordar aquella geografía de nuestra infancia, comienza en el polo del mismo nombre, llamado el Ártico
canadiense, y ya en el continente la región de la Gran Cuenca de los lagos grandes. Más abajo y hacia el Sur del Norte, están
las enormes llanuras y planicies, a Oeste del Norte la cordillera llamada de las Montañas Rocosas y al centro del Norte, planicies
y desiertos, junto a pantanos y ciénagas en las márgenes de los grandes ríos que fluyen de Norte a Sur. La América del centro,
Centroamérica, tiene por eje principal la llamada Sierra Madre, formada por el eje neovolcánico y la placa tectónica del Caribe o
del Mar de las Antillas, la Sierra Maya y la Cordillera Central. La del Sur, la nuestra, tiene su Norte en el Caribe Sudamericano, e
incluye al Chocó en la costa del Pacífico a su Oeste, los llanos del río Orinoco bordeando este gran río, las llanuras del río
Amazonas, el más grande de la Tierra y espacio de la selva más importante del planeta; y al Oeste la columna del subcontinente
la enorme Cordillera de los Andes, el altiplano entre las hoy naciones de Perú y Bolivia, los desiertos del Pacífico, el Gran Chaco,
las Guayanas y las pampas, el Cono Sur y la Patagonia. Abajo en lo más austral, en la llamada Antártida, el Polo
correspondiente.
Las Américas:
Zonas: América del Norte, América Central, El Caribe y América del Sur
Extensión: 43 316 000 km²
Población: 14% del total de la pobación del planeta
35 Países y 25 Dependencias
Universalis Cosmographia Secundum Ptholomei Traditionem et Americi Vespuci Aliorumque Lustrationes, Matías
Waldeseemüller, Estrasburgo, 1507. Primer planisferio con el nombre de América.
Ruta oficial y ruta real del primer viaje de Cristóbal Colón en 1492. Colón, durante el primer viaje,
según copia de su diario transcrita por Bartomeu Casaus, siguió el paralelo de la Gomera hasta llegar a
Guanahani. Pero en realidad habría tenido que bajar hasta las islas de Cabo Verde, (como hizo en el resto de
viajes) a buscar las corrientes favorables y los Alisios del NE, que, especialmente en esa época del año, soplan
ahí con suficiente fuerza, para hacer llegar las “pesadas” carabelas hasta el Caribe, atribuyendo a San Salvador
una falsa latitud de 28ºN., porque el tratado de Alcaçovas, vigente en 1492, que le impedía navegar al sur de ese
paralelo.
Dentro de un círculo están todas las islas que han sido “identificadas” como Guanahani, en el archipiélago de Las Bahamas, en el
Noreste del Caribe. Colón la llamaría San Salvador.
Poblamiento de las Américas
Los primeros americanos habrían llegado desde Asia Central, por el oriente de ese
continente en oleadas, parecidas a las que hoy forman los migrantes que cruzan todo
el planeta. El estrecho entre el oriente de Asia y América del Norte, llamado Estrecho
de Behring, habría sido el puente intercontinental de esos primeros flujos migratorios.
Estos procesos de dispersión de la especie humana no comienzan con los
desplazamientos hacia el continente americano y se piensa que los humanos ya
modernos, habitaban originalmente en África desde donde se habrían dispersado hacia
Europa y Asia en el período conocido como pleistoceno, primera época del período
conocido como Cuaternario, en fechas debatibles que se ubican entre los quince y
diez mil años antes de la llamada Era Común, o “antes de Cristo” (a.C.). Otros
investigadores han propuesto que el primer grupo humano habría ingresado a América
del Norte entre el 22.414 y el 29.545 a.C.
Sabemos también que los primeros humanos que legan a América del Norte eran
cazadores-recolectores y que al desparecer la megafauna del Pleistoceno
domesticarían al lobo, especie que evolucionará para llegar al perro, auxiliar
fundamental del humano en la caza menor. Arcos, flechas, arpones, hachas, cuchillos
y propulsores de proyectiles constituyen nuestra primera colección de objetos
culturales patrimoniales.

Mann, Charles C. 1491: Una nueva historia de las Américas antes de Colón, Taurus, Madrid, 2006.pp. 227.
Estrecho de Behring entre Alaska, América del Norte y Siberia, Noreste de Asia, hoy Rusia.
Posibles rutas de poblamiento de las Américas, según tres principales hipótesis.
1.3. Antigüedad de los humanos en las Américas

La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia científica. La fecha más
tardía es la que sostienen los defensores de la teoría del poblamiento tardío y está relacionada
con la cultura Clovis, que ha establecido sin dudas una presencia humana hace 13 500 años.
La fecha más antigua propuesta hasta el momento ha sido publicada por los científicos
brasileños Maria da Conceição de M. C. Beltrão, Jacques Abulafia Danon y Francisco Antônio de
Moraes Accioli Doria, que sostienen haber hallado algunas herramientas de cuarcita en el
yacimiento de Toca da Esperança, un chopper, un guijarro con marcas de golpes y una lasca,
que fueron datadas en 295 000 a 204 000 años de antigüedad, lo que indicaría presencia
humana anterior al homo sapiens. Si América fue poblada desde Siberia, los yacimientos más
antiguos deberían hallarse en el norte, sin embargo, algunos estudios han detectado entre los
paleoindios sudamericanos y norteamericanos diferencias de consideración en genes y fenotipos.
Estos elementos han causado una creciente adhesión de algunos investigadores a la hipótesis de
un poblamiento autónomo de América del Sur, no proveniente de Norteamérica. Esta hipótesis
se relaciona estrechamente con la teoría del ingreso por la Antártida desde Australia.

Antigüedad de los principales yacimientos arqueológicos en las Américas

33 000 años (Monte Verde II, en Chile; según Bonatto-Salzano, 1997).


40 000 años (Cuenca del Valsequillo, en México).
48 000 años (Montalvania, en Brasil; según Shigueo Watanabe).
50 000 años (Topper, en Estados Unidos).
60 000 años (Cave, en Estados Unidos).
60 000 años (Pedra Furada, en Brasil).
Objetos encontrado en el sitio de Monte Verde II (Chile) con una
antigüedad estimada de ca. 33. años
Puntas de flechas de la cultura Clovis ca. 13.000 años de antigüedad.
Pintura rupestre en Pedra Furada, Brasil ca. 60.000 años de antigüedad estimada
Pintura rupestre en Pedra Furada, Brasil ca. 60.000 años de antigüedad estimada
Pintura rupestre en Pedra Furada, Brasil ca. 60.000 años de antigüedad estimada
Primeros asentamientos humanos en las Américas

33 000 años, Monte Verde II, en Chile; según Bonatto-Salzano, 1997.


Entre los 33.000 y 14 800 años a.C. , un pequeño grupo humano, denominado «cultura
monteverdina», habitaba en las cercanías del río Maullín, en las inmediaciones de la
actual ciudad de Puerto Montt en la actual Chile. Foto del sitio, 1992.
250.000 a 40 000 años de antigüedad , Hueyatlaco, Cuenca del Valsequillo, en
México

Hueyatlaco es un sitio arqueológico en Valsequillo, Puebla, en México, donde fueron


descubiertas herramientas hechas por el hombre en un estrato que algunos
arqueólogos han fechado entre el 300 mil y 250 mil años a.C, datación en actual
debate.

Punta con ca. 250.000 a 40 000 años de antigüedad , encontrada en Hueyatlaco,


Cuenca del Valsequillo, en México.
Punta de flecha con ca. 250.000 a 40 000 años de antigüedad , encontrada en
Hueyatlaco, Cuenca del Valsequillo, en México.
48 000 años, Montalvânia, en Brasil, som dos yacimientoe, uno en Lapa do Dragão
y otro en Vale do Rio Cocha. Es una zona que posee una gran concentración de
grutas y cuevas con más de 6 mil grabados y pinturas rupestres milenarias. Está
establecido que esta área estuvo poblada desde hace, al menos, 11 mil años.​ La
parte inferior de grabados hallados en Montalvania está cubierta con un depósito
fino de calcita mezclada con granos de cuarzo, debido a inundaciones ocasionales.
Esa mezcla de los dos minerales fue datada en 50 mil años antes del presente.

Pintura rupestre de la zona de Montalvania, Brasil.


Pintura rupestre de la zona de Montalvania, Brasil
50.000 años de antigüedad estimada, yacimiento Topper, Carolina del Sur, EE. UU.

Topper es un sitio arqueológico ubicado a lo largo del río Savannah en el condado


de Allendale, Carolina del Sur, Estados Unidos que se señala como una ubicación
de artefactos que algunos arqueólogos creen que indican la habitación humana del
Nuevo Mundo antes que la cultura Clovis. Anteriormente, se creía que estas últimas
eran las primeras personas en América del Norte. Los artefactos en este sitio
pueden ser anteriores a Clovis por 3,000 años o más, pero estas conclusiones están
en disputa. Hay autores que proponen antigüedades cercanas a los,
aproximadamente, 50.000 años.
Arpón pre-Clovis
del sitio de
Topper, Carolina
del Sur, Estados
Unidos. Ca. 6.000
a.C.
La cueva de Gault, Texas, Estados Unidos con antigüedad estimada de 12.000 a 10.000años.
El sitio de Gault se encuentra en el centro de Texas, a unas 40 millas al norte de Austin, a medio
camino entre Georgetown y Killeen (Ft. Hood). Se encuentra cerca de la cabecera de un
pequeño arroyo en un pequeño valle boscoso justo en el punto en el que varios manantiales se
juntan para formar un arroyo claro, fresco y vigoroso que nunca se ha secado en tiempos
históricos. Entre los hallazgos en Gault se encuentran las piedras incisas: rocas de piedra caliza
pequeñas y lisas y escamas de pedernal que tienen varios patrones y diseños formados por
líneas poco profundas, casi seguramente hechas con escamas de pedernal afiladas. Más de 100
de estos objetos de "arte móvil“ han sido hallados en Gault, desde contextos paleoindios
tempranos, así como depósitos posteriores de la era arcaica. Los especímenes de la era Clovis
pueden representar los primeros ejemplos de arte representativo en América del Norte.
Períodos prehistóricos e históricos de las civilizaciones y culturas en las
Américas
Prehispánico es un adjetivo que se utiliza en referencia a lo que existía en América
antes de la llegada de los españoles.
América precolombina es el nombre que se da a la etapa histórica del continente
americano que comprende desde la llegada de los primeros seres humanos hasta el
establecimiento del dominio político y cultural de los europeos sobre los pueblos
indígenas americanos. El concepto refiere a la época anterior al arribo de Colón a
América en 1492.
La prehistoria y la historia de las Américas se ha periodizado de la siguiente manera:
Civilizaciones y culturas
En relación con el concepto de civilización, existen diversas conceptualizaciones; unas
se refieren a un estado o etapa por la cual pasaron ciertas culturas humanas, logrando
un nivel de complejidad en sus organizaciones y expresiones materiales y simbólicas,
además de haber desarrollado centros urbanos complejos. Con este criterio se ha
denominado civilizaciones a aquellas comunidades que construyeron ciudades,
como ocurrió en las Américas antes de la llegada de los europeos, en el Oriente Medio
y Asia. Richard Hooker1, señala:
Civilización es, simplemente, la organización de grupos sociales en entidades
urbanas y corporativas; la identidad cultural y las relaciones sociales son
principalmente, si no por completo, abstractas más que físicas o biológicas. Es
decir, los grupos sociales urbanizados tienden a estar organizados por principios
abstractos, tales como la ocupación, la clase o la ciudadanía, más que por
vínculos de parentesco biológico con los otros miembros de la comunidad. La
civilización no es necesariamente mejor que lo “incivilizado”.
En cuanto al concepto de cultura, el antropólogo Bernardo Berdichewsky2 explica:
Cultura es el conjunto de comportamientos y creaciones humanas socializadas y
estandarizadas producto de la actividad social de los seres humanos. Consiste en
ideas y sentimientos, formas de actuar o de comportarse y también objetos
sociales, constituyendo un sistema coherente e interrelacionado de estructuras
mentales, sociales y materiales.
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1. www. Washington State University, World Civilizations.
2. Bernardo, Berdichewsky, En Torno A Los Orígenes del Hombre Americano, Editorial Universitaria, 1998, Santiago de Chile.
Para Leo Frobenius (1873-1938) una cultura se caracteriza, fundamentalmente, por sus creaciones
intangibles. Los mitos, la magia y la religión siempre se hallan en su origen. Las diferencias entre culturas
se deben a factores ambientales y no a factores étnicos. La mayor dificultad en el estudio de una cultura
estribaría en establecer de modo preciso las condiciones concurrentes en su surgimiento, porque los procesos
mentales decisivos no son accesibles de modo directo a la observación. Solo pueden registrarse cuando esas
culturas alcanzan su fase de madurez. Para Frobenius, las culturas son como seres vivos que nacen, crecen
y declinan igual que los entes biológicos. Ello le llevó a distinguir tres fases diferenciadas en su desarrollo:
“EMOCIÓN”. Corresponde a la juventud, la etapa crucial de la emergencia de una cultura. En este momento los
seres humanos responden de manera un tanto pasiva a los estímulos del entorno, pero su actitud no deja de ser
al mismo tiempo creativa siguiendo sus impulsos emocionales y sus intuiciones, buscando satisfacer sus
necesidades espirituales y materiales y elaborar una visión comprensiva de la realidad.
“EXPANSIÓN”, es la segunda etapa, en que la cultura alcanza su cénit. Los fenómenos culturales todavía se
ven afectados por la experiencia del medio ambiente pero esa influencia ha sido ya asimilada hasta un punto tal
que expresa el orden y la naturaleza esencial de las cosas en construcciones mitológicas, religiosas, artísticas o
sociales como ritos, formas del orden social y económico o costumbres de la vida cotidiana. En esta fase
Frobenius quería encontrar el centro del que proceden y en el que se controlan los impulsos creadores de una
cultura. El paideuma, el “alma cultural” única es la fuerza identificativa que guía cada cultura, permea a sus
miembros y otorga sentidos y fines a sus acciones. Es también la ley interna que gobierna el modo concreto de
su desarrollo.
“APLICACIÓN”, corresponde al declive de la cultura. Es un momento utilitario: los logros materiales
predominan sobre los ideales. Se presta más atención al elemento técnico. Las culturas tienden ahora a
expandirse más allá de sus centros. Los lazos que unen a los individuos con el núcleo espiritual de su cultura
se hacen más débiles y los símbolos y ritos religiosos están dominados por la rutina y paralizan las fuerzas
creadoras, la cultura se extingue gradualmente.
Frobenius fue el primero en ver que los elementos materiales e ideológicos de una cultura no se distribuyen al
azar en el espacio sino que se concentran densamente en ciertas áreas geográficas, en una correlación
característica. Sus Kulturkreise o Áreas culturales, eran regiones del planeta en las que varios pueblos
comparten rasgos culturales similares. Se podían organizar a partir de una característica singular repetida,
como sería, por ejemplo, la práctica de la agricultura de maíz pero, sobre todo, le interesaba encontrar los
patrones de distribución de los “complejos culturales” como totalidades orgánicas.
Desarrollo de civilizaciones americanas prehispánicas
Mesoamérica - Período formativo – Cultura Olmeca -1.500 a.C a 500 a.C.

Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización
mesoamericana. La cultura olmeca tuvo una difusión que alcanzó la mayor parte de
Mesoamérica. La palabra "olmeca" significa "habitantes de la región del hule" y fue utilizada por los
aztecas para nombrar a varios pueblos, étnica y lingüísticamente diversos, que ocuparon la región
de Veracruz y Tabasco a través de los siglos. El nombre que se daban a sí mismos a quienes
llamamos olmecas se desconoce. Bajo el término "olmeca" han sido agrupadas dos realidades: un
pueblo de la región del Golfo de México y un estilo artístico. Tenían una religión politeísta, gran
número de sus dioses estaban relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el
agua, los volcanes, animales, etc. El centro de su religión y culto era el jaguar, que aparece
representado en la iconografía olmeca. Se le representaba con la característica boca olmeca, de
forma trapezoidal, con las comisuras hacia abajo y el labio superior muy engrosado. Se acredita a
los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía. El arte olmeca era muy
complejo y se poseen muchos objetos que aún se están investigando. Los más importantes y
conocidos son las Cabezas colosales olmecas que son un ejemplo de escultura monumental y
una de sus mejores representaciones artísticas. Fueron esculpidas en basalto traído desde lejanos
lugares. Pesan varias toneladas y algunas miden hasta cuatro metros de altura. los objetos de
estilo olmeca han sido encontrados en esta zona y en otras partes de Mesoamérica. Entre los
materiales que utilizaron se incluye la obsidiana, el jade, la serpentina y el cinabrio. Para
obtener piedra sólida para sus materiales, los olmecas recurrieron a las canteras de la Sierra de
Santa Martha o de San Andrés—, que les proveyeron de basalto y otras rocas volcánicas que
emplearon en la construcción de templos y en la escultura.
Cabeza colosal
Olmeca encontrada en
el sitio de San
Lorenzo, ca. 1.150 a.C.
Escultura olmeca en serpentina, conocida
como El Señor de Las Limas, período Pre-
clásico Mesoamericano.
Culturas andinas. Periodización, culturas y fechas aproximadas

Periodo Cultura Fechas


aproximadas
Horizonte Chinchorro, Caral-Supé, Chavín, Paracas, 10.000 a. C. - 200 a. C
temprano Cupisnique, Pucará.
Intermedio Moche, Nazca, Recuay, Cajamarca, 200 a. C. – 600 a.C.
temprano Tiahuanaco, Lima, Vicús, Huarpa.
Horizonte Wari, Tiahuanaco, Pachacámac, 600 – 1.100 a.C.
medio Lambayeque
Intermedio Chimú, chinchas, Chachapoyas, Colla, 1.100 a.C. – 1.450 d.C.
tardío Lupaca, Chiribayas, Maranga, Cajamarca,
Huamachuco, Huanca, Chancay.
Horizonte Inca 1.450 – 1.532
tardío
Zona andina – Horizonte temprano – Cultura Chinchorro - 1400 - 1500 a. C.

Cultura Chinchorro es el nombre dado a un grupo de pescadores que habitaron


la costa del desierto de Atacama entre el 1400 y el 1500 a. C., desde Ilo, en el
actual Perú, por el norte, hasta Antofagasta actual Chile, por el sur, y que
establecieron su núcleo en la actual ciudad de Arica y en los valles de Azapa,
Camarones y Lluta. Este grupo destaca entre otros cazadores recolectores
tempranos por sus ritos funerarios. Cerca del 5.050 a. C. los chichorro​ fueron los
primeros en el mundo en momificar artificialmente a sus muertos. Las momias de
la cultura Chinchorro, cuyo nombre se debe a la playa Chinchorro, donde se han
hallado grupos momificados, han estado inscritas desde septiembre de 1998 en la
lista indicativa de Chile, la etapa previa ante una futura candidatura para ser
declaradas Patrimonio de la Humanidad. La sociedad Chinchorro demostró un
amplio conocimiento de la anatomía humana, pues realizaban un complejo ritual y
una delicada representación artística del cuerpo humano. A diferencia de cualquier
otro grupo de pescadores y cazadores contemporáneos en todo el mundo, estos
grupos tenían un peculiar tratamiento de sus muertos: ya fueran miembros de la
élite o gente común, hombres, mujeres y niños, incluso fetos, eran
cuidadosamente tratados con el fin de que sus cuerpos mantuvieran su aspecto de
vida después de la muerte. Las llamadas Momias negras se desarrollaron ca. del
5.050 al 3.000 a. C. Las llamadas Momias rojas, entre el 2.500 al 2.000 a. C. y las
Momias vendadas a partir del 2.000 a. C.
Momia negra –
cultura Chinchorro,
actual Chile, ca.
5.050 al 3000 a.C.
Momia roja, cultura
Chichorro, Chile,
ca. 2500 al 2000 a. C
Momia vendada,
Cultura Chinchorro,
ca. 2000 a. C.
Vista de la ciudadela de Caral-Supé, Horizonte temprano, ca. 3.000-1.000 a.C., Perú
Relieves de la zona de Caral-Supé, Horizonte temprano, ca. 3000-1000 a.C.
Significados del “descubrimiento” de América por Cristóbal Colón

Son cuatro las principales posiciones críticas sobre el hecho ocurrido el 12 de octubre del 1492. Una es la
posición tradicional, la segunda es la cronológica, la tercera sería la etnológica y la cuarta la indigenista.
Para quienes se adhieren a la Postura tradicional, el término “descubrimiento” se aplica exclusivamente al acto
realizado por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492. Dentro de esta postura ampliada se admite el término no
cómo un solo y único acto sino como una etapa de un proceso de expansión colonial de Europa, a la que
siguen las etapas de conquista y colonización y aceptan incluir bajo el término descubrimiento a otros
exploradores europeos que llegaron a otras zonas de las Américas. Dentro de esta posición está la Hispanista
tradicional, que rechaza todo uso del término que no se refiera a la llegada de Colón a América.
Quienes sostienen la Postura cronológica proponen que el término debe ser reservado para el primer ser
humano que pisó tierra americana. Admiten el uso de “primer descubrimiento”, “segundo descubrimiento” y
“tercer descubrimiento” para referirse a los primeros seres humanos que llegaron al continente, comenzado por
los inuit, vikingos, europeos, españoles y otros europeos.
Quienes mantienen una Postura etnológica, consideran que descubrimiento sería un término a aplicar al
hecho que realiza cada cultura en condiciones de aislamiento y lo aplican según la etnia o cultura que lo
realiza, por ejemplo, “Descubrimiento vikingo”, “descubrimiento español”, “descubrimiento portugués”, etc.
Los que defienden la Postura indigenista, son los pueblos nativos de las Américas, que cuestionan el término
«descubrimiento de América» por considerarlo una denominación eurocéntrica, que ignora la presencia de sus
antepasados en América al momento de la llegada de los españoles, dando prioridad a la idea de América como
«tierra» antes que como “pueblo”, para legitimar culturalmente la posterior dominación y colonización de la que
fueron objeto.
Primera zona de contacto intercultural: El Mar Caribe o Mar de las Antillas
El nombre Caribe se deriva de los caribes, nombre utilizado para describir la etnia
amerindia predominante en la región en la época cuando ocurrió el primer contacto con
los europeos, a finales del siglo XV.​ El navegante italiano Américo Vespucio afirmaba
que el término Charaibi entre los indígenas significaba 'hombres sabios' y es posible
que este fuese utilizado para describir a los europeos a su llegada a América. Las islas
del Caribe estaban dominadas por pueblos de la familia lingüística caribe y la familia
lingüística arawak, estos últimos habrían llegado primero y habrían compartido las islas
con posibles pueblos pre-arawak ,cuyas lenguas no fueron documentadas. Después del
descubrimiento de las “Indias Occidentales” por Cristóbal Colón, el término español de
Antillas fue común para este lugar; como derivado, el "mar de las Antillas" ha sido un
nombre común para el mar Caribe en varios idiomas europeos. Las Antillas fueron las
primeras tierras en las que Cristóbal Colón desembarcó, recibieron este nombre porque
los cartógrafos de la época citaban una isla llamada Antilia situada en la región
occidental del Atlántico. Antes de la llegada de Colón, el pueblo de los Caribes
habitaba la costa norte de Sudamérica, específicamente en las costas delo que es hoy
Venezuela y muchas de sus islas; a ellos se debe el nombre Caribe. El mismo
etnónimo al parecer motivó la formación de otro término: el de caníbales, que aún hoy
se emplea para describir a las personas que se alimentan de carne humana. La
denominación de Mar de las Antillas no se impuso sino hasta el siglo XVII. Como zona
cultural, El Caribe con sus mil lenguas, sus creoles y sus patois, más las vernáculas
anteriores a las hibridaciones y fusiones del período colonial es, en América, uno de
las zonas de mayor diversidad hasta hoy, en el siglo XXI, pues ha estado en continua
fusión desde el siglo XV.
El Caribe, la primera zona de encuentros entre españoles y americanos

El Caribe, mapa político actualizado


A la primera isla que yo hallé puse nombre San Salvador a conmemoración de Su Alta
Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanaham;
a la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepción; a la tercera
Fernandina; a la cuarta la Isabela; a la quinta la isla Juana, y así a cada una nombre
nuevo.

Carta del 23 de abril de 1493, de Colón al Escribano de Ración

Cristóbal Colón desembarca en la isla


Guanahani.
Según libro escaneado por Wolpertinger Müller-Baden, Emanuel
(ed.): Biblioteca de conocimientos generales y prácticos, Bd. 2. -
Berlín, Leipzig, Viena, Stuttgart: editorial alemana Bong & Co,
1904.
Al llegar a Guanahani, Colón habría entrado en contracto con grupos de los taínos,
cuya lengua común era el Arawak y aunque la antigüedad de este grupo cultural, de
procedencia sudamericana, es posible remontarla a fechas anteriores al año 950 d.C.
Sería durante los siglos XIV y XV que habrían comenzado a dispersarse desde la isla
que es hoy Haití, hacia las regiones orientales de Cuba, Jamaica, Puerto Rico y Las
Bahamas o Lucayas. Las investigaciones arqueológicas en las regiones habitadas por
los taínos patentizan un significativo desarrollo cultural, desde las artes decorativas
hasta las ceremonias rituales. La mayoría andaban totalmente desnudos, solo las
mujeres casadas usaban unas faldas muy cortas, tejidas de algodón y que llamaban
naguas, a veces engalanadas en la parte delantera con piedras de colores. Al respecto,
Colón refiere en su Diario lo siguiente:
"...como andaban todos desnudos, como sus padres los habían parido con tanto
descuido y simplicidad, todas sus cosas vergonzosas de fuera, que parecía no
haberse perdido o haberse restituido el estado de la inocencia".
En la época en que llegó Colón, estos pacíficos pescadores y labriegos se encontraban
culturalmente en el neolítico. Cultivaban plantas desconocidas por los europeos como
la yuca (Manihot esculenta), para lo cual araban la tierra con palos puntiagudos;
pescaban con redes y nasas, vivían en chozas redondas con techumbre de hojas de
palma y la única arma que conocían era la azagaya o lanza pequeña arrojadiza
rematada con un colmillo o espina de pescado. Poseían una casta de perros pequeños
y mansos que no ladraban. Los lucayos adoraban los espíritus del bosque, de la mar,
del trueno y del huracán y sus ídolos o cemíes, eran representaciones de seres
humanos, animales y, a veces, formas geométricas hechas de piedra, oro, madera,
hueso, conchas, barro o algodón.
Los primeros contactos entre españoles y americanos del continente tuvieron
lugar en Centro América
A partir del segundo viaje de Colón, en 1493, descubrimientos y conquista militar
ocurrían simultáneamente. Durante los veinte años que separan 1499 de 1519, cuando
empezó la empresa de Fernando de Magallanes de circunnavegar el globo
terráqueo, tuvieron lugar los llamados «viajes de descubrimiento y rescate» y «viajes
menores» o «viajes andaluces», capitulados por la corona española con empresarios
privados ya terminado el monopolio colombino. A pesar del monopolio perdido, Colón en
su cuarto viaje entre 1502 y 1504, hace contacto con nativos en las costas que hoy
corresponden a Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Los primeros
pobladores americanos que habrían hecho contacto con Colón y los miembros de su
tripulación habrían sido comerciantes mayas quienes les ofrecieron semillas de cacao.
Pero, en 1499 la corona española decidió poner fin al monopolio que tenía Colón sobre
las navegaciones a las Indias y abrió el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto
dio lugar a la realización de una serie de expediciones denominadas «viajes menores»,
«viajes de reconocimiento y rescate» o también «viajes andaluces», ya que todos se
organizaron y partieron desde Andalucía y los que participaron en ellos residían
mayoritariamente en esa región de España. La llegada de Cristóbal Colón permitió el
comienzo de la conquista de América, cuya primera campaña fue la que los españoles
emprendieron en Cuba, por Velázquez. A ella siguieron las dos más importantes: la del
Imperio azteca, por Hernán Cortés y la del Imperio inca por Francisco Pizarro, así
como otras, hasta su finalización definitiva tras los decretos del rey Felipe II de 1573 de
abolición de la conquista. A partir de ellos comenzó la «colonización de América»,
en la que intervinieron portugueses, ingleses, holandeses y franceses.
Los primeros contactos de pobladores nativos americanos en América Central con los
españoles tendrían lugar en 1511 y con miembros de la civilización maya. Sin una
capital regional dominante, los primeros exploradores españoles relataron sobre
ciudades costeras ricas y mercados florecientes. En vísperas de la conquista española,
varios poderosos estados mayas dominaban las tierras altas de lo que hoy es
Guatemala.​ Los quichés habían forjado un pequeño imperio que cubría una gran
parte del altiplano occidental de Guatemala y la llanura costera del Pacífico. Sin
embargo, en las décadas anteriores a la invasión española, el reino kaqchikel había
estado agrediendo el reino quiché. La civilización maya fue una civilización
mesoamericana que destacó por su escritura jeroglífica, uno de los pocos
sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente americano
precolombino, así como por su arte, arquitectura y sistemas de numeración,
astronomía y ecología.​ Se desarrolló en la región que abarca el sureste del hoy
México, correspondiente a los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco,
Quintana Roo y la zona oriental de Chiapas, así como en la mayoría de los
territorios que hoy son Guatemala, Belice, la parte occidental de Honduras y de El
Salvador. En 1517, una carabela española naufragó en el Caribe, y alrededor de una
docena de sobrevivientes tocaron tierra en la costa de Yucatán. Fueron capturados
por un señor maya, y la mayoría fueron sacrificados, aunque dos lograron escapar.
Desde 1517 hasta 1519, tres expediciones españolas independientes exploraron
las costas de Yucatán, y Tabasco, en 1519 entablaron una serie de combates con
los habitantes mayas, destacando la Batalla de Centla contra los maya chontales de
Potonchán, que fue la primera gran batalla de los españoles en el continente, en
lo que más tarde sería el Virreinato de la Nueva España.
El sitio de Palenque en el hoy estado de Chiapas, México, entre el año 100 a. C. y 100 d. C., Palenque era un pueblo de
agricultores que utilizaban sus recursos naturales para la práctica de la cacería, la pesca y la recolección. Su población se
incrementó entre 200 y 400 d. C.; en 431 d. C. se estableció el autoridad local y el comercio.
Mural Maya, detalle, sitio de Bonampak, Chiapas, México, ca. 580 a 800 d. C.
América del Sur. Conquista y colonización.
Los españoles liderados por Cristóbal Colón, descubrieron las primeras tierras del
Nuevo Mundo en el Mar Caribe el 12 de octubre de 1492. Sin embargo, el navegante
creía que se encontraba en alguna región de la Asia, razón por la cual llamo a los
nativos "Indios“. En su Tercer Viaje, en 1498, Colón llegó el 31 de julio la la isla
Trinidad y entre el 4 y el 12 de agosto exploró el golfo de Paria que separa la isla
de las costas de Venezuela tocando en el pueblo de Macuro. El recorrido lo llevó a
la desembocadura del río Orinoco, en agosto de 1498, siendo esta región parte de
la masa continental suramericana. Luego navegó por las islas de Chacachacare,
Cubagua, Margarita, Tobago y Grenada. Durante su Cuarto viaje, en 1502,
tocaría por segunda vez Suramérica. Entre el 11 de mayo y el 7 de noviembre de
1504 exploró las costas del Caribe de América Central hasta Panamá y el Golfo
del Darién en Panamá como también Colombia. Fue esa la segunda y última vez
que Colón estuvo en suelo suramericano. El avance de los españoles hacia el sur se
dio a partir de las campañas de conquista en un proceso que tiene lugar,
especialmente, en la región andina y en la costa Atlántica del subcontinente. En
1515 monjes franciscanos fundan la ciudad de Cumaná, en la actual Venezuela,
primera ciudad fundada en tierra firme americana. Para la época de la llegara de
los españoles a América del Sur, la tribu más numerosa que existía en tierra firme
era la de los Muiscas, una confederación que habitaba territorios en lo que hoy es
Colombia. Las derrotas infringidas a los Muiscas abrieron el camino a lo que sería
la Conquista del Imperio Inca en territorios de lo que hoy son Ecuador, Perú, Chile
y Bolivia. En 1508 la corona española dividió Tierra Firme en dos circunscripciones,
la gobernación de Veragua y la de la Nueva Andalucía, para su colonización.
Hacia 1523, el conquistador extremeño Francisco Pizarro, en Panamá, empezó a
concretar con su amigo el capitán Diego de Almagro, el proyecto de organizar una
expedición hacia el sitio llamado Birú donde, según noticias, existía un imperio con
enormes riquezas en oro y plata; esta palabra, más tarde, se transformaría en Perú.
La conquista de lo que más adelante sería el Virreinato del Perú es el proceso
histórico de anexión del Imperio incaico o Tahuantinsuyo al Imperio español. Se
considera que se inició el 16 de noviembre de 1532 cuando un ejército incaico se
reunió en Cajamarca con los conquistadores españoles encabezados por Francisco
Pizarro, a poco de haber finalizado la guerra civil entre los dos herederos al trono
incaico, Huáscar y Atahualpa, hijos del inca Huayna Cápac. En dicho encuentro,
Atahualpa fue tomado preso por los españoles y meses después ejecutado.
Posteriormente, los españoles, aliados con los cañarís, chachapoyas y otras etnias
hasta entonces vasallas de los incas, marcharon a Cuzco, la capital del imperio,
donde ingresaron el 14 de noviembre de 1533 y proclamaron como nuevo inca a
Manco Inca, con la intención de convertirlo en un rey títere. Pero pronto Manco
encabezó una guerra de reconquista, sitiando el Cusco y la recién fundada ciudad de
Lima en 1535. Aunque causaron grandes bajas a los españoles, Manco tuvo que
retirarse a las montañas de Vilcabamba donde instaló la sede de la monarquía
incaica, mientras que el resto del territorio era ocupado por los españoles, que
llevaron adelante el proceso de asentamiento y colonización. La conquista del Perú
fue una empresa, integrada por tres socios: Francisco Pizarro (1478-1541), Diego
de Almagro (1475-1538) y Hernando de Luque (Cádiz s/f-1533) financiada por el
banquero español Gaspar de Espinoza (1483-1537), y los permisos para la
expedición fueron dado por Pedro Arias (Pedrarias) Dávila (1440-1531) en Panamá
el año de 1526.
Viracocha emergió de las aguas del Lago Titicaca
acompañado de sus criados y levantando una gran
espuma a su paso, de ahí su nombre proveniente
del quechua, “wira” – extensión de mar – y “qucha”
– espuma de mar. Decidió entonces crear la
Humanidad y para ello formó un mundo oscuro
habitado por gigantes. Estos gigantes se
rebelaron contra Viracocha por lo que los convirtió
en piedra y decidido a exterminar cuanto había
creado, mandó una inundación que acabó con el
mundo. Tras la destrucción de la Humanidad, los
dos supervivientes a los que Inti, el Sol, dejó vivir
fueron Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes
marcharon hacia el norte para fundar la ciudad de
Cuzco, capital del Imperio Inca y fueron los
fundadores de la especie humana y de la
civilización.

Anónimo. Retrato de Manco Cápac Inca,


ca. 1760, Virreinato del Perú.
Anónimo. Retrato de Mama Ocllo, ca.
1760, Virreinato del Perú.
El dios Sol creador Viracocha, Apu Qun Tiqsi Wiraquchaca. Ca. 1400 d.C.
Vista de la ciudad inca
de Machu-Picchu, en
la Cordillera Oriental al
Sur de Perú. Altitud
2.430 msnm,
construcción estimada
anterior al S. XV,
supuesta residencia de
Pachacútec, noveno
inca del
Tahuantinsuyo.
Tocapu, o
poncho
ceremonial
inca, Cusco,
ca. 1450.
América del Norte. Conquista y colonización
Marinos Italianos, de apellido Cabot, al servicio del rey de Inglaterra, partieron de la
costa inglesa, atravesaron el Atlántico y descubrieron una tierra en 1497 que, quizá fue
Labrador en el hoy Canadá. Hicieron una segunda expedición en 1498 y bordearon
la costa hacia el norte buscando un paso hacia la India pero el hielo ártico se los
impidió. En el año 1500, un portugués descubrió la isla de Terranova y los barcos de
Inglaterra y Francia empezaron a acudir a esta isla para la pesca del bacalao. El rey
de Francia envió luego expediciones en busca del paso del Noroeste, la primera fue
comandada por el italiano Verazzano, quien descubrió el territorio que, más tarde en
1524, se llamó Nueva Inglaterra, donde se fundaron las primeras colonias inglesas
que formarían los Estados Unidos. Un marino francés de Saint Malo, Jacobo Cartier,
descubrió el río San Lorenzo en 1534 y lo remontó en 1535 y así comenzó la Nueva
Francia, llamada más tarde Canadá. Ya en 1513, España había descubierto todas las
islas del mar Caribe y la costa de Tierra Firme desde las Guayanas hasta el cabo
Gracias a Dios, entre Honduras y Nicaragua y ese mismo año, en septiembre, Vasco
Núñez de Balboa descubriría el ansiado Mar del Sur después llamado por Magallanes
Océano Pacífico. Juan Ponce de León, primer Gobernador de la isla de Puerto Rico,
emprendió una expedición hacia el Noreste y el día 27 de marzo de 1513 y avistaron
una “gran isla verde” a la que llamaron La Florida por ser ese día la festividad de la
Pascua Florida, y el 2 de abril, tomaron posesión de esa tierra en nombre del rey de
España Lo que en realidad habían descubierto y estaban explorando era una
península, poblada por distintos grupos de indígenas, al norte, de oeste a este los
Apalaches, Guales y Timucuas y en el sur bordeando la costa de oeste a este, los
Tocobagas, Calusas, Tequestas y Ais.
El 18 de mayo de 1539 Hernando de Soto partió de La Habana con 600 hombres y
213 caballos en una flota de 9 naves, dirigiéndose también hacia las costas
occidentales de Florida y desembarcaron en la bahía de Tampa, a la que llamaría
Bahía del Espíritu Santo. Después de penetrar profundamente en el territorio
norteamericano, la expedición de Hernando de Soto recorrió 6.500 km durante cuatro
años y con 300 hombres lograron volver a México. De Soto no lo consiguió, muriendo
en el río Misisipi en 1542. En 1562 el francés Jean Ribault condujo una expedición a
Florida y René Goulaine de Laudonnière fundó en la costa atlántica de Florida en
1564, Fort Caroline, un puerto para colonos hugonotes en las proximidades de
Vacapilatca actual Jacksonville. La colonización europea del Norte, por orden
cronológico, fue primero española, luego francesa e inglesa y consistió en el
avance progresivo desde la costa oriental hacia el oeste. En líneas generales, la
colonización anglosajona supuso la marginación e incluso el exterminio de las
poblaciones nativas, hasta confinar a los supervivientes en reservas situadas en las
zonas más improductivas y estériles del territorio. Sin embargo, las colonizaciones
francesa y española supusieron mestizaje. En 1663, la corona francesa había tomado
el control de las empresas de comercio de pieles de la Nueva Francia. Esto marcó el
comienzo de una nueva era del colonialismo francés en América del Norte. El fin de
la presencia francesa en América del Norte fue un desastre para los indígenas del este
de América del Norte, que perdieron a su principal aliado en contra de la expansión de
exterminio inglesa. Durante la rebelión de Pontiac (1763-1766), una confederación de
tribus del área los Grandes Lagos se enfrentaron en una campaña poco exitosa para
defender sus derechos sobre las tierras al oeste de los montes Apalaches, lo que llevó a
que fueran encerrados en reservas en virtud de una proclamación real de 1763.
El territorio habitado por los amerindios norteamericanos se puede dividir en ocho zonas o áreas culturales,
caracterizadas por su hábitat.
El Sureste en los actuales estados de Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia,
Luisiana, Alabama, Mississippi, Tennessee y parte de Texas.
La zona del Suroeste, ocupa los actuales estados de Nuevo México y parte de Texas, ambientada en zonas
desérticas y en los márgenes del río Colorado, agrupa unas 57 tribus. En este territorio también se ha
encontrado restos arqueológicos de gran desarrollo cultural como los de los Anasazi y tiene una gran diversidad
cultural, con algunas tribus de cariz urbano como la cultura pueblo, los hopi, holi, zuñi, acoma, laguna y otras
se dedicaban a la ganadería, como los navajo; otras practicaban la rapiña como los apaches, y el resto
practicaba agricultura de subsistencia en los oasis de los desiertos, como los maricopa, quechan, pima,
pápago, mojave, seri y tarahumara.
El área de las Grandes Llanuras ocupa las llanuras centrales de los EE.UU. y del sur y sureste de Canadá en
los actuales estados de Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas, Iowa, Montana, Oklahoma y
parte de Texas. Las tribus de esta zona se dedicaban a la cacería del 'búfalo' y vivían en viviendas típicas
denominadas tipi. En esta zona habitaban la mayor parte de las tribus de lengua sioux.
La zona del Altiplano está situada en los actuales estados de Nevada, Utah, Idaho y Wyoming, es una zona
semidesértica, donde la mayor parte de las tribus se dedican a la recolección de raíces y plantas silvestres,
aunque algunas tienen influencia de las tribus de las llanuras y las otras están más influenciadas por la cultura de
las tribus californianas.
California es la zona ocupa el actual estado de California y en ella habita una multitud de tribus y grupos
lingüísticos muy variados y diferenciados culturalmente, muy influenciada por la cultura del noroeste. Entre las
tribus más importantes están los pomo, hupa, miwok, yurok, karok, yokut, maidu, wintun, yuki, yana y otros.
La zona del Noroeste ocupa los estados de Washington, Oregón, Columbia Británica y la costa de Alaska y
se caracterizan por vivir de la pesca, tener grandes barcas, casas grandes, postes totémicos y la práctica del
potlatch, con sociedades urbanas y estratificadas. Entre las más conocidas están los tlingit, haida, kwakiutl,
nootka , tsimshian y quileute.
Máscara de la
cultura Haida en la
cultural Noroeste
de América del
Norte.
Poste totémico Haida,
frontal, con un
guardián sobre un
oso. Islas Reina
Charlotte, Columbia
Británica, Canadá.
Culturas árticas

Una de las primeras culturas del Ártico fue la Dorset, de la que se dice que fueron los
antecesores de los Inuits y se dedicaban mayormente a la caza y a la fabricación de
herramientas. Se extinguieron en 1.500 d.C. pero en 1824 un grupo de balleneros
descubrió a un grupo de nativos a los que denominaron Sadlermiut, de los cuales en
1955 se encontró evidencia genética de su relación con los Dorset, afirmándose que
eran parte de las últimas generaciones que quedaban. Después de la supuesta
extinción de los Dorset ca.1500, los Thule, habrían llegado por Alaska, ocuparon las
zonas abandonadas por sus antecesores. Los estudios revelan que los Thule y los
Dorset tuvieron contacto con los Vikingos en los siglos X y XI. La cultura Thule se
caracterizó por crear nuevas técnicas para la caza mediante la fabricación de
novedosas herramientas como el arpón, útil para la captura de las ballenas. Con los
huesos de esos grandes mamíferos, crearon diferentes estilos de punta de arpón para
situaciones específicas. Se habrían extinguido alrededor del año 1600 de nuestra era.
Los pueblos coloquialmente llamados esquimales, son tal vez los habitantes más
conocidos culturalmente. La palabra esquimal puede referirse a los Inuits, cultura
asentada al norte de Alaska, Canadá y Groenlandia y a los Yupik, habitantes del sur de
Alaska y la península de Chukchi; estos últimos forman parte más bien del territorio
subártico. El pueblo Sami o Lapón, es otra comunidad que abarca la parte ártica de
Europa. También existen muchas otras culturas nativas fuera del área que
comprende el círculo polar Ártico los cuales mantienen similitudes en los estilos de
vida y formas de supervivencia de los indígenas árticos.
Región Ártica. La línea roja indica los límites de la región.
Máscaras de madera de la cultura Dorset, 500 a.C. – 1000 d.C. Antes de que los antepasados ​de los inuit conquistaran la región
ártica de lo que ahora llamamos Canadá y Groenlandia, hay evidencia de otra notable cultura paleo-esquimal: la Dorset. Poco
después de la llegada de los recién llegados, estos “gigantes gentiles” se extinguieron misteriosamente, a medida que llegaban
nuevo pobladores a los frígidos paisajes del Norte.
Un nativo Inuit en su kayak en los territorios del Ártico canadiense, ca.1929. Fuente: Library and Archives of Canada.
Bibliografía Básica

1. López Bermúdez, F. et al. (1992). “Geografía Física”. Cátedra. Madrid, 594 pp.
2. Schmieder, O. (1946). “Geografía de América del Norte, América Central, América
del Sur”. Fondo de Cultura Económica, México.
3. Lucena Salmoral, M. (Coord.)(1987). Historia de Iberoamérica, Tomo I
Prehistoria e Historia Antigua. Edit. Cátedra . Madrid.

Bibliografía recomendada

1. De Rojas, José Luis, 2008 La etnohistoria de América. Los indígenas protagonistas


de su historia. Buenos Aires: Editorial SB.
2. Schávelzon, Daniel. La conservación del patrimonio Cultural en América Latina.
Restauración de edificios prehispánicos en Mesoamérica: 1750-1980. Buenos
Aires, UBA, 1989.
3. Boas, Franz, 2008, Textos de antropología, Editorial Centro de Estudios Ramón
Areces, Madrid, 2008.
4. Stocking, George W. 1968. "Franz Boas y el concepto de cultura en perspectiva
histórica". En Race, Culture, and Evolution: Essays in the History of Anthropology,
195-233. Chicago y Londres: The University of Chicago Press.
5. Sánchez Albornoz, Claudio. La Edad Media española en la empresa americana.
Ed. Cultura Hispánica. Madrid, 1983.

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