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Cultura Azteca

EN 1519, AÑO DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES A MÉXICO CENTRAL, UNA GRAN PARTE DE
MESOAMÉRICA ESTABA BAJO EL CONTROL DE LA CULTURA AZTECA, QUIENES HABÍAN FORJADO
EN POCO MÁS DE UN SIGLO UN PODEROSO IMPERIO QUE SE EXTENDÍA DE LA FRONTERA
SEPTENTRIONAL DEL ÁREA AL ISTMO DE TEHUANTEPEC, Y DEL ATLÁNTICO AL PACÍFICO.
EL CORAZÓN DE ESTE VASTO TERRITORIO
ERA TENOCHTITLÁN, UNA CIUDAD DENSAMENTE
POBLADA DEL VALLE DE MÉXICO, AL SUR DEL
ALTIPLANO CENTRAL. LA URBE,COMPUESTA POR
DOS CIUDADES GEMELAS(TCNOCHTITLÁN Y
TLATELOLCO), CONTABA ENTRE 150.000 Y 300.000
HABITANTES, CONCENTRADOS EN DOS PEQUEÑAS
ISLAS QUE HABÍAN CRECIDO GRACIAS AL
EMPLEO DE ISLOTES ARTIFICIALES.
Historia
 Los aztecas, luego de haber recorrido diversos lugares, se establecieron definitivamente, a
principios del siglo XIV d. C., en el valle de México. Allí fundaron su ciudad capital
llamada Tenochtitlan, ubicada en la zona del lago Texcoco. En ese lugar se encontraron
con otros pueblos y con ellos lucharon por la obtención de las mejores tierras y por el control
político de la región. A los pocos años dominaron a todos sus vecinos y establecieron un
imperio que impuso su predominio en toda la zona.
 La expansión azteca se basaba principalmente en el poderío de su ejército. Muchas de las
ciudades conquistadas, a pesar de tener que entregarles tributo a los aztecas,
conservaban sus propias autoridades. Las rebeliones de los pueblos sometidos fueron
frecuentes y muchos de ellos al producirse la llegada de los españoles, se aliaron con éstos
para derrotar a los aztecas.
 La ciudad de Tenochtitlán. Estaba construida sobre las aguas del lago Texcoco. La
comunicación dentro de la ciudad se realizaba mediante calzadas canales. Su población
era muy numerosa. Se calcula en 300.000 personas aproximadamente. En el centro de la
ciudad se encontraban 78 edificios, entre los que se hallaban el templo, una cancha de
pelota, los palacios de los señores y abundantes jardines y huertas.
Organización social de la
Cultura Azteca
 La sociedad de la cultura azteca experimentó profundas modificaciones a lo largo de su
corta historia al transformarse poco a poco el igualitarismo de los primeros tiempos,
consecuencia de la orientación militar y los grupos de parentesco, en la estructura social
descrita por los soldados españoles.
En principio, pueden diferenciarse dos grandes clases sociales: la noble y la plebeya.
Teóricamente, los miembros del grupo inferior podían ascender al superior y viceversa, pero
en la práctica la movilidad social era inexistente.
 La Nobleza: El sector dominante estaba formado por capas sociales de diversa procedencia
encabezadas por el linaje real descendiente del primer tlatoani (Orador) o rey mexica.
 Los Plebeyos: La clase dominada carecía de la homogeneidad que caracterizaba al
estamento plebeyo de otras sociedades precolombinas. Había tantas diferencias
económicas e incluso jurídicas que conviene diferenciar al menos tres estratos: superior,
medio e inferior.
Organización político-administrativa
 La mayor autoridad de Tenochtitlán era el Huey tlatoani
(Gran orador), quien acumulaba en su persona el poder
ejecutivo, legislativo y judicial. También tenía las máximas
competencias en el campo religioso, si bien, a diferencia del
Inca del Imperio Incaico, sus súbditos no le atribuían carácter
divino. El cargo pertenecía a una familia, aunque no pasaba de
padre a hijo, sino de hermano a hermano. Cuando fallecía el
último hermano vivo, le sucedía uno de los hijos del hermano que reinó en primer lugar.
 El Huey tlatoani contaba con la ayuda del cihuacóatl
(Serpiente hembra), un virrey o visir que ejercía la regencia
en caso de ausencia o muerte del monarca. El rango de
cihuacóati se heredaba y entre sus funciones estaba la de
presidir el tribunal más alto o de última instancia, así como
la supervisión de los distintos consejos: el militar, el judicial y
el económico.
Economía y la agricultura
 El tributo, la agricultura y el binomio artesanía/comercio constituían los tres pilares de la economía
de la cultura azteca. Cada uno era indispensable para los otros y su desarrollo dependía
directamente de la guerra.

La agricultura de la cultura azteca estaba perfectamente adaptada al medio ambiente. En las
zonas secas se construyeron centenares de canales de riego para aprovechar las aguas de los
lagos y ríos; y en las lagunas, donde no se podía cultivar, se crearon infinidad de chinampas, islotes
artificiales de cieno apuntalados en sus esquinas con sauces acuáticos que daban dos cosechas
anuales. Las chinampas, al igual que las restantes tierras, se dividían en tres grupos según su
poseedor: comunales, estatales y privadas. Las primeras pertenecían al calpulli y se entregaban en
usufructo a los miembros del barrio para su cultivo individual. Las segundas eran propiedad del
Estado, quien las explotaba directamente o mediante arriendo para sufragar los gastos del
palacio, la justicia o el ejército. Las terceras estaban en manos de los nobles y podían venderse
junto con sus mayeque siempre y cuando el comprador fuese miembro de la nobleza.
La posesión de la tierra permitía a los pipiltin dedicarse íntegramente a la guerra, gracias a la cual
se obtenían enormes cantidades de objetos exóticos, materias primas o productos de primera
necesidad. La mayor parte del tributo de los pueblos sometidos se empleaba en el mantenimiento
de la corte, del ejército, de las fiestas religiosas, de los obreros y del pueblo en época de malas
cosechas; el resto se entregaba a los artesanos para su transformación en productos de lujo, que a
su vez se exportaban a otras áreas de Mesoamérica
Comercio
 Esta economía, de marcado corte imperial, exigía un activo comercio, cuyas rutas cubrían
desde las costas del Pacífico hasta las del Golfo de México. Por eso los pochteca gozaban,
como hemos visto, de un fuerte prestigio social. La actividad de los mercaderes no se limitaba
al territorio controlado por la cultura aztecas. La demanda de cacao, plumas de quetzal y
otras materias tropicales llevaba a los pochteca a los lejanos mercados de Xicalanco, en el
Golfo de México, y Xoconochco, en la costa pacífica, importantes centros comerciales
donde se intercambiaban las producciones del Altiplano y del área maya.
Algunos bienes suntuarios se distribuían paralelamente a través de la red de mercados locales
o regionales. En los tianguiz, que se celebraban cada cinco o veinte días, se vendían todo
tipo de mercancías y se ofrecían los servicios de muchas profesiones. Una corte de 12 jueces,
presididos por un representante de los pochteca, y un ejército de funcionarios se encargaban
de impedir los fraudes o de resolver los litigios.
Las compras se hacían a base de trueque o, lo más frecuente, con moneda. El sistema
monetario mexica se diferenciaba bastante del occidental, pues los valores de cambio más
frecuentes eran las semillas de cacao y las mantas, cuyo valor dependía de su tamaño y
calidad. Al respecto interesa señalar que las mantas suponían una elevada porción de los
tributos recogidos.
Religión
 El militarismo de la sociedad de la cultura azteca se reflejaba con gran claridad en la esfera
religiosa. Los mitos de creación, por ejemplo, sacralizaban la guerra al sostener que la única
forma de evitar la destrucción de la humanidad, como había sucedido a las cuatro
anteriores, consistía en alimentar al Sol con la sangre de los enemigos prisioneros de guerra
para fortalecerle y evitar así su muerte.
 Sin embargo, las creencias guerreras de los pipiltin mexicas no eran compartidas por la
inmensa mayoría de los campesinos del México Central, sostén económico de Tenochtitlán,
que seguían adorando a los viejos dioses de la vegetación y el agua.
 Esta oposición dio origen a una religión donde convivían en igualdad ambas tradiciones. La
presencia de dos capillas gemelas en el Templo Mayor de Tenochtitlán, dedicada una a
Tialoc, el dios acuático, y otra a Huitzilopochtli, la belicosa deidad de la cultura azteca,
simbolizaba a la perfección el dualismo típico del pensamiento mexica.
El calendario
 El calendario, herencia de los antiguos habitantes del
Altiplano, constaba de dos ciclos: el tonalpohualli
(Cuenta de los días) o año ritual de 260 días, y
el xihuitl, o año solar de 365.
El primero estaba formado por la unión de una
serie de números, del 1 al 13, con otra de 20 signos.
Ambas ruedas se combinaban de tal manera que una
composición determinada no se repetía hasta que
transcurrían 260 jornadas (13×20). El xihuitl tenía 18 meses
de 20 días cada uno. Lo que sumaba 360.
A esta cantidad se añadía 5 días llamados nemontemi,
que se consideraban nefastos. La unión de ambos sistemas permitía numerar los años solares. Las
fechas, establecidas según la técnica del tonalpohualli se repetían pasados 52 años. Este
período equivalía a nuestro siglo y su final provocaba una gran inquietud, pues la cultura azteca
pensaban que la desaparición del mundo sucedería al final de un ciclo de 52 años.
La escritura y el arte
 La escritura mexica no alcanzó la madurez de la maya. Los conceptos y objetos se
representaban mediante dibujos más o menos realistas, aunque también existían algunos
glifos de tipo ideográfico y otros fonéticos para transcribir numerosas sílabas y los
sonidos a, e y o. Gracias a estos símbolos, reproducidos en largas tiras de papel de fibra de
maguey ó piel de venado plegadas como un biombo, la cultura azteca podía llevar las
cuentas de los tributos, recordar los acontecimientos pasados y predecir el futuro.
La ausencia de una escritura formal no fue ningún obstáculo para los poetas de la cultura
azteca, que compusieron centenares de bellas composiciones de todos los géneros, desde el
épico yaocuicatl (canto de guerra) hasta el lírico xochicuicatl (canción de la flor), pasando
por el icnocuicatl, un poema de corte dramático y honda profundidad filosófica. La prosa
méxica ofrece un interés literario menor, salvo la retórica, arte en el que la cultura azteca
fueron consumados maestros.
 Las artes presentaron un desarrollo extraordinario. Los mexicas destacaron en todas las
manifestaciones artísticas, si bien fue la escultura en piedra —tanto de bulto redondo, como
en relieve— el campo que más trabajaron. La escultura de la cultura azteca tiende al
colosalismo y su estética, geométrica y naturalista, está pensada para causar una honda
impresión en el espectador. También sobresalieron en las denominadas artes industriales:
lapidaria, plumería y cerámica.

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