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100%Adoradores
Adoradores:
Mailyn Barrios
Angelica De Morales
Albert Nava
Yakelin De Vargas
Jose Vargas
INTRODUCCION
Lo maravilloso de recibir al Espíritu Santo es ver que, éste es el que hace posible la
creación de la comunidad local de alabanza y adoración. Dios redime a los individuos
con la meta de crear un pueblo, una comunidad que le glorifica.
Esta experiencia de comunidad la vemos a través del Espíritu Santo que habita en cada
miembro de la Iglesia hoy. Él une a los creyentes en un solo pueblo, borrando la
separación del espacio y la geografía entre cada congregación en un todo orgánico. Su
presencia en nuestra adoración afirma que no estamos solos. Nos unimos a un pueblo que
atraviesa el mundo y trasciende el tiempo, extendiéndose más allá de las fronteras
étnicas y culturales, sólo el Espíritu Santo hace posible el culto "corporativo", es decir, la
iglesia local.
El Espíritu Santo en El
Adorador
La adoración es en sí misma una función del Espíritu. Jesús dice que nosotros
“adoramos en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Aquellos que son espirituales, son
quienes son habitados por el Espíritu, quien nos da testimonio de que le pertenecemos a
Él (Romanos 8:16). Su presencia en nuestros corazones nos permite adorarle en el
Espíritu. Estamos en Él, como Él está en nosotros, así como Cristo está en el Padre y el
Padre está en nosotros a través del Espíritu (Juan 14:20, 17:21).
Así como no podemos adorar al Padre separados de Jesucristo, la
adoración es imposible separados del Espíritu Santo. La Escritura describe al
Espíritu como el miembro de la Trinidad que nos revela la realidad, la presencia y
el poder de Cristo, para la gloria de Dios. Pablo proclama que “por medio de
Cristo” todos los creyentes “tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu”
(Ef. 2:18).