El tercer período se inicia a raíz de la independencia de
1844, cuando regía en el país el Código Civil francés de 1804 "napoleónico", que había sido impuesto por el dominador haitiano desde 1822, con ese hecho adquiere la nueva República, que surgía libre e independiente, todos los derechos que sobre estas tierras tenía en su patrimonio la Corona de España. Es un conjunto de reglas escritas, cuya primera redacción se efectuó el 6 de noviembre de 1844 en la ciudad de San Cristóbal.
La constitución del 1844 era liberal pero Santana
hizo que se le anexara el Artículo 210 lo que cambió radicalmente su contenido otorgándole plenos poderes al presidente. Podemos hacer mención de la constitución de Moca en 1858 como una de las más liberales y la de 1963 que es considerada como la más democrática de las constituciones dominicanas. Cómo se regía el derecho de propiedad en esta época
Al principio de la independencia, en lo que se refiere al
derecho de propiedad no existe ninguna oficina pública en donde los actos relativos a la transmisión del derecho de propiedad sea objeto de alguna intervención directa o indirecta por parte de las autoridades. Los escribanos públicos se limitaban a hacer las escrituras; pero ninguna formalidad era exigible en cuanto a la publicidad de la transmisión del derecho. Desde antes de la independencia la propiedad queda regida por las disposiciones del Código Civil francés y como no se había legislado aún de manera especial sobre los terrenos comuneros, era necesario acudir para la partición de los mismos al Código de Procedimiento Civil, lo que hacía que una partición fuese un procedimiento largo, costoso e imperfecto, puesto que la demanda debía ser notificada a tantas partes como accionistas existieran, corriéndose el riesgo de que muchas veces después de concluido un procedimiento de partición apareciera un nuevo accionista que no había sido notificado y cuyos derechos era preciso tener en cuenta. La ley de bienes nacionales del 1845
Una de las mayores preocupaciones del primer gobierno constitucional
dominicano, fue la de organizar los bienes del Estado y ponerlo a fructificar. Para ello lo primero que tenía que hacer era definir cuáles bienes eran del Estado y cuáles de particulares, y para ello desde el principio dio pasos legislativos.
La Ley sobre registro y conserva de hipotecas del 21 de junio de
1890.
Esta ley crea el primer registro público de actos traslativos de propiedad y
derecho reales en la República hasta entonces había existido el Registro Civil (creado por una Ley de 1848), pero con finalidad fiscal y no para establecer registros públicos referentes a actos que afectaban derechos reales.