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CLAVES FUNDAMENTALES PARA SER

UN ORADOR IDEAL
“La naturalidad, la humildad y hablar desde el corazón"

MSc. Clara Ruth Castiblanco


NATURALIDAD

Actuar con naturalidad significa ser la misma persona cuando hablas con amigos, como
cuando lo haces ante un público. Esto elimina el miedo al ridículo, “hacer el ridículo” no
existe, es sólo una percepción (lo que es ridículo para ti, puede no serlo para otro).
Actuar con naturalidad, permite aceptar que somos humanos y podemos equivocarnos,
al equivocarnos no pasa nada, es natural, continuamos y solucionamos los
inconvenientes que se puedan presentar.
Por eso:
1- Hable en su forma habitual.
2- Al preparar un discurso, preste más atención a las ideas que a las palabras
3- Tanto en los discursos como en sus conversaciones, evite el habla descuidada y no
se valga de las cualidades de la oratoria para atraer la atención hacia usted.
4- Prepárese bien para la lectura pública. Lea con sentimiento y teniendo muy presente
el sentido del texto.
HUMILDAD

Es el conocimiento de nuestras propias limitaciones y debilidades y las de los


demás. De ningún modo significa falta de respeto hacia nosotros mismos, hacia
nuestro estado de ánimo o finalmente cobardía. Al contrario, la humildad exige
valentía, confianza en nosotros mismos, respeto hacia nosotros mismos y hacia los
demás.
La humildad nos ayuda a reconocer esta frase obvia: nadie sabe todo, nadie lo
ignora todo. Todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Sin humildad, difícilmente
escucharemos a alguien al que consideramos demasiado alejado de nuestro nivel
de competencia. La arrogancia del “¿sabes con quién estás hablando?”, la soberbia
del sabelotodo incontenido en el gusto de hacer conocido y reconocido su saber,
todo esto no tiene nada que ver con la mansedumbre, ni con la apatía, del humilde.
HABLAR DESDE EL CORAZÓN

La utilización del corazón cuando hablamos al público, hablando de cosas que


nos emocionan, que nos gustan, permiten la capacidad de hacer reír al público,
o, hacer que muchos de ellos se emocionen.
El uso de las manos es muy importante, en oratoria deben usarse abiertas, sin
nada en ellas, no necesitamos cerrar el puño, ni necesitamos el dedo índice
para señalar. Las manos abiertas indican que estoy haciendo un servicio a las
personas que me escuchan y que no tengo nada que ocultar.

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