Llamamos conversaciones para la acción a los pasos
básicos de la danza de la acción humana, a los pasos básicos de la coordinación de acciones entre seres humanos. 1.- Una declara que falta algo, declara las condiciones bajo las cuales ella queda satisfecha y pide que la otra persona cumpla sus condiciones de satisfacción. 2.- La otra promete cumplir la petición dentro de un cierto lapso. 3.- En su momento, quien prometió declara haber cumplido el pedido. 4.- Quien hizo el pedido declara que sus condiciones de satisfacción han sido cumplidas y que la danza está completa. Las organizaciones son redes de conversaciones, es decir redes de lenguajeares y emocionares entrelazados. La organización no es en sí, se configura en las dinámicas relacionales (interacciones), de sus integrantes en conversaciones y varía de acuerdo al curso que siguen dichas conversaciones. Lectura recomendada: http://www.euv.cl/archivos_pdf/libros_nuevo s/Equipos_de_Trabajo.pdf 1. Definir el objetivo El primer paso para iniciar una conversación efectiva es personal, de forma privada, y se realiza antes de iniciar la conversación. Debemos definir el objetivo de la conversación, el motivo del por qué estamos conversando. Este paso, que parece evidente y obvio, muchas veces es pasado por alto, corriendo el grave riesgo de tener una conversación "a la deriva", sin rumbo, que no nos lleve a ningún lado. Peor aún, si no tenemos en claro nuestro objetivo, no será imposible negociar de forma efectiva cuando sea necesario hacerlo. Es bueno recordarnos y aclarar en todo momento que el objetivo que pongamos, y nuestra forma de alcanzarlo, es solamente nuestra propia manera de ver las cosas. Esto nos permitirá estar abiertos a escuchar a nuestro interlocutor, entender su perspectiva, y buscar un acuerdo que le sirva a las dos partes. Consejos clave: ¿Para qué estás conversando? ¿Qué quieres lograr? ¿Cómo quieres que termine la conversación? 2. Definir el contexto Tan importante como definir el objetivo es definir el contexto de la conversación, el lugar en dónde va a ocurrir. Elegir un mal lugar (ruidoso, con interrupciones) o un mal momento (justo después de una reunión "complicada") puede arruinar la conversación que tendremos. Consejos clave: ¿En qué día vas a conversar? ¿En qué lugar? Elegir un contexto ambiental y emocional óptimo 3. Compartir el objetivo Ya con el objetivo y el contexto en claro, estamos listos para encarar la conversación. Y un excelente primer tema con el cual iniciar la charla es compartir nuestros objetivos, nuestras expectativas, lo que nos gustaría y no nos gustaría que ocurra. Este es un buen momento para establecer las condiciones sobre las cuales ocurrirá la conversación. Por ejemplo, si estamos frente a una persona que sabemos suele levantar la voz al enojarse, podemos pedir no levantar la voz durante esa conversación (buen consejo, incluirse a uno mismo dentro de este tipo de pedidos). Consejos clave: Comparte tu objetivo con la conversación Comparte si hay algo que no te gustaría que ocurra (por ejemplo, no gritemos) 4. Explica tus juicios A la conversación llegamos con juicios, nuestra interpretación y opinión sobre la realidad, sobre los hechos que ocurrieron. Sobre estos juicios evaluamos, actuamos y realizamos pedidos. Ante una conversación importante es fundamental tener en claro cuáles son nuestros juicios que están generando la conversación, y sobre qué hechos concretos se originan. Al compartir con el interlocutor nuestros juicios basados en hechos podremos entendernos con mucha más profundidad. Será el primer paso concreto para avanzar hacia un acuerdo. Consejos clave: ¿Cuáles fueron los acuerdos que a tu juicio no se cumplieron? ¿Qué tendría que haber sucedido y no sucedió? Si tienes esta conversación porque no te gusta algo, compartelo. 5. Comparte tu emoción Nuestra emoción afecta nuestra conversación y nuestra interpretación de las palabras del interlocutor. Debemos conocer cómo nos sentimos, en qué estado emocional nos encontramos para empezar a comprender cómo reaccionamos y reflexionamos sobre lo que ocurre. Mejor aún, podemos compartir nuestro estado emocional con el interlocutor, para que pueda entender con menos ambigüedad nuestro mensaje. Consejos clave: Expresa tu emoción. ¿Cómo te sientes? 6. Escucha activamente Una conversación no es un monólogo: es un intercambio de ideas, de opiniones. Entonces, no sólo debemos hablar sino, más importante quizás, debemos escuchar a nuestro interlocutor. La escucha activa demuestra respeto por el mundo del otro, interés por su forma de ver la realidad (aunque podamos no compartirla). Y no sólo debemos escuchar, sino también asegurarnos de haber escuchado bien, comprobando con preguntas si estamos entendiendo el punto de vista del otro. Consejos clave: Haz preguntas a tu interlocutor: ¿cuál es tu punto de vista sobre este tema? ¿qué opinas de lo que digo? Comprueba tu escucha. 7. Haz pedidos Los pedidos son la única forma que tenemos para coordinar acciones con otras personas. El gran problema ocurre cuando estos pedidos son vagos: pedidos que no son formulados como tal (y que por lo tanto pueden no ser interpretados como un pedido), pedidos que no tienen una fecha clara, ni la forma en la que vamos a evaluar el resultado. Los malos pedidos abundan, y nos generan deterioros en las relaciones que mantenemos. Debemos entonces ser responsables y hacer pedidos claros, concretos, acotados y medibles. En todo momento recordar que estamos haciendo un pedido: podemos recibir tanto un si como un no, y ambas son respuestas válidas (cuando no aceptamos un "no", estamos hablando de una exigencia y no de un pedido... ¡expresémosla como tal!). Más aún, debemos estar dispuestos a negociar, a buscar alternativas: si tenemos nuestro objetivo en claro, seguramente encontraremos muchos caminos para lograrlo. Consejos clave: Formula pedidos claros: ¿Qué quieres que pase? ◦ ¿De qué manera? ◦ ¿Para cuándo? ◦ ¿Cómo vas a evaluar el cumplimiento? 8. Comprueba la respuesta del interlocutor Como vimos, un pedido tiene dos respuestas válidas: "si" y "no". En ambos casos, y como estamos realizando una escucha activa, debemos comprobar la respuesta que se nos dio al pedido: en el caso de que se acepte, verificar que se haya entendido realmente lo que queremos; en el caso que no se acepte, indagar las causas para poder iniciar una negociación. En todo momento debemos recordar que el interlocutor interpreta la situación desde su realidad; nos ayudará conocer su perspectiva para poder comunicarnos mejor. Consejos clave: Comprueba la respuesta a tu pedido. Indaga, pregunta sobre la respuesta. Comprueba lo que piensa tu interlocutor. 9. Negociar Una conversación no es una imposición de nuestro punto de vista, sino un momento para entender la visión de nuestro interlocutor tratando de llegar a un acuerdo en el que ambas partes salgan beneficiadas. Es por esto que, teniendo en claro nuestro objetivo, debemos estar dispuestos y preparados para negociar. La negociación es una herramienta muy poderosa para acercar posiciones y lograr compromisos, por lo cual debemos tener presente el espacio de negociación que generamos con nuestras palabras. Consejos clave: Negocia por posiciones encontradas. Negocia por conflictos que existan o surjan. 10. Establecer compromisos y acuerdos Ya cerrando la conversación, debemos tener en claro que compromisos y acuerdos se generaron. Ambas partes deben entender las negociaciones que se llevaron a cabo y los pedidos que se generaron y aceptaron. Es el momento de acordar los pasos a seguir, la nueva relación que estamos generando, y el plan de acción para lograr lo acordado. Consejos clave: ¿Qué vamos a hacer de ahora en más? ¿Cuál es el plan de acción para que ocurra lo acordado? 11. Aprendizaje Terminada la reunión, todavía nos queda una tarea de suma importante: aprender del encuentro. Es un momento de reflexión para aprender qué cosas hicimos bien y qué cosas deberemos mejorar para conversaciones futuras. Además, podemos comprobar nuestro estado emocional al terminar la conversación, lo cual puede ser un buen indicativo sobre el éxito de la misma. Consejos clave: ¿Cuál fue el aprendizaje para ambas partes? ¿Cómo nos vamos de la conversación? ◦ ¿Con qué emoción nos retiramos? ◦ ¿Qué conversaciones privadas (lo que nos contamos a nosotros mismos) tenemos? El lenguaje genera la acción y por lo tanto, existe una estrecha equivalencia entre lo que decimos y las acciones que este decir involucra. Afirmaciones (verdaderas o falsas) / Describen nuestra experiencia del mundo (Percepción) / Requiere comprobación / consenso Declaraciones: Construyen una nueva realidad / Son válidas o inválidas dependiendo del poder de quien las emita / una validación social. (En el vivir humano, hay algunas declaraciones que resultan relevantes, tales como la declaración de sí, de no, de perdón, de amor, de ignorancia, de gratitud). Juicios (Declaraciones) : Veredicto o enunciado de valor acerca del mundo. (Promesas) Peticiones y Ofertas: Permiten coordinar acciones con otros / se adquiere un compromiso social cuando se emiten / Gran parte de nuestra vida social está basada en nuestra capacidad de hacer y cumplir promesas. En el diseño de conversaciones, requerimos integrar, sin privilegiar ninguna, estas dos miradas, lo que queremos lograr con nuestra conversación y la recepción, la acogida, que hará nuestro interlocutor de lo que le digamos. En lo que queramos lograr con nuestra conversación, es frecuente encontrar un obstáculo no obvio, muchas veces no sabemos lo que queremos y por qué lo queremos Despojarnos del ego, de nuestras ganas de dominar, y conectarnos con el fin más noble que podamos encontrar nos ayuda a ello. Esta conexión con el fin más noble nos evita el peligro de la manipulación asociado a conseguir objetivos de corto plazo. En la acogida que hace nuestro interlocutor, al igual que en el diseño de un producto, nos podemos preguntar por el valor que agregamos, por qué lo que queremos agrega valor para la otra persona. Esto implica conocer la persona, sus emociones, y sus inquietudes, en otras palabras, escuchar como la otra persona escucha.
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