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pregunta:
Quid sit veritas?
Acerca de la verdad (De Veritate).
La verdad es la adecuación de la
cosa y el entendimiento.
El concepto de verdad y el concepto de ente
Parte del concepto de ente,
◦ como aquella noción que primeramente concibe el
intelecto, ya que es la idea más evidente.
◦ Pues bien, la verdad es un concepto tan amplio
como el de ente.
◦ Toda realidad es cognoscible: todo ente es
susceptible de ser inteligido (CONOCIDO)
No se trata, como es claro,
de que el entendimiento
tenga físicamente la misma
forma de la cosa conocida.
Cuando conozco algo, yo
poseo su forma, me
«conformo», me adecúo con
ello, pero de un modo
inmaterial, intencional. La
conformidad veritativa es
una adecuación
cognoscitiva.
PROCESO DE ADECUACIÓN
CONOCIMIENTO INTENCIONAL
El entendimiento, cuando
su acto goza de la
propiedad de la verdad,
adquiere la misma forma
que la cosa entendida
tiene ya en sí propia.
Trátase, pues, de una
identificación, por cuya
virtud lo entendido y el
entendimiento se hacen
«intencionalmente» una
misma cosa.
INTELIGENCIA PRÁCTICA
b.- La inteligencia
especulativa del hombre
recibe su conocimiento
de las cosas, es -en
cierto modo- movida por
ellas, y así las cosas la
miden.
◦ En el conocimiento
especulativo, la inteligencia
contempla las cosas como
son y, por tanto, ellas son
la medida y la regla de la
verdad de la inteligencia
teórica humana.
INTELIGENCIA TEÓRICA
Mide las cosas radicalmente, porque es el origen
de toda su realidad.
◦ En ella se encuentran –como en su causa- todas las
cosas creadas, de modo semejante a como todos los
artefactos se hallan en la mente del artífice.
Así pues, este tipo de inteligencia tiene
semejanza con (1), pero se diferencia de la
inteligencia práctica del hombre en que el artífice
divino es la causa de todo el ser de las cosas,
mientras que el artífice humano sólo es causa de
su fieri, de su nacerse:
◦ como actúa siempre sobre una cierta materia, no es el
origen del ser de la obra, sino del proceso por el que esa
materia llega a adquirir su nueva forma.
Así, pues:
- la inteligencia divina (y su verdad) mide y
no es medida
- la cosa (y su verdad) es medida por el
entendimiento divino y, a su vez, mide al
humano
- nuestra inteligencia es medida por las cosas
naturales que conoce especulativamente; sólo
es la medida del hacerse de las cosas arti-
ficiales.
Algunas ideologías modernas y contemporáneas
entienden la verdad sobre todo en el sentido de
la inteligencia práctica, que además tiende a
reducirse a una imagen técnica.
◦ El variado panorama de tipos de verdad, ofrecido en la
concepción clásica, va perdiendo su carácter analógico,
para estrecharse en un planteamiento mucho más rígido.
Ya Descartes contraponía al antiguo saber una
filosofía que habría de convertir al hombre en
«dueño y posesor de la naturaleza».
Desde esta perspectiva metafísica, la verdad
está:
◦ en el intelecto divino de manera propia y
primaria
◦ en el entendimiento humano, de modo
propio pero secundario
◦ y, finalmente, en las cosas se encuentra
de modo impropio y secundario, pues sólo
está en ellas por relación a las otras dos
verdades.
El ser de las cosas no depende del conocimiento
que de ellas pueda tener el hombre.
Creer lo contrario sí que es una ilusión, una
«alienación», en cuanto que el hombre no acepta
su propia condición creatural, disloca su posición
en el mundo al considerarse el centro de toda la
realidad.
◦ La bóveda de los cielos no cuelga, como de un hilo, de la
vida de hombre alguno: todos podemos morirnos con la
tranquilidad, al menos, de no provocar semejante
cataclismo.
◦ La llamada «cara invisible de la luna» era tan real y
verdadera antes de que la vieran los astronautas como
después de que se realizara tal hazaña
No podrían subsistir sin la inteligencia divina
que las produce y las constituye en lo que
son
Dios es el origen de toda verdad, ya que es el
primer principio del ser en todas las cosas.
Todas las cosas son verdaderas por la única
Verdad divina.
La verdad se
refiere al
momento en el
que las cosas
«mueven» a la
inteligencia y la
informan.
Mientras que este proceso
cognoscitivo va de las cosas
a la mente, el movimiento
de la facultad apetitiva
tiende a las cosas mismas,
porque lo que se apetece
son las cosas, no en cuanto
conocidas, sino en cuanto
reales.
Y por eso Aristóteles
establece como un «círculo»
en los actos del alma: la
cosa que está fuera del
alma mueve al
entendimiento, y la cosa
entendida mueve al apetito,
el cual se dirige hacia la
cosa, en la que comenzó el
movimiento.
Conocer no es aprehender una cosa tal como
está en el entendimiento; sino aprehender, en
el entendimiento, la cosa tal como es.
Ente y cosa
Con el término «cosa» se designa el ente en
cuanto que tiene esencia real; por lo tanto,
queda también connotado el acto de ser.
El ente está internamente estructurado por:
◦ esencia y
◦ acto de ser,
como coprincipios trascendentales de la realidad concreta.
Santo Tomás afirma que el ser como acto es el
fundamento de la verdad.