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I Industria, Nación e Imperio

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Proclamación del Imperio Aleman en 1871
Anton von Werner (1843-1915)
Las unificaciones las dirigirán las regiones más ricas

PRUSIA Guillermo I Bismarck

PIAMONTE Víctor Manuel II Cavour

Las unificaciones se consiguen a través de conflictos armados

Guerra Franco-Austriaca (1859 – 1861)


Guerra Austro-Prusiana (1866)
Guerra Franco-Prusiana (1870 – 1871)

Las unificaciones son lideradas por la Burguesía de cada país


“Y para que el pueblo exista, es necesario que conquiste
por la acción y el sacrificio la conciencia de sus deberes y
de sus derechos. La independencia, es decir, la
destrucción de los obstáculos interiores y exteriores que
se oponen a la constitución de la vida nacional, debe pues
obtenerse no solamente para el pueblo sino por el pueblo.
La guerra por todos, la victoria para todos.

La insurrección es la batalla librada para conquistar la


revolución; es decir, la nación. La insurrección debe pues
ser nacional; debe surgir de todas partes con la misma
bandera, la misma fe, el mismo objetivo. De cualquier
lugar que surgiera, debe estallar en nombre de toda Italia,
y no debe detenerse hasta que la emancipación de toda
Italia no sea conseguida.

Guissepe Mazzini
República o monarquía en Italia (1850)
Poder económico
interior: Apoyo potencias
Burguesía exteriores

NACIONALISMOS

Disgregadores Integradores
Imperio Austro-Hungaro
(1867 – 1919)
“¿Sobre qué criterios se funda este derecho nacional?

1- Muchos dicen que la raza, sin embargo (la raza) nada ha significado en la constitución de las
naciones modernas. Francia es céltica, ibérica, germánica; Alemania es germánica, es céltica, es
eslava. La verdad es que no hay raza pura, y que asentar la política en el análisis etnográfico es
montarla sobre una quimera.

2- Lo que acabamos de decir de la raza también debe decirse de la lengua. La lengua invita a
reunirse, pero no fuerza a ello.

3- Tampoco la religión puede ofrecer base suficiente para el establecimiento de una nacionalidad
moderna. La religión se ha vuelto cosa individual; mira a la conciencia de cada uno

4- La geografía -las que llaman fronteras naturales- tiene una parte considerable en la división de
las naciones. La geografía es uno de los factores esenciales de la historia.

Acabamos de ver lo que no basta para crear tal principio nacional: la raza, la lengua, la afinidad
religiosa, la geografía. ¿Qué más hace falta? Dos cosas. La una es la posesión en común de un rico
legado de recuerdos; la otra es el consentimiento actual, el deseo de vivir juntos, la voluntad de
seguir haciendo valer la herencia que se ha recibido indivisa. Una nación es, pues, una gran
solidaridad constituida por el sentimiento de los sacrificios que se han hecho y de los que aún se
está dispuesto a hacer... Las naciones no son algo eterno. Han comenzado y concluirán.
Probablemente las reemplazará la confederación europea.”

Ernest Renan
¿Qué es una nación?, 1882
En el siglo XIX se denominaba con el término burgués a
grupos muy diversos: la antigua nobleza estamental, los
empresarios (industriales, hombres de negocios,
banqueros); los rentistas, que vivían de los intereses de sus
fortunas; los altos funcionarios; los intelectuales y los
profesionales liberales (abogados, médicos, etc.).

Los burgueses vivían en las ciudades; concedían gran


importancia a las apariencias; frecuentaban los clubes,
salones y bailes; y se casaban entre ellos.

Sus valores llegaron a ser predominantes: el culto al trabajo,


el ahorro y la sobriedad como medios para alcanzar la
prosperidad, y la exaltación de la familia y el hogar.
Robert Koehler, “La Huelga” (1886)
Conmemoración del 1ro de Mayo (Paris, 1906)
Colegio electoral británico en el siglo XIX
Inauguración de la
Estatua de la Libertad
(Nueva York, 1886)
Durante el siglo XIX y hasta la Depresión de los años treinta del siglo XX
emigraron más de 60 millones de europeos.

En una primera oleada partieron hacia Estados Unidos y Canadá desde los países
del centro y norte de Europa: Reino Unido, Alemania, Irlanda, Suecia, Noruega.
En el último tercio del siglo XIX se unieron europeos de los países del sur y este
de Europa, sobre todo de Italia, España, Portugal, Polonia e Imperio Ruso. Éstos
ampliaron el espacio inmigratorio abarcando también a la zona central y sur de
América: principalmente Argentina y Brasil.

El desarrollo de los transportes y comunicaciones ayudó a que los traslados


fuesen más rápidos y cómodos. Además, la expansión del sistema financiero
permitió invertir más fácilmente capitales en otros puntos del mundo.
I Industria, Nación e Imperio

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