A nadie le queda duda de que el costo monetario que la sociedad ha
tenido que afrontar durante los últimos años con motivo de la inseguridad ha aumentado de forma relevante. Las autoridades han destinado más recursos que en cualquier otra época a las instituciones responsables de la prevención de los delitos, a las áreas de investigación y persecución, a los juzgados y a los responsables de la reinserción social; la existencia de casi medio millón de servidores públicos vinculados a las instituciones de seguridad pública, hace evidente que tan sólo el gasto en la nómina representa un impacto importante en las finanzas públicas. OBJETIVOS
En el presente trabajo de investigación se platea como OBJETIVO
GENERAL el costo de la seguridad pública en el Estado de Guerrero, en donde se pretenderá conocer las posibles causas de los problemas de inseguridad que se suscitan y que afectan a la entidad.
Y Como OBJETIVO ESPECIFICO conocer como la inseguridad afecta
gravemente los recursos destinados por seguridad ya que las ciudades que integran el Triangulo del Sol y que son parte principal para que el Gobierno Del Estado, se vean afectadas en recabar sus recursos; donde se derivan diversidad de problemas respecto al servicio de la Seguridad Publica: Con estos antecedentes, este documento pretende configurar un paso más en la construcción de índices relativos a los costos y efectos económicos que genera la criminalidad y las políticas oficiales diseñadas para su contención.
Los gobiernos locales tienen una importancia estratégica para promover el
crecimiento local con base en fortalecer las capacidades socioeconómicas del territorio. Tal relevancia se puede concebir como un contexto apropiado para fundamentar una gestión público-social en dos sentidos: primero para establecer un proyecto efectivo de participación ciudadana para prevenir la inseguridad y segundo, para sustentar una gestión y una política público- privada en materia de desarrollo local. La seguridad pública es una función del Estado, sin la cual no se justifica su existencia, ya que no puede concebirse a un Estado sin que vele por la protección de cada uno de los ciudadanos. Actualmente dicha función no ha sido suficiente para el combate a la delincuencia, lo que ha provocado un fuerte sentimiento de inseguridad en la sociedad, que lógicamente se traduce en la falta de credibilidad en los organismos gubernamentales, ya que se cree que la inseguridad ha rebasado la capacidad para responder oportunamente por parte de la autoridad responsable, pues los sistemas clásicos de represión y prevención no han podido demostrar su eficiencia. El Concepto de seguridad pública se refiere a numerosos aspectos de la vida social organizada, principalmente a la existencia de un orden democrático que elimina las amenazas de violencia y el sentimiento de inseguridad en la población, permitiendo una convivencia segura, sin embargo no se puede hablar de seguridad pública como monopolio de Estado cuando existe la participación activa de la sociedad civil, por iniciativa propia o bien a través de programas establecidos por el órgano de gobierno en la prevención y lucha contra la delincuencia. La inseguridad -junto con las recurrentes crisis económicas es el tema que más inquieta a los mexicanos. El considerable volumen de delitos, cercano a los 9.5 millones anuales 1considerando una cifra negra del 85% y un registro oficial de 1.6 millones de delitos, ha originado un nuevo diseño conceptual, legal e institucional de la seguridad pública, así como diagnósticos y evaluaciones acerca de las políticas, estrategias y acciones que ha instrumentado el Estado mexicano, los cuales han revelado que todavía no se logran consolidar métodos, indicadores o parámetros que permitan valorar las causas formales y materiales y la totalidad de los efectos o impactos del problema delictivo. Si bien es cierto que se ha avanzado en la construcción de variables para medir la cobertura y la gestión de las instituciones involucradas, también lo es que persisten aspectos en donde hace falta profundizar en los análisis respectivos, como en el impacto económico de la delincuencia y los gastos asociados a la administración de la seguridad para afrontarla. De hecho, hay un consenso generalizado en el sentido de que las Aunado a lo anterior, en los últimos años si acaso se ha podido construir una metodología para contabilizar los delitos sin que se tenga otra que permita medir los efectos de los mismos, en particular los daños o afectaciones causados a la economía individual y general, lo cual evidentemente está distrayendo recursos ingentes a las tareas de seguridad que, antaño, se orientaban a la inversión productiva, la generación de empleo y el desarrollo social. Es decir, mientras no se tengan diagnósticos completos e integrales, difícilmente se podrán delinear políticas públicas de igual alcance. A diferencia de otros países como Canadá, el Reino Unido, Australia, Francia o, incluso, naciones del Caribe, en México son aislados los estudios orientados a cuantificar el cálculo de las pérdidas que se originan por la comisión de conductas antisociales y los gastos que se realizan para prevenirlas, perseguirlas y sancionarlas.
Con estos antecedentes, este documento pretende configurar un paso más
en la construcción de índices relativos a los costos y efectos económicos que genera la criminalidad y las políticas oficiales diseñadas para su contención. Metodología.
Mediante análisis cuantitativos y cualitativo a través de la aplicación de
encuestas (Anexo A “Encuesta”) y entrevista (Anexo B “Entrevista”) mediante estudio de campo, de una empresa de productos perecederos en la que observe una disminución de ventas a comparación con años anteriores debido a asaltos y derechos de piso a mano armada y que muchos de sus clientes se han visto afectados por la misma situación de la inseguridad que hay en el estado. Y se les solicito su apoyo para la presente investigación y llevarla mas a fondo. (Anexo C “Bitácora”).