• Antes de estudiar la lección, piensa en las

siguientes preguntas:
• 1. ¿Crees que Dios te ama? ¿Por qué?
• 2. ¿Cómo definirías "gracia"?
 Gracia
• Efesios 2.8-9
• ¿Cómo somos salvos?
• ¿por qué Dios ofrece la salvación como
un regalo (un "don")?
• Romanos 4.1-5
• ¿qué hizo Abraham para ser considerado justo por
Dios (para ser "justificado")? Es decir, ¿qué hizo para
que la justicia fuera contada a su favor?
• Según el versículo cuatro, cuando alguien recibe un
sueldo como pago por el trabajo que ha hecho, ¿qué
NO SE PUEDE considerar su pago?
• Según este versículo, ¿cómo podemos ser justificados
(declarados justos) delante de Dios? Es decir, ¿qué se
acepta en lugar de la justicia?
• La "gracia" se define
como FAVOR NO
MERECIDO.
• Lo opuesto de recibir
algo por gracia es
MERECERLO
• Imagínese en el cielo frente al trono de Dios. Sería
muy sorprendente si alguien dijera: "Dios reconoció
que yo fui buena persona, y por eso me ha dejado
entrar al cielo." También molestaría escuchar: "Yo fui
muy inteligente en decidir ser cristiano, y por eso Dios
me ha dejado entrar." Los dos comentarios demuestran
una actitud arrogante, porque la persona piensa que ha
hecho algo para merecer la vida eterna.
Usted no será salvo si trata de merecer la vida eterna por sí mismo.
Dios ofrece la salvación como un regalo; no la compramos.
Supongamos que un joven trabaja durante varios meses, ahorrando
dinero para comprar una argolla bonita para su novia. ¿No se sentiría
ofendido si ella ofreciera pagársela?
Dios es así también: Él ha hecho algo
mucho más hermoso para nosotros, y
se entristece cuando no
comprendemos Su amor.
El envió a Su Hijo Jesucristo a morir en
la cruz para ganar nuestra salvación, y
se ofende cuando alguien todavía
piensa que puede salvarse por mérito
propio.
Nuestro pecado destruye toda
posibilidad de ganar la salvación,
porque tendríamos que
ser perfectos para ganarla.
Nuestros sacrificios más grandes y
nuestras intenciones más nobles no
pueden persuadir a Dios a salvarnos.
Hay una sola manera de obtener la
vida eterna: Dios mismo tiene
que regalarla.
La justicia y la
misericordia de
Dios