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CONTEXTO HISTORICO

• Egipto surge en la prehistoria en estrecha relación con el río Nilo


que atraviesa el legendario país fluyendo hasta el mediterráneo y
determinando su culta existencia. Las crecidas regulares y
periódicas que experimenta el caudal por el deshielo de las nieves
con el consiguiente desbordamiento de las aguas e inundaciones de
las tierras hacen la vida y la historia de Egipto.

• Las inundaciones crean un limo que actúa como fertilizante natural


de las tierras favoreciendo la producción agrícola y en
consecuencia, la concentración de la vida humana a lo largo del
valle del río. Incluso el año para los egipcios es reflejo de esta
peculiaridad geográfica.
• Se divide en tres estaciones según la situación de las aguas del río. Es lo
que se llama 'calendario nilótico'. Egipto es el don del sol. Nada podría el
Nilo con su limo fertilizador sin el sol que nutre las tierras y las vivifica.

• El único astro que reina y domina en Egipto es el sol. Él es el que cría las
plantas, regula las inundaciones y funde las nieves. Es el astro mágico que
anima a las almas. Cuando vayáis a Egipto veréis que el día empieza con
un estadillo de luz. Las otras estrellas no brillan con el brillo como lucen en
las tierras altas del planeta tierra.

• Egipto es un país de tumbas. Más acertado sería decir, Egipto está


poblado de personajes vivos, si el vivir es existir como espíritus y entes de
razón. Las tumbas en Egipto son moradas. Allá van a morar los difuntos
con otra vida diferente pero no peor que la que tienen cuando vivían.
• Egipto es tierra de muchas cosas, es tierra de piedras. Tanto el Valle del
Nilo como el Delta carecen de madera. Los egipcios tuvieron que
importar los postes y las vigas de Siria. El limo del Nilo tampoco era un
material muy apropiado para elaborar ladrillos y recurrieron a los
bloques de piedras.

• Ellos se enorgullecen de haberlos descubierto y haberlos labrado. Egipto


también es tierra de jeroglíficos, llegando la caligrafía a perfección
nunca superada. Una piedra encontrada en 1789 en Roseta, en el Delta
del Nilo, sirvió para descifrar los jeroglíficos egipcios.

• Es tierra de dioses, polvareda de dioses. Entre los numerosos dioses


egipcios adorados bajo formas materiales, se distinguen dos categorías.
Los dioses de culto local, de ciudad y provincia, y los dioses oficiales que
se consideran creadores y cuidadores del mundo. Para ellos se
construyen los grandes templos.
• Se les representa como animales o con cuerpos humanos y cabeza
de animal o algún atributo de estos, con representaciones
teleomórficas. Anubis, dios de los muertos, se le representa como
un hombre con cabeza de 'chacal'. Horus,protector de los reyes en
vida, le representa el 'halcón' u hombre con cabeza de halcón que
lleva el disco solar sobre la cabeza. Isis, considerada como la esposa
de Osiris y la madre de Horus, es representada en ocasiones, con
dos cuernos liriformes que encerraban el disco solar.

• Osiris, dios de la fertilidad y del más allá se le representa con una


'momia'. A él hay que rendir cuenta después de la muerte.
ANUBIS EL CHACAL DIOS DE LA MUERTE-OSIRIS-ISIS DIOSA DE LA LUNA-HORUS ELALCON
• Giedion escribe 'el origen de la religión descansa en el anhelo del
hombre por entrar en contacto con las fuerzas sobrenaturales, el de
prologar la vida y continuar la existencia después de la muerte'.

• Este último pensamiento es muy importante para los egipcios.


Creían que el hombre se componía de elementos materiales y
espirituales. Entre ellos estaba el Ka, que continuaba después de la
muerte en la tierra.
• Durante el día estaba fuera y durante la noche descansaba en el
cuerpo. Era el elemento de fuerza vital, como un doble mortal que
confiere a la persona protección y vida en el más allá. Abandona el
cadáver y está condenado a vagar siempre pero si consigue volver al
cuerpo, volvería a la vida. Para que esta segunda existencia fuera
posible, había que asegurar el mantenimiento eterno del cuerpo, de
ahí la momificación.
• El Ka no puede vivir solo, necesita el cuerpo. Las distintas
vísceras se colocan en unos vasos canopes o canónicos que
representan los cuatro hijos de Horus y sus cuatro hijos
protegen cuatro partes del cuerpo: Apis (mono), los
pulmones. Duamutef (Chacal), el estómago. Amsite
(humano), el hígado y Aebsenuf, (gavilán), los intestinos.

• Después de la momificación se celebra 'la apertura de la


boca', conjuros que los sacerdotes realizaban para atraer el
Ka del difunto y mediante un instrumento tocaban la boca
del cadáver y el Ka penetraba nuevamente en él. También
este ritual se efectuaba sobre las esculturas que podían ser
soportes del Ka si la momia se destruía.
• Los rasgos de la vida de Egipto son propios de pueblos que como él
han tenido la oportunidad de envejecer y al igual que muchas
grandes civilizaciones, también tienen un pasado prehistórico.
• Es seguro que en esta época hubo un clima moderado en la última
época glaciar y pudo estar ocupado por cazadores-recolectores que
manejaban primitivos útiles de piedra. A los egipcios se les llama de
etnia hamítica.
• Pero esto solo significa que eran descendientes de Ham o Cam distinta a la de
Sem. Se ha descubierto que eran mezclas de distintas etnias. Hacia el quinto
milenio antes de J.C. debió ser invadido por comunidades de origen africano en
posesión de útiles de piedra pulida y cerámica. Debían conocer metales porque
se habla de ellos como de hombres herreros. Lo más probable es que vinieran
siguiendo la corriente del Nilo Blanco y del Nilo. Así tendríamos dos pueblos, los
aborígenes y los herreros.
• Hay quienes opinan, Flinders Petrie, que en las antiguas representaciones de los
relieves de las tumbas aparecen seis tipos de Egipcios. De cualquier modo, la
historia de estos antiguos tiempos predinásticos la conocemos vagamente por
una serie de relieves grabados en pequeñas placas de pizarra a las que
llamamos paletas, aunque la información es incoherente y confusa. Esta es la
dificultad de la egiptología. Hay material muy abundante pero fragmentario. Y
esto parece suceder incluso en las primeras dinastías. Es al llegar a la dinastía
decimoctava cuando ya no existen dificultades, prácticamente, para interpretar
las fuentes. En las anteriores dinastías, los egiptólogos suelen tener grandes
desacuerdos y conscientes de las limitaciones que ofrecen los materiales
manejados, no piden gran precisión en la cronología histórica, aunque sí se ha
formado cierta urdimbre sobre la que se sigue tejiendo y retejiendo la historia
de los hechos.
• En el Imperio Antiguo que abarca desde la III a la VIII dinastía
(2.686 a 2160 a.J.C.) comienza en Egipto un desarrollo importante
cultivándose el Valle del Nilo y regulando el régimen del río
mediante un sistema de canales que permite repartir el agua de la
inundación, retardando al mismo tiempo la desecación producida
por la rapidez con que el nivel del agua decrece. Surge el
pensamiento religioso y la jerarquización de la sociedad en los
diversos grupos que van a conformarla. La capital se sitúa en
Menfis, cerca de la cabecera del delta del Nilo, al sur del Cairo,
originándose en sus inmediaciones grandes necrópolis.
• Alcanza el máximo desarrollo en la III dinastía con el faraón Zoser
(Djeser) con el conjunto mortuorio en Saqqara. En la IV dinastía con
Snefru, se construyen las pirámides de Gizah. Kheops, Khefren y
Mikerinos. Durante la V dinastía tuvo lugar la idea del KA que
posteriormente fue elaborada por los teólogos heliopolitanos e
incorporada a su sistema religioso. La idea más cercana al concepto
del Ka es la de la fuerza vital. El rey recibía el KA de la divinidad que
luego lo dispensaba al pueblo. A través del Ka, el rey era la
manifestación de la divinidad. Las estatuas funerarias estaban
estrechamente relacionadas con el Ka. Los egipcios no consideraban
las estatuas funerarias como la representación de los muertos sino
que dichas estatuas estaban existencialmente relacionadas con los
muertos a través del KA.
• Durante el primer periodo intermedio que comprende las dinastías
IX a la XI (2.160 a 2.065 a. J.C.) disminuye la autoridad del faraón que
es un monarca absoluto con carácter divino frente a la progresiva
independencia del alto funcionariado, cayendo el país en la anarquía,
dividiéndose y produciéndose una gran crisis de valores.
El siguiente periodo, el Imperio Medio, comprende las dinastías XI a
la XIV (2.065 al 1.650 a. J.C.). La llegada de Mentuhotep II, faraón de
la XI dinastía, puso fin al desgobierno, reunificando el país. La capital
se trasladó al sur, a Tebas. Destacan en esta época la construcción de
los templos de Luxor y Karnac, aunque fueron finalizadas en el
Imperio Nuevo, en el que se realiza el templo funerario de
Mentuhotep. Hoy Tebas se encuentra ocupada parcialmente por las
ciudades de Karnac y Luxor, identificada también en el Antiguo
testamento como la ciudad de Amón.
• Sigue a continuación, el segundo periodo intermedio, desde la XII a
la XVII dinastía. (1.650 a 1.550 a. J.C.). Es un periodo de crisis
provocado no sólo por la decadencia interna sino por la invasión de
los hicsos, tribus asiáticas que invaden Egipto hacia el 1730 antes de
J.C. estableciendo su capital en la parte oriental del delta, Abanis.
Su poder solo duró 150 años y fue efectiva en el delta y en el Egipto
medio, ya que en el sur solo se pagaba un pequeño tributo. Los
hicsos introdujeron el carro con caballo, elemento con el que luego
los egipcios los expulsaron del país. Otra aportación significativa fue
el arco.
• El llamado Imperio Nuevo abarca desde la dinastía XVIII a la
XX.(1550-1080 a. J.C.). En esta época alcanzó Egipto el periodo más
brillante de su historia. Logró una importante expansión territorial.
Los tebanos expulsaron a los hicsos y reunifican el país, vencen a los
asirios y se enfrentan a los hititas. Comienza a generalizarse el lujo ya
que afluían las riquezas procedentes de botines de guerras y de
tributos anuales y hay un gran impulso constructivo elevándose los
templos de Luxor, Karnac, Abu-Simbel y la tumba de Tutankhamon
• A finales de la dinastía XVIII, Amenofis IV, que cambió su nombre por
Akhenatón, impulsó una especie de revolución religiosa que
sustituyó al dios Amón, a comienzos del Imperio Nuevo, por el culto
a Atón, que fue considerado dios protector de la dinastía,
pretendiendo imponer una religión monoteísta. Esta revolución no
fue sólo religiosa o ideológica, sino que también alcanza el arte.
Trasladó su capital a Tell el Amarna. Duró escasamente 20 años. Su
sucesor restableció el culto a Amón y trasladó la capital a Tebas.
• En el tercer periodo intermedio, también conocido como época
Tanita, debido a su capital Tanis, comprende desde la dinastía XXI a la
XXV (1069 a 664 a. de J.C.), ninguna autoridad política egipcia
conseguirá la unidad del estado. La región del delta, que siempre había
tenido una población más cosmopolita, vivió iniciativas políticas de
individuos de origen libio que reclamaban para sí la representación de
esta monarquía milenaria, pero que no fueron capaces de controlar
casi más que el territorio del Bajo Egipto.
• Mientras tanto, en el sur, algunos señores nubios reclamaban la
autoridad sobre el valle. Todo el Próximo Oriente se encontraba,
por entonces, bajo dominio de los Asirios, que habían establecido
un imperio de control político y tributario sobre muchos territorios,
incluso sobre Egipto. La dinastía Saita (dinastía XXVI), en el delta,
iniciada con Psamético I, se libró del yugo asirio y extendió su poder
por todo el valle. Estos soberanos de origen libio revitalizaron las
tradiciones egipcias. Fue el fenómeno más interesante. Las
estatuillas de bronce de animales, hechas para ser colocadas como
ofrendas votivas en los templos por ejemplo halcones o ibis (el
pájaro de Thot), o las numerosas esculturas de gatos dedicadas a la
diosa Bastet, forman parte de esta revitalización del culto a los
animales en esta época. Ningún gato tuvo nunca las proporciones
del gato de Bastet o estuvieron sentados tan derechos, pero son
precisamente esos rasgos los que le confieren su atractivo.
• En el llamado Periodo tardío desde la dinastía XXII al 2º Imperio
Persa (664 al 332 antes de J.C.). Desde el siglo VI antes de J.C.,
Egipto se convirtió ya en provincia de sucesivos estados. En el 525
antes de J.C., el rey persa Cambises lo incorporó a su imperio como
una de las satrapías más occidentales. En 332 antes de J.C.,
Alejandro Magno lo conquistó como parte de su gran imperio
oriental y fundó Alejandría, que desde entonces se convirtió en la
capital del estado. Transcurrieron tres siglos bajo los tolomeos (332
al 32 antes de J.C.) y en el año 32 antes de J.C. una descendiente de
esta dinastía helenística, la reina Cleopatra VII, se vio implicada en
las luchas de los últimos momentos de la república romana.
• Aliada con Marco Antonio, ambos fueron vencidos por Augusto. En
el año 31 antes de J.C. Egipto se convierte así en provincia romana.
(32 al 395 después de J.C.)
• Hacia mediados del siglo IV, la presión de los bárbaros sobre las fronteras del
Imperio Romano fue incontenible. A la muerte del emperador Teodosio, en el
año 395, el imperio se dividió en dos provincias, cada una de ellas en manos
de uno de sus hijos: El Imperio Romano de Oriente, con capital en
Constantinopla, formado por los territorios del Mediterráneo Oriental:
Egipto, Siria, Palestina, Asia Menor y los Balcanes (Grecia y Macedonia) y el
Imperio Romano de Occidente, con capital en Milán, formado por los
territorios del Mediterráneo Occidental: norte de África, Península Ibérica,
Galia (Francia, Bélgica, Países Bajos, Suiza y parte de Alemania), Italia e Irilia
(Yugoslavia). El Imperio Bizantino o Imperio Romano de Oriente fue la parte
oriental del Imperio Romano que sobrevivió a la caída de la parte occidental.
• La vida del imperio se considera que transcurrió entre los años 395 y 1453.
Durante cientos de años fue conocido como el Imperio Romano de Oriente,
no siendo conocido como Imperio Bizantino hasta el siglo XVII. El Emperador
romano Constantino I el Grande ordenó reconstruir Bizancio (la actual
Estambul) en el año 330, dándole el nombre de Constantinopla y trasladando
allí la capital del Imperio Romano.
• Durante el siglo VII, el poder del Imperio bizantino fue desafiado por la
dinastía de los sasánidas de Persia, que invadió Egipto en el 616.
Fueron expulsados de nuevo en el 628, pero poco después, en el 642,
el país cayó bajo el dominio de los árabes, que trajeron una nueva
religión, el Islam, e inauguraron un nuevo capítulo de la historia egipcia.

Según Giedion la cultura egipcia no llegó a un final brusco, sino que se


manifestó más fuerte que la de sus conquistadores. La imaginación
mitopoyética de los egipcios fue lo que mantuvo la gran vitalidad de su
civilización. La idea de realeza cambió desde el concepto de la divinidad
real de la edad de la pirámide, hasta el concepto del rey como
instrumento del favor de los dioses. Pero la tradición de realeza
persistió. Alejandro Magno, los reyes tolemaicos y los emperadores
romanos hasta Domiciniano, asumen todos ello los gestos y las
vestiduras rituales de los faraones y se presentaron ante los dioses
como los grandes faraones del Antiguo Egipto.

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