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MEDALLA DE SAN BENITO

Poderosa arma contra el maligno


Historia de San Benito
San Benito nació en Nursia (Italia, cerca de Roma) en el año 480 (AD 480-543), hermano gemelo
de Santa Escolástica, es considerado como el padre del monacato occidental, y su “Regla de San
Benito” dado lo sabio de sus principios para alcanzar la santidad vino a constituirse en la base
de la organización para muchas órdenes religiosas, incluía la suya (Benedictina). Vivió a
voluntad propia una vida de extrema austeridad, pobreza y oración en contacto permanente con
Dios, a pesar de haber nacido en una familia acomodada. Dando ya desde temprana edad
grandes muestras de santidad, Dios lo llamaba para ser un ermitaño y para abandonar el
mundo. Siguiendo el llamado de Dios, Benito partió sólo, en su juventud para remontar las
colinas hasta llegar a un lugar inaccesible rodeado de cuevas y agua conocido como "Subiaco". En
esta región rocosa y agreste se encontró con un monje llamado Romano, siervo de Dios, al que
abrió su corazón, explicándole su intención de llevar la vida de un ermitaño. Romano mismo
vivía en un monasterio a corta distancia de ahí; con gran celo sirvió al joven, vistiéndolo con un
hábito de piel rústica y conduciéndolo a una cueva en una montaña rematada por una roca alta
de la que no podía descenderse y cuyo ascenso era peligroso, tanto por los precipicios como por
los tupidos bosques y malezas que la circundaban. En la desolada caverna, Benito pasó los
siguientes tres años de su vida, ignorado su paradero por todos, menos por Romano, quien
guardó su secreto y diariamente llevaba pan al joven recluso, quien lo subía en un canastillo que
izaba mediante una cuerda. Benito después de vivir tres años en la cueva en permanente oración
y comunión con Dios, su barba y su cabellera crecieron de tal manera y su piel se volvió tan
morena, que un día unos pastores que buscaban unas cabras, al encontrarlo, creyeron que era
una fiera. Más luego al oírle hablar, se quedaron maravillados del nivel de santidad de ese jóven
y de la sabiduría que emanaba. Contaron la noticia y mucha gente empezó a visitarlo para
pedirle que les aconsejara y enseñara y a llevarle comida que él sólo comía en la tarde y muy
frugalmente, después de bendecirla y bendecir a los que le habían llevado ya que la mayoría de
las veces ayunaba.
SUPERIOR CONTRA SU VOLUNTAD. Y sucedió que otros hombres, cansados de la corrupción de
la ciudad, se fueron a estos sitios deshabitados a rezar y a hacer penitencia, y al darse cuenta de
la gran santidad de Benito, aunque él era más joven que los otros, le rogaron que se hiciera
superior de todos ellos. El santo no quería porque sabía que varios de ellos eran gente difícil de
Historia de San Benito
gobernar y porque personalmente era muy exigente con los que querían llegar a la santidad y
sospechaba que no iban a cumplir lo requerido. Pero tanto le rogaron que al fin aceptó el cargo
de superior. Con todos ellos fundó allí 12 pequeños conventos de religiosos, cada uno con un
superior o abad. El tenía la dirección general de todo.
PRIMER ATENTADO. Cuando algunos de aquellos hombres se dieron cuenta de que Benito como
superior era exigente y no permitía "vivir prendiéndole una vela a Dios y otra al diablo", que no
permitía vivir en esa vida de retiro tan viciosamente como si se viviera en el mundo, dispusieron
deshacerse de él y matarlo. Y echaron un fuerte veneno en la copa de vino que él se iba a tomar.
Pero el santo dio una bendición a la copa, y esta saltó por los aires hecha mil pedazos. Entonces
se dio cuenta de que su vida corría peligro entre aquellos hombres, renunció a su cargo y se alejó
de allí, para regresar a su vida austera de contemplación y oración en la oscura cueva.
TERRIBLES TENTACIONES. Al joven Benito le llegaron espantosas tentaciones impuras. A su
imaginación se le presentaban las escenas más corruptas y le llegaba el recuerdo de cierta mujer
que él había visto hacía tiempo y sentía toda la fuerza de la pasión. Rezaba y pedía con todas sus
fuerzas ayuda al cielo, y finalmente cuando sintió que ya iba a consentir, se desnudó y lanzó
contra un matorral cercano lleno de punzantes espinas y se revolcó allí hasta que todo su cuerpo
quedó lacerado por las espinas, sangrante y herido. Así, mediante esas heridas corporales logró
curar las heridas de su alma, y la tentación impura se alejó de él. Más tarde el Señor lo premiaría
enviándole a un ángel para que lo instruyera en el arte de la lucha contra el demonio
conocimiento santo con el cual diseñara más tarde su famoso y poderoso símbolo exorcista.
SU FUNDACIÓN MÁS FAMOSA. Con unos discípulos que le habían sido siempre fieles (San
Mauro, San Plácido y otros) se dirigió hacia un monte escarpado, llamado Monte Casino. Allá iba
a fundar su famosísima Comunidad de Benedictinos. Su monasterio de Monte Casino ha sido
famoso durante muchos siglos por la cantidad de santos que ha dado a la humanidad.
En el año 530, después de ayunar y rezar por 40 días, empezó la construcción del convento, en la
cima del Monte. En ese sitio había un templo pagano, dedicado a Apolo; el cual lo hizo derribar y
en su lugar construyó una capilla católica. Luego con sus discípulos fue evangelizando a todos los
paganos que vivían en los alrededores, y enseguida empezó a levantar el edificio, del cual por
muchos siglos han salido santos misioneros a llevar la palabra de Dios a pueblos y naciones.
Historia de San Benito
MILAGROS. San Gregorio en su biografía de San Benito, narra muchos milagros que sería muy
extenso precisar: Multiplicación de panes, hermano que le cae una enorme pared encima y San
Benito reza y el hermano sale ileso, rocas enormes que las bendice y no pesan nada, predice la
muerte de personas entre ellas del tirano rey pagano Totila invasor de Italia que llegaría a
conquistar Roma y Sicilia, pero que al poco tiempo después moriría, le dijo toda su vida y
reprochó sus maldades y crueldades, predice su propia muerte, cura enfermos, conversa con
Dios y los ángeles, sabe lo que va a pasar y lo que pensaba la gente, Dios le había dado
conocimientos profundos y sabiduría para la lucha contra demonios y tentaciones, etc.
UN DÍA EN LA VIDA DE SAN BENITO. Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos.
Pasaba horas y horas rezando y meditando. Jamás comía carne. Dedicaba muchas horas al
trabajo manual, y logró que sus seguidores se convencieran de que el trabajo no es un rebajarse,
sino un ser útil para la sociedad y un modo de imitar a Jesucristo que fue un gran trabajador, y
hasta un método efectivo para alejar tentaciones. Ayunaba cada día, y su desayuno lo tomaba en
las horas de la tarde. La mañana la pasaba sin comer ni beber. Atendía a todos los que le iban a
hacer consultas espirituales, que eran muchos, y de vez en cuando se iba por los pueblos de los
alrededores, con sus monjes a predicar y a convertir a los pecadores. Su trato con todos era
extremadamente amable y bien educado. Su presencia era venerable.
SU FAMOSO REGLAMENTO: LA SANTA REGLA. Inspirado por Dios, escribió un Reglamento para
sus monjes que llamó "Santa Regla". Es un documento que se ha hecho famoso en todo el
mundo, y en el cual se han basado los Reglamentos de todas las demás Comunidades religiosas
de la Iglesia Católica. Allí recomienda ciertas reglas como: La primera virtud que necesita un
religioso (después de la caridad) es la humildad. Todo debe ser hecho a imagen y semejanza de
Cristo, cumpliendo los mandamientos. Nuestro lema debe ser: "Trabajar y rezar". Cada uno debe
esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato. Cada comunidad debe ser como una buena
familia donde todos se amen. "Portarse con nobleza es una gran virtud". Y los que vivieron con él
afirmaban que todo lo bueno que recomienda en su Santa Regla, lo practicaba él en su vida
diaria. Con estos principios, su Comunidad de Benedictinos ha hecho un inmenso bien en todo el
mundo en 15 siglos. MUERTE. Dos de sus monjes estaban lejos de allí rezando, y de pronto
vieron una luz esplendorosa que subía hacia los cielos. Era el momento preciso que moría.
Historia de la Medalla de San Benito
Las investigaciones históricas sobre el origen de la Medalla de San Benito
han determinado que su difusión comenzó en la región de Baviera hacia el
año 1647. En esa época, durante el proceso judicial seguido por la
inquisición a unas brujas que habían creado zozobra en la región. Estas
declararon que habían hecho gran daño a nivel espiritual a numerosos
monjes de los monasterios en una gran extensión geográfica, pero que no
habían podido con la Abadía de Metten, porque estaba protegida por un
símbolo de gran poder. Inmediatamente se formó una comisión que viajó a
la Abadía para investigar de que símbolo se trataba. En dicho monasterio se
hallaron pinturas con la representación de la Santa Cruz junto con unas
letras cuyo significado era todo un misterio y son las que acompañan hoy a
la Medalla. Pero el significado de las misteriosas letras y símbolos no
pudieron ser descifradas hasta que en un manuscrito de la biblioteca de la
Abadía se encontró la imagen de San Benito y la oración compuesta por las
iniciales. Posteriores estudios revelaron la existencia de un manuscrito
anterior (siglo XIV), que aún se conserva, procedente de Austria, que
parece ser el origen de la imagen y de la oración. En el siglo XVII algunos
autores la tuvieron por supersticiosa, debido justamente a los enigmáticos
caracteres que acompañan a la imagen. Pero, en el año 1742 el Papa
Benedicto XIV ante las numerosas evidencias aprobó el uso de la Medalla
de San Benito, y la fórmula de su bendición se incorporó al Ritual Romano y
es hoy un sacramental de gran poder exorcista para alejar el mal.
ORACIONES A SAN BENITO

CORONILLA DE SAN BENITO


La Corona de San Benito es muy fácil de rezar. Se comienza
rezando el Credo, seguido por tres cortas jaculatorias tomadas
de la Medalla de San Benito. Cada jaculatoria se dice tres
veces y al final se acompaña de un Padrenuestro, Avemaría y
Gloria. Se finaliza con una oración, unas letanías a San Benito
y otra oración final de intercesión y de petición de una gracia o
favor.

CREDO
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al
tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está
sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y
la vida eterna. Amén.
JACULATORIAS DE LA MEDALLA DE SAN BENITO
¡Que la Santa Cruz sea mi Luz,
y que el demonio no sea mi guía! [Tres veces] Padre Nuestro,
Ave María, Gloria.
¡Retrocede, Satanás,
no me persuadirás de cosas vanas! [Tres veces] Padre Nuestro,
Ave María, Gloria.
Lo que me presentes, será inútil…
¡bebe tú mismo de tu propio veneno! [Tres veces] Padre
Nuestro, Ave María, Gloria.

ORACIÓN
Padre Eterno, en unión con tu Divino Hijo y el Espíritu Santo, y a
través del Inmaculado Corazón de María, yo te suplico que
destruyas el poder de tus más grandes enemigos: los espíritus
malignos. Arrójalos a lo más profundo del infierno y déjalos ahí
por toda la eternidad.
Oh! Padre Eterno, concédenos el Reino del Corazón de Jesús y
del Inmaculado Corazón de María. Yo repetiré esta oración por
puro amor, con cada latido de mi corazón y en cada uno de mis
suspiros. Amén.
(Si se deseas, se puede rezar también una Salve).
LETANÍAS DE SAN BENITO
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Señor Ten piedad……Señor Ten piedad.
Cristo, Ten piedad……Cristo Ten piedad.
Cristo escúchanos……Cristo escúchanos.
Padre del Cielo Dios……Ten piedad de nosotros
Hijo Redentor del mundo……Ten piedad de nosotros.
Espíritu Santo Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad Único Dios……Ten piedad de nosotros.
Santa María ……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Gloria de los Patriarcas……Ruega por nosotros.
Cumplidor de su Santa Regla……Ruega por nosotros.
Retrato de todas las virtudes……Ruega por nosotros.
Ejemplo de perfección……Ruega por nosotros.
Perla de santidad……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Sol que reluce en la Iglesia de Cristo……Ruega por nosotros.
Estrella que reluce en la Casa de Dios……Ruega por nosotros.
Inspirador de muchos santos……Ruega por nosotros.
Serafín de fuego……Ruega por nosotros.
Querubín transformado……Ruega por nosotros.
Autor de cosas maravillosas……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Dominador de los demonios……Ruega por nosotros.
Modelo de monjes……Ruega por nosotros.
Erradicador de ídolos……Ruega por nosotros.
Honor de los confesores de la fe……Ruega por nosotros.
Consolador de las almas……Ruega por nosotros.
Ayuda en las tribulaciones……Ruega por nosotros.
Santo Padre Benito……Ruega por nosotros.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, satisfácenos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor
ORACIÓN DE PETICIÓN
Te saludamos con filial afecto, Oh glorioso
Padre San Benito, obrador de maravillas,
cooperador de Cristo en la obra de salvación
de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira
desde el cielo la viña que plantó tu mano.
Multiplica el número de tus hijos, y
santifícalos. Protege de un modo especial a
cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu
amparo y protección. Ruega por los enfermos,
por los tentados, por los afligidos, por los
pobres, y por nosotros que te somos devotos.
Alcánzanos a todos una muerte tranquila y
santa como la tuya. Aparta de nosotros en
aquella hora suprema las acechanzas del
demonio, y aliéntanos con tu dulce presencia.
Ahora consíguenos la gracia especial que te
pedimos
[Mencionar tu petición]Oh! Padre Eterno, te
suplico que destruyas el poder de tus más
grandes enemigos: los espíritus malignos.
Arrójalos a lo más profundo del infierno y
déjalos ahí para siempre. Amén.
NOVENA PARA PETICIÓN A SAN BENITO
Se repite por nueve días consecutivos.
Glorioso San Benito, modelo sublime de la virtud, vaso puro de la Gracia Divina. He
aquí que yo humildemente arrodillado a tus pies. Te imploro en tu misericordia que
ores por mí ante el trono de Dios. A ti recurro en los peligros que a diario me
rodean. Protégeme contra mi egoísmo y mi indiferencia a Dios y a mi
prójimo. Inspírame para que te imite en todas las cosas. Que tu bendición esté
siempre conmigo, para que yo pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por
su Reino.
Obtén amablemente de Dios estos favores y gracias que necesito tanto en las
pruebas, las miserias y aflicciones de la vida. Tu corazón estaba siempre lleno de
amor, compasión y misericordia para con los que estaban afligidos o preocupados de
alguna manera. Nunca dejaste sin consuelo y asistencia a nadie que recurriera a
ti. Por lo tanto, invoco tu intercesión poderosa, confiando en la esperanza de que
escucharás mis oraciones y obtendrás para mí la gracia especial y el favor que
sinceramente imploro.
[Mencionar tu petición]Ayúdame, gran San Benito, vivir y morir como hijo fiel de
Dios, para funcionar en la dulzura de su voluntad amorosa, y alcanzar la felicidad
eterna del cielo. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Nota: Haz una Novena a San Benito y si no obtienes respuesta, haz otra novena por
otros nueve días y si sigue sin haber respuesta haz otra novena de nueve días más. Sin
embargo, si aún no hay respuesta después de 27 días no lo hagas más y ora para
descubrir que es lo que realmente Dios quiere sobre el caso que le pides.

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