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CURSO: “PROMOCIÓN INTEGRAL DE LA SALUD”

DOCENTE: MARILYN TOLEDO


SEMANA 14
SESIÓN 27:
Desarrollo de la conductas saludables.
“La vida no consiste simplemente en vivir,
sino en estar bien”.

http://www.youtube.com/watch?v=icDiuS1QX6E
“Perú la Salud – FSMS 2013”
PERSONALIDAD, EMOCIONES Y
CONDUCTA SALUDABLE

Los aspectos biológicos, la personalidad y las emociones son factores


que condicionan el cambio del comportamiento, cuando interactúan con
los procesos psicológicos, al igual que cuando interactúan con los
aspectos sociales y culturales.
Las teorías de la personalidad surgen de la necesidad de dar
explicaciones generalizadoras a lo que se observa de común en las
múltiples manifestaciones conductuales del ser humano (Bischof, 1973);
de ahí que las diversas teorías de la personalidad se vertebren alrededor
de motivos que explican las conductas y los sistemas de conducta de la
personas.
http://www.youtube.com/watch?v=N1-EoPXKiXI
“La salud en el Perú”
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

Farber (1964, citado por Bischof, 1973) afirma “que cualquier teoría de la
conducta, relativamente comprensible, y en particular si incluye
variables de tipo motivacional, es aceptable como teoría de la
personalidad” y más adelante enfatiza en la tendencia actual a
reemplazar las teorías de la personalidad, muchas con dificultades para
ser aceptables como verdaderas teorías científicas, por teorías de la
conducta; incluso manifiesta su esperanza de que llegue el día “en que
se considerarán las teorías de la personalidad como curiosidades
históricas”.
http://www.youtube.com/watch?v=XxoKTWjZ9ws
• “Video institucional del Programa Nacional de Salud Integral en al Adolescencia”
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

La amplia interacción que se establece entre personalidad y motivación


de la conducta individual.
La variable personalidad y su evolución durante el ciclo vital, lo mismo
que las variables sociales y culturales, tengan que tomarse en cuenta en
la determinación del comportamiento a todo lo largo de la progresión de
etapas en las que transcurre la probabilidad de su ejecución, etapas en
las que la motivación se asimila a “disponibilidad al cambio” y se toma
como variable dependiente (dependiente de las expectativas, de las
actitudes, de la toma de decisiones, del autocontrol), más que como
variable independiente.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

El término personalidad se utiliza y tiene una gran relevancia en un


doble sentido: como característica global del comportamiento individual
originada en factores de origen biológico y como estabilidad del
comportamiento originada en fenómenos de aprendizaje social.
Hay una amplia tradición teórica en psicología y en medicina que ha
pretendido establecer asociaciones entre la personalidad y el proceso
salud – enfermedad; y esta hace referencia a los dos niveles
fundamentales de la acción en salud, como lo son la promoción de la
salud y la prevención de las enfermedades.
La “medicina psicosomática” constituye una aproximación
fundamentada en el análisis de las interacciones entre personalidad y
salud.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

La tendencia a asociar rasgos de personalidad con enfermedades


somáticas en la tradición cognoscitiva – conductual que sustenta la
propuesta de la DPPPS (Dimensión Psicológica de la Promoción y
Prevención de la Salud), se ha manifestado a través de propuestas sobre
patrones de comportamiento que reflejan estabilidades en el estilo de
pensar, de sentir y de actuar de las personas, las cuales configuran
formas prototípicas de comportamiento complejo ante situaciones con
determinada significación psicológica.
Esas formas o patrones de comportamiento tienden a asociarse con la
enfermedad o con la salud; tal es, por ejemplo, la propuesta del patrón
de comportamiento tipo “A” que se ha asociado con enfermedades
cardiovasculares y del patrón de comportamiento tipo “C”, que se ha
asociado al cáncer.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

También esta la propuesta de Antonovsky (1979) acerca del sentido de


coherencia, que se refiere a la capacidad de la persona para percibir el
significado de las situaciones (del mundo) y para anticipar el efecto o
controlabilidad que sus acciones tienen sobre el entorno; y la propuesta de
Kobasa (1979) acerca de la personalidad “resistente” o “vigorosa” (del término
inglés hardiness).
En particular estas últimas propuestas (coherencia, resistencia y, también,
resiliencia) han sido tomadas como fundamento para hacer un planteamiento
positivo que asocia la personalidad con la salud, desde un enfoque salutogénico;
se trata de un abordaje procesual de la personalidad, que enfatiza en la
interacción de la persona con las variables sociales y medioambientales, con el
resultado de hacerse más resistente o vulnerable ante las situaciones de riesgo
(Moreno – Jimenez, Garrosa y Gálvez, 2005).
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

El interés primordial es establecer asociaciones entre las variables o los


factores psicológicos, de una parte, y el desarrollo de comportamientos
saludables complejos, de otra.
No es el interés aproximarse a la asociación entre factores psicológicos y
enfermedad, a la manera de la medicina psicosomática.
En este sentido, se pretende encontrar modelos cognoscitivo -
comportamentales acerca de la personalidad que permitan entender
cómo se da la interacción entre la personalidad y las variables incluidas
en la escalera psicológica (creencias, expectativas, decisiones, planes de
acción) para determinar el curso del desarrollo de un comportamiento
saludable complejo.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
En la línea de caracterización de la personalidad a partir de sus
fundamentos biológicos, una de las propuestas más relevantes es la
hecha por Hans Eysenck, la cual condujo a la clasificación de tres
dimensiones primarias de personalidad: introversión, neuroticismo, y
psicoticismo.
En su obra acerca de las bases biológicas de la personalidad, Eysenck
toma en cuenta dos dimensiones ortogonales: la de estabilidad –
neuroticismo y la de introversión – extroversión.
El autor relaciona el neuroticismo con la labilidad heredada del SNA,
mientras que la introversión-extraversión la relaciona con las
propiedades del SNC (SN de la vida de relación). La tendencia ha sido
asociar una mayor presencia de enfermedades difusas y de importancia
variable en individuos que puntúan más elevado hacia los extremos de
neuroticismo y de introversión.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
Otra propuesta contemporánea muy relevante en esta misma línea de
conceptualización es la que se ha denominado como “los cinco factores de
personalidad”, la cual reúne los factores designados en la sigla Ocean:
Openness (Apertura a nuevas experiencias) , Concientiousness
(responsabilidad), Extroversion-introversion, Agreeableness (amabilidad),
Neuroticism (inestabilidad emocional).
Mientras que la anterior línea de análisis aborda la personalidad como
estabilidad del comportamiento a través de diversas situaciones, apelando a
factores o rasgos de origen biológico (no intrapsíquico como lo hacen las
teorías psicodinámicas), en especial de tipo genético, la segunda línea de
análisis (aprendizaje social) busca explicar la estabilidad del comportamiento
apelando a factores cognoscitivos que median la conducta ante situaciones
similares; es decir tomando en cuenta las estabilidades situacionales.
Ambas apuntan a lo mismo: entender la consistencia del comportamiento.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

La posición integracionista parte del reconocimiento de que la


consistencia conductual atribuible a rasgos de personalidad, a través de
situaciones diferentes, evaluada mediante coeficientes de consistencia,
es bastante baja, aunque mayor que cero.
Ante esta realidad, el reto que se plantea es el de establecer en qué
grado esas consistencias son producto de cualidades invariables de la
persona, y cuál es la naturaleza de esas cualidades.
El modelo propone que las consistencias o estabilidades se dan en la
interacción entre las situaciones en que la persona se comporta y el
comportamiento. Asumiendo la forma de una relación condicional del
tipo:
Si … Entonces … (Si se da la acción X, entonces emerge la conducta Y).
El sistema cognitivo – afectivo de personalidad
(Mischel & Shoda, 1995).

RASGOS SISTEMA DE
PSICOLÓGICOS PERSONALIDAD
DE LAS AFECTIVO –
SITUACIONES COGNITIVO
(CAPS)

Historia de
aprendizaje social
Historia biológica - cognitivo

Interacciones concurrentes
Influencias del desarrollo

Antecedentes Cultura y
genéticos sociedad

Historia de desarrollo
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

Las unidades que conforman dichos CAPS son cinco:


1. Los códigos personales o esquemas cognoscitivos que le sirven a la
persona para establecer categorías acerca de sí misma y acerca del
mundo.
2. Las expectativas y creencias (incluidas las expectativas de autoeficacia);
3. Los afectos y emociones (incluidas las respuestas fisiológicas);
4. Las metas y los valores; y,
5. Las competencias o habilidades, los planes; y las habilidades
autorregulatorias.
PERSONALIDAD Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

Una interesante aplicación del modelo de la personalidad, hecha al


análisis de un patrón de comportamiento saludable complejo, es el que
suministran Miller, Shoda & Hurley (1996), quienes toman el
comportamiento de autoexamen en la prevención del cáncer de seno.
Ellos parten del análisis de las estrategias que la mujer utiliza para codificar la
información acerca de los síntomas del cáncer de seno, de sus riesgos, del valor
del autoexamen de pecho como comportamiento preventivo, etc. , las cuales
constituyen las unidades cognoscitivas, que se relacionan con otras unidades
afectivas (ej. Los sentimientos de ansiedad que se producen ante la idea de tener
un mal intratable, en contraste con los sentimientos de tranquilidad que se
generan cuando las ideas son de probable control si se hace una detección
temprana del mal).
• http://www.youtube.com/watch?v=v-2s7bs3FfA
• “Lanzamiento de un Plan de Promoción integral de la Salud”
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
En cuanto al afecto y las emociones, al igual que lo sucedido con la personalidad,
en la investigación psicológica existe una vieja tradición que liga estos procesos
con la salud y con la enfermedad; tal es el caso de la psicología médica, uno de
cuyos objetivos centrales ha sido precisamente el de aplicar el conocimiento
psicológico a la comprensión de las manifestaciones emocionales de las
personas que padecen alguna enfermedad, así como el de intentar establecer
asociaciones entre esas manifestaciones emocionales y el origen o la progresión
de las enfermedades.
Actualmente la corriente de investigación más referenciada que se ocupa del
análisis de las asociaciones entre las emociones y la enfermedad es la
psiconeuroinmunología.
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
El interés principal es analizar el papel que los procesos emocionales
tienen en sí mismos a partir de su potencial motivacional, lo que les
conduce a interactuar con los procesos cognoscitivos y conductuales
incluidos en la escalera cognitivo – conductual, para determinar el
desarrollo y la ejecución de un comportamiento saludable complejo.
Ese potencial puede analizarse:
1. Como influencia de las emociones en la valoración de las situaciones, lo cual
genera un potencial de atracción o de alejamiento de las mismas, influyendo de
manera decisiva sobre la toma de decisiones (hacemos con mayor probabilidad
aquello que nos gusta o atrae); esto es, la emoción como aspecto determinante
de la motivación intrínseca, ya que hace referencia al grado en que las
actividades humanas se realizan por el placer que conllevan o por el interés que
generan en determinadas situaciones sociales y contextuales en las que la
persona satisface sus necesidades de competencia, autonomía e interacción.
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE

2. La emoción como situación objetiva e independiente que obliga a la persona a su


propio conocimiento y control (es necesario conocer y controlar las emociones), así
como al conocimiento de las emociones de los demás, con el fin de dar mayor
eficacia a las acciones en el proceso de interacción social, lo cual constituye uno de
los fundamentos de la denominada “inteligencia emocional”.
3. La emoción como proceso psicológico que interactúa y condiciona la manera como
el individuo procesa la información, dando como resultado final un determinado
estado conductual; podría decirse que todos los procesos psicológicos de tipo
racional incluidos en la escalera cognoscitivo – conductual que representa a la
DPPPS están impregnados por la vida emocional de la persona. A la inversa, todas
las creencias de la persona acerca de las consecuencias de una acción, positivas o
negativas, generan reacciones emocionales que influyen sobre el proceso de
afrontamiento.
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
Los modelos de diathesis – estrés proponen que, en situaciones de estrés o en
situaciones en las que suceden eventos negativos en la vida de una persona,
ciertas maneras habituales de percibir e interpretar los acontecimientos negativos
predisponen a experimentar estados emocionales o afectivos adversos; tal es, por
ejemplo, el modelo de diathesis – estrés acerca de la depresión propuesto por la
teoría de la desesperanza (Abramson, Alloy & Metalsky, 1988), la cual sugiere que,
en presencia de acontecimientos negativos ciertos estilos atribucionales acerca del
sí mismo, de las causas, y de las consecuencias, dan como resultado un estado
afectivo depresivo.
El estilo atribucional depresogénico acerca del sí mismo se refiere a la tendencia de
la persona a concluir negativamente sobre sí misma (ej. Su valor, sus habilidades)
cuando se presentan acontecimientos negativos.
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
La psicología positiva ha emergido como una propuesta paradigmática que
enfatiza en el papel de los estados afectivos positivos y su gran potencial en la
promoción del bienestar del ser humano.
La psicología positiva enfatiza en el potencial de la motivación intrínseca sobre el
comportamiento complejo, generado en las emociones positivas y su expansión a
todas las áreas de la vida del individuo mediante la búsqueda de la felicidad.
De la misma manera como ciertos estilos atributivos pueden conducir a la
desesperanza aprendida y a las emociones negativas, otros estilos contrarios
pueden conducir al optimismo aprendido y a las emociones positivas (Seligman,
1991).
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
La felicidad, equiparable al bienestar (calidad de vida) es la meta vital más
importante que propone la psicología positiva.
La felicidad se fundamenta en las emociones positivas dirigidas al pasado (ej.
Satisfacción, orgullo, etc.) al futuro (ej. Esperanza, confianza, etc.). Y al presente
(los placeres y las gratificaciones).
La presencia de estos tres tipos de emociones dan origen a lo que Seligman
denominan “vida placentera”, una vida en la que el estilo atribucional de la
persona funciona en búsqueda de las emociones positivas acerca del pasado, del
presente y del futuro.
Se complementa la “vida placentera” con el de “vida buena” y con el de “vida
significativa”.
LA VIDA EMOCIONAL Y LA
CONDUCTA SALUDABLE
Por “vida buena” entienden las emociones positivas del presente que, más que un
sentimiento transitorio de placer, representan al fluir (flow) que se genera en la
dedicación de la persona a las actividades que a ella le gustan por ser las más
afines a sus fortalezas y a sus virtudes (ej. Leer, bailar, jugar, producir, etc).
Por “vida significativa” se refieren a la expansión o despliegue de las fortalezas y de
las virtudes personales en todos los campos importantes de la actividad del ser
humano, tales como el trabajo, la paternidad, o la vida de pareja.
La construcción de una vida placentera, de una vida buena y de una vida
significativa, constituye un marco de referencia que liga directamente a la
psicología positiva con la promoción de la salud (Meyers & Meyers, 2003) y
fundamenta la elaboración de programas de promoción de la salud.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

En términos psicológicos, el rasgo esencial de la promoción y de la prevención


de la salud tiene que ver con los ESTILOS DE VIDA DE LAS PERSONAS Y CON SU
MODIFICACIÓN. Cuando se hace referencia a hábitos de comportamiento de la
gente, surge de inmediato una ineludible contradicción: hacer o no hacer.
Las estrategias psicológicas de intervención en promoción/ prevención van
dirigidas a que las personas hagan cosas que los alejen de los riesgos o que
fomenten la protección.
Eso coloca a los profesionales de la salud ante un reto, para cuyo abordaje
deben tomar en cuenta algunos criterios básicos, como los siguientes:
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

1. La probabilidad de ejecutar de una acción, aspecto distintivo de la


motivación frente a la misma, evoluciona y se acerca al valor máximo a
medida que operan diversos factores motivacionales, cuyo análisis ha
sido materia de interés especial en diversas teorías cognoscitivas
acerca de la motivación humana.
Entre estos factores se pueden citar:
a). Las expectativas de reforzamiento (beneficios de la acción) y las de
resultado (creencias en la eficacia de la acción para conducir a un
resultado y a una valoración del resultado mismo).
b). Las expectativas de autoeficacia.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.
c). La percepción de presión proveniente de los pares para hacer o dejar de hacer
una acción, así como la disposición a complacer a esos pares, también la
percepción de soporte, emocional o instrumental, que los demás brindan para
realizar la acción.
d). La manifestación expresa de las intenciones, como resultado de balances que
permitan a la persona decidir o elegir las acciones que sean racionalmente más
favorables.
e). La planificación de la manera como se van a llevar a la práctica las intenciones,
a través de la autoobservación sistemática y de la toma de decisiones de
ejecución o de no-ejecución de un comportamiento en determinadas
circunstancias.
f). Las atribuciones de causalidad acerca de los resultados obtenidos mediante la
ejecución o la no-ejecución de una acción, atribuciones que pueden favorecer
o desfavorecer la repetición de la acción.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

2. Son las mismas personas quienes deciden qué, de lo que hacen, puede
contribuir a mejorar su calidad de vida y, de esa manera,
comprometerse decididamente en cambios de su estilo de vida.
La automotivación y la toma de decisiones autónomas son, por lo
tanto, elementos ineludibles en el proceso de la prevención y de la
promoción de la salud.
Un corolario de esta afirmación es el de la participación de las
comunidades como requisito indispensable para que nuestras
actividades conduzcan a un buen resultado.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

3. El término “comunidad” puede resultar un tanto etéreo. Utilizando


una terminología de sistemas, se ha hecho referencia al “microsistema”
para aludir al individuo; al “mesosistema”, para aludir a las estructuras
que rodean al individuo en sus interacciones inmediatas, tales como la
escuela y la familia; al “exosistema”, para aludir a las relaciones sociales
y a la normatividad vigente en nuestras sociedades; y al
“macrosistema”, para aludir a la cultura.
todos éstos son niveles en los que operan factores determinantes de la
calidad de vida. Por consiguiente, las intervenciones de alta calidad
deben ser intervenciones multinivel.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

Por eso la psicología no puede limitarse a tomar en cuenta las


intervenciones en contextos en el nivel individual, sino también las
intervenciones en contextos de gran relevancia, como son las familias,
las escuelas, los barrios, los lugares de trabajo, y los municipios.
Programas como “escuela saludable” y “municipio saludable” son, por
tanto, escenarios ideales para los profesionales que son interesamos,
desde la psicología, en la prevención y en la promoción de la salud.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.
4. Un complemento de la anterior afirmación es la naturaleza interdisciplinaria y
transdisciplinaria que deben tener los programas de prevención y de
promoción.
La noción de “transdisciplina” debe incluir no sólo a las disciplinas científicas
directamente comprometidas en un programa de prevención o de promoción.
Esa noción debe abarcar también a los organismos comunitarios
representativos de las comunidades, sin cuya participación se ve seriamente
comprometida la posibilidad de proponer y de ejecutar un programa que
impacte los estilos de vida. ¿Podría concebirse, por ejemplo, la posibilidad
exitosa de un programa de “escuela saludable” sin la participación de los
directivos, las maestras y los maestros, las madres y los padres de familia, los
niños, las niñas, y los jóvenes?.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

5. La permanencia es uno de los retos más difíciles de superar para nuestros


programas de prevención y de promoción. Por “permanencia” se alude no sólo
al mantenimiento de los resultados producidos por un programa de prevención
o de promoción, sino, al mantenimiento y la ejecución múltiple de las acciones
que buscan producirlo.
No parece posible la permanencia de un programa de prevención/ promoción
si no adopta una postura clara de corte psicológico, es decir, si el programa no
incorpora la dimensión psicológica de la prevención y de la promoción de la
salud.
HACER O NO HACER: EL QUID PSICOLÓGICO DE LA
PROMOCIÓN/ PREVENCIÓN EN SALUD.

6. Un programa de prevención/ promoción, para que sea exitoso, no puede


reducirse a acciones discretas y transitorias. Debe contemplar la realización
masiva y continua de acciones que garanticen el logro del resultado.
En la línea ilustrativa que se mencionó antes, no puede pensarse, por ejemplo,
un programa de escuela saludable realizado como acciones aisladas que se
incluyen en el currículo académico.
La promoción de la salud en las escuelas debe constituir, en sí misma, un
elemento sustancial del currículo para poder garantizar un resultado de
fomento de las habilidades para la vida de los niños y de las niñas, o para el
fomento de la competencia social, como se ha denominado en algunos
contextos a este resultado referente a la calidad de vida.
PLAN DE PROMOCIÓN INTEGRAL DE LA SALUD.

• http://www.youtube.com/watch?v=af2oLzUCZN4
• “Centro Integral para la salud”
• http://www.youtube.com/watch?v=icDiuS1QX6E
VIDEO:
Los determinantes sociales de la salud.

“DIARIOS DE LA
CALLE” (escritor
de la libertad)
https://www.net
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